BoA despertó, estiró el brazo para sentir a Yunho durmiendo a su lado pero, no estaba, Yunho no estaba. Entonces, todos los recuerdos de los últimos días vinieron a su mente. Un terrible vació le hizo quedarse sin aire, se llevó la mano al pecho, su corazón dolía... dolía porque él ya no estaba. Yunho ya no estaba, jamás regresaría.
Esa era su nueva realidad.
Nunca volvería a ver su sonrisa, ni sus pequeños ojos cafés. Jamás volvería a escuchar su risa... Jamás volvería a estar en sus brazos, no criarían a su hija, él no la vería crecer ni convertirse en una señorita, no la entregaría en el altar.
La imagen de Yunho dentro del féretro se instaló en su memoria. No quería que aquel fuese el último recuerdo... pero deseaba verlo una última vez, acompañarlo, darle el último adiós. Gritó de dolor, su alma se desgarraba al ver el féretro avanzar hacia el fuego.
─¡YUNHO! ─gritó con todas sus fuerzas─. ¡YUNHO...!
Unos brazos la rodearon de inmediato y entonces escuchó su voz.
─¡Aquí estoy! ─Era él─. ¡Aquí estoy!
BoA se aferró a Yunho con fuerza, tocó su rostro... palpó su cuerpo, era real.
─Tuve esa horrible pesadilla de nuevo ─le dijo en medio del llanto.
─Respira profundo ─le sugirió él besándole la frente─. Todo está bien, yo estoy aquí... ya todo pasó.
─Lo sé... es solo que... todo parecía tan real...Ese día de verdad pensé que te perdía. Creo que por eso tengo esta pesadilla recurrente.
─Te entiendo, porque yo me sentí igual...
Yunho la apretó contra su pecho y permanecieron un largo rato de ese modo... Entonces ella se alejó un poco y buscó sus labios, necesitaba sentirlos, probarlos.
Cuando BoA tenía esas pesadillas terminaban haciendo el amor, era el único modo de calmarla, de hacerle saber que era real, que seguía con ella. Le quitó la pijama, ella se dejó desvestir como una niña pequeña. Luego él se quitó el pantalón corto que llevaba y los interiores. Ella estaba acostada de lado frente a él, esperándolo. Yunho se acercó en la misma posición y empezó a acariciar su parte más íntima con su erección. Aquello se sentía tan bien... que BoA quedó pronto empapada por el deseo. Dolía, dolía de deseo... Acercó sus caderas a las de él indicándole que entrara y él lo hizo. Gimió al sentir como la llenaba, como llegaba hasta lo más profundo...
Solo así se calmaba.
Sus bocas volvieron a unirse a la par que sus cuerpos se buscaban. Se movían al mismo ritmo, cada vez con más desesperación. Él podía sentir la delicadeza de su intimidad y ella su firmeza...
Ambas en constante fricción.
─Yunho... ─Ella gemió su nombre cuando estaba cerca del clímax─. Yunho...
Lo dijo entre lamentos y sollozos que intensificaron el placer en él.
─Aquí estoy mi amor ─dijo penetrándola─. Siénteme.
Él se acostó de espaldas sobre la cama y la acomodó para que le montase. BoA se abrió un poco más... necesitaba sentirlo en lo más profundo de su ser y empezó a moverse... a dar pequeños brincos sobre él. Lo sentía en lo más hondo, cerró los ojos y abrió su boca de un modo tan sensual que Yunho se mordió un labio para esperarla... Sus pechos se mecían de un modo sensual, excitándolo mucho más, llevó sus manos hasta ellos y los masajeó... BoA empezó a moverse arrebatadamente y él la siguió derramándose en su interior hasta que se quedo quieta, satisfecha.
─Eres real ─dijo antes de volverse a dormir.
