𝙰 𝙻𝙸𝙵𝙴𝚃𝙸𝙼𝙴 𝚆𝙸𝚃𝙷�...

By mimibloomfield

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❛❛‎‎‎𝚈𝚘𝚞'𝚕𝚕 𝚊𝚕𝚠𝚊𝚢𝚜 𝚋𝚎 𝚖𝚒𝚗𝚎, 𝚒𝚗 𝚝𝚑𝚎 𝚋𝚊𝚌𝚔 𝚘𝚏 𝚖𝚢 𝚖𝚒𝚗𝚍... 𝙸'𝚕𝚕 𝚕𝚘𝚘𝚔 𝚏𝚘... More

𝐧 𝐨 𝐭 𝐚 𝐝 𝐞 𝐚 𝐮 𝐭 𝐨 𝐫
𝐢 𝐧 𝐭 𝐫 𝐨 𝐝 𝐮 𝐜 𝐜 𝐢 ó 𝐧
𝐩𝐥𝐚𝐲𝐥𝐢𝐬𝐭 + 𝐫𝐚𝐧𝐤𝐢𝐧𝐠
𝐩 𝐫 𝐢 𝐦 𝐞 𝐫 𝐚 𝐩 𝐚 𝐫 𝐭 𝐞
𝐮 𝐧 𝐨
𝐝 𝐨 𝐬
𝐭 𝐫 𝐞 𝐬

𝐜 𝐮 𝐚 𝐭 𝐫 𝐨

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By mimibloomfield

𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 !!  

Contiene sexo explícito y sexo sin protección (¡USEN CONDÓN!) 



★☆★



Caminamos hasta el ascensor, nuestras manos aún entrelazadas y me dedicó una sonrisa mientras apretaba el botón de su piso. Mientras tanto, yo seguía mentalizándome para lo siguiente que iba a pasar. Si ya estaba hecha un manojo de nervios porque me había tomado de la mano no podría imaginar como me iba a poner cuando estuviera en su cama.

Y no les voy a mentir, sabía que íbamos a tener sexo, era obvio y no me molestaba en lo absoluto. Si lo había hecho con extraños que conocía en Tinder por qué no lo iba a hacer con el bajista de mi banda favorita.

— ¿Te divertiste? —Me preguntó sacándome de mis pensamientos.

— ¿Eh? —Lo miré sin entender por un segundo lo que había dicho, Calum soltó una risita y recordé lo que había preguntado. —Sí, creo que nunca había ido a un lugar con tanta seguridad.

—Suele suceder aquí —dijo encogiéndose de hombros. Le imité y no dije nada más, pero después de un rato volvió a hablar. —Lo siento, me sudan las manos.

No pude evitar soltar una risita. — ¿A ti te sudan las manos? —Arquee una ceja y asintió— A mi me están sudando las manos.

Fue su turno de reír. —Estás bien, no te preocupes.

El ascensor emitió un sonido alertando que habíamos llegado a nuestro piso, me miró con una sonrisa y me plantó un beso en la mano antes de salir de ahí. Caminamos por el pasillo en silencio y solo me soltó hasta que llegamos a la puerta de la habitación, del bolsillo trasero de su pantalón sacó una tarjeta electrónica, de las típicas que te dan en un hotel, y tomé ese momento para relajarme y soltar un suspiro que parecía haber estado reteniendo. Calum abrió la puerta y lo seguí dentro de la oscura habitación.




Podría pretender que este no era uno de los momentos más importantes de toda mi vida (hasta ahora), pero de una cosa estaba segura: Calum besaba como un Dios. La manera en la que su cabeza se inclinaba para profundizar el beso y su lengua rozaba con la mía... Era el mejor beso de mi vida. Aunque tal vez era por todo el preconcepto que tenía sobre él.

Antes de darme cuenta el chico ya me tenía sobre su regazo, sus manos sobre mis muslos subían y bajaban, y mi vestido cada vez estaba más arriba hasta que llegó a mi trasero. Sus manos me apretaron suavemente contra él y pude sentir lo duro que estaba, solté un gemido sin querer y Calum sonrió sobre mis labios.

