No importa cuanto tiempo hayamos pasado juntos. Solo fuimos una relación pasajera de nuestra adolescencia. Has elegido a alguien más para el resto de tú vida, y ese no fui yo.
Me duele aceptarlo, me duele aceptar que solamente fuimos una relación del montón; de esas que no duran para siempre, de esas en la que uno ama para siempre y jura amor eterno, de esas en la que solamente uno es infeliz y de esas que uno siempre resultará lastimado.
Soñé en sollozos y pedí a gritos que nuestra historia no hubiera terminado de esta forma, que hubiéramos sido una pareja feliz si no te hubieras marchado de aquella forma.
Pero no importaba cuanto lo pida, el daño ya estaba hecho. Los sucesos del pasado no se pueden borrar. Te fuiste, no me quisiste más en tú vida y ya has conseguido a alguien más.