Casi un año después, volvían a presentarse delante de un juez para dar nuevamente el sí. La ceremonia religiosa la celebraron en una pequeña pero hermosa capilla, donde solo asistieron las personas más cercanas a ambos. Jayden acudió a la iglesia sin que nadie se diera cuenta, necesitaba verlo con sus ojos para darle un cierre a sus sentimientos.
Ella había sido solo el objeto de una fantasía sexual, lo tenía claro.
Yunho estaba adelante, vestido de etiqueta, guapísimo, esperando la entrada de BoA y cuando ella apareció, hermosa y radiante, su rostro se iluminó con una sonrisa. No pudo continuar allí, salió de la iglesia por la puerta lateral... con el rostro bañado en lágrimas y el corazón roto.
Yunho amaba a BoA de un modo que jamás la amaría a ella.
CINCO AÑOS DESPUÉS
─¡Papi! ¡Papi! ─exclamó un pequeñito de cinco años, corriendo hacia los brazos de su padre─. ¡Te extrañé mucho papi! ─le dijo dándole un beso en la mejilla, cuando éste le atrapó entre sus brazos.
Jayden observaba la escena desde el umbral, mantenía la maleta de Junho a su lado.
─¿Te has portado bien? ─preguntó Yunho al pequeño.
Junho movió la cabeza afirmativamente.
─¿Verdad mami? ─exclamó mirando a Jayden─. ¿Qué me he portado bien?
─Muy bien, cielo ─contestó ella sin moverse de la puerta.
Yunho abrió la puerta del maletero.
─¡Mira lo que tengo para ti! ─dijo, mostrándole un triciclo.
Los ojos de Junho brillaron de emoción, él se lo había pedido antes.
─¡Es el triciclo, mami! ¡El triciclo!
Yunho bajó al niño, luego sacó el triciclo del maletero. Trajo además un casco, y protectores. Jayden era muy estricta en ese sentido. Ya antes habían mantenido una pequeña discusión, cuando en una salida al parque, el niño se raspó las rodillas, por dejarle patinar sin protectores.
─Son solo las rodillas ─le dijo a Jayden tratando de restarle importancia al hecho─. Yo me las raspe muchas veces y mi madre jamás hizo un alboroto por ello.
─Hoy son las rodillas ─dijo Jayden con las mejillas encendidas─, mañana podría ser la cabeza.
─Estás exagerando, nunca le dejo patinar sin casco.
─Más te vale que así sea ─sentenció ella, cerrando la discusión.
Junho se subió al triciclo para probarlo, en ese momento Yunho se acercó a Jayden.
─Toma la maleta ─dijo ella─, iré por su mochila, la dejó en la sala.
─Jayden... espera un momento.
Cuando ella notó que Yunho no hizo ningún intento por tomar la maleta lo supo.
─Yunho, no puedes hacerle esto, le vas a romper el corazón.
Habló en voz baja para que el niño no escuchase.
─Lo recompensaré más adelante, lo prometo.
─Anoche él apenas durmió, deseando que amaneciera rápido para verte ─Jayden observó a su hijo con el rabillo del ojo, ajeno a todo, Junho seguía concentrando en su triciclo nuevo─. Es solo un fin de semana al mes, no puedes simplemente cancelar, él te ha esperado tanto.
Los ojos de Jayden se nublaron.
─Pero ya te dije que lo compensaré.
─Tu no comprendes porque siempre tuviste a tus padres.
─Papi ─Junho se acercó a ellos─. ¿Cuándo nos vamos?
Jayden sintió una punzada en su pecho.
─Piensa lo que te dije Yunho, por favor.
Él bajó al nivel del niño.
─Junho, sé que este fin de semana nos tocaba estar juntos; pero... ─En ese momento Jayden entró a la casa, no pudo quedarse a escuchar. Yunho prosiguió─, tu hermana Keithleen participará en una función de teatro, entonces...
─¿No me vas a llevar contigo? ─preguntó el niño temiendo la respuesta, podía distinguirse en sus ojos, su mirada era casi como una súplica.