Guío mis caderas para que rodaran sobre su erección y más gemidos salieron de mi boca, ahora acompañados de gruñidos por parte de él, sus labios se separaron de los míos lo cual me hizo fruncir el ceño, pero mi expresión se relajó cuando me empezó a besar la mandíbula y después el cuello. Mordía y lamía mi piel como todo un profesional, cerré los ojos por un momento solo disfrutando la sensación. Lo empuje suavemente para que se recostara sobre la cama y poderme mover con más libertad, mis manos se posicionaron sobre la parte baja de su estómago para darme más estabilidad mientras que mis caderas seguían rodando sobre las de él, a veces lento, a veces rápido. La cara de Calum era lo que más estaba disfrutando, la forma en la que fruncía el ceño o se mordía los labios para no soltar un gemido, lo cual casi nunca funcionaba, y como se pasaba las manos por el cabello y después las regresaba a cada lado de mi cadera. Era un sueño.

Le levanté un poco la camiseta, lo suficiente para poderle acariciar el abdomen pero Calum se adelantó y se la sacó de un tirón. Le sonreí de lado y él me guiñó un ojo. Después de un rato, fue el primero en hablar.

— ¿Te gusta estar arriba? —Me preguntó.

Negué con la cabeza. —No realmente. —La verdad es que no me importaba, cualquier posición iba a ser suficiente para mí y que bueno que dije que no porque Calum rápidamente me quitó de encima de él para acostarme sobre la cama, su cuerpo elevado sobre el mío sosteniendo su peso sobre uno de sus codos. Ahora su cadera era la que se movía en un delicioso vaivén, lento y abrumador que hacía que mi boca se abriera y emitiera suaves sonidos.

—Que bueno —dijo sonriendo de lado—, porque prefiero tenerte así.

Antes de que pudiera responder sus labios ya estaban sobre los míos. Su mano recorrió mi muslo hasta la rodilla para después mover mi pierna sobre su cadera, al sentirlo tan cerca solté un gemido. Mi piel se sentía caliente y con un ligero hormigueo cada que me tocaba, y sus manos estaban por todos lados, en mi pierna, en mi cadera, levantándome el vestido hasta arriba de la cintura. Y luego, jugando con el dobladillo de mis panties.

—Tu puedes... Si quieres... —hablé entre besos, dándole permiso para deslizar su mano por debajo de mi ropa interior.

—Sí quiero —suspiró. Y lo hizo.

Me besó por última vez en los labios antes de que se separara ligeramente de mi y su mirada se concentrara en mi reacción mientras su mano se deslizaba por debajo de mis panties, sentí como sus dedos se deslizaban sobre mis labios y mis pliegues. Solté un gemido y él sonrió de lado, sus dedos se sentían callosos sobre mi piel más sensible, no me sorprendí era la mano con la que tocaba el bajo.

—Estás realmente mojada —suspiró contra mi piel mientras comenzaba a besarme la mandíbula, sus dedos se habían movido para masajear mi clítoris y solté otro gemido—. Me haces pensar que te gusto.

—Me encantas —corregí con una risita. Era claro que para ambos era una broma, o algo parecido.

No me respondió otra vez, en cambio sus dedos seguían masajeando suavemente y sus labios ahora estaban en mi cuello, lamiendo y mordiendo, probablemente dejando una marca pero en ese momento no me interesó nada de eso. Si no me había emborrachado con las bebidas en el club, definitivamente ahora estaba ebria de todas estas sensaciones, sus labios, sus dedos, la manera en la que me miraba.

La otra mano de Calum se movió para tomar mis muñecas, sosteniendolas por encima de mi cabeza y restringiéndome, trate de liberarme de su agarre pero era más fuerte que yo y al segundo intento lo único que recibí fue una risita por parte de él, y que dejara de masajear mi clítoris.

Solté un quejido y mi ceño se frunció, comencé a frotarme contra su mano y dedos que seguían entre mis piernas. —Por favor —le pedí. Me miró sonriendo de lado y siguió frotando en círculos para después detenerse y deslizar sus dedos hasta mi entrada, solo provocándome. —Calum.

— ¿Qué quieres? —Su voz se sentía caliente sobre mi piel.

—A ti.

Le dije simplemente y lo siguiente que sentí fueron dos dedos penetrando mi entrada gentilmente, me hizo gemir más fuerte de lo que ya había gemido y mi boca buscó la suya para besarlo. Me besó con fuerza mientras mis caderas se empujaban hacia abajo contra sus dedos, y soltó un gruñido que fue amortiguado por mis labios. Al principio, movía sus dedos lentamente fuera y dentro de mí, construyendo un ritmo mientras que nuestras lenguas se rozaban y gemidos y gruñidos salían de nuestras bocas.

