Esposa del CEO

By EliseCastro

1.1M 59.7K 2.5K

Una bebida alcholizada y una habitación equivocada será más que suficiente para cambiarle la vida a la retraí... More

Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y siete
Capítulo treinta y ocho
Capítulo treinta y nueve
Capítulo cuarenta
Capítulo cuarenta y uno
Capítulo cuarenta y dos
Final
Segundo libro
¡2da parte disponible!

Capítulo treinta y uno

17.6K 1K 17
By EliseCastro

No importa qué tanto forcejeó para salir corriendo, su fuerza no podía ser comparada con la de tres hombres encapuchados.

— ¡Suéltenme! — Gritó, tenía los ojos vendados y las manos atadas tras la espalda. — Por favor, no ganarán nada bueno secuestrándome... Por favor.

Estaba asustada, no le gustaba la manera en la que jugaban con su cabello y apretaban su muslo. Las lágrimas ya habían decorado todo su rostro y el calor dentro del auto hacía que su cabello se le adhiriera a la piel gracias a una capa de sudor.

— No te lo tomes personal, solo estamos siguiendo órdenes. — Escuchó decir a uno, claramente Anastasia pudo oír el sonido del arma siendo cargada. — Ahora no te pongas chulita si no quieres salir del auto con una bala incrustada.

— Nos pidieron que no te matáramos, pero no dijeron nada de no herirte. — Comentó otro, precisamente el que estaba tratando de colar su mano por debajo de la ropa.

— ¿Q-quién los envió a mí? — Preguntó luego de haber reunido el poco coraje que le quedaba. — Mi esposo les dará el doble si me dejan partir ¡De verdad! N-ni siquiera los acusaré con la policía.

— Hablas demasiado. — Uno de los hombres apuntó su arma contra la cabeza de Anastasia, quien palideció al sentir el frío metálico. — Ustedes los ricos creen que pueden resolverlo todo con dinero, ¿Acaso todo su dinero podría regresarte a la vida? — Sonrió al ver que Anastasia enmudeció — Así te ves más bonita, callada. La persona que nos pidió traerte nos advirtió sobre los trucos que tratarías de usar para librarte y dijo que pagaría el triple de todo lo que tú ofrecieras.

En ese momento trató de pensar en todas las posibilidades, pero nadie en particular llegaba a su cabeza.

Hasta que, por un momento, su cerebro conectó las neuronas suficientes como para recordar que los secuestradores no especificaron el género de su captor. — ¿Edith los envió? — Giró la cabeza, tratando de buscar algún sonido que escuchar, una respiración fuerte, el movimiento de algo, pero todo fue silencio.

Por supuesto que no podía tratarse de otra persona que no fuera Edith Donaire. — Esa maldita perra se atrevió. — Gruñó, apretando las manos. — ¿Qué es lo que van a hacerme?

No hubo respuesta.

Entonces temió lo peor.

Si quería sobrevivir lo único que podía hacer era bajar la cabeza y esperar su destino, si tenía suerte podía salir corriendo apenas la bajaran del auto y contactar con Erick pidiendo algún móvil prestado, quizá buscar auxilio con la policía si corría con la suficiente suerte.

Pero en absoluto podía dar un paso en falso, la situación era crítica, más de lo que esperaba.

— Muévete... — La bajaron del auto de un tirón en que casi termina de boca en el piso, Anastasia esperó el momento en que la soltaran para huir, pero aquellos hombres la escoltaron sujeta del brazo y le guiaron el camino.

Podía escuchar las hojas secas siendo pisadas, estaban caminando en un sendero rodeado de árboles. La brisa fría de la noche entrante chocó contra su rostro, tratando de silenciar su llanto silencioso. — Por favor no... — Gimoteó, terminando en el momento en que ella tropezó y cayó al suelo, podía sentir el frío del fango ensuciando sus piernas y cara. Al menos rogaba que se tratara de lodo. — Haré lo que me pidan... Por favor déjenme ir.

