Las vacaciones se acercaban.
Planeamos ir a la cabaña de tus padres.
Dijiste que allí había un lago y que era hermoso.
Pensé que íbamos a pasarla muy bien, labios azules.
Porque cada minuto que estaba contigo,
mi felicidad aumentaba y,
la sonrisa nunca se borraba de mi rostro.
Y quién diría que me enamoraría de una manera tan loca, como me enamoré de ti.