⩇⩇. ૮ᅠinocencia pasionalᅠ✶ᅠ...

By perfectbin

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‣‣ ׂ 🏴 . ¡ sinopsis ! Hay cinco cosas que vue- lven loco a Yeonjun. 1; La forma en la que el ro- s... More

Prólogo
Capítulo 01 : Malditos platos
Capítulo 02 : Malditas cervezas
Capítulo 03 : Maldito departamento
Capítulo 04 : Instituto
Capítulo 05 : Supermercado
Capítulo 06 : Cena
Capítulo 07 : Mall
Capítulo 08 : Maldita lluvia
Capítulo 09 : Desayuno (Prt1)
Capítulo 10 : Desayuno (Prt2)
Capítulo 11 : Soobin
Capítulo 12 : Fotografía
Capítulo 13 : Fría noche (Prt1)
Capítulo 14 : Fría noche (Prt2)
Capítulo 15 : Maldito regreso
Capítulo 16 : Fuego
Capítulo 17 : Maldita migraña
Capítulo 18 : Beomgyu
Capítulo 19 : Malditos pensamientos (Prt1)
Capítulo 20 : Malditos pensamientos (Prt2)
Capítulo 21 : Asuntos inesperados
Capítulo 22 : Celos
Capítulo 23 : Tú
Capítulo 24 : Anuncio
Capítulo 25 : Lo siento
Capítulo 26 : Espuma
Capítulo 27 : Tarde (Prt1)
Capítulo 28 : Tarde (Prt2)
Capítulo 29 : Palabra
Capítulo 30 : Sopa
Capítulo 31 : Extra - Auto

Capítulo 32 : Sonrisas

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By perfectbin

"Junnie, ¿qué es esto?"

Yeonjun  dejó caer su mochila sobre una mesa y enseguida, se lanzó sobre la hierba del enorme patio de su casa, extendiendo un brazo para atraer a Beomgyu consigo, quien cayó a su lado, sin dejar de mirar atentamente lo que tenía entre manos ni un solo segundo.

"Fotos, ¿no dijiste que querías fotos mías? Las estuve revisando en toda la clase y esas son las menos ridículas."

Beomgyu abrió el sobre de papel con cuidado y se giró hacia él con los ojos llenos de una combinación entre ilusión y emoción que le sentaban a la perfección y una enorme sonrisa que le adornaba todo el rostro y le hacía destellar rayos hacia todas las direcciones posibles.

"¿Me las estás obsequiando?"

"Si las quieres… en realidad, pensaba romperlas, pero luego las dejé en una caja y se me olvidó. Son estupideces y algunas tienen más de diez años."

"¿De verdad son todas mías?"

"Si las quieres."

El menor se pegó el sobre al corazón y soltó un grito de emoción.

"¡Gracias, te amo!" rio, prendiéndose de su brazo con todas sus fuerzas.

Sacó todas las fotografías que estaban dentro y se puso a ver una por una con una enternecida sonrisa en los labios, mientras Yeonjun hundía los dedos en su cintura, pegándolo más a él, sin penderse ninguna de sus expresiones. Porque por más que no quisiera, no podía evitar que sus ojos se prendiesen de hasta el mínimo gesto que hacía y que algo en su pecho se moviera de arriba para abajo y chocara entre todas las paredes de su cuerpo cuando lo hacía. Y aunque le resultara incómodo sentir eso, no podía dejar de hacerlo.

"Esta es mi favorita, te ves muy tierno."

"¿Tierno?" En la fotografía aparecía cuando tenía cinco años y provocaba de todo menos ternura "Parezco un demonio."

"No, pareces un ángel, un cachorrito ángel."

"¿Qué diablos?"

Escuchó sus risas musicales y solo atinó a fruncir el ceño y arquear una ceja, sin poder contener una carcajada también.

"¿Para cuándo fue esta?" Beomgyu tomó una y se la mostró, más entusiasmado.

"Fue para el aniversario de mi escuela, toqué rock con un grupo y lo hice genial."

"Seguro que fue más que genial. Te ves muy bien con la guitarra y el micrófono."

