| i'm a survivor. |
—¡Voy a hacerte pedazos de formas que no puedes imaginar!— gritó Paul apretando a Seth aún más contra la pared del hogar de Emily, quien Sam había echado de la zona sabiendo que las cosas iban a ponerse feas.
Los puños de Paul estaban aferrados a la musculosa que tenía el menor de la manada, lloriqueando por temor a su vida ante la furia de la manada Quileute. La piel morena del mayor estaba roja de furia, sus nudillos estaban blancos debido al fuerte agarre y su cuerpo largaba vapor.
—Te haremos trizas, Seth. ¿En que mierda pensabas? ¿Que parte de Morrigan no se toca no entendiste?— rugió Embry avanzando unos pasos amenazador.
—Paul, Embry. Seth no qui-— trato de razonar el alfa pero fue callado por Jared.
—No me vengas con esa mierda, Sam. El bienestar de Morrigan va por arriba de tu rango, no te metas.
Sam se quedo unos segundos perplejo a las palabras de uno de sus betas, quien siempre le había tenido respeto y no se involucraba mucho en problemas, pero tenía razón; Morrigan importaba más que su rango.
La puerta principal fue abierta bruscamente, entrando un Jacob sin camiseta, su cara contraída en furia y su cuerpo temblando juntos el característico vapor. Avanzó a paso firme donde Seth estaba acorralado y no se molestó por mover a Paul, levantó su puño y lo estrelló fuertemente contra la cara del muchacho.
—¡Voy a asesinarte, Seth!— chilló Jacob viendo como el niño caía al piso con su boca sangrante.
—¡Hey!— exclamó Leah tratando de intervenir pero Sam la detuvo tomándola bruscamente del brazo.
—No te metas, Leah. Lo empeorarás.
—¡Entonces haz algo! Van a matarlo— reprendió Leah zafándose bruscamente del agarre de Sam.
—No puedo hacer nada, Leah. Lo siento.
Su hermana volvió a dar un paso dispuesta a defender al menor, pero Jared y Embry la tomaron bruscamente de los brazos obligándola a detenerse.
•••
—Muévete un poco, Jasper— murmuró Morrigan entre sueños a medida que se removía entre las sábanas.
—Morrigan, estoy en el borde de la cama, no puedo moverme más— respondió el vampiro despegando la vista de su libro.
La muchacha permanecía expandida en toda la cama de sus plazas, las mantas revueltas por todo su cuerpo, había dormido toda la noche mientras que su rubio hermano velaba por su sueño, disfrutando las emociones que Morrigan desprendía entre sueños.
—Igual, muévete un poco.
Jasper sonrió de lado a medida que dejaba su libro de lado, apoyándolo sobre la mesa de luz; fue deslizándose poco a poco a través de las mantas, percibiendo la cálida piel de su hermana contra su fría temperatura corporal.
—Jazz, te amo. Pero estas frio— habló nuevamente entre sueños a medida que se movía hacia el otro lado, dándole la espalda a su hermano.
—Jasper, ven.
Escuchó la voz cantarina de su pareja desde el primer piso del hogar. Se levantó suavemente tratando de no despertar más a Morrigan pero antes de que pueda cerrar la puerta para recurrir al llamado de su hermana nuevamente escuchó la voz dormida.
—Quiero...con fruta— habló en un murmuró mientras volvía a expandirse en la cama.
El rubio sonrió de lado antes de salir de la habitación y correr por la casa a velocidad vampira, encontrándose a toda su familia reunida en la sala de estar, sus rostros contraídos y expresiones serias; era claro de que iban a hablar.
—No volverá con los perros— espetó Rosalie hacia su madre, quien se resignó en mirarla mal.
—¿Por que nadie piensa en lo que Morrigan quiere? Nosotros la abandonamos y ella ya hizo una nueva familia— tomó la palabra Alice mientras que Jasper se acercaba a ella, tomándola en sus brazos.
—Porque nosotros no la herimos ni le dejamos cicatrices— reprendió la rubia de la familia.
—Rosalie, la abandonamos. La dejamos atrás exactamente como sus padres lo hicieron...— intervino Carlisle cruzándose de brazos. —En el último aliento Enzo me hizo prometerle que iba a cuidarla--
—Y eso es lo que estamos haciendo. La alejamos de los perros y problema resuelto— respondió Emmett encogiéndose de hombros.
—No es tu decisión, Emmett— espetó Alice con su ceño fruncido.
—¿Acaso es la tuya? La estamos protegiendo.
—No lo están haciendo— habló Edward con su ceño fruncido, ganándose las miradas de la familia. —Yo soy el culpable de por que la dejamos, por que la abandonamos. Odio decirlo, pero la manada se convirtió en su familia en nuestra ausencia.
—Pero nosotros seguimos siéndolo primero— volvió a hablar Rosalie mirando a su padre.
—Eso ya no depende de nosotros, Rose— respondió el hombre. —Lastimamos a Morrigan. Le dimos en el peor lugar que podíamos. Sus padres, su hermano y luego nosotros, todos nosotros...— miró al clan vampiro. —Si Morrigan decide quedarse o irse, será decisión de ella.