Dejó de sostener mis manos y al mismo tiempo agilizó el ritmo de sus dedos, mis manos se movieron a la parte de atrás de su cabeza enredando mis dedos en su cabello y la otra alrededor de su torso, clavando mis uñas en su espalda. Alejo sus labios de los míos para comenzar a besarme el cuello de nuevo y sentí su erección presionada contra uno de mis muslos, su mano libre buscó uno de mis pechos por arriba del vestido y comenzó a masajearlo, después trato de buscar la forma de sacarme el vestido por arriba de la cabeza pero lo detuve.

—Vas a romperlo —gruñí.

— ¿Cómo entonces? —Dijo jadeante. Lo empuje suavemente por el hombro, mientras buscaba el zipper en el costado de mi vestido para quitarmelo. —Pensé que la tela en tu cuello no era parte del vestido —continúo una vez que la prenda ya estaba en el piso de la habitación—, creo que no lo podré usar para ahorcarte.

Se posicionó por delante mi, sobre rodillas en la cama, con esa sonrisa que me haría decirle que sí a todo, pero de todos modos rodé los ojos. —Kinky.

Calum se limitó a encogerse de hombros, me escaneo con los ojos y yo me concentré en el techo porque no quería ver la forma en que me miraba, sabía que en sus ojos lo único que iba a encontrar era lujuria. Lo miré de nuevo solo cuando sentí sus labios presionados sobre mi rodilla, el beso me hizo sentir cosquillas y solté una risita, él volteo a verme con la misma sonrisa de lado. Siguió besando mis muslos, y por un momento sentí su respiración sobre mi centro, aunque estaba mordiendo mi labio inferior para no soltar un gemido lo hice cuando presiono sus labios sobre la parte inferior de mi estómago, justo en la línea de mi ropa interior.

— ¿Puedo? —Preguntó con un hilo de voz.

—Sí —contesté en un suspiro. Sus dedos bajaron mi ropa interior lentamente, alcé mis caderas para ayudarle a remover la prenda y acarició mis piernas mientras se deshacía de mis panties. Juro que vi como se lamía los labios una vez que estuve desnuda frente a él.

Él a su vez se quitó los pantalones y boxers de un solo tirón, no pude evitar levantar la cabeza para verlo desnudo y creo que lo notó pero no dijo nada. Mientras se acercaba para besarme de nuevo, pude ver como tomaba su miembro en su mano, masturbandose lentamente en cuanto sus labios chocaban con los míos para besarme de nuevo. Nunca había visto algo que me pusiera tan caliente como eso.

Nos seguimos besando, sentí la punta de su erección frotándose sobre mis pliegues y mi clítoris, haciendo que soltara gemidos que chocaban con sus labios, y mis uñas se enterraban en su espalda suavemente.

—Condón —le recordé después de unos segundos, y al parecer lo sacó del trance en el que estaba porque emitió un sonido parecido a un '¿qué?' cuando se separó de mí. Su brazo que hasta ahora estaba sosteniendo su pene se alargó hasta la mesita de noche donde hábilmente abrió el cajón y rebuscó dentro de ella.

—Mierda —le oí maldecir y lo miré arqueando una ceja— Creo que hay más en el baño, ya vuelvo.

Dijo y me beso antes de salir corriendo en dirección al baño, no pude evitar levantarme un poco para mirarle el trasero. Entonces, me cayó un golpe de realidad, estaba en Los Ángeles, desnuda en la cama de un hotel cuya habitación le pertenecía a Calum Hood. No pude evitar sonreír.

—No encontré ninguno —La sonrisa se me borró del rostro y lo notó—. Puedo salir a conseguir uno.

—Creo que yo tengo uno en mi bolso —dije sentándome en la cama. Calum buscó en el piso mi bolso y me lo dio, lo abrí y rápidamente encontré el paquete metálico.

Me recosté de nuevo sobre la cama, el sonido del paquete abriéndose y luego una maldición por parte de Calum. —Se rompió.

De nuevo, me senté de golpe. — ¿Qué? —Calum me dio el condón que efectivamente se había roto de un lado y me mordí el labio. Vi como tomaba sus pantalones del suelo, para ponerselos pero hablé primero. —Tu siempre usas ¿No?

—Sí, obvio, pero—

—Sigamos entonces —Su expresión cambió a una confundida y arqueó una ceja.

— ¿Estás—? —Pero antes de que pudiera terminar la frase yo ya me había lanzado sobre él y lo estaba besando. Soltó una risita y sus brazos rodearon mi cintura para después hacer que nos recostaramos sobre la cama.