Se quedó callado y cuando el jodido viento del atardecer le golpeó todo el rostro, tampoco dijo nada y siguió observando la forma en que Beomgyu dedicaba largos vistazos a cada una de las fotografías, como si estuviera analizando algo muy importante.

"Me gustan todas, me gustan mucho, las conservaré y las tendré siempre conmigo" mencionó al fin, envolviéndolas con rapidez y recostándose en su hombro  "Muchas gracias por dármelas."

Sintió el olor de su fragancia invadir todo el ambiente y cuando regresó su mirada a él, lo encontró con su sonrisa pegada a su brazo. ¿De verdad le ponían así simples tonterías como esas?, ¿le emocionaban tanto esas cinco fotografías viejas y empolvadas?

"Siéntete libre de enviarme tú también las que quieras" susurró con tono divertido contra su oído, mientras el otro se reía ante el cosquilleo producido "No, no te sientas libre, siéntete obligado a enviarme las tuyas también."

"Bien, mandaré a pedir a mi casa las que tengo cuando era chico y te las daré todas."

"Me suena justo" Se separó, levantándose enseguida "Iré por unas cervezas, espérame."

Estuvo a punto de salir camino a la cocina, pero fue detenido por el brazo de Beomgyu alrededor del suyo.

"¿Cervezas? No quiero que tomes tan temprano ni tan seguido."

"¿Por qué?"

"Porque el alcohol hace daño a tus neuronas y eso no te dejará aprender bien las clases."

"Pero si mis neuronas ya están dañadas desde hace mucho" Exhaló y lo tomó de la cintura con fuerza, guiñándole un ojo "Y a las pocas que me quedan, las matas tú."

Aproximó su rostro al suyo, pasando la lengua tentadoramente sobre su mejilla e intentando capturar sus labios, al tiempo que él le empujaba entre risas y quejas.

"Te lo digo en serio, Junnie. El alcohol destruye las dendritas y hace que tus reflejos sean más lentos."

"Oh, qué envidia, tan inteligente me ha salido el enfermero" Su boca descendió poco a poco por la curvatura de su mandíbula hasta morder su barbilla, intentando retener sus labios de nuevo, sin éxito "Hablando de eso, me he pasado la clase de números pensando que ya no quiero que me modeles con la vestimenta, sino que me hagas un baile privado. Está más interesante y lo quiero en lugar de las fotos."

El muchacho se carcajeó una vez más, empujándole y frunció sus labios, intentando mostrar mucha seriedad, aunque le era imposible.

"Ya basta, Yeonjun. Tienes que hacerme caso y no tomar todos los días."

"¿Ah, sí? ¿Y por qué debería hacerte caso?"

"Porque soy tu novio" sonrió y Yeonjun rozó su nariz con la suya, fingiendo una reacción de sorpresa.

"No me digas, créeme que recién me entero."

"Junnie, te hablo en serio. No vuelvas a tomar."

"¿Qué hay a cambio? Toda la vida es un negocio, nene, así que tienes que ofrecer si quieres recibir."

"No sé qué ofrecer…"

Yeonjun arqueó ambas cejas y sus ojos viajaron desde su cabeza hasta sus pies con mucho atrevimiento, bosquejando una instantánea media sonrisa en su boca.

"Yo veo mucho desde aquí."

"¿Mucho?"

"Ajá" sus manos descendieron a través de su espalda hasta posarse sobre su trasero con firmeza  "Aunque todo esto ya es mío."

Beomgyu se echó a reír, colocando la cabeza sobre su hombro, mientras se ruborizaba y le golpeaba suavemente sobre el pecho con la palma de ambas manos.

"Bueno, ¿vas a dejar de tomar tan seguido, verdad?"

"Ah, tú sabes cuál es mi respuesta" su boca buscó otra vez sus carnosos labios y los obtuvo esta vez, viajando por el interior de su deliciosa cavidad, obteniendo su sabor e intercambiándolo con el suyo al compás de sus latidos antes de separarse "Será lo que tú quieras."

