AÚN CON UNA sonrisa en su rostro, Evie decidió coger su móvil y escribirle para avisarle y que no fuera un impaciente.
Rulitos
Ahora bajo ¿cuanto te falta?
Ya estoy ahí. Tienes la chaqueta del revés, por cierto
¿Como sabes...?
Si estás escondido en mi cuarto
ya puedes ir saliendo de una manera
nada aterradora
Isaac?
No me dejes en visto
Lahey
Rulitos
No me ignores :(
La rubia apagó su teléfono tendida y se sentó en la silla de su escritorio. Pensó un Segundo y dudosa se asomó debajo de la cama, al no ver nada más que dos exámenes antiguos de Química que suspendió, fue a abrir el armario y en cierta parte se alivió de que no hubiera nadie.
—Hola
Se giró rápidamente y le pegó un puñetazo a la persona que había hablado. Al instante se arrepintió de no haber mirado antes
—¡Mierda! Lo siento Isaac, lo siento mucho.
—No pasa nada —se quitó la mano de la nariz— Debí haberlo previsto
—¿Como narices has entr...? —miró su ventana abierta. Suspiró y cerró la ventana— Se que eres un hombre Lobo y tal pero ¿que te cuesta llamar a la puerta?
—No es tan divertido —sonrió.
—Lo que tú digas. Vamos —abrió la puerta de su cuarto
—Sigues teniendo la chaqueta del revés —rió Isaac.
La rubia se miró y vio que, en efecto, la cremallera estaba por dentro. Se quitó la chaqueta y la tiró a la cama dejando ver su camiseta de manga corta, de color blanca y con estampado notas musicales. Llevaba puesto unos vaqueros azules y sus deportivas blancas
—A la mierda la chaqueta. Son las nueve y media de la mañana, vamos ya a desayunar —pidió alargando la última palabra.
Stiles se había ido temprano a ver a Scott, como Evie había quedado con Isaac no fue. Aunque su hermano pensara que había quedado con cierta rubio-rojiza que le mentiría al de lunares si hacía falta
Isaac miró la habitación de la joven. En la paredes blancas había varios posters y cuadros de Harry Potter y otras películas y series que no reconocía. En su mesita de noche había un cuadro que llamó su atención: Una niña rubia de unos tres años junto a dos adultos. Dedujo que eran ella y sus padres. Tenía una estantería llena de películas y libros, más libros de los Isaac pensaba que la joven tenía
Bajaron las escaleras encontrando a Noah sentado en la mesa de la cocina desayuna un vaso de zumo y tostadas
—Hola Evie —la miró y se dio cuenta de la presencia de Isaac— ¿Cuando has entrado?
—Por la ventana —respondió la rubia riendo.
—Ah —se quedó un segundo en silencio— ¿Queréis desayunar? Hay café y tostadas. —señaló la jarra, que ya no contenía café— Zumo y tostadas
—Desayunaremos fuera
—¿Puedes comprar una caja de café en el camino? —pidió Noah.
—Claro. Hasta luego papá
—Adiós señor Stilinski —se despidió Isaac amablemente.
Caminaron tranquilamente hablando de temas al azar hasta llegar a la famosa cafetería.
Pidieron dos cafés para llevar junto a un Croissant para Isaac.
Fueron hasta un parque cercano y se sentaron en un banco durante media hora para charlar cómodamente
—¿Compraste cinco libros sin que Noah se enterase? —preguntó Isaac riendo.
—Si. ¡Es que necesito leer un libro para ser persona!
—¡Uno, no Cinco!
—Touché —respondió la rubia finalmente.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro —le dio un sorbo a su café
—¿Que pasó con tus padres?
La rubia se hubiera atragantado con el café si no se lo hubiera tragado segundos antes.
—¿Mi-mis padres? ¿Porque?
—No tiene que responder si no quieres —se apresuró a decir—. Era solo curiosidad. No lo sé...Lo siento
—No, no pasa nada. Es que no me esperaba la pregunta. —chasqueó la lengua. —Pues fue algo un poco...absurdo. Yo tenía ocho años, mis padres y yo volvíamos de un viaje y...vi un ciervo en la carretera. Avisé a mi padre, que conducía y dio un giro tan brusco que el coche volcó. Mi padre murió al instante, mi madre en el hospital —hizo una mueca— Desde entonces...vivo con Noah y Stiles. Pero en fin —miró al rubio con intención de decir algo y se apresuró a hablar.— dejémonos de cosas tristes. ¿Que te apetece hacer?
—Lo que tú quieras —se encogió de hombros el de rulos.
Habría querido decirle a la chica palabras de consuelo, pero sabía que ella no quería escucharlas
—Podríamos ver alguna peli —sugirió
—Me parece bien. Pero el cine está un poco lejos
—¿Cine? Tengo un ordenador, Isaac.
—¿Te referías a tu casa? Ah, vale. —se encogió de hombros.—¿Sabes si está Stiles?
—No creo. Solo llevamos una hora y quarto fuera. Y él y Scott son como Steve McGarret y Danny Williams.
—Perdona ¿quienes?
—Es broma ¿no? —Evie miró a Isaac incrédula.— ¿No has visto Hawaii 5-0? —se puso una mano en el pecho añadiéndole drama a la situación—Me has decepcionado rulitos
Segundos después, estallaron en risas
—No, no creo que esté. Mi padre sí, a no ser que le hayan llamado —respondió finalmente— Pero ¿que importa?
—No, no importa. —se alegró de que la joven no fuera una mujer Lobo, si no sabía que mentía. Le daban miedo Stiles y Scott desde que lo amenazaron en el bus— ¿Preferencia de película? —cambió de tema.
—No se...Se me acaba de ocurrir, ¿maratón de Harry Potter?
Isaac la miró a los ojos y vio aquel brillo de felicidad que emitían. ¿Quien el decía que no a aquella chica? Además, la idea era de su agrado
—Pues maratón de Harry Potter —afirmó el chico.
Llegaron a casa de la rubia diez minutos después. Noah estaba en el salón viendo un programa de deportes, junto a Stiles
—Vaya, vaya, vaya —Stiles se levantó del asiento y se acercó— Lahey, amigo mío. ¿Que haces aquí? —dijo entre dientes.
Isaac no sabe de donde sacó la valentía, pero quería aprovechar que (según él), Stiles no le haría nada delante de Evie:
—Evie y yo queremos hacer maratón de Harry Potter. Siempre que al Señor Stilinski no le importe que esté en su casa —miró al hombre.
—En absoluto —el Sheriff hizo un ademán— Estas en tu casa, chaval. Por cierto Evie, ¿y el café que te pedí?
—La caja de café —chasqueó las lengua— Voy a por ella. Isaac, puedes quedarte
—Oh, no importa, te acompaño
—Insisto. Puedes ir encendiendo el ordenador, está en mi escritorio. Y busca las películas en mi estantería. Vuelvo en seis minutos. La tienda está cerca.
Evie se había ido. Ahora estaba Isaac solo con Stiles y Noah
—Vaya —exclamó Stiles— Se ha olvidado darte la contraseña. Vamos a su habitación, yo sé cuál es —sonrió forzadamente.
Estaba solo con Stiles
Los dos subieron las escaleras en silencio hasta llegar a la habitación de la joven. En cuanto entraron, Stiles fue directo a por el ordenador y lo encendió
—Listo —informó— Las películas deberían estar en la cuarta estantería —se acercó a la puerta para irse.
—¿Y ya? —dijo el de rulos confundidla— ¿No me dirás nada?
—Tienes razón. A partir de la cuarta película se la pasa llorando —avisó con una sonrisa inocente.
Isaac, confundido y a la vez aterrorizado por la extraña actitud del de lunares se acercó al ordenador para poner la primera película. Cuando vio la aplicación de notas abiertas:
El bate de béisbol está en mi cuarto :) Disfruta la maratón
Ahora tenía sentido
Evie salió de la tienda con la caja de café para su padre y varias patatillas para la maratón.
Llegó a su casa pero antes de subir decidió hacer palomitas.
Dejó la caja de café al lado de la cafetera para que su padre la viera y sacó de la despensa una bolsa de palomitas de microondas. Alguien entró a la cocina:
—¿No habías quedado con Lydia? —era Stiles
—S-Si, he quedado con Lydia. Y hemos ido al Starbucks a desayunar pero su madre la ha llamado diciendo que necesitaba ayuda con no sé qué. Y de pronto vi a Isaac y me quede charlando con él —ni ella sabía como había conseguido crear aquella mentira piadosa tan rápido.— ¿Me puedo ir ya? —dijo con el Bol de palomitas en las mano.
—Si —respondió dudoso— Disfrutad de la maratón
—No lo dudes —respondió subiendo las escaleras.
Abrió la puerta de su cuarto y se encontró a Isaac tumbado en la cama mirando al techo
—¡Ey, rulos! —le lanzó las bolsas de patatillas—¿Empezamos la maratón?
—Claro —se sentó y le dejó un hueco a Evie.
Le pusieron play a la primera película. A los diez minutos los dos estaban tumbados con la espalda apoyada en el respaldo de la cama.
Evie tenía la cabeza apocada en el hombro de Isaac y este la rodeaba con un brazo por los hombros. Hacían comentarios cuando se les presentaba la ocasión y decían chistes que solo ellos entendían.
Y tal y como dijo Stiles, a partir de la cuarta película Evie empezó a llorar. Cosa que a Isaac le daba gracia y al mismo tiempo ternura
—¡Deja de reírte! —dijo observando como Draco estaba cubierto de sangre— ¡No es gracioso!
—Vale, perdón —rió una última vez.
Y así estuvieron durante diecinueve horas seguidas, alimentándose de la comida que tenían y viendo una película tras otra sin descanso.
—¿Qué te ha parecido? —preguntó Evie cuando los creditos aparecieron.
—¡Me han matado a casi todos mis favoritos! Indignante.— respondió haciendo reír a la chica.
El rubio se levantó del a cama y apagó el ordenador mientras Evie dejaba las películas en el escritorio. Isaac cogió su chaqueta de la silla y se acercó a la joven para despedirse.
—Me alegra haber pasado este dia contigo. —sonrió el chico.
—Sí, yo tambien. Has sido un buen hombro para llorar por muertes ficticias. —bromeó.—Pues...te veo mañana, supongo.
—Sí, te veo mañana.
Ninguno apartó la vista del otro por más que se hubieran despedido. No se dieron cuenta en que momento bajaron la vista a los labios del otro. Ninguno fue conciente cuando empezó a inclinarse hacia el contrario, deseando el contacto de sus labios.
Entonces el sonido de alguien tropezandose en la escalera los sobresaltó causando que se separaran.
—¿Que ha sido eso? —preguntó Isaac despistadamente, sacando un tema.
—Ehm, problabemente Noah bajando a por agua. No te preocupes. Hasta mañana, rulitos. —sonrió nerviosamente.
—Sí, hasta...mañana
Agitó levemente la cabeza volviendo a la realidad. Isaac salió despacio de la habitación pues eran las doce de la mañana.
Llegó a la entrada y se tuvo que morder la lengua para no gritar al ver a alguien apoyado en la puerta con un bate en la mano
—¿Qué haces ahí? —preguntó Isaac exaltado— ¡Deberías estar durmiendo!
—Y tú en casa de Scott.
—La ultima película acaba de terminar —se justificó.—¿Tu excusa para estar a las doce de la noche escondido entre las sombras? Y vestido. ¿Qué clase de monstruo duerme con ropa de calle?
—Ja, me parto. Te estaba esperando. Ya sabes, me aseguraba de que sacabas tu peludo culo de mi casa
—Bueno, no puedo irme si te quedas parado delante de la puerta. —sonrió inocentemente Isaac
El chico Stilinski le sonrió falsamente y se apartó de la puerta, dejandole paso. Isaac pasó por su lado y salió de la vivienda de los Stilinski, sin poder pensar en lo que había estado a punto de hacer.
Prefiero mil veces esto a lo q originalmente escribí :D Los antiguos lectores contadme!
(Danny Williams y Steve McGarret son dos personajes de la serie policiaca Hawaii 5-0. Es un dúo inseparable)
Evie es oficialmente Hufflepuff por cierto.