— ¿A dónde crees que vas? — Uno de los secuestradores la capturó cuando se puso de pie y trató de salir corriendo. — Aún no hemos llegado.

— ¿V-van a darme el tiro de gracia en un lugar apartado? — Escuchó las risas burlonas de sus captores, haciendo que empeorara su llantén. — Yo no quiero morir...

Tenía frío y ropa ligera, humedecida por el agua del océano y el presunto fango en que terminaba de caerse. Anastasia se sorbía la nariz mientras siguió caminando, lo único que podía escucharse eran sus hipos y los pasos convirtiéndose más silenciosos cuando abandonaron la grama y hojas para cambiarlo por suelo rígido y seco.

Y luego simplemente dejaron de caminar.

— ¿Por qué la traen de esa manera? Creerá que somos unos animales sin educación. — Aquella voz la reconoció de inmediato, tanto como para saber que no se trataba de Edith pero sí de otra persona, un hombre. — Suéltenla, debe estar muerta de miedo.

— Nos has pedido que la trajéramos, pero nunca especificaste cómo. — Comentó uno con burla, dando la orden para que los demás le soltaran las cuerdas atadas a las muñecas y le quitaran el vendaje. — Tratas de escapar y encajaremos una bala directa a tu cabeza, mi puntería nunca falla.

— Deja las amenazas para después, porque ella no huirá ¿Cierto? — Anastasia miró con desconfianza a aquel hombre mientras se sobaba las muñecas marcadas por el amarre. — No ignorará lo que su querido suegro tiene para decir luego de haberla ordenado traer ¿No es así?

Anastasia enserió su rostro asustadizo. — Anthony Russo. — Masculló con odio.

— Lamento toda esta conmoción, mis asociados son un poco rudos cuando hacen este tipo de favores. Espero puedas aceptar mi perdón. — Él se acercó a ella y le ofreció un pañuelo, el cual Anastasia lanzó al suelo de un manotazo. Uno de los secuestradores se alzó, enojado, pero Anthony lo detuvo. — Está bien, no hay necesidad de irritarse.

— ¿Qué es lo que quiere de mí? — Preguntó directamente. — No va a matarme aquí ¿Verdad?

Anthony se rió. — Tienes una gran imaginación, niña. Lamentablemente no has acertado con tu predicción. — Se encogió de hombros, apoyando su bastón firmemente sobre el suelo. — Te he traído hasta acá, fuera de la vista de Erick para ofrecerte un trato.

— No quiero nada que tenga que ver con usted.

— Deberías escucharme, seguir con Erick solo te traerá desgracia a la vida. — Sacó un sobre decente de su elegante saco. — Estoy dispuesto a ofrecerte una buena suma de dinero y a desaparecerte del mapa si rompes tu relación con mi hijo, puedes irte ahora mismo. Hay un vuelo expreso a París que sale en dos horas esperándote.

Anastasia lanzó una carcajada seca. — No pienso dejar a Erick solo porque usted me lo está pidiendo, y menos ahora que sé la verdad sobre qué clase de persona es usted, creyendo que puede enmendar los errores con dinero.

— Deberías aceptarlo mientras soy amable. — La brisa sopló en ese momento, moviendo algunas hojas secas del suelo. — Tu lugar es haciendo recados, mi hijo necesita de una mujer con buena presencia y distinguida familia. Solo te estás humillando a ti misma tratando de encajar en un lugar a donde no perteneces. Por eso deberías aceptar mi ofrecimiento y dejar todo esto atrás, Erick acabará superándote, siempre lo hace.

— ¿Ya puedo rechazar su oferta? — Contestó sin vacilar. — No pienso dejar a Erick porque yo le quiero y si él me quiere de igual manera es mi deseo permanecer a su lado y ni usted ni nadie podrá hacer nada para separarnos.