Se relamió los labios, sin dejar de ver cómo se reía y sus blandas manos se colocaban de repente sobre su rostro, repartiendo caricias alrededor de sus pómulos y colocando los cabellos desordenados de nuevo a su lugar con suavidad. Sus ojos se enfocaban en los suyos y sus dedos le acariciaban la boca, la nariz, la frente y la cabeza de una manera que le paralizaba los músculos. Sobre todo si también le sonreía y miraba de tal forma que podía verse perfectamente reflejado en sus ojos. Yeonjun se quedó quieto por un largo momento y luego arrebató sus manos, capturándolas entre las suyas.

"¿Qué sucede, Junnie…?"

"No me gusta."

La sonrisa de Beomgyu desapareció y abrió los labios en una o muy profunda.

"No, no es que no me guste, solo es que se siente extraño" exhaló, pasándose la mano por toda la nuca e hincando sus propias uñas en su cuello "No estoy acostumbrado, no estoy acostumbrado a eso."

Esa era la verdad.

No estaba acostumbrado, ¿y cómo iba a estarlo? Nunca le había gustado ese tipo de contacto físico y tampoco es que lo haya recibido mucho en su vida. En todas las fiestas y en todas las relaciones de sexo-sin-compromiso a las que estaba acostumbrado, siempre había odiado que le acariciasen el rostro o que se prendieran de su brazo e hicieran muestras de cariño que él sabía que no existían ni existirían. E incluso, había golpeado a tres mujeres por acortar su nombre, abrazarlo o intentar tener algo más allá que solo sexo. No le gustaba dar ni recibir cariño y en algunos momentos, el simple pensamiento le entiesaba.

"Pero puedo acostumbrarme."

Retuvo sus manos y las volvió a colocar sobre su rostro, apretándolas con ímpetu. El muchacho sonrió de nuevo y sus dedos volvieron a deslizarse entre las hebras de su cabello, sus pómulos y nariz. Después, se separó y se quedó en silencio.

"Yeonjun…" musitó tras algunos segundos, tomando su brazo otra vez  "Ya falta poquísimo para el gran día.*

"¿Gran día?"

Beomgyu asintió con muchas ganas, apretando suavemente sus labios como si estuviese guardando toda la emoción dentro y tuviese miedo de que pudiese salir de golpe. Levantó su mirada y rio, suspirando unas cuantas veces con el rostro chispeando de nuevo.

"Cumplimos un mes de estar juntos. Será nuestro primer mes y dicen que como es el primero, ese día se siente muy especial."

"¿Quién dice?"

"Escuché decir eso a tu hermana" abalanzó sus brazos alrededor de su cuello, enrojeciendo y riendo.

"Oh" Yeonjun contuvo la respiración y no pudo decir nada más.

"He estado contando día tras día y tengo mucha emoción por que ese día llegue. Creo que desde siempre es especial… pero seguro ese día se siente distinto o amaneces diferente, sintiendo cosas diferentes y especiales, porque habremos cumplido un mes" sus miradas se encontraron y Beomgyu se encogió entre risas y suspiros, demasiado entusiasmado "Nuestro primer mes como novios."

¿Un mes? ¿Treinta días?

Mierda. El viento frío le envió calambres por todas partes e hizo que se le escarapelara la carne como respuesta. Puso su lengua en un lado de su boca e intentó sonreír.

"¿Y cuándo se supone que es eso?" cuestionó, aunque la reacción que obtuvo no fue muy satisfactoria "Estoy bromeando, sí lo sé, tengo eso anotado."

"¿Dónde?"

"Acá" puso una media sonrisa y se dio un golpe en la cabeza con su dedo índice.

Beomgyu se carcajeó y soltó el abrazo; sus risas acoplándose a la iluminación de su rostro y la emoción que le embriagaba el cuerpo como si estuviera en una montaña rusa.

"Gracias por recordarlo, Junnie, sabía que lo hacías. Anda estudiando, yo iré a terminar con la cena y te llamo en cuanto esté."

Le sonrió y desapareció por la puerta y Yeonjun exhaló y notó que el aire salía de su garganta de una forma distinta esta vez; mucho más lento, más pausado.

Se mantuvo suspendido durante un momento y luego caminó instintivamente hacia el dormitorio de Beomgyu, pasando su dedo en el calendario que estaba en una de las paredes hasta que encontraba el día encerrado en un corazón y buscaba un lapicero en todos los cajones de su mesa de noche. Diablos. El asunto era en tres días.

