Un nuevo día había comenzado, todos los estudiantes caminaban directamente a la entrada del instituto, algunos felices, otros no tanto. Justamente en los casilleros se encontraban Jocelyn y Bianca, esperando ver a Anna llegar, pero aún no llegaba.
—Ya es algo tarde y Anna no llega —dijo Bianca mirando el reloj que colgaba en una de las paredes.
—Me parece extraño que aún no llegue, ella nunca llega tarde.
—¿Pasó algo ayer? —preguntó Bianca mirando a Jocelyn.
—¿De que hablas? —la miró.
—¿A caso crees que no me di cuenta que tardaron en el baño?
—Solo fueron unos minutos.
—¿Qué pasó ayer?
—Solo dijo que ya no le hablaría de nuevo a Logan.
—¿En serio?
—Sí.
—No lo creo.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Jocelyn mirando a Bianca.
—No los has visto, siempre pelean y después de días ya se vuelven a hablar.
—Estoy segura que esto es más serio Bianca, está vez si es de verdad.
—Cada vez más se están volviendo locos.
—Lo sé.
—Bueno sigamos esperando a... —dijo mirando para enfrente y se cayó al ver quien se acercaba a ellos.
Anna caminaba muy sonriente, pero eso no era lo que había dejado muda a Bianca y sorprendido a Jocelyn, sino por la manera en que iba vestida. Llevaba un vestido bastante corto, la parte de arriba del vestido tenía un gran escote, mostrando algo de sus pechos, además de que la espalda la tenía algo descubierta y llevaba unos tacones negros, bastante altos.
—Hola chicas —dijo al estar frente a ellas.
—Anna, ¿Qué... te...? —no lograba articular bien la pregunta.
—¿Te gusta el vestido? —dijo dando una vuelta, haciendo que la falda girara perfectamente en el aire.
—Sí, está... muy bonito.
—¿Dónde lo conseguiste? —preguntó Jocelyn.
—En una tienda de ropa, por eso tarde en llegar —sonrió.
—¿Por eso llegaste tarde?
—Así es... ¿Qué les parece?
—Está muy bonito y todo, pero... creí que no te gustaba usar vestidos, al menos no de ese tipo, ya que son muy... demostrativos.
—Bueno, dije que haría algunos cambios en mi vida y este es uno, pero descuiden, sigo siendo la misma yo, no se preocupen.
—Bueno... como digas.
—Vamos, o llegaremos tarde a clases —dijo y caminó como si estuviera en una pasarela.
Bianca y Jocelyn aún seguían sorprendidas, ¿Qué le había pasado? Después de un rato las clases habían comenzado, todo el rato Anna estuvo muy conversadora, en especial con los chicos, cosa que sorprendía aún más a Bianca y Jocelyn.
—Tenemos que decirle a Logan —dijo Jocelyn.
—¿Para qué?
—Él la conoce mejor que nadie, él sabrá como calmarla.
—Está bien, cuando termine la hora, vamos a su clase.
—Bien.
Después de minutos la clase terminó, todos salieron del aula, directamente a su siguiente clase, Jocelyn y Bianca aprovecharon que Anna estaba distraída con varios chicos platicando con ella, muy embobados, así que a paso veloz caminaron hasta el casillero del pelinegro, donde lo encontraron con Jimena.
—¡Logan! —gritó Bianca.
Ambos se voltearon a verlas.
—¿Qué pasa?
—¿Qué hacen aquí? —dijo Jimena seria.
—No es tu problema —dijo Jocelyn mirando a su hermana, luego miro al chico—. Logan, necesitamos tu ayuda.
—¿Qué pasa?
—Es Anna.
—¿Qué le pasa? ¿Qué tiene?
—Está actuando de una manera distinta —dijo Bianca.
—¿Y eso que le importa a él? —dijo Jimena—. Ella le dijo que ya no hacía falta que se preocupara por ella, que ya no eran más amigos.
—Jimena tiene razón Jocelyn, Anna me dijo eso, lo siento —tomo la mano de Jimena y se fueron alejando.
—Bien, entonces que no te importe que haya llegado con un mini vestido, usando zapatos altos y luciéndose con los chicos, que gran amigo eres... vámonos Bianca.
Bianca negó y siguió a Jocelyn, dejando a los otros, bueno dejando al chico bastante preocupado, Anna nunca haría eso.
—Que más da, que haga lo que quiera, eso ya no es tu problema —dijo Jimena antes de besarlo e irse de ahí.
Durante las primeras horas del día Anna solo le prestaba atención a los chicos, dejando de lado a Jocelyn y a Bianca, sabían que aún le dolía el rechazo de su amigo, pero no sabían que tanto para cambiar de la noche a la mañana.