De nuevo lo sentí frotando la punta de su miembro en mis pliegues y después en mi entrada, lo siguiente que sentí fue como me penetraba lentamente y yo soltaba un gemido casi pornográfico. Y es que en todos mis encuentros sexuales siempre había usado condón, y ahora entendía porque a mucha gente no le gustaba usarlo era una experiencia totalmente diferente.

Fruncí un poco el ceño mientras me ajustaba a su tamaño y Calum me besaba las mejillas y la barbilla mientras también esperaba. Y cuando se comenzó a mover lentamente dentro y fuera de mí, soltó gruñidos y maldiciones que sabía que iban a estar por siempre en mi memoria.

No fue hermoso y mágico, tal vez un poco mágico sí porque se trataba de Calum pero no se sintió lleno de amor o lo que sea. No hubo 'te quieros' o 'que hermosa eres', hubo maldiciones, gemidos y gruñidos, combinados con 'que bien te sientes', 'más rápido', '¿así está bien?', 'bésame el cuello', 'acaricia mi cabello'. Casi como tener sexo con un amigo y a pesar de todo fue increíble, se sintió increíble y Calum realmente parecía conocer cada punto de placer en mi cuerpo y donde besarme, donde acariciarme y donde no. El australiano realmente sabía lo que hacía porque me hizo venirme tres veces esa noche.



Cuando el reloj marcó las cuatro y media de la mañana nuestros besos ya consistían en nuestros labios buscándose torpemente, lengüetazos y suspiros. Ambos estábamos demasiado cansados y satisfechos como para seguir, pero cuando Calum se separó de mí no pude evitar fruncir el ceño.

—Lex —murmuró—, tenemos que limpiarte y tienes que ir al baño, vamos.

—Okay —respondí con un hilo de voz, me senté en la orilla pero antes de que pudiera poner los pies en el piso él ya había deslizado su brazo por debajo de mis piernas y me estaba cargando, instintivamente mis brazos rodearon su cuello y no lo deje ir hasta que me bajo sobre el WC.

Salió del baño para darme privacidad e hice lo que tenía que hacer, cuando termine unos minutos después vi como su mano se extendía hacia mí con una camiseta, no me había dado cuenta de cuando había regresado.

—Gracias —le sonreí mientras me ponía la camiseta, él todavía estaba parado en el baño esperándome— ¿Vas a cargarme de regreso?

—Tal vez —sonrió de lado, rodé los ojos pero igual lo deje que lo hiciera.

Una vez que me dejó sobre la cama, me deslicé debajo de las cobijas acostándome en el lado opuesto de la cama. Apagó las luces de la habitación, las que aún seguían encendidas y se acostó en la cama, rodó hasta el lado donde estaba yo y se abrazó de mi cintura, atrayendome un poco hacia él.

—Calum —murmuré, me respondió con algo parecido a un '¿si?'— ¿Qué haces?

— ¿No te gustan los abrazos?

No era que no me gustara dormir abrazada de alguien, solo que era con personas específicas y la última vez que había dejado que alguien me abrazara así yo estaba muy borracha.

—No realmente.

—Pues a mi sí —casi podía oír su sonrisa—, ya duérmete.

Podría haber seguido peleando y hasta empujarlo al otro lado de la cama, pero estaba muy cansada como para hacerlo y aunque sabía que tal vez me arrepentiría de esto igual lo deje que me abrazara. Después de todo, ¿Cuántas chicas podrían decir que Calum Hood las abrazo mientras dormían con él?

Y aunque yo aún no lo sabía, en esa semana no había sido la única.




𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑

· • —– ٠ ★ ٠ —– • ·

¡Hola! Me presento soy la reina de las actualizaciones lentas. Les juro que yo no quiero pero si no es un problema es otro, hasta yo estoy fastidiada de mi. En fin, lo siento el capítulo es puro smut jajajaja pero es que estaba demasiado largo si le ponía lo del siguiente capítulo y estoy tratando de mantener el límite de palabras por capítulo (o algo así). 

Ay, no saben lo horrible que fue escribir esto cuando mi última experiencia heterosexual fue hace dos años, tuve que investigar y leer mucho porque ya no sabía que onda. Espero que no este taaaaan horrible el capítulo. 

Por cierto, hay una playlist de la fanfic después de la nota de autor incluye link a spotify y todo, espero la puedan escuchar porque me inspira mucho sobre la historia. 

Una disculpa por la tardanza, espero que les guste y no se olviden de comentar y votar. <3 

𝑪𝒐𝒏 𝒂𝒎𝒐𝒓, 𝑴𝒊𝒎𝒊 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒎𝒇𝒊𝒆𝒍𝒅


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