Al inicio, antes de que todo lo que conocemos existiera, todo era azul, con bolas de fuego que brillaban intensamente, con colores que no podemos imaginar, nada tenía forma, no había suelo, ni luz, ni calor, ni frio, solo estaba él, flotando en todo. Vinet Cea, nuestro creador. Hubo un momento en el que el gran señor, mientras lamentaba su existencia sin nada ni nadie como él a su alrededor, tomó una pequeña roca, a este se le conoce como el primer mundo, el mundo de los Pólogos, los que fueron los primeros caminantes, los primeros existentes y los primeros hombres.
El grande tomó una bola de fuego, la moldeó a su gusto, puso uno cuantos colores que la adornaran. Estos serían el agua, la tierra, el oxígeno y otros minerales. Vinet Cea estaba feliz con su creación, no había nada como lo que él creo, así que decidió tomar mugre de sus uñas y con eso, creó a los primeros habitantes, los Pólogos.
Los primeros hombres no estaban a gusto con su cuerpo y su entorno. Estos seres despreciables que no supieron apreciar lo que el grande quiso darles, fueron tacaños y egoístas, por lo que Vinet Cea arrojó su creación con furia y dolor. Este se estrelló contra otra bola de fuego que iba pasando, entonces explotó en un mar de luces brillantes con muchos colores, creando un nuevo mundo, sin los primeros hombres, pero con una nueva vida dentro de él. Vinet Cea vio a estas pequeñas criaturas, tomó a Curtis para destruirlas, pero estos hombres miraron todo a su alrededor y reconocieron a Vinet Cea como el creador de todo, entonces el grande se apiadó de ellos, viendo que le mostraban respeto y admiración, por lo que decidió dejarlos vivir y cuidarlos, tomó a Schaa y creo un manto de protección azul para que las bolas de fuego no cayeran sobre ellos, envió a Tanni para que diera vida al suelo y así pudiéramos comer y por último, mandó a Rogay para que cubriera el mundo con sus olas y cuidara de las nuevas criaturas.
Estos hombres, los segundos, nosotros. Le estamos infinitamente agradecidos con Vinet Cea por ser piadoso y dejarnos vivir en este maravilloso lugar. Él creo todo lo que vemos y tocamos, todo lo que sentimos y percibimos a nuestro alrededor, le debemos la vida al señor.