*Pov ________*
Mis ojos se abrieron y al instante se cerraron al ser deslumbrados por una luz roja. Me sentía desorientada. Abrí nuevamente mis ojos, poco a poco acostumbrandome a la luz y minutos más tardes solo podía seguir observando aquella luz roja en un intento de que todo se ordenará.
Pronto comenzaron a llegar recuerdos a una velocidad que me hacían cerrar los ojos con fuerza y a la vez haciendo que mi corazón estuviera latiendo a una velocidad apresurada.
Mi mente logró recordar aquella noche fría y lluvioso, podía llegar a recordar la batalla que se dio esa noche. Las escenas pasaban una y otra vez en mi mente, como flashes. Después parece que en mi cabeza se había creado un espacio en blanco y luego aparecieron escenas que no tenían ningún sentido para mí, pero que por alguna razón estaba consciente de haber estado presente en ellas.
Mi respiración comenzó a ser acelerada haciendo que mi pecho subiera y bajará de una manera no tan coordinada, y a pesar de ello mi mente no dejaba de trabajar. Escenas tras escenas pasaban por mi mente, pero el espacio en blanco todavía no llegaba a tener sentido hasta que algo hizo clic. Ese clic era Lillian.
Tomé asiento de una forma brusca y cuando miré a mi alrededor me di cuenta que estaba encerrada en una especie de... ¿prisión?. Ésta se encontraba en medio de una habitación, iluminada por la luz roja y las paredes eran transparentes dejando ver a dos hombres custodiando la puerta de toda la habitación. Fuera de la presión también estaba siendo iluminado por aquella luz roja. Me di cuenta que estaba sentada en una especie de cama y cuando dirigí nuevamente mi vista a aquellos hombres pude notar temor en sus ojos haciendo que sintiera cierto desconcierto, pero nuevamente mi cabeza se centró en Lillian y seguidamente ella con un mineral de color rojo.
Me coloque de pie de inmediato al haber llegado a comprender todo. Sabía muy bien lo desastroso que podía ser para un kriptoniano estar bajo el efecto de la kryptonita roja, la misma Lillian me lo había explicado en esos cuatro años de estar bajo su "tutela". Ahora todas las escenas tras ese espacio en blanco tenían sentido. Lillian me había puesto bajo el efecto de la Kryptonita roja al no haberla obedecido.
Puede ser que estuve bajo su efecto, pero al fin de cuentas era consciente de todo lo que había pasado.
La desesperación comenzó a apoderarse de mí haciendo que comenzará a caminar de un lado a otro. Lillian había seguido con el plan, había hecho daño, le había hecho daño a Lena...
Mis pasos se detuvieron cuando los ojos de la pelinegra aparecieron en mi mente.
-No puede ser...- susurre en voz baja, llevando mis manos a mi cabeza.
Si todo se había dado, claramente Lena estaba al tanto. Todos estaban al tanto...
Las palmas de mis manos chocaron contra la pared transparente, haciendo que los guardias se pusieran en posición, pero observando la luz roja supe que no había rastro de poder en mí. Sabía que aquella luz roja no estaba solamente de adorno para aquella prisión, esa luz roja estaba simulando el sol rojo de Krypton haciendo que me mantuviera como un humano más. Otra maldita lección por parte de Lillian.
Miré nuevamente hacía los guardias y enseguida uno de ellos salió de la habitación, mientras que el otro se quedaba aún en la posición de querer disparar por si algo sucedía.
-Todo se ha ido a la mierda...- susurre en voz baja nuevamente.
De pronto la puerta de la habitación fue abierta, entraron cuatro guardias más y enseguida mi cuerpo cayó nuevamente en pedazos cuando los vi ingresar a la habitación. Mis manos dejaron de posarse en la pared transparente para darme la vuelta. No tenía el valor para mirarlos a la cara, tenía miedo, estaba asustada. Recuerdo haber experimentado esta oleada de sensaciones durante la adolescencia y aunque no lo demostrará, luego con Lena, y ahora en esto.
Todo estaba mal, malditamente mal, pero ya todo estaba hecho, no podía hacer nada para arreglarlo.
