—Daniela (Chile) – Sábado por la tarde.
“—Inundada en pensamientos me encontré y de sombrías premoniciones huía, las repeticiones de mis actos me dieron a conocer lo inútil que eran mis esfuerzos, pero cada beso me hacía olvidar todo esto y simplemente volvía a iniciar.
Decidí dar una pausa y pensar mejor en lo que haría, centrarme en mi estudios los cuales había dejado completamente de lado, pedí prestado unos apuntes los cuales termine de copiar más rápido de lo que pensaba, como un método de liberación o relajación, decidí salir un rato, un poco de aire lleno de dióxido de carbono tal vez es lo que necesito para bajar de las nubes y pensar bien las cosas.
Con las notas en mano, salí a la calle.
Por más diferente que sean las cosas aquí que en chile, siento que puedo acostumbrarme a esto más fácil de lo que pensaba, las ciudades alegres me gustan mucho, y conocer lugares y gente nueva también, pero llegado a este punto lo único que quiero no es que alguien me conozca, sino que reconozca mi existencia y que no se olvide de esta nunca más.
Mi pensamiento sombrío puede ser muy fuerte, pero no creo que esa sea la razón por la cual ha empezado a llover.
Me gusta la lluvia y me gusta caminar debajo de ella, el frio que siento me hace recordar que estoy viva, y solo sirve para sentir que la calidez que siento en mi corazón es cada vez más fuerte.
Llego a mi destino, subo un ascensor, salgo en el 3er piso solo para correr y esconderme.
“—No esperaba ver esa parte de ti, y siendo sincero me gusto, aunque de una mandaste a volar todo y todo regreso a la normalidad, pero todo estuvo genial, la pase muy bien, espero que lo podamos hacer de nuevo, pero esta vez en mi casa, ¿está bien? “—Él decía.
“—Si che, para la próxima, pero esta vez quiero que tú lo hagas, mientras yo solo quiero estar ahí quietecita disfrutando, porque tienes cara de que sabes hacerlo bien, pero que eso quede entre nosotros, vos no querrás otro problema como el anterior, y yo tampoco quiero uno, así que dejémoslo en un secreto, ¿sí? “—Ella le respondía.
“—Claro, de hecho eso le da un toque especial a esto, así en secreto puede ser más rico.
Bueno, me voy, cuídate, ya te aviso para la próxima, nos vemos en la escuela y no olvides de lo otro que te hable, espero que puedas.
“— ¿Qué…?
¿Qué hace Perú saliendo de la habitación de Argentina?
¿Porque?
¿De que hablaban?
¿Por qué se ven tan felices?
¿Y por qué?
¿Por qué me siento tan herida?
“—Me escondo para que no me vea, y luego de que se va, voy hacia la habitación de argentina, meto sus notas por debajo de su puerta, toco el timbre y salgo corriendo.
—No quiero preguntar, no quiero saber, mi mente está llena de preguntas que no quieren una respuesta, tengo miedo de saber, de saber lo que paso, de entender la verdad.
De que él no me olvida, simplemente me reemplaza.
“—He corrido tanto por tanto tiempo que estoy agotada.
La lluvia se ha detenido y ya está anocheciendo, estoy en un lugar que conozco muy poco, así que me apresuro a salir de ahí.
Poco a poco las calles se me hacen familiares, pero el sentimiento de alivio se desvanece incluso antes de aparecer siquiera.
Saber que regresare a mi habitación, que estaré alado suyo preguntándome constantemente por qué sucedió lo que sucedió.
Tal vez deba hablar con él, llegada a este punto ya no me importa si dolerá o no, pero si continuo con esta duda, me terminara matando.
Llego al edificio, el ascensor está en uso, así que decido usar las fuerzas que me quedan y usar las escaleras, subo lento y pausado.
No quiero llegar arriba, pero a la vez no puedo esperar por hacerlo.
Dos los últimos paso en las ultimas gradas, camino débilmente y sin ganas, ya no importa, iré por la verdad, y aun así continuare, darme por vencida no solucionara nada, a estas alturas, que podría ser peor?
Luego de decir eso, inmediatamente retire las palabras.
—En la mañana del mismo día.
Incomodidad, al sentir que cada día que pasa vas dejando algo atrás, y que así sin más, tu vida simplemente continua, levantarme con un dolor de cabeza más intenso que la mañana anterior era algo que no me había pasado hace ya un tiempo, creí que esto no volvería a suceder, pero como siempre estaba equivocado.