— ¿Hasta cuándo crees que durará esto? — Cuestionó Anthony. — ¿De verdad crees que no te cambiará por algo mejor?

— Hasta que ese día llegue me quedaré con él. — Dijo Anastasia. — Y no descansaré hasta ver su nombre limpio y mirarlo sentado en el lugar que le corresponde.

Anthony guardó de regreso el sobre con el cheque. — Eres igual de testaruda que tu madre, se ve que no le has perdido pinta.

Ese comentario activó el sexto sentido de Anastasia.

— ¿Conoce usted a mi madre?

— Era una mujer muy generosa, es una pena que haya decidido dar a luz al bebé de ese hombre. — Anthony solo le restó importancia al asunto. — Me pregunto ¿Qué diría tu padre si te viera ahora? Seguro pensaría que eres una fracasada y que tu loco amor te llevará al mismo destino que Annes.

— No sé de qué habla, mi padre me vio crecer y se ha mudado de ciudad hace menos de un año. — Trató de no enojarse cuando su sucia boca mencionó a Annes, su querida madre.

Anthony la miró de reojo. — ¿Estás segura?

Esa pregunta activó los recuerdos de Anastasia cuando era una niña y, buscando entre cajones uno de sus juguetes consiguió la foto de su madre junto a un hombre, ambos eran jóvenes y vibrantes. La realidad le cayó encima como un peso muerto. — ¿Usted conoce a mi padre biológico? ¿Él está vivo?

— ¿Ves cómo tú también resultaste tener algo que quieres de mí? — Él sonrió con gracia, dándose la vuelta. — Solo puedo decirte que eres idéntica a él.

Pero antes de que pudiera decir algo más el sonido de un auto derrapando se hizo presente, frenando de golpe tras de los secuestradores, tan cerca que solo un pequeño movimiento más y los terminaba aplastando.

Pateando la puerta para abrirla salió un cabreadísimo Erick, en su mano diestra sujetaba un bate de baseball con clavos. Azotó la puerta cuando bajó del vehículo. — Qué carajos estás haciendo esta vez. — Apuntó su ''Arma'' en dirección a su padre, quien ni se inmutó.

— No es la primera vez que levantas esa porquería contra mí, si de verdad fueras a matarme ya lo habrías hecho. — Contestó Anthony, provocando más la cólera de Erick. — Solo quería tener una conversación con mi nuera ¿Es mucho pedir?

— Agradecería que no trates de involucrarla en tus sucios planes, Anastasia no tiene nada que ver en esto. — Él se colocó frente a ella. — Si tienes algún problema es a mí a quien debes buscar, pero a ella la dejas en paz.

— Erick... — Murmuró Anastasia tras de él.

— Solo estoy haciendo lo que es mejor para todos nosotros, hijo. No eches a perder todo por lo que tanto nos hemos esforzado por una mujer que al final no es diferente de las demás. — Anthony suspiró.

Pero Erick no retrocedió. — Lo es. — Dijo. — Anastasia es la mujer más única y especial que jamás haya conocido, ella me quiere por lo que soy y no le importa mi pasado porque cree en mí, a diferencia de todos ustedes que solo me dieron la espalda. Así que ahora vete antes de que se me olvide que eres mi padre.

— Si eso es lo que quieres, pero cuando arruines todo como acostumbras a hacer ni siquiera pienses en que correré en tu auxilio. — Anthony retrocedió y dio la orden de retirada a sus hombres. — Pero no pienso quedarme de brazos cruzados.

Anthony se retiró, perdiéndose en la oscuridad de aquel parque boscoso.

Erick arrojó el bate al suelo con furia. — Esta vez ha cruzado la línea... ¡Ese canalla! — Se giró para observar el estado de Anastasia con una mueca de preocupación. — ¿Te sientes bien? Estás hecha un desastre.

— Erick... — Repitió, atónita. Cuando todo por fin pasó se permitió romper en un llanto sentimental. —...Tenía tanto miedo.