-Ahora comprendo por qué te me hacías conocida- escuché a mi espalda. Reconocí su voz, era la de Clark- tienes ese aura de poder y mirada de Astra.
Un nudo se formó en mi garganta cuando escuché aquel nombre.
-Eso explica todo- contesté aún de espalda, rogando que la voz no me fallará- se me hacía extraño que dijeras haberme visto antes. Porque según recuerdo eras un bebé cuando nos marchamos de Krypton.
Escuché una risa por parte de él haciendo que quedará desconcertada y me diera la vuelta lentamente, sin levantar la mirada.
-También porque el holograma tridimensional de mi padre me informó sobre ti y Kara- levanté mi mirada y pude observar como junto a Kara se acercaron en un intento de que la conversación fuera más privada.
Cuando estuvieron cerca los observa aún más atenta, pudiendo darme cuenta que en sus rostros había rastro de mucho cansancio y dolor, provocando que desviara mi mirada de ellos.
-Puedo recordar ciertos momentos...- susurre con voz apagada- ¿Cuántos días han pasado desde lo ocurrido?
Se miraron entre ellos para luego dirigir sus miradas nuevamente a mí.
-Tres días- responde de inmediato Clark- has estado bajo nuestros cuidados por los daños en tu cuerpo, pero apenas despertaste agonizando y con signos de que todo daño en tu cuerpo había sido remediado, te volvieron a dormir y a ingresar a esta celda al saber que ya estabas bien, no querían arriegarse... han pasado unas cuantas horas desde que sucedió aquello. Los golpes en tu cuerpo más estar expuesta a la kryptonita roja, te hicieron mucho daño y costaron un poco tu proceso de recuperación.
Pude notar cierto desacuerdo en sus palabras cuando mencionó la parte de ingresarme a aquella celda y fue imposible no detenerme a observar los ojos de Kara. Podía notar el dolor y la decepción en ellos.
-Todo ha salido a la luz, ¿cierto?- pregunté, sintiendo como si mi garganta fuera rasgada al decir esas palabras.
-Absolutamente todo- contestaron al unísono.
Mi entrecejo se curvo levemente y simplemente deseé que esa visita terminará. No tiene el valor de dirigirme a ellos y aún me preguntaba cómo es que todavía se dirigían a mí.
-¿Por qué, _________?- preguntó Kara, acercándose hasta el punto de apoyar sus manos en el material en que estaba hecho aquella celda.
Al instante no encontré respuesta a esa simple pregunta, hasta yo mismo desde hace un tiempo también quería saber el por qué.
-Quizá mi camino es igual al de mis padres, Kara- respondí finalmente.
Ella negó rápidamente y demoró unos segundos en contestar, podía notar que estaba analizando la situación.
-Según el holograma de mi madre, Astra, se dio cuenta que mis padres junto a los padres de Kal, estaban comenzando a planear en enviarnos a ambos a la tierra. Se habían dado cuenta que Krypton no tenía salvación - comenzó a decir Kara, cambiando de tema- eso sucedió antes de que mi madre se enterara de sus planes- la rubia bajo su cabeza, pero rápidamente la alzó- aunque Astra no se lo dijo directamente, mi madre se dio cuenta que ella quería que también fueras salvada- esta vez fui yo la que bajo la cabeza y no volví a subirla- por lo que mis padres, junto a los de Kal, tuvieron el plan de enviarnos a los tres a la tierra. Todo esto sin Astra darse cuenta. Mi madre pensó que era el mejor regalo que le podría dar antes de que todo se volviera un caos. Se lo hubiera podido decir, pero era una situación que debía mantenerse en privado, y mi madre agradeció que Astra no dijera nada cuando se enteró de los planes- una sonrisa que mostraba dolor se asomó en su rostro- pero luego todo cambió cuando mi madre se dio cuenta de los caminos en que estaba- hizo una pausa, haciendo que levantara mi cabeza- una discusión se formó entre ellas en donde el orgullo de Astra salió a relucir, diciendo que no necesitaba la ayuda de nadie, que ella podría salvarte por su cuenta- un dolor apareció en mi pecho y apoye las manos en el material transparente para no caer al suelo de rodillas- finalmente Astra fue atrapada. Mi madre se encontraba desconcertada por las acciones de su propia hermana, pero finalmente decidió por seguir con el plan ya antes establecido y enviarnos a los tres a la tierra.