Anotó el día con letra enorme en la palma de su mano y salió de inmediato.

¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Darle un abrazo y felicitarlo o algo así? La única vez que estuvo al borde de celebrar ese tipo de cosas, sucedió todo . Apretó las mandíbulas y alejó los pensamientos dándole otra mirada a la palma de su mano. ¿Qué carajos debía hacer? ¿Buscar en internet o preguntarle a alguien? Salió hacia la cocina, mientras la palabra “especial” se repetía en su mente. Debía verse como todo un imbécil pensando en eso y si sus amigos pudiesen verlo, posiblemente se suicidarían ante todas las tonterías que estaba haciendo y lo peor es que no quería pensar por qué las estaba haciendo.

"¿Sacarlo a dar una vuelta y comprarle cosas? ¿O llevarlo a comer y ese tipo de cursilerías?"

Oh, miércoles. Mejor se callaba, porque decirlo sonaba más empalagoso que pensarlo. El humo de las cacerolas llamó su atención y sonrió al recordar el desastre que había resultado lo que se suponía que tenía que ser una sopa. Sacó una cuchara y la hundió en una de ellas, pero el sonido de unas voces hablando lo detuvo y la dejó para salir caminando hacia la sala, arqueando las cejas al ver a Beomgyu hablando hacia la puerta.

"¿Quién es?" preguntó y llegó hasta su lado, sin sorprenderse al encontrar a Soobin con las manos dentro de los bolsillos, evitándole la mirada "Ah, tú."

Beomgyu se quedó quieto y colocó una sonrisa nerviosa, haciéndose un poco a un lado. Soobin no prestó atención y agitó dos papeles, riendo como si él no estuviera.

"Como te decía, tengo las entradas compradas para la función en dos horas y Sihyeon ahora está ocupada y no puede venir conmigo. Sé que te gustará, es el estreno del año y está muy interesante y yo que soy un adicto al cine, no puedo dejar de verla. La película trata de un chico lobo que es encontrado en una casa y la chica empieza a educarlo como humano, le enseña a…"

"Vete tú solo" Yeonjun le cortó con tono calmado "Él no va a ir contigo."

Beomgyu echó una mirada a su alrededor y se apoyó sobre la baranda, más nervioso, mientras intentaba encontrar la mirada de Yeonjun, quien observaba fijamente hacia adelante.

"Le enseña a hablar y a hacer un montón de cosas, es un melodrama, pero me cuentan que vale la pena" Soobin siguió sacudiendo los boletos, ignorando por completo la interrupción "¿Dirás que sí, verdad? Después, podemos ir a comer algo o al karaoke. Cantaremos toda la noche y nos divertiremos mucho."

"No va a ir, ¿no has escuchado? No va a ir a ninguna parte contigo."

"¿Por qué? ¿Porque tú lo dices? Que yo sepa, no te estoy hablando a ti, así que métete en tus asuntos y déjanos en paz. Como decía, acá tengo el auto conmigo y si quieres podemos irnos con otros amigos o también solos."

Yeonjun retuvo la respiración y sonrió, todavía aniquilándole con la mirada. Estaba tranquilo, pero el idiota con sus puñeteras palabras acababa de encenderle la mecha. Y una vez que la encendían, no había quién lo detuviera.

"No va a ir, ¿y quieres saber por qué?"

Soobin se acomodó la camiseta y sacó las manos de sus pantalones, exhausto e irritado, al mismo tiempo que el rostro de Beomgyu lucía aterrado y se prendía de la baranda con más fuerza, buscando qué decir o qué hacer para suspender toda la situación.

"Porque él es mío" soltó finalmente y lo atrajo hacia sí con impetuosidad, cubriendo sus sorprendidos labios entreabiertos con los suyos y enredando sus dedos en su cabello para luego separarse, tomarlo de la cintura y cerrar sus dedos sobre su piel, marcando territorio  "Creo que la vez pasada no pude completarlo, pero lo que iba a decir era que no me gusta compartir lo que es mío con otros y él es mío, así que si vuelves a hablarle o poner tus asquerosos ojos en él, te voy a aplastar, así de simple."

Y riendo al ver cómo los boletos de cine caían al piso, le cerró la puerta en la cara.

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