Al día siguiente, Logan caminaba directamente a la mansión de los Parker, probablemente Jocelyn sabría en donde vive Anna, así podría ir a pedirle disculpas. Al llegar, toco la puerta, minutos después la puerta se abrió y vio a Jimena delante de él.
—Hola lindo, ¿Viniste a verme?
—¿Qué?
—Sí, estás preocupado por mí, después de lo que me hizo Anna ayer.
—Mira Jimena, sinceramente no me interesa mucho como estés, yo vengo a ver a Jocelyn.
—¿A Jocelyn? ¿Para que?
—No es de tu incumbencia, déjame pasar.
—Jocelyn no está —dijo ella.
—¿Entonces quien es la persona que está detrás de ti? —preguntó mirando por detrás de ella.
—Hola Logan —dijo Jocelyn sonriendo.
—¿Ahora si me dejas pasar? —preguntó Logan.
Jimena rodó sus ojos y se fue de ahí. Ambos se burlaron de Jimena, hasta que se pusieron serios y Logan miró a Jocelyn.
—Necesito tu ayuda.
—¿Qué pasa?
—Quiero saber donde vive Anna, quiero ir a pedirle una disculpa, sé que estaba molesto, pero no era motivo para tratarla como lo hice, ¿Podrías decirme?
—Pues de hecho yo iba a ir a su casa, desde que salió corriendo del hospital no la he visto y tampoco me ha llamado y eso me preocupa en verdad.
—Bueno, entonces vamos, llevo mi auto.
—De acuerdo.
Ambos salieron de la mansión y subieron al auto, una vez arriba él comenzó a dirigirse a la "casa" de Anna, siguiendo obviamente las instrucciones de Jocelyn. Al llegar entraron al edificio, Jocelyn se acercó al de recepción.
—Oye, ¿Sabes si la chica del 13—B salió?
—No, pero vino su amigo del otro día.
—¿Amigo?
—Sí, uno bajito, cabello corto y castaño.
—Terry —susurró Logan.
—No sé como se llama, pero ese mismo.
—Bueno gracias —dijo Jocelyn y ambos subieron por el elevador.
Cuando llegaron al piso notaron que la puerta del departamento de Anna estaba abierta, a ambos se le hizo raro así que entraron, ambos se sorprendieron al ver como estaba el departamento, parecía como si un huracán hubiera arrasado ahí, estaba hecho un desastre, un completo desastre.
—¡Anna! —gritó Jocelyn—. Iré a su habitación, espérame aquí.
—¡No! Yo también quiero ir.
—Solo espérame aquí Logan —dijo ella.
—Bien, pero si necesitas ayuda grita.
—Claro —dijo y corrió dentro del departamento hasta su habitación, la cual estaba cerrada pero cuando abrió la puerta se llevó una escena, no muy agradable—. ¡Oh Dios mío! —dijo un tono bastante alto, tan alto que el pelinegro pudo oírla.
—¿Qué paso?
—¡No vengas Logan! ¡No te acerques!
—¿Qué pasa?
—¡Te lo suplico no vayas a venir! —dijo mirando aún impactada. Era Anna quien estaba en su cama completamente desnuda, además de que de sus partes había un gran charco de sangre, manchando las sabanas y la cama. Jocelyn se acercó a su armario y busco algo para ponerle, cuando lo hizo, se acercó a la chica inconsciente y le puso la ropa, una vez arreglada quito las sabanas manchadas y puso unas limpias. Cuando vio todo listo salió de la habitación—. Ahora sí, ya puedes venir, necesito que me ayudes, Anna esta inconsciente.
—¿Por qué lo dices hasta ahora? —preguntó el chico molesto yendo a la habitación.
—Es que...
—Como sea —entro y vio a Anna en la cama. Se acercó y la cargó—. Hay que llevarla al hospital.
Jocelyn asintió. Ambos salieron del departamento y Jocelyn cerró la puerta, bajaron por el elevador y cuando llegaron a la recepción se acercó al chico de nuevo.
—Escúchame si alguien quien sea, quiere entrar a la habitación de la chica, no le permitas el paso.
—Claro que no señorita.
Salieron del edificio y subieron al auto, Logan se dirigió al hospital y cuando llegaron pidieron ayuda, unos camilleros se llevaron a Anna, ellos quedando en la sala de espera bastantes preocupados. Pasaron unos minutos después desde que se llevaron a Anna y aún no salían a decir nada.
—Jocelyn —dijo él.
—¿Qué pasa?
—¿Dime que tenía Anna? ¿Por qué tardaste en llamarme?
—No sé si decírtelo.
—Debes decírmelo, por favor.
Jocelyn suspiró.
—Bien, cuando entre a la habitación de ella, ella estaba completamente desnuda.
—¿Qué?
—Además, en su... en... —suspiró, no sabía como decirlo—, en su...
—Sí, entiendo, ¿Qué pasa?
—Bueno, ahí tenía sangre.
Él se quedó inmóvil, no sabía que decir, una parte de él sabía lo que le habían hecho a su amiga, pero otra parte no quería aceptarlo. En eso salió el doctor con una mirada muy seria.
—Familiares de la señorita Anna Parker.
—En un momento lo aviso a su padre —dijo Jocelyn.
—Lo siento, no puedo decirles nada entonces sobre la señorita.
—Yo... —dijo Logan regresando en sí—, yo soy... soy su hermano.
—¿En serio?
—Sí, lo soy —trato de sonar convincente.
—Bueno, le hicimos unas revisiones a la chica, y bueno, lo que pudimos ver fue que ella... su hermana... fue abusada... sexualmente.
—¿Qué? —dijo Jocelyn con la voz a punto de llorar.
—Así es, lo lamento mucho —dijo y se fue.
—No puede ser —dijo ella sentándose en una silla—, primero Tani y ahora ella, ¿Qué más pasara ahora?
—Voy a matarlo —dijo Logan con rabia en su voz.
—¿Qué?
—De seguro fue ese maldito hijo de puta, voy a ir y lo voy a matar.
—Tranquilo, no te dejes llevar por la rabia.
—¡¿Qué este tranquilo?! —dijo en un grito—. Ese desgraciado acaba de violar a Anna y quieres que esté tranquilo, ¿Cómo puede estar tan tranquila?
—¡Yo no estoy tranquila!
—¡¿Entonces?!
—No quiero llegar a la violencia, digámosle a la policía, ellos se harán cargo.
—La policía aquí no sirve, uno mismo tiene que encontrar la justicia por sus propias manos.
—¿Entonces dices que solamente irás y lo mataras a golpes?
—Es una buena idea, pensaba solo dejarlo inconsciente, pero eso es mucho mejor.
—Mira, mejor llamemos a Maximiliano, estoy segura de que él sabrá que hacer.
—Bien, yo llamaré a mi mamá —dijo él y saco su teléfono.
⭐⭐⭐
Después de un rato, ambos esperaban a que alguno de los llamados llegara pronto, pero Pamela llegó antes ya que Tani aún estaba en el hospital así que estaba ahí mismo.
—¡Logan! —gritó su mamá al llegar ahí con ellos. Él se acercó a ella y la abrazó—. ¿Qué pasó?
—Es Anna.
—¿Qué le pasó a Anna?
—Ella... ella fue... a Anna la violaron.
—¿Cómo dices?
—Así es —dijo Jocelyn—, Anna fue violada.
—No puede ser.
—Creemos saber quien fue, así que llamaremos a la policía.
—Sí, el maldito desgraciado tiene que pagar —dijo Pamela molesta.
Los chicos se fueron de ahí, mientras Pamela aún esperaba a Maximiliano, después de un momento él llegó.
—¡Pamela! —gritó antes de llegar.
—¡Max!
—¿Qué pasó? ¿Qué le paso a mi hija?
—Lo que te voy a decir no te va a gustar para nada.
—¿Qué pasa Pamela?
—A Anna... la violaron.
—¿Qué dijiste? —dijo casi sin aire.
—Que Anna la violaron Max.
—No, eso no es posible, no a mi hija no —dijo y comenzó a llorar.
Pamela lo abrazó, estaba igual que él.
—Lo lamento tanto.
—Quiero... quiero ver a mi hija
Pamela asintió, así que llevo a Max a la habitación de Anna, pero en cuanto la vio más lágrimas salieron de sus ojos, sin poder soportar el hecho de que a su hija le habían hecho daño y él no había estado ahí para protegerla, se sintió muy mal.
—Perdóname hija, se supone que yo debería cuidarte.
—No Max, tú no sabrías lo que pasaría.
—Soy su padre, tenía que haberla obligado a que se quedara ayer en el hospital, o mejor aún... ¿Por qué no salí a buscarla? —siguió llorando—. Soy un pésimo padre.
—No lo eres, nunca sabríamos que esto iba a pasar.
—Yo... yo... —sin poder soportarlo más, Max cayó al suelo inconsciente.
Pamela algo asustada llamo a un doctor, al llegar se llevaron a Max a una habitación, dejando a Pamela todavía más preocupada.
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© Querido Hoyuelos por Fanny Frías. Todoslos derechos reservados.