-No eres igual a tus padres, __________- dijo luego Clark.
Los miré de una forma incrédula, negando con mi cabeza.
-¿Pero qué están diciendo?- pregunté con amargura- ¿Acaso no van a castigarme por todo el dolor que he causado?- mi voz temblaba con cada palabra que daba.
Se miraron entre ellos y luego colocaron sus manos en la pared transparente, justamente en donde estaban las mías.
-Estabas bajo los efectos de la Kryptonita roja, __________- dijo Clark, mirándome fijamente- y además, bajo los engaños de Lillian Luthor.
-Nos ha dolido, pero sabemos que no estás en nuestra contra- dijo Kara, con pequeñas lágrimas recorriendo sus mejillas.
-Estuve en contra de ustedes... es cierto que Lillian sembró en mí una semilla de rencor, pero era algo que estaba ya en mí. Tarde o temprano iba a aparecer- confesé con mucho dolor.
-Por lo que ha confesado Lillian, estabas decepcionada por no haber recibido ayuda por parte de nosotros. Te planteó la idea de que nosotros te habíamos dejado de lado y tú aún siendo alguien muy joven, seguramente aún asustada y confundida por éste mundo, te dejaste llevar. Kara y yo también pasamos por una etapa de rebeldía, por una etapa de desconcierto.
Negué con mi cabeza mientras retrocedía un paso, en un intento de alejarme de aquella situación. Algo cobarde e incrédulo de mi parte sabiendo desde hace mucho las consecuencias que traería todo, pero ahí estaban ellos, teniendo piedad de mi alma.
-¿Han hablado con ella sobre todo?-pregunté refiriéndome a Lillian.
-Sí, por alguna razón confesó todo sin siquiera ser obligada- contestó Clark, con cierta duda en sus ojos.
Todo parecía una broma de mal gusto, pero con tan solo mirar directamente a sus ojos podía percatarme que solo decían más que la verdad.
-Seguramente estas preguntándote por qué no estamos yendo contra ti...-dijo Kara en voz baja.
-Así es...-susurre.
Hubo un instante de silencio, instante en que quise levantar mi cabeza y preguntar por los demás, pero sentía mucha vergüenza y dolor, sabía que las cosas muy pronto sucederían y tendría que pagar por ello.
-¿Recuerdas esa noche cuando te confesé ese algo tan importante para mí?, esa noche en que me derrumbe ante ti— comenzó a decir Kara- luego de haberte confesado que había perdido a alguien muy importante, me preguntaba, ¿por qué?... ¿por qué le confesé algo tan importante?, pero ahora solo puedo sacar la conclusión que la sangre nos conectó y solo fue algo que se dio- hizo una pausa para luego seguir hablando- ese recuerdo de cuando te confesé haber perdido a alguien, fue lo que siempre se estuvo repitiendo en mi mente en los últimos momentos que estábamos batallando- alce mi cabeza, dispuesta a mirarla a los ojos- ¿Y sabes por qué?- una sonrisa dolorosa se asomó en su rostro- porque esa noche vi algo en tus ojos que me demostró el gran ser que eres- soltó una risa pequeña mezclada con dolor, mientras unas cuantas lágrimas caían por sus mejillas-claramente no sabía sobre tu otra parte, pero en ese momento pude sentir ese lado compasivo que tienen la mayoría de las personas y el que me hace seguir peleando por este planeta— su mirada de pronto se encontró perdida, recordando más detalles por decir— en la pelea cuando descubrí quién estaba bajo aquella máscara que llevabas, ese recuerdo me demostró que el ser que estaba peleando en contra de todos, no era el mismo en el quien había visto compasión por mí aquella noche y el que en sus ojos he visto por semanas el gran cariño que tiene hacía Lena...— algo golpeó en mi anterior al escuchar ese nombre— y estuve en lo cierto cuando me enteré que estabas bajo la influencia de la kryptonita roja. Hay humanidad en ti, ___________. Es algo que abunda y es como un aura en nosotros al tener grandes personas a nuestro alrededor- dijo refiriéndose a Clark, a ella y a mí.
Hizo una pausa en donde ninguna de las dos quitaba la mirada de la otra, estábamos mostrando nuestra parte más bondadosa a la otra, con tan solo conectar muestras miradas.
-Debo confesar que me dejaste mal cuando dijiste ser familia- bajo su cabeza- y cuando te quitaste la máscara simplemente me quebraste- en mi corazón pareció haberse hecho una grieta al escuchar aquello- pero cuando miré tus ojos pude darme cuenta que claramente no eras tú y al venir aquel recuerdo a mi cabeza, cuando deje que vieras una parte tan vulnerable de mí, me di cuenta que no estaban ni una pizca a como lo estaban aquella noche. Además, desde hace mucho he visto la gran persona que eres, aunque puede ser que tú en ese entonces no estabas al tanto de ello- una débil sonrisa apareció en mis labios- y por eso...- se pudo ver como trago saliva para posteriormente seguir hablando- hemos decidido apiadarnos de ti. Solo fuiste alguien a quien manipularon y en tus ojos puedo ver el gran arrepentimiento.
-No creo...- fui interrumpida por Kara rápidamente.
-¡Eres el mismo caso de Astra, __________!- dijo con un tono de voz firme- siguiendo órdenes, pero ante todo nunca rechazando del todo a su parte noble.
Nuevamente por las mejillas de Kara comenzaron a deslizarse lágrimas y ahora fue imposible que tampoco lo hiciera.
-Por algo fuiste expuesta a la Kryptonita roja, ¿no?- Kara empezaba a tener cierto descontrol en su tono de voz por lo que Clark colocó sus manos en los hombros de la rubia-te resististe a los planes de Lillian, eres alguien noble a pesar de que alguien haya contaminado una parte de ti... además, Lillian lo ha confesado....
Se causo nuevamente un silencio en donde Kara y Clark retrocedieron. Para que luego la puerta principal fuera abierta dejando ver aquellos dos hombres que habían dado todo de sí y aún así, los decepcione...
Se acercaron lentamente tomados de la mano del otro y con una sonrisa, llegando a sorprenderme. Cuando estuvieron delante, de igual manera colocaron sus manos en el material transparente y sin que me dieran instrucciones de también hacer lo mismo, simplemente lo hice.
-Perdón...- mordi mi labio en un intento de no romper en llanto frente a ellos- lo siento tanto por decepcionarlos...
-Nosotros somos los que debemos de pedir perdón- dijo Eric, haciendo que lo mirará- te entregamos a ella.
-No, no, no- negué rápidamente, mientras hacía lo mismo con mi cabeza- tomé malos caminos, malas decisiones, hice todo mal- solté con frustración- ustedes y...- la frase quedo al aire cuando recordé que lo peor todavía no había sucedido- ustedes fueron unas de las cosas por las que retorne y trate de solucionar todo.
-No debimos de dejar que te alejaras tanto de nosotros- susurró Abraham, con una sonrisa un tanto triste.
-Soy una adulta y responsable de mis actos- dije firmemente- y estoy dispuesta a pagar por todo el dolor que he causado.
-Nosotros estaremos aquí- respondió Eric, con su típica sonrisa, pero todavía pudiendo ver aquel dolor en su mirada.
De pronto Abraham comenzó soltar lágrimas y a dar suspiros como nunca había visto antes, causando que quitará su mano del materia transparente y saliera casi a zancadas de la habitación, aunque Eric hubiera tratado de detenerlo.
Mis pasos fueron retrocediendo hasta caer sentada en la plataforma en donde había estado acostada y por último Eric me dedicó una mirada, para posteriormente retirarse seguramente en busca de Abraham.
Ahora fue mi turno de llorar y no tener motivo del por qué no parar. Las cosas estaba empeorando y eso que todavía no llegaba lo peor.
Posteriormente pude oír cuando Clark junto a Kara se retiraron de la habitación, dejándome sola en aquel lugar y no ponía queja ante ello, me lo merecía.
Cuando creí que todo había acabado, a mis oídos llego el sonido de la puerta nuevamente abriéndose y enseguida unos pasos apresurados acercándose a mí.
-Juró que te haré pagar por todo esto y no me importa que tengas algún tipo de relación con Kara o que te tenga piedad- dijo con voz rencorosa- ella siempre se convencen de que todos tienen un lado bueno en ellos, pero definitivamente no soy nada igual a ella.
Levanté mi cabeza dándome cuenta que se trataba de la hermana terrestre de Kara, la cual tenía un cabestrillo en su brazo izquierdo.
-Aquí estaré agente Danvers- contesté con voz apagada y sin inmutarme a contradecir la.
-¿Solo dirás eso?- podía escuchar su voz con el mismo tono de voz frustrado y más cerca.
-¿No estaríamos a mano, Alex?- pregunté sin siquiera analizar la cosas dos veces- yo me metí con uno de los tuyos y tú acabaste con uno de los míos...
Cuando miré hacía su dirección vi que en sus ojos habitaba el dolor desde hace varios días, su rostro mostraba cansancio y no pude evitar arrepentirme por lo que había dicho.
-Perdón...
Antes de pudiera seguir hablando ella había salido rápidamente de la sala, haciendo que nuevamente quedará a solas junto a los agentes que me vigilaban desde la puerta principal.
...
No sé cuántos días habían pasado después de aquello, la luz roja provocado una desorientación en mí. Pero al menos recibía visitas una vez al día de los Súpers y mis padres.
En aquellas visitas por parte de los Súpers, supe que Samantha pudo ser separada de Reign. Maggie había seguido con el plan y utilizó sus habilidades convenciendo a Alex de lo que estaba tratando de llevar a cabo. Habían tomado por sorpresa a Reign y cuando finalmente pudo retomar el cuerpo de Samantha, fue cuando estaba atrapada entre cadenas y encerrada. Por lo que me informaron aún, Arias, se encontraba recuperando, una tarea que ha estado resultando difícil. Por mi parte confesé los planes que tenía con Lillian para Samantha y fueron los minutos en donde más he sentido vergüenza y enojo conmigo misma.
Aún se me era incómodo compartir tiempo junto a ellos, pero parece que estaban dispuestos a retomar el tiempo sin haber estado juntos. Su compasión me resultaba extraña y en el fondo consideraba que aquello era una idea insensata por parte de ellos, simplemente tenían que dejar que pagué por mis actos.
También llegué a enterarme del por qué la hermana terrestre de Kara estaba con un cabestrillo en su brazo derecho. Fue el motivo de una pelea con Lillian y dos de sus hombres. La pelirroja se las arregló para salir de aquella situación, pero Lillian logró dispararle en su brazo y a pesar de ello, Alex supo acabar con ella.
Otro impactó para mí fue cuando me dijeron que el área en donde se había dado la batalla, había sufrido grandes consecuencias. Me informaron que los edificios más cercanos llegaron a ser impactados por nosotros y las personas que se encontraban en ellos terminaron con lesiones y ocho personas terminaron sin vida. Que hubieran sido aún más si la mayoría de las personas no hubieran evacuado a tiempo.
Fue imposible no llorar en aquel momento y derrumbarme enfrente de ellos.
Mis manos estaban aún más manchadas de sangre...
En las visitas de mis padres los temas eran sobre anécdotas de mi niñez o de cómo estaba el día, algo que en el fondo agradecía al no poder saber lo que estaba pasando allá fuera. Ellos se habían mostrado tranquilos, pero sabía que había decepción y dolor en ellos.
Todo seguía su curso, pero algo aún seguía inquietando mi mente y era la visita de Lena...
Nadie me comentaba sobre ella, pero sabía que lo hacían porque el tema era delicado y prefería que fuera de esa manera. Ni siquiera sabía si algún día se apareciera una vez más enfrente de mí, pero estaba de acuerdo si no lo volviera a hacer.
...
Hicieron cambios de agentes y supe de inmediato que la madrugada había llegado, uno de los datos que me habían ofrecido los Súpers para no perderme tanto. Éstos tomaron su puesto de vigilancia y yo me adentre nuevamente a mis pensamientos.
Estos iban desde mi infancia hasta mi vida adulta y luego a mis verdaderos padres, para después recordar las palabras de Kara, que mi madre nunca había abandonado del todo su parte noble a pesar del camino que tomó. Constantemente me hacía la pregunta de qué hubiera pasado si hubiera tenido el mismo final de mi madre...
Pero todos esos pensamientos quedaban a un lado cuando a mi mente se posaban esos ojos verdes. De solo recordarlos mi cuerpo se sentía incómodo y mis ojos amenazaban con querer soltar unas cuantas lágrimas. Me preguntaba cuánto daño le había hecho, pero seguramente habrá sido suficiente como para no recibir un último encuentro junto a ella. Algo injusto de pedir, pero mi cuerpo lo reclamaba.
Minutos más tardes, trate de tomar una mejor posición en esa especie de cama, coloqué mis manos en mi abdomen y cerré mis ojos en un intento de descansar.
Todo parecía estar tranquilo como siempre hasta que oí cómo la puerta era abierta nuevamente. No me inmuté en saber quién había entrado, seguramente era Kara o Clark, algo totalmente nuevo ya que las pocas visitas que me daban terminaban desde hace muchas horas, específicamente desde antes que terminará la tarde.
Pero esa opción fue descartada cuando reconocí ese caminar. Esas pisadas haciendo eco en cada rincón a causa de los tacones impactando contra el suelo lo reconocía perfectamente.
De pronto sentí que todos mis sensaciones comenzaron a enloquecer y mi cuerpo no sabía con exactitud qué información captar de mi cerebro. Sentí como si el aire comenzará a faltar en el lugar.
Los pasos se detuvieron y todo quedo en silencio. Mi respiración desenfrenada junto a los latidos de mi corazón los podía escuchar tan exagerados que llegue a pensar que se podían escuchar por todo el lugar.
-Colocaste el rastreador en mi chaqueta, ¿cierto?- pregunté, aceptando que la conversación tarde o temprano se iba a dar- nunca te vi venir...
No hubo respuesta al instantes y dude por instantes de haberme equivocado.
-Primero da la cara- contestó segundos más tarde- no seas cobarde.
Abrí mis ojos y de manera lenta me incorporé quedando sentada para finalmente ponerme de pie. Cuando dirigí mi mirada a su rostro pálido una presión en mi pecho se hizo presente. A pesar de la iluminación de la habitación me pude dar cuenta que reflejaba el cansancio en persona.
-Sí, fui yo- dijo Lena, contestando a mi pregunta- dos personas contactaron conmigo ofreciéndome a que viera la realidad, bueno, una de ellas lo hizo personalmente, la otra mandó a alguien más a dar su mensaje, en fin- soltó un suspiro.
-Fueron Andrea y James, ¿o me equivocó?
Ella sonrió con arrogancia y supe que esa era su respuesta a mi pregunta.
-Todo ocurrió después de que tú y yo nos hubiéramos entregado de otra forma en lo que sea que hayamos tenido, ya sabes- la sonrisa de arrogancia no desaparecía de su rostro- James me informó que no eras lo que tratabas de aparentar y el mensajero de Andrea me dijo lo mismo... lo único que cambió a diferencia de lo que me dijo James fue que el mensajero de Andrea informó que estabas del lado de la persona a quien más desprecio tengo- hizo una breve pausa para después continuar hablando- Andrea... ¿puedes creerlo?, pero no soy tan tonta como pasar sacar la conclusión de que ella sabía todo y que su gran apoyo— hizo un leve tono sarcástico al final de la frase— solo fue con el fin de destruirme. Algo que lleva tratando de hacer constantemente desde que empezó nuestra rivalidad y mira, por fin lo ha logrado.
Ella hizo una pausa y de mi parte no tenía el suficiente el valor de hablar o de interrumpir la.
