Sincerely, yours » h.s

By -smellycat

94.3K 5.9K 2.5K

"Y aunque el tiempo no lo quiera de esa manera, y la distancia lo acompaña, quiero que sepas que fui tuyo, so... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16, pt 2
Capítulo 16, pt 3
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34, pt 1
Capítulo 34, pt 2
Capítulo 34, pt 3
Capítulo 34, pt 4
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Epílogo
Agradecimientos + anuncio importante
SEGUNDA PARTE: A LITTLE BIT YOURS

Capítulo 16, pt 1

1.8K 121 45
By -smellycat

N/a: es viernes y nuestros cuerpos lo saben (?), ah broma. ESTUVE ESPERANDO TODA LA MALDITA SEMANA PARA SUBIRLES ESTA MARATÓN SE MUEREN. 

Aquí va la primera parte de este capítulo. El siguiente lo publicaré mañana y el último el domingo. Y como la siguiente semana la tengo libre, quizás las actualizaciones sean más seguidas :) Eso, los amo, muchas gracias por leer esta historia, estaré esperando sus votos y sus comentarios como siempre <3

***


Londres, diez de marzo, 2020

¿Quién iba a pensar que iba a estar en la casa del mismísimo Harry Styles? ¿Y que haya sido él quien me había hecho la invitación?

Había llegado veinte minutos antes de la hora acordada, y vaya que los necesité. No podía moverme mientras observaba el portón metálico empotrado en una muralla de ladrillos. Dos simples pasos y el accionar de mi dedo y entraba de lleno a la privacidad de Harry.

Una de mis manos se empuñó con fuerza contra mi abrigo a la altura de mi pecho, tratando de controlar los latidos de mi corazón, al mismo tiempo que mis ojos viajaban a mi alrededor. Trataba de convencerme a mí misma que debería tranquilizarme, que simplemente íbamos a tener una amigable conversación y quizás recuperar lo que habíamos dejado antes... si es que había un algo.

Piper se removió inquieto a mi lado y tomé con fuerza su correa para que no se me escapara. Él, al igual que yo, se ponía muy ansioso al estar en lugares desconocidos. Sólo que la causa de mi ansiedad era más que nada por el hecho de estar en la jodida casa de mi jodido ídolo.

Tragué saliva y solté un suspiro, esperando a que mi corazón se calmara. Nada malo podría salir, ¿cierto?

"Sólo una conversación en su casa, aprieta el bendito timbre", mi subconsciente me insistió.

Di un paso hacia adelante y presioné el botón del citófono, una melodía suave resonó ligeramente. Y en menos de un minuto, el portón metálico se abrió, dejándome a la vista un camino de adoquines que conducían a la puerta de entrada.

Entré tirando de Piper y él de inmediato trotó por el lado de las plantas, olfateando y marcando su territorio. La verdad, no me importaba que orinara en una casa ajena, más que nada porque en mi cabeza pasaban tantos pensamientos que lo que hacía Piper se iba a segundo plano.

No tuve la necesidad de tocar la puerta, ya que apenas estaba a un par de metros, ésta se abrió, revelando a Harry Styles con una media sonrisa, los cortes del accidente de ayer aún frescos en su piel. Pude notar un atisbo de sueño en sus ojos por sus ojeras debajo de éstos, al mismo tiempo que soltaba un pequeño bostezo. Se apoyó en el marco de la puerta y se cruzó de brazos mientras me acercaba a él, su antebrazo derecho cubierto por la venda clínica.

Su vestimenta me causó cierta alegría. Vestía una camisa a cuadros abierta, la cual cubría una remera blanca, algo transparente ya que sus tatuajes eran visibles. Sus pantalones de mezclilla negra se ceñían en sus piernas a la perfección y sus pies estaban cubiertos por unas... ¿pantuflas?

Me había acostumbrado a su ropa tan elaborada y extravagante que verlo así de simple me hizo sonreír con melancolía, recordando su estilo de hace unos años atrás.

—Pensé que no vendrías —murmuró una vez que estuvimos frente a frente—. Pasa, por favor.

—Lindas pantuflas —fue lo único que se me ocurrió decir mientras entraba a su hogar, y logré sacar una risa de sus labios.

Piper comenzó a olfatear cada mueble del interior y me alarmé; lo último que quería era que mi perro fuera la causa de un posible desastre dentro de su casa.

Harry bostezó de nuevo mientras cerraba la puerta. Estaba cansado.

—¿Estás bien? —pregunté—. ¿Quieres que venga otro día?

—No, ya estás aquí —sonrió ligeramente e hizo una mueca—. No dormí bien anoche, pero ya estoy acostumbrado.

Mi corazón se encogió. ¿Por qué habrá dormido mal?

—¿Te gustaría un tour? ¿O quieres comer algo primero? —me preguntó, cambiando de tema.

—Creo que debería dejar a Piper afuera —dije mientras él se agachaba sobre sus rodillas y acariciaba el peludo cuello de mi perro.

