Harry recuerda tener trece años y pensar que el hijo de su vecina era muy lindo, así que cuando se enteró que compartirían curso en el mismo colegio, no pudo evitar sonreír enormemente, ¡iba a ser compañero del castañito de bonitos ojos azules!
Ese sentimiento, con el pasar se los años, fue incrementándose, y no fue realmente un problema hasta que se convirtieron en mejores amigos, y no le dolió hasta que Louis se dio cuenta que las chicas también existían y comenzó a fijarse en ellas, pero lo peor no fue eso, lo peor fue cuando comenzó a besarlas y hablar de lo lindas que eran.
Pensó que no había problema, lo olvidaría, ¡solo era un tonto enamoramiento adolescente! Pronto se le pasaría, estaba seguro.
Pero luego Harry se encuentra con veinte años y está llorando en su cuarto de la universidad, porque Eleanor no era como las anteriores chicas que pasaron por la vida de Louis, no, claro que no; Eleanor era su primera relación siendo un joven adulto, y al parecer, la palabra “Harry” no estaba incluída en esa etapa, no mientras Eleanor lo estuviera.
Y Harry solo tiene tantas ganas de ser ella... ¡Ah, lo que daría para que Louis le prestara la misma atención que antes!