Mi semana se basa en medicamentos, llantos, dormir a base de pastillas y tener ataques de pánico
Desde el día en el que toda esa gran verdad exploto frente a mí, mi vida no a sido la misma, ni mi forma de pensar, ni mi forma de vivir han vuelto a ser normales
Cada vez que cierro los ojos esa imagen vuelve a mi cabeza y un dolor indescriptible se apodera de mi pecho, ahí es cuando me rompo y vuelvo a repetir el mismo proceso de todos los días...
—Hey...—Escuché una voz dulce llamarme desde la puerta de mi habitación mientras miraba con tranquilidad por la ventana escondida entre mis cobijas, con mi mente en blanco y sin nigún sentimiento presente—Oye linda, ¿qué tal estas?—Cuestionó Jack haciendome mirarlo de reojo, suspiré y le di una pequeña sonrisa fingida, había estado tan al pendiente de mi que al menos no le podía negar verme sonreír un poco, al menos si esa sonrisa en verdad no era sincera
—Eh estado mejor, pero me siento bien no te preocupes—Susurré mientras observaba como se sentaba a mi lado y acariciaba mi mano con cautela—¿Y tú?
—Extrañando mirar esa sonrisa que alegraba mis días—Respondió con un poco de tristeza haciendo que me recostara de su pecho, suspiré y solo miré como jugueteaba con nuestras manos un nudo se formo en mi garganta al sentir como besaba mi mejilla—¿Linda, no crees que es tiempo de que retomes otra vez tu rutina?, sabes que odio verte tan deprimida en esta habitación tan solitaria—Aclaró entrelazando nuestras dedos, me estremecí un poco pero se aferró a mi
—No tengo ánimos de nada Jack—Respondí en un tono neutro cerrando mis ojos
—Mira, no deje que te deprimieras el primer día en el que nos reencontramos, así que no me daré por vencido ahora—Avisó suspirando frustrado—Nena, Apolo extraña que le hagas mimos, a estado toda esta semana deprimido al igual que tú, ni siquiera conmigo se siente agusto—Refunfuñó con tristeza. Apolo, diablos, lo había estado evitando todo este tiempo sin querer, así como a todos—Yo necesito que me hagas mimos...
Sentí su nariz rozar por mi cuello haciéndome sonrojar, pero al instante me alejé de él levantándome
—¡No estoy de humor!—Grité exasperada mientras rasguñaba mis brazos irritada—¿Por qué no lo pueden entender?, ¡Dejen de presionarme!—Sollocé apegandome a la pared mientras que mi corazón empezaba a latir con fuerza
—¡Ya, cálmate!—Dijo con preocupación mientras iba con rapidez hasta mi y me apretaba—Perdón, perdóname, relájate por favor, no fue mi intención estresarte—Susurró mientras yo lo apretaba y intentaba relajarme otra vez
—Me odio tanto, Jack—Balbuceé mirándolo con los ojos llorosos, él negó con la cabeza y limpió mis mejillas húmedas
—No tienes porqué hermosa, debes meterte en la cabeza que nada de esto es tu culpa, te estas haciendo daño—Reprochó mientras me mostraba mi brazo, con marcas rojizas de mis uñas, me empezaba a arder, pero me dolía más como él me miraba, así que solo miré al suelo con pena—Te curaré y iremos a almorzar, pero lo harás en la mesa, no aquí—Declaró ayudándome a levantarme con cuidado y llevándome a mi cama, fue hasta mi pequeña mesa de noche y empezó a sacar alcohol y unas gazas
—¡No, eso no!—Chillé y intenté correr hasta afuera de la habitación pero me tomó por sorpresa tirándome a la cama otra vez—¡Jackson, no, duele mucho!—Me moví con desespero y solo admiré como se colocaba a horcadas sobre mi—Por favor—Pedí con la voz entrecortada con nerviosismo
—De esta no te salvas, debiste pensarlo dos veces antes de hacerlo—Refunfuñó estirando mi brazo y apresando mi muñeca contra la cama, con la fuerza necesaria para no hacerme daño pero a la vez dejarme quieta
Empezó a frotar con cuidado la gaza por mi piel, mis quejidos se hicieron presentes al instante intentando zafarme y quitármelo de encima
—Quédate quieta—Exigió suspirando intranquilo esquivando mi mirada
—¡D-Duele!—Jadeé al sentir que pasaba a mi otro brazo con cuidado
El sufrimiento acabo poco después para que luego llegara otro, con brusquedad me llevó cual saco de papas hasta la cocina
—¡Bájame ya!—Ordené mientras pataleaba, me dejo sentada en el mesón y se colocó entre mis piernas mirándome con una ceja alzada, intenté empujarlo pero se aferró a mi cintura haciéndome suspirar con desespero—¿Qué carajo te pasa?
—¿Quieres dejar de sacar las garras?, al menos conmigo, creo que me lo merezco—Se quejó mirándome con un puchero bastante infantil, en verdad que este hombre era un maldito manipulador, lo peor era que me hacia caer
—Perdón...—Murmuré de mala gana mientras lo abrazaba—No es mi intención tratarte de esta forma tan cruel, solo que no puedo evitarlo, estoy agotada, me cuesta dominar a mis demonios interiores y al momento que me presionas siento que voy a explotar—Expliqué haciendo un pequeño puchero de igual forma—Intentaré cambiar, intentaré volver a la normalidad. Por Apolo, por ti—Suspiré y cerré los ojos momentáneamente—Y por Christopher
—Me parece lo más justo—Me miró con una sonrisa y dejo un beso en mi mejilla—Ahora a almorzar señorita, quiero que comas como se debe
—Gracias por cuidarme, Jack...
—Siempre lo haré Kris
(...)
Luego de terminar de almorzar a duras penas, fui hasta la sala a pasar "tiempo de caridad" con Jackson y Apolo, aunque debo admitir que lo necesitaba, necesitaba acariciar a mi peludito y necesitaba los brazos de Jackson como mi almohada
—Mañana tendré que salir en la madrugada a hacer unas cosas, llegaré en la tarde—Informó él mientras acariciaba mi cabello de forma cariñosa—Pero ni creas que te dejaré sola. Karla vendrá a acompañarte y Harry dijo que estaría al pendiente de ambas—Me aclaró logrando que hiciera un puchero y asintiera, descartando fiesta alocada
—¿Entonces tendré dos niñeros?—Cuestioné irónica mientras rodaba los ojos, rió por lo bajo y soltó un suspiro cansado
—No Kris, no serán tus niñeros. Solo velaran por tu seguridad y te darán de comer para que no mueras—Bromeó en un tono divertido ganándose un codazo por mi parte
—Eres un idiota
—Vamos a dormir—Avisó para luego cargarme en sus brazos y empezar a caminar con tranquilidad, no me inmuté y solo permanecí tranquila. Después de todo ya estaba aprendiendo que cada una de sus palabras eran ordenes que si no obedecía, igual cumpliría. Solo que a su manera
Al llegar a mi habitación me dejo delicadamente en la cama, le agradecí y solo suspiré empezando a arreglar las almohadas y cobijas a mi alrededor
—¿Quieres que me quede contigo esta noche?—Cuestionó en un tono dulce colocando su cabeza en mi hombro, sonreí un poco y negué levemente con la cabeza
—No hace falta, debes descansar como se debe y dudo que conmigo moviéndome de un lado a otro lo hagas—Comenté volteandome y dejandole un beso en la mejilla
—Esta bien linda, recuerda que si me necesitas estoy en la habitación de al lado, sí?. No dudes en llamarme
—Por su puesto—Susurré con una sonrisa tenue dándole un último corto abