"Es lo único que tengo"
"Me ayudarás a salvarlo"
Me pediste ayuda, me suplicaste que lo salvara. Decías que no podías perderlo. Pero no te importó mucho perderme a mí. Si quiera... ¿fui importante para ti?
Ya tenías tú plan hecho. No pediste mi opinión en ningún momento, estabas seguro que te ayudaría. Y cuanta razón tenías, por más que me negara de alguna forma siempre terminaba dentro de tus planes.