—Oh, no será necesario —frunció sus labios hacia adelante y Piper lamió su rostro, haciendo que Harry se riera—. Me imagino que él está acostumbrado a estar dentro de las casas, ¿no?

—Créeme, agradecerá tener un espacio para correr —reí algo nerviosa.

—En ese caso... —Harry volvió a incorporarse y comenzó a caminar por su sala de estar, hasta llegar a la puerta deslizante de vidrio que conducía hacia su patio.

Le saqué el arnés a Piper, junto con su correa, y apenas el rizado dio acceso completo hacia el exterior, mi perro se lanzó a correr al jardín, pasando rápidamente por un lado de Harry. Él me miró con los ojos abiertos por la sorpresa de su velocidad y yo me encogí de hombros.

—Te lo dije.

Cerró la puerta y metió su mano sana en uno de los bolsillos de sus pantalones mientras que la otra viajaba a su nuca para rascársela, sumándonos en silencio.

—Tienes una casa adorable —hablé luego de unos segundos, mirando a mi alrededor—. Tess moriría por conocerla.

—Gracias —sonrió y se acercó a mi—. Puedo mostrarte más, si quieres.

—No te preocupes —le aseguré y dejé mi bolso sobre la mesita del centro—. Creo que ambos tenemos cosas más importantes qué hacer, no quiero quitarte todo tu tiempo.

—No lo estás haciendo, Lena —dijo con un tono de voz suave, asegurándome—. Nunca pienses que es así.

Ay, joder. Cuando decía mi nombre con esa voz tan ronca y profunda me hacía flaquear las piernas.

Me senté en el sillón y él se sentó frente a mí.

—Quiero empezar pidiéndote perdón —hablé mirando mis manos y riendo nerviosamente—. Lo que hice el viernes fue estúpido, estaba borracha y claramente no estaba pensando...

—¿Estás segura que es por lo del viernes que te estás disculpando o por otra cosa? —inquirió él, la realidad golpeándome.

Él esperaba a que me disculpara por lo que ocurrió con la señora Jennings en mi departamento y mi miedo irracional.

Respiré profundamente y abrí los labios para hablar, pero nada me salía. Por más que mi cerebro trataba de formular las oraciones, mi corazón insistía constantemente en no compartirlas.

Escuché una ligera risa sarcástica por su parte y alcé mi vista a él.

—Te juro que no te entiendo, Lena —soltó, sacudiendo su cabeza—. Pensé que estábamos disfrutando la compañía del otro.

—Y lo hago —le interrumpí, frunciendo el ceño.

—Entonces, ¿a qué le tienes miedo? —preguntó, su mirada analizándome de pies a cabeza, concentrándose de lleno en mis ojos—. ¿Por qué no querías que tu vecina le contara a sus nietas que estabas conmigo? ¿Por qué no querías que te mencionara en la entrevista, cuando relaté la noche que me salvaste la vida?

Abrí mis labios para responder, pero las palabras parecían atascarse en mi garganta. Su sinceridad me sorprendía y deseaba ser tan segura y directa como él en esta situación.

Se levantó de su asiento para colocarse a mi lado, dando por sentado que si invadía un poco mi espacio personal podía quebrarme. Sus ojos no dejaban mi rostro, y yo trataba de evitarlo pero no podía. Tarde o temprano debía enfrentarlo.

—Yo... —me quedé muda y bajé la mirada a mis manos—. Es demasiado difícil de explicar.

—¿Acaso te avergüenzo?

—¿Qué? ¡Por supuesto que no! —levanté de golpe mi cabeza y fruncí mi ceño—. Jamás podrías avergonzarme, Harry. Es sólo que... Dios, puedo sonar muy ridícula; me aterra lo que dirán los demás.

—Nunca pensé que serías de esas personas que le importa la opinión de los demás.

—Y no lo soy —me contradije—. Tengo miedo a cómo cambiará mi vida si me ven contigo. Eres el hombre más querido del mundo, el más talentoso y una excelente persona. Da terror saber que tus fans investigan todo sobre ti, hasta tu círculo de amistades. Yo... yo no sé si estoy lista para ese tipo de exposición. Menos ahora que tengo mi vida marchando sobre ruedas; un buen trabajo, familia, amigos... No quiero que solamente por pasar tiempo contigo me investiguen como si fuese una criminal...

Listo, lo dije. Solté una gran exhalación luego de decir aquellas palabras y lo miré. Su expresión se había suavizado, y una media sonrisa amenazaba con salir de sus labios.

—Lena, no es tan así...

—Créeme que sí es así, pertenezco en ese público, después de todo. Sé que hay personas que pasan las veinticuatro horas del día buscando cosas sobre ti por internet.

—¿Eres de esas personas?

Negué de inmediato con la cabeza.