Yunho negó con la cabeza.
─Cambiaremos este fin de semana por el otro ─le aseguró Yunho, a sabiendas que sería imposible cumplir esa promesa─. Además, tienes tu nuevo triciclo y la pasarás genial.
Junho miró el triciclo.
─Pero yo te prefiero a ti, papi ─dijo abrazándose al cuello de Yunho─. ¿Por qué no puedo ver la función de teatro? ¡Llévame papito, me portaré bien, lo prometo!
─Eso no es posible ─respondió Yunho mirando su reloj─. Pero vendré el otro fin de semana. Ahora ve con tu madre.
El pequeño entró a la casa y Yunho fue por el triciclo y las demás cosas, en ese momento salió Jayden, cerró la puerta tras ella para que su hijo no escuchara.
─¡No se cómo puedes ser tan cruel con tu propio hijo! ─Ella lloraba─. Sé que no lo quieres, pero al menos podrías fingir un poco.
─¿Cuándo he dicho que no lo quiero?
─¡Claro que no lo quieres! ─exclamó Jayden tragándose las ganas de gritar─. Ya me cansé de ver a mi hijo mendigando por tu amor, del mismo modo que alguna vez lo hice yo. Así que te voy a pedir que no vengas más. No quiero seguir viendo como le rompes el corazón a Junho, él no lo merece.
─Ahora mismo no tengo tiempo para esta discusión, pero estás equivocada, yo quiero a Junho, es mi hijo. Mis padres lo adoran. Ya lo compensaré otro día.
─¡Anda, lárgate, que tu familia te espera! ─Jayden pateó el triciclo─. ¡Y llévate esto!
Jayden tomó la maleta con la ropa del niño y entró a la casa, lo encontró en su habitación, llorando mientras observaba desde la ventana como su padre se marchaba. Le dolía en su corazón el desprecio de Yunho, por más que aseguraba amarlo, sus acciones decían lo contrario, él estaba en el último lugar en su lista de prioridades. Ni siquiera quería mezclarlo con sus hijas, aunque se conocían, no habían crecido como hermanos. El fin de semana que les tocaba estar juntos lo llevaba a casa de sus padres, no a la suya.
Aquella tarde a Keithleen le tocó vestirse de ovejita, la niña se veía hermosa en su disfraz. BoA tarareaba la canción que le había enseñado y observaba como la pequeña seguía perfectamente los pasos de baile. Yunho estaba completamente embobado mirando a la pequeña, mientras la grababa desde se celular.
A BoA le encantaba ver como sus dos hijas hacían con Yunho lo que les daba la gana. La más pequeña se hallaba en las piernas de su abuela, su nombre era Da Young y era tan despierta como su hermana mayor.
Las pesadillas habían quedado en el pasado. Hacía mucho tiempo que ya no las tenía. El día que Yunho se arriesgó para salvarla, llevaba un chaleco antibalas proporcionado por la policía. Eso le había salvado de lo que seguramente habría sido una herida fatal.
La bala había dado en el centro de su pecho.
Después de finaliza la obra de teatro, se fueron a cenar a un lujoso restaurante. BoA, Yunho, las niñas y los padres de ambos.
Finalmente eran felices y los errores del pasado habían quedado muy atrás. Ambos se dieron cuenta que lo que tenían como pareja, era mucho más importante que una satisfacción pasajera, que una mera fantasía.
Su amor era real.
FIN
NOTA DE AUTOR
Gracias por haberme acompañado en este largo viaje, se que tardaba mucho en actualizar, lo siento. Gracias a las personas que dejan estrellitas y comentarios, ese el modo en que nos pagan.
Pronto escribiré una breve continuación sobre Jayden. Ya que aquí su vida queda inconclusa.
Fotito de Changkyun de Monsta X porque sí, escuchen The Dreaming, su álbum en inglés. Una joyita.