Erick la apretó contra su pecho, podía escuchar el latir desbocado de su corazón. — Todo estará bien, prometo que no permitiré que él te haga daño.

Anastasia continuó sorbiéndose la nariz, desechando otro pañuelo cuando ambos estuvieron dentro del auto. — ¿Cómo supiste que estaba aquí?

— Cuando regresé y vi que no estabas el dueño del velero corrió hacia mí para informarme lo que vio, temió acercarse y que se deshicieran de él como testigo ocular. La camioneta que llevaban le pertenece a mi padre, por lo que tiene un sistema de rastreo, no fue difícil encontrarla, parece que de verdad no pretendía hacerte daño ya que ha sido descuidado en eso y me ha permitido localizarte. — Anastasia no se fio de aquello, pero igual suspiró de alivio. — Además de eso me han dicho que dejaste algo en el velero.

— ¿Yo? — Erick sacó de su bolsillo una brillante piedra y se la enseñó. — Ah, es cierto. Estaba bajo el agua y aun así seguía resplandeciendo, por eso me había hundido, para alcanzarla. Cuando subí a enseñártela ya no estabas, con todo lo que pasó me había olvidado de ella.

— Hoy ha sido un día de locos. — Erick suspiró con cansancio, ya habían llegado a casa pero conversaban dentro del auto.

— Gracias por ayudarme y defenderme con tu padre. — Anastasia sonrió hacia él. — Valoro mucho los que hiciste.

Erick le regresó la sonrisa. — Yo soy quien debería estar agradecido, además no he dicho nada que no sea verdad. — Confesó. — Pienso todo lo que dije sobre ti, eres quien ha logrado hacer que vea el mundo de una mejor manera.

— ¿Entonces no te arrepientes de hacer el contrato?

Erick negó con la cabeza. — Ha sido la mejor decisión que pude tomar en mi vida.

Anastasia lo contemplo en silencio con una sonrisa a medias. — Eres tan extraño. — Bajó del auto tras decirlo, sentía un intenso calor en las mejillas y un cosquilleo inusual en el cuerpo que le hacía no poder dejar de sonreír.

Aunque tratase de negarlo la verdad era que Erick también la había estado cambiando lentamente.

* * *

Anastasia se duchó, Emily se llevó sus ropas sucias a lavar y tuvo tiempo de pensar en la bañera sobre lo ocurrido con el padre de Erick. Suspiró pesadamente, los problemas repentinamente no hacían más que aparecer al igual que las preguntas sin respuestas.

Si Anthony Russo conocía a su madre y conoce a su padre, ¿Quiénes eran ellos en realidad?

El temor recorrió sus venas como la sangre transitando por ellas, Anastasia se abrazó a si misma cuando la piel se le erizó solo de pensar en la posibilidad de que su vida cambiara drásticamente cuando supiera quién es su padre biológico.

¿Afectaría en algo su relación con Erick? ¿Cambiaría su identidad y las cosas como las conoce para siempre?

Sin embargo, de lo que Anastasia no era capaz de percatarse era sobre el torbellino inminente de problemas que pronto les sacudiría la vida.

Continue Reading

You'll Also Like

2.2K 1.2K 50
PROLOGO TRES AÑOS ANTES Eres un idiota Diego Dejame que te explique - el me rogaba a punto de llorar Vete Pe. pero Vete no te quiero ver, sal de aqu...
5M 221K 54
Y es que el amor no necesita ser entendido, simplemente necesita ser demostrado #30 en romance #33 en romance #34 en romance #39 en romance #48 en r...
80.9K 12K 37
La vida de Bianca Winter da un brusco cambio de sentido cuando pierde a su madre en un accidente de tráfico y acaba viviendo con su padre, al que ape...
12.9K 801 14
🏹🏹Ella era una cazadora, fue criada como tal, pero se convirtió en su mayor enemigo. Alya Argent fue convertida a sus 4 años en un accidente, en do...