—Sólo sé lo que has dicho tú en las entrevistas o lo que publicas en tus redes sociales —confesé—. Nunca me gustó indagar tanto en la vida de una persona porque me pongo en sus zapatos. Soy fiel creyente del dicho "trata a los demás como a ti te gustaría que te tratasen", así que odiaría saber que los demás buscan mi información personal con sólo hacer un click. No sé cómo lo haces.

Le dirigí la mirada y mi corazón dio un brinco al verlo sonreír genuinamente, sus ojos achinándose con admiración y orgullo. Le sonreí de vuelta, con el pensamiento de que quizás lo que le dije le haya dado más confianza.

—Puedo encargarme y asegurarme de que te sientas segura —su mano se acercó y se apoyó ligeramente sobre mi rodilla, haciéndome temblar—. No eres la primera persona en decirme esto. He perdido muchas amistades por las mismas razones que me estás dando y la verdad es que estoy harto. No quiero perderte a ti también.

Mi respiración se detuvo y tragué saliva lentamente.

—Lo siento... —murmuré.

—Quiero que sepas que eres especial, Lena —continuó y mi corazón comenzó a palpitar frenéticamente—. Por un momento sentí que me tratabas como una persona común y corriente. Me has visto en el peor momento de mi vida la noche de San Valentín y la manera en que me tratas como alguien ordinario y no una celebridad me causó un sentimiento bastante agradable. Mucha gente me dice que les parezco intimidante, casi un dios y que apenas logran reaccionar cuando me ven. Y no me malentiendas, la verdad es que me gusta tener ese tipo de impacto en otras personas, pero me gusta más poder entablar una conversación real y que no me trataran como alguien distinto de lo que soy.

La verdad es que no logré procesar bien sus palabras al cien por ciento. En el momento que me dijo que era especial había chillado internamente, tan fuerte que apenas podía escucharlo.

Harry Styles pensaba que era especial. Ya podía morirme en paz.

—No lo pensé de esa manera —dejé escapar un suspiro al mismo tiempo que sentía cómo el peso sobre mis hombros desaparecía—. Gracias, y perdón... esta vez por todos los malos ratos. 

—Sólo espero que me tengas la confianza para lo que sea, Lena —me pidió, apretando ligeramente mi rodilla con sus largos dedos—. No sé por qué pero siento que yo ya la tengo hacia a ti. Y no te preocupes por lo que dirán o harán los demás.

Carajo, lo amo.

—Haré el esfuerzo —atiné a responder y el sonrió.

—Estaré para ti en lo que necesites —dijo, elevando su mano hasta mi hombro, proporcionándome un tacto bastante amigable—. Si tuviste un día de mierda en el trabajo, házmelo saber. Si te peleas con Tess o con alguien de tu familia, llámame para que te desahogues. Si Piper te está dando un mal momento, me avisas y me lo traigo. Y planeo hacer lo mismo contigo.

Demonios, era tan tierno. Toda la esencia de una persona amable y atenta en él. Tenía unas ganas tremendas de lanzarme a sus brazos y abrazarlo, pero logré aguantarme.

Mi estómago hizo su graciosa entrada, resonando por el hambre que clamaba. Harry pareció notarlo y soltó una risa.

—Ven, vamos a comer algo.

Nos levantamos y me condujo hacia su cocina. Me percaté de que habían dos platos y dos copas de vino ya llenas sobre la mesa.

—¿Qué cocinarás esta vez? —pregunté mientras me sentaba.

Él abrió la puerta de su horno y sacó una fuente. Un exquisito olor a papas gratinadas y queso inundaron mis fosas nasales.

—Pastel de papas —me respondí sola mientras veía cómo el rizado me servía una porción—. Jamás pensé que cocinabas tanto, Styles.

—Puedo hacer muchas otras cosas aparte de tocar instrumentos y cantar —sonrió y se sirvió a él mismo, para después sentarse al frente mío.

—¿Sí? ¿como cuáles? —pregunté, y dicho esto, tomé un poco del pastel con mi tenedor para llevármelo a la boca, lanzando un gemido de aprobación mientras la mezcla de sabores entraban en contacto con mis papilas gustativas—. Santa mierda, está delicioso.

Él hizo una reverencia y se palmeó a sí mismo en el hombro, haciéndome reír.

—Antes de entrar de lleno a nuestra conversación, quisiera proponer un brindis —dijo, alzando su copa. Lo imité—. Por nuevas amistades.

—Y porque me siento la chica más afortunada de la Tierra, almorzando y conversando con Harry Styles, la mejor persona que el mundo podría pedir —bromeé y él rio, sus mejillas sonrojándose.

—Salud.

***

1/3

Continue Reading

You'll Also Like

287K 45.7K 24
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
189K 13.3K 85
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
359K 36.1K 92
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
34.4K 3K 44
AVISO: SPOILER SI NO HAS LEIDO LA NOCHE DE LA BESTIA Desde la muerte de Amber nada ha sido lo que esperaban. De repente todo lo que conocían había ca...