❨ 𝐀𝐑𝐂𝐇𝐈𝐕𝐎 𝐎𝟐𝟏 ⠿ draco imagine ❩
── ﹫ dreamingonfilm °｡ tumblr.
✶ SYNOPSIS ❜ en el que observas cómo draco poco a poco se va desenamorando de ti, sabiendo que no hay nada que puedas hacer al respecto.
✶ INFO ❜ draco malfoy x female! reader, angst, inspirado en 'washing machine heart', 756 palabras.
✶ WARNING ❜ ninguno.
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✩°｡ ⋆ POR LA FORMA EN QUE TE MIRABA, SE NOTABA QUE YA NO ERA TUYO.
Cada día que pasaba te encontrabas sola en un pasillo esperando que él te sorprendiera, que te diera un beso de buenos días mientras ustedes dos caminaban a desayunar como lo hacen habitualmente. Al principio fue lento, llegaba cinco minutos tarde, luego diez, treinta, pero ahora... aquí estabas. Solo en un pasillo sin nada más que los recuerdos del chico que una vez te amó.
Los días que te llevaba a desayunar, te preparaba el té como a ti te gustaba. Lo beberías y sonreirías, cada mañana, este pequeño acto de cariño era suficiente. Suficiente para que continúes el día disfrutando del amor que tú y Draco tenían el uno por el otro.
Cuanto más tarde te recogiera en el pasillo, más tendrías que recordarle que te gustaba el té. Se olvidaba del azúcar, lo servía sin miel y muy pronto, como en los pasillos vacíos, te encontrabas mirando una taza de porcelana vacía. Anhelando llenarlo con su amor, pero sabiendo que ya no estaba allí.
Siempre que tuvieras el privilegio de toparte con él, te ofrecería una pequeña sonrisa. Correrías hacia el chico de cabello platino, esperando que te diera un beso en la nariz como solía hacerlo, pero todo lo que haría es mirarte fijamente. Sus ojos ya no estaban llenos de la adoración que alguna vez tuvieron, sino que ahora estaban vacíos y confusos, como si fueras un simple extraño.
¿Pero cómo ibas a decirle que lo conoces? La forma en que se ve cada vez que comienza a quedarse dormido en el sofá de la sala común, la forma en que su corazón late cada vez que te encuentras enredada en sus brazos debajo de un sauce, la forma en que suena su voz en las mañanas lluviosas de primavera. Estaba demasiado entrelazado contigo.
Entonces lo gritarías. Tus pulmones ardían mientras gritabas, toda tu ira saliendo a la vez. Tu cabeza palpitaba a medida que te hacías más y más fuerte. Te dolió el puño cuando chocaste con ellos contra su pecho. Todo lo que pudo hacer fue mirar fijamente. Eras tú gritando al vacío, gritando y rogando.
— Este no eres tú.
Y tal vez tenía razón.
Pero lo intentarías una y otra vez, y otra vez, hasta que lo consiguieras. Hasta que te convertiste en algo que él podía mirar sin tener que mirar hacia otro lado. Hasta que le resulte más fácil memorizar su té. Hasta que los pasillos se llenaran con el sonido de sus pasos chocando con los tuyos. Trazarías sus cicatrices y las harías tuyas, ¿cómo no fuiste tú? Tu amor era suyo para conservarlo.
Tomó tiempo, pero pronto estabas nuevamente en su habitación. Su respiración agitada en la nuca mientras pasabas tus manos por su cabello. Pasarías los dedos por los nudos y te reirías cuando él se quejara. Sus manos frotaban suavemente en círculos tu estómago desnudo mientras murmuraba palabras incoherentes sobre tu piel.
Él susurraría que te ama y te miraría a los ojos. Una sonrisa perezosa apareció en su rostro, pero no te estaba mirando.
Y entonces llorarías en sus sábanas, te jurarías a ti misma que maldecirías su nombre hasta el día de tu muerte, el olor de su almohada ahora te ahoga mientras distingues su perfume ¿Cómo pudiste haber estado tan ciega?
— No es a mí a quien quieres, ¿verdad?
Y él asentía.
Mirarías tu reflejo en sus ojos, pero ya no eras tú. Tu rostro cambió a la imagen de ella, tu nariz cambió de forma a medida que tu cabello creció hasta convertirse en el largo rayo en cascada que caía sobre sus hombros. Sí, te estaba mirando a los ojos, besando tus omóplatos, abrazándote con fuerza debajo de las sábanas, pero no eras lo que estaba viendo.
Una serie de disculpas saldrían de su boca, pero no fue su culpa. Aquí estabas en una cornisa, rogándole que te ayudara, pero todo lo que él pudo hacer fue susurrar su nombre en el aire frío y penetrante. Pasa rozando tu mejilla cuando la sueltas.
Y caerías al agua, aferrándote a la idea de que tal vez algún día podría ser tuyo otra vez.