Bueno, no importa, pensándolo de una manera positiva y centrada, si fuera algo realmente importante no lo dejaría atrás tan fácilmente en primer lugar.
“—Con eso en mente simplemente me alisto y...
Que estúpido, los fines de semana no hay clases, y ya me había cambiado.
—Tamare’ ¿y ahora? ¿Qué hago? Los fines de semana los pasé encerrado por culpa del malentendido, pero ahora que ya pasó todo me siento como una rata enjaulada.
¡Waaa! Ramona no me mires así, no lo dije con esa intención.
Creo que me pondré serio e iré a conocer un poco de esta ciudad, ya que hasta el momento he ido a la escuela por el camino más largo, y aunque gracias a eso pude arreglar el malentendido, cuando intente hacer lo mismo con Uruguay simplemente huía, así que decide dejar que el tiempo se encargue, ya que de momento no puedo hacer nada.
“—Y luego de cambiarme de ropa, salgo a la calle, la cual pinta de un color diferente que los días de escuela, a esta hora ya estaba en clase y pues es más animado de lo que pensé, ver a gente de diferentes nacionalidades era genial, me sentía como en casa, ya que mi país es una mescla de casi todas las razas que puedas encontrar.
Las tiendas y las calles, las cuales de noche están iluminadas de distintos colores, tiene un rostro muy diferente de día, la sonrisa de la gente y de los niños, tenía mucho que conocer de este lugar.
Pero… ¿qué hace un estudiante solo en un fin de semana? No me había puesto a pensar, y ahora que lo hago me doy cuenta que salí sin ningún plan, por ahora iré comprando cosas para cocinar, ya que comida que nos dan no es mala pero tampoco es muy buena que digamos.
Luego de dar muchas vuelta encuentro un pequeño súper, solo para darme cuenta que conocía solo el 20% de los ingredientes que vendían,
—¿frutilla? Pero parecen fresas. Que tendrán de diferente?
—Es lo mismo, me dice alguien con una voz entre risas.
— ¿Argentina? ¿Qué haces aquí? “—Le pregunto.
—Lo mismo que tu che, haciendo la compra, no sé qué pasa con la comida de la escuela y la de los dormitorios, pero prefiero comida casera, aunque no…
— ¿dijiste algo al final? “—le pregunto, por qué su vos se fue apagando poco a poco.
—Nada, “—Me responde. Y pues, ¿qué vas a preparar?
—La verdad, al igual que siempre veré que puedo conseguir, y cocinar lo que salga, aunque unos tallarines rojos no estarían mal “—Digo mientras se me escurre la baba.
—Mmm, ni idea de que sea, pero por esa cara de boludo que pusiste debe estar rico. “—Dice mientras se ríe. –Bueno, aquí dudo que encuentres lo que buscas, ya que esta tienda se especializa en productos de argentina, así que debemos ir a otro lugar para hacer tu compra.
—Ya decía yo que parecía raro, bueno hagamos tus compras, te ayudo con las bolsas, y luego vamos a la otra tienda.
—Claro che’ deja que compre unas cositas más y nos vamos.
—Unas cositas dijo, pero van a ser las 11 y no termina de comprar, no sé cómo pensaba llevar tantas cosas ella sola, pero siento algo de nostalgia, como si hubiera pasado antes, y la verdad no me incomoda.
“—Para cuando salimos de la tienda me dice, que me invitara el almuerzo a cambio de la ayuda.
—Bueno, tengo tanta hambre que no me puedo negar.
“—Caminamos por las calles, las cuales poco a poco se me van haciendo conocidas, vamos hablando sobre la escuela y de como soy tan malo con las matemáticas.
—Pero es re sencillo, mira, cuando tengas un problema y tengas que sustituir a X, y sea un examen de múltiple choice, lo único que tienes que hacer es coger cada uno de los resultados y probar cual queda dentro de la ecuación, te hace un mundo, los problemas matemáticos se resuelven más fácil de lo que crees, “—Me dice… “Esos si tienen solución”
—¿eh? No entendí eso del último. “—Le digo.
—No, nada, ya casi llegamos, así que vamos un poco más rápido.
“—Yo lo que le quería preguntar era eso de “múltiple chorizo” ¿usa comida para memorizar ecuaciones? Definitivamente está en otro nivel.
Continuamos hablando, dijo que faltaba poco pero de eso nada.
—Y, Argentina, ya sabes, se acercan los exámenes de fin de trimestre y pensaba si podrías prestarme tus apuntes, no sé, es que creo que ya debo ponerme las pilas, porque luego no quiero estar dando recuperación y esas cosas.
—Claro che, de hecho te lo iba a sugerir, pero ayer se los presente a alguien y no me los devolverá hasta el lunes, y es raro sabes, ya que no parece de las que se atrasan en las clases, tal vez estaba muy ocupada, pero veré si le puedo pedir que me lo traiga antes, y luego te lo paso ;)
—Claro, me salvarías, ya que por alguna razón aparte de no entender casi nada, mis notas no tienen casi nada escrito, y es raro, porque por lo general están llenas de dibujos, en fin por fin poder estudiar algo, o al menos eso espero.
“—Subimos al ascensor y vamos directo a la habitación de Argentina…
Espera ¿qué? Voy a estar solo con una chica ¿no? Es no es algo raro ¿verdad? Digo, apenas y nos conocemos y… y… no creo que sea una chica así, no, estoy seguro de que no lo es.
—Perú, cógeme-… “—Me dice, el impacto es tan qué respondo automáticamente.
—¡¿¿Que??! Pero, pero, no estoy preparado, veras yo…
—Apúrate cógeme-…
—No, no es que no quiera, veras yo-…
—¡Cógeme las putas bolsas para abrir la puerta pelotudo! Ni siquiera me dejas terminar de hablar.
—Ahhh, eso “—Hace que me ilusione por las puras.
“—Entramos a su departamento, el cual no es muy diferente al mio.
—Deja las cosas ahí y siéntate, en un momento hago el almuerzo. “—Me dice.
“—Les mentiría si les dijera que no estoy nervioso, ya que estar con una chica a solas siempre me pone así, y es extraño porque sé que nunca pasara nada de lo que me imagino.
—Ropa tirada por el suelo, muebles desordenados, cajas amontonadas, no hay rastro feminidad por ningún lado, pero de un momento a otro el ambiente se inunda de esta al verle cocinar, ver su cabello recogido, usando un delantal, y usando los utensilios de cocina con delicadeza y a la perfección, me hacen pensar que a quien veo no es ella realmente, esta argentina que no conocía me toma por sorpresa, quiero observar esta escena el mayor tiempo posible, pero la ilusión se rompe cuando termina y empieza a hablar.
—Listo. “—Dice mientras sirve los platos.
—La comida de los dormitorios por lo general está a algo de 15 dólares, yo con quince dólares me preparo una alta milanesa y me sobra para hacer un mate para bajar la grasa.
—pffff, jajaja. “—no puedo evitar reírme, su forma de actuar ha vuelto a la normalidad, fue un cambio drástico y total en tan solo segundos, pero de alguna manera me siento más cómodo de este modo, aunque creo que puedo acostumbrarme a su otra yo también.
—Empezamos a comer, y no puedo negar que cocina bien, amo la comida frita y lo bien hechas que están las papas y la milanesa me hacen devorar el plato.
No entiendo o más bien ni siquiera veo lo extraño de la situación, ya que no me molesta en lo absoluto, esta escena quedara grabada en mí y difícilmente la podre olvidar, un ambiente cálido y cómodo el cual no quiero dejar por el momento, no quiero que acabe aun sabiendo que terminara pronto, lo cual me entristece, pero el saber que puede volver a pasar me devuelve la sonrisa nuevamente.
Continuamos hablando de las clases y de los exámenes próximos, y como si una barrera creada por nosotros mismos nos protegiera, no tocamos por ningún momento algún tema sobre nuestro pasado.
—Al anochecer del mismo día.
Ellos nuevamente estaban juntos, pero ahora están aquí, alado mío.
Empieza a faltarme el aire, todo parece irreal, como si fuera una mala broma.
Pero sus palabras me regresan a la realidad.
“—Quería hacerlo mañana pero no pude esperar, así que vine como me dijiste, espero que este bien. “—Le dice ella.
“—Si, no te preocupes, fui yo quien te lo pidió a fin de cuentas, más bien pasa a secarte que estas toda mojada, siéntate, te daré algo caliente.
Yo, ya no sé qué hacer, no puedo evitar quebrarme, no puedo evitar sentir impotencia, al ver que por lo que yo luche tanto, ella simplemente aparece solo para llevárselo.
Es injusto.
Me matas, me matas a cada segundo que está cerca de mí.
Me hieres, a cada segundo que tu mirada me ve como extraña.
Y me aleja, el saber que el sitio que creía mío, no será mío nunca más.