—Ya tengo hambre, quiero una pizza —dijo ella mientras caminaban a la cafetería.
—Creo que hoy darán puré de papas —dijo Bianca.
—¡Yo quiero una pizza! —dijo en un berrinche.
—Tranquila linda, yo te compraré una pizza —dijo el chico que iban con ellas, el cual tenía a Anna abrazada por los hombros.
Jocelyn solo negó, no le estaba gustando para nada la actitud de Anna. Una vez llegando al lugar, llamó la atención de todos, en especial de los chicos, quienes de inmediato se acercaron a platicar con ella, tanto fue que Jocelyn y Bianca se quedaron sin un lugar junto a ella.
—Parece que Anna está disfrutando ser el centro de atención —dijo Bianca mirando.
—Aún me pregunto por que ese cambio, a penas ayer estaba tan bien y ahora... parece otra persona.
—¿Pero que Jimena? —preguntó mirándola.
—No, Jimena podrá ser todo lo que quieras, pero al menos yo nunca la he visto llamando la atención de los chicos, así.
—Sinceramente su actitud no me está gustando para nada.
—A mí tampoco, pero no podemos hacer nada y Logan no piensa ayudarnos.
—Mejor vámonos, no quiero seguir mirando —dijo y se fueron a otro lado.
Mientras que en una mesa apartados mirando sorprendidos estaban Jimena y Logan.
—Vaya, parece que Jocelyn tenía razón —dijo Jimena.
—No puedo creerlo.
—Pues mírala, es increíble que se esté actuando de esa manera.
—No entiendo por que lo hace.
—Puede ser por que nos vio ayer.
—¿Qué? —preguntó mirándola.
—Bueno, cuando estábamos en el estacionamiento... ella vio cuando nos besamos.
—¿Nos besamos? Más bien, tú me besaste a mí.
—Como sea, la cosa es que nos vio, además yo ayer le dije a Jocelyn que estábamos saliendo, supongo que le debió haber dicho.
—Lo dices como si fuera cierto, sabes que solo acepte para que a Anna le quedara claro que no puede haber nada entre nosotros, cuando salgamos de aquí, "terminaremos" —dijo haciendo comillas con los dedos.
—Como sea, al menos disfruto las expresiones de Anna, es realmente gracioso verla así.
—Realmente la odias.
—Tal vez, pero como sea, tu aceptaste mi ayuda ahora no te puedes echar para atrás.
Él solo rodó los ojos y volvió a ver a Anna, realmente le preocupaba su actitud, ya vería la manera de hablar con ella, solo esperaba que no terminaran peleándose. Cuando las clases terminaron, Terry un chico del equipo de soccer la invitó a salir, lo cual ella acepto, con la condición que la llevara a su casa.
Iban caminando por el estacionamiento, cuando fueron detenidos por Logan.
—Alto ahí Anna —gritó llamando su atención.
Ambos voltearon y lo vieron.
—¿Qué quieres Logan?
—¿Y este quien es? —preguntó Terry mirándolo.
—No es nadie importante, puedes esperarme en tu auto en un momento voy.
—Claro linda —le dio un beso en la mejilla y se alejó de ahí.
Anna volteo a ver al chico, quien miraba extrañado la escena.
—¿Ahora sí que quieres?
—¿Se puede saber que te pasa?
—¿Qué me pasa de que?
—Tu actitud, todo eso... ¿Qué está pasando contigo?
—Simplemente entendí, que si quiero que un chico me haga caso tal vez deba cambiar todo de mí, ya sabes... mi manera de vestir, actuar, todo eso... digo si quiero que los chicos me tomen en cuenta.
—Esa no es la manera Anna.
—¿Bueno y a ti que te importa? Tú me rechazaste por Jimena, preferiste a ella que a tu mejor amiga.
—Lo siento Anna, sabes que en el corazón no se manda.
—Lo sé, maldita la hora en que me enamoré de ti, pero tranquilo... ya no será así, dejaré este estúpido sentimiento de lado y ya no tendrás que saber de mí.
—Esta no es la Anna que yo conocía.
—La Anna que conocías está encerrada, en un lugar frio y gris, donde no tendrá salida, ahora esta soy yo... así ya nadie me verá la cara de estúpida —sonrió de repente—. Bueno, si ya no tienes nada más que decir, adiós lindo —guiñó el ojo y se fue dejándolo muy confundido y sorprendido.
¿Qué le estaba pasando a Anna?
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© Querido Hoyuelos por Fanny Frías. Todoslos derechos reservados.