-¿Sabes?- preguntó dando un paso hacía adelante- lo que me provocabas era tan confuso- dijo con el ceño fruncido- te dejé entrar a mi vida porque me había mal acostumbrando... habían llegado tantas personas siendo bondadosas hacía mi persona que cuando llegaste cometí el error de pensar que las traiciones hacía mí hace mucho habían acabado- la profundidad de su voz lograba dejarme sin fuerza alguna- pero es que tienes algo, __________... el misterio siempre atrae y tú eres la viva persona de lo que eso significa- dio otro paso hacía adelante sin dejarme de ver fijamente- algo siempre me atrajo a ti y tuviste la suerte de aparecer justamente cuando había bajado mis defensas... cuando estaba comenzando a pensar que mi vida podría ser normal...
Dio dos pasos más y pude ver de mejor manera su rostro. Se notaba el cansancio en él y en sus voz se podía observar la furia contenida.
-Debo confesar que la duda hacía tu persona nunca desapareció, siempre tuve ese presentimiento que algo escondias, pero el imán de tu cuerpo llamando el mío y el anhelo de pensar que la vida me estaba colocando todo en su lugar, simplemente me hizo estar ciega- el tono que utilizó era tan amargo que me hacía remover en mi lugar- hasta ignore el hecho de haber salido recientemente de una relación con James y además, te confesé con palabras tan comprometedoras lo que sentía- dijo de forma incrédula- había decidido por actuar como una persona normal y fue el error más grande que pude haber cometido...
Bajé mi cabeza y apoyé las manos en las paredes de la celda, sentía que en cualquier momento iba a caer.
—Debo confesar que sentí lo nuestro tan real como nunca antes había llegado a sentir. Comportándome como una típica adolescente enamorada— dijo riendo con incredulidad.
Sus manos fueron a su frente masajeando levemente ésta con las puntas de sus dedos y luego su vista se centro nuevamente en mí.
-Me sentí tan mal dudando de ti...- siguió hablando- pero cuando la pantalla del computador me indicó que habías ido a la casa de Lillian, las confesiones que me parecían estúpidas por parte de James y Andrea comenzaban a tener sentido- levanté mi cabeza encontrandome con su mirada fría- luego fuiste a un lugar que no tenía ni la más remota idea que existía. Pude acceder a las cámaras y cuando te vi charlando con mi maldita madre todo pareció derrumbarse- en mi garganta comenzó a darse un cosquilleo haciendo que mi mandíbula se tensara- cuando por fin pude obtener el audio de las cámaras pude escuchar lo último de su conversación, pude escuchar cuando te amenazó con la Kryptonita roja, todo fue aún más confuso...
Mis manos hacían tanta presión en aquel material que me mantenía encerrada en busca de apoyarme en algo, que si no fuera por la luz roja que me hacía ser simplemente la imitación de un humano, ya éste hubiera sido destruido.
-Pero escuchar la voz de Kara cansada diciendo que la que estaba bajo ese traje y esa máscara, eras tú, simplemente todo cobró sentido- una sonrisa a medias apareció en su rostro y su mirada por instantes pareció estar perdida, pero todo esto desapareció en segundos portando nuevamente su mirada fría- prima perdida de Kara y Clark... al final la historia tuvo un gran cambió, ¿no crees?- la miré sin entender- esta vez fue un Súper quien actuó en contra de un Luthor...
La primera lágrima se deslizó por mi mejilla y pude ver como lo mismo sucedía con ella.
-Estuve presente cuando mi madre estaba confesando todo, algo extraño...- dijo mientras limpiaba la lágrima que había logrado deslizarse por su mejilla- no paró de decir lo gratificante que fue engañarte...- mis manos aún estando apoyadas en las paredes de la celda se cerraron en puños de solo imaginarlo- te engañó desde muy joven y luego no supiste salir, lo entiendo, también llegué a pasar por lo mismo cuando me recordaba que los motivos de Lex por acabar con Superman eran los correctos y que la familia debía de permanecer unida.
Apoyé mi cabeza en uno de mis puños y más lágrimas comenzaron a salir, sin poder evitarlo.
-¿Llegaste a sentir algo por mí, __________?
Su preguntó hizo que la mirará nuevamente, su mirada fría aún no cambiaba, pero si me detenía más tiempo en ellos podía notar el dolor muy en el fondo de ellos.
Limpié mis lágrimas y comencé a pensar en qué diría. Estuvimos unos segundos en silencio, ella esperando por mi respuesta y yo ordenando cada frase que diría hasta que por fin hablé.
-Al comienzo simplemente quería seguir con el plan de Lillian, ella pensó que los resultados serían aún más gratificante si me volvía cercana a los Súper mediante ti, alguien cercano a ellos de las dobles vidas que llevan y hacerlos perder la cabeza cuando atacará, algo que creo que resulto en cuanto a lo poco que puedo recordar de aquel suceso. Además, porque fuiste la primera persona con quien tuve contacto y pertenecía al círculo de amistad de ambos Súper- dije pasando una de mis manos por mi frente- ella quería verte sufrir... tenía la idea de que ganaría doble premio y a mí en el momento no me importó porque solo quería seguir con mi misión...- pase mi manos por mi rostro y después por mi cabello- todo eso cambió cuando comenzaste a meterte en mi cabeza y comencé a ver el hermoso ser que eres- vi como tenso su rostro cuando dije aquello- tú me hiciste retornar, Lena, pero lo hice muy tarde...
Vi dos lágrimas más deslizarse en cada una de sus mejillas las cuales limpió rápidamente y yo decidí por seguir.
-Cuando nos unimos en otros términos, debo confesarte que fuiste la primera en explorar mi cuerpo, ya que durante mi adolescencia el tema nunca había llamado mi atención o tampoco alguien había logrado llamar mi atención como tú lo hiciste. Luego acabando la adolescencia mi vida comenzó a ser junto a Lillian, ella supuestamente me estaba entrenando para no ser un blanco más adelante, pero ya lo estaba siendo por ella- una risa incrédula salió de mi garganta al recordar lo idiota que soy- simplemente pensé en entregarme a ti aunque eso haría quebrarme después- pude notar un poco de sorpresa en ella- esa noche no tuve medio de nada... solo me deje llevar- tragué saliva al sentir que mi garganta se secaba para nuevamente seguir hablando- pero no dejo de pensar en lo egoísta que fue eso... hice que te entregaras a mí y no sabes cuanto me arrepiento por haber causado tanto daño en ti y si tengo que pasar toda mi vida encerrada o siendo torturada para compensar aquello, lo haré.
La miré atenta esperando algún tipo de respuesta por parte de ella, pero nada sucedió. Solamente se quedo de igual manera observandome.
-Al final también he perdido, pero no me arrepiento de haber sentido algo por ti y dejar que quedaras grabada en mi cuerpo y alma. Aunque debo confesar que si me arrepiento de no haber mostrado más afecto y hacer ver lo cuan importante fuiste para mí.
Ella pareció seguir analizando mis palabras y cuando sus ojos miraron fijamente a los míos comenzó a decir lo que ya estaba predeterminado en nuestro destino.
-Quería odiarte con toda mi alma, pero el oír a Lillian burlarse de haber engañado a alguien confundida de este mundo, me hizo tener cierta piedad- dijo con voz serena- pero no pienso perdonarte por el engaño en que me tuviste envuelta.
Asentí con mi cabeza estando de acuerdo con su decisión.
-Nuestros caminos aquí se terminan, _____________. Espero nunca más volver a tener un encuentro contigo y con sinceridad, ojalá tengas algún tipo de suerte con tu destino.
-Espero el destino te tenga mejores cosas, Lena, te lo mereces y aunque suene desconciderado, no dejes que está situación quede grabada por siempre en tu vida. No te cierres, no todos van a querer hacerte daño. Siempre hay personas que llegan a hacernos bien a nuestras vidas y lamento tanto no haberlo sido para ti.
Ella analizó mis palabras para después sonreír con incredulidad.
-Yo decidiré que hacer con mi vida.
Con esto último nuevamente sus pasos comenzaron a hacer eco por todo el lugar caminando hacia la salida. La puerta fue abierta por los agentes y finalmente se marchó de mi vida.
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Solo faltan dos capítulos para que esto terminé...
Tengan calma por favor.
💙💫