—Estas equivocándote, Carlisle— dijo Emmett negando con su cabeza.
—Nosotros no tenemos autoridad en Morrigan, mucho menos ahora que los... lobos saben de ella— habló por primera vez Jasper.
—¿Acaso no recuerdas lo que significa si Morrigan sale herida?— reprendió Rosalie mirando a su "mellizo". —Se declara la guerra.
—Ya lo sabemos, Rose. Pero no podemos declararla así como así— intervino Esme.
—¿Que? ¿Morrigan no lo vale?
—Nadie está diciendo eso, Rosalie— dijo esta vez Carlisle ante la riña. —Debemos considerar que quien se lo ha hecho no fue intencional.
—¿Y tu como sabes eso, Carlisle? ¿Que te asegura que no lo hizo en un ataque de furia?— exclamó Edward.
—No me importa una mierda si creen que Morrigan se quedará con ellos— espetó Emmett comenzando a caminar hacia la salida. —No morira como Artemisa lo hizo.
—Ella no es Artemisa, Emmett— dijo Esme mirando a su hijo irse, a lo que el paro y volteo a ver a su madre.
—¿Acaso no te acuerdas? Los lobos asesinaron a Artemisa. La desgarraron, de pies a cabeza. Díganme cuánto va a pasar para que hagan lo mismo con Morrigan— habló Emmett volviendo unos pasos a su familia. —Ahora fue un rasguño, no pienso esperar nuevamente la muerte.
—No podemos ir a la guerra, Emmett. Llamará la atención de los Vulturis— explicó con voz calma su madre adoptiva.
—Esme tiene razón...— susurro Alice con la mirada gacha.
—Si los Vulturis se enteran de Morrigan no dudarán en matarla— anunció Edward con su ceño fruncido mientras se cruzaba de brazos. —Es quien une a las dos especies, puede ser capaz de crear un ejercito de vampiros y lobos si quiere--— Jasper lo interrumpió.
—Morrigan, no es capaz de matar una mosca, mucho menos de crear un ejército.
—Pero los Vulturis no la dejarán viva de igual forma— habló amargamente Carlisle mientras miraba a su hijo militar.
—Lucharemos por ella— habló Rosalie decidida.
—Nadie luchará con nadie, no la expondremos de ser necesario— ordenó Esme mirando a todos sus hijos.
Poco a poco ellos fueron desapareciendo, dejando en soledad a los dos padres responsables del clan.
—La historia se esta repitiendo de nuevo— murmuró Esme entre los brazos de Carlisle.
—Antes era Edward y Ephraim, ahora Seth y Emmett— suspiró Carlisle.
—Siempre habrá una chica destinada para los lobos y los vampiros, nunca creí que sería la nuestra.
—Yo tampoco, Esme.
•••
Morrigan suspiró a medida que estaba dispuesta a salir del hogar Cullen, por más que esfuerce en caminar de puntitas de pie para no ser escuchada sabía que era inútil. Una casa llena de personas con oído sobrenatural no era bueno para sus escapadas.
—¿A donde crees que vas?
La potente voz de Emmet Cullen se hizo presente a sus espaldas. Dejando salir un suspiro, Morrigan volteo.
—A dar una vuelta, ya sabes, estirar las piernas, aire libre, sol... no sabes mucho de eso ¿verdad?— habló Morrigan mientras movía su mano, con la cual sostenía sus zapatos para ser más silenciosa, en un vago ademán.
—Ah, genial. Voy contigo entonces— amago a caminar hacia la puerta pero Morrigan se interpuso.
—Hay sol.
—No tenemos vecinos.
—Hay humedad.
—No sentimos los climas.
—Asustan a los animales.
—Que bueno que me haya alimentado ayer.
Morrigan entrecerró sus ojos ante las respuestas que le proporcionaba Emmett, no sabía que mierda estaba diciendo pero el muchacho buscaba la vuelta para refutar a todo lo que ella decía.
—No quiero que vayas sola, Morrigan. Se que irás a ver a los perros— reprendió Emmett cruzándose de brazos a lo que Morrigan rodó sus ojos al escucharlo.
—Solo iré a decirles que estoy bien antes de que asesinen a alguien— respondió la muchacha tratando de sonar tranquila a medida que volteaba dispuesta a irse.
—Iré contigo.
—No.
—Morrigan— advirtió Emmett a lo que Morrigan suspiró frustrada.
La castaña volteo aún con el pomo de la puerta en su mano, dispuesta a contestarle a Emmett.
—Puedo cuidarme sola, Emmett— espetó molesta. —Sobreviví todos estos años codo a codo con el hambre y el frío, cuidándome la espalda de violadores y ladrones. Soy capaz de lidiar con un poco de drama lobuno adolescente.
Dicho esto, Morrigan volteo saliendo de la casa a paso decidido dándose la vuelta una última vez, observando como su familia había comenzado a juntarse a ver su partida.
—Soy una sobreviviente, yo no voy a morir— volteo nuevamente caminando hacia el bosque. —No de nuevo.
SPOILER.
SPOILER.
SPOILER.
Habrá una disputa entre lobos y vampiros por quien asesino a Artemisa.
¿Quien dicen que fue?
¿Los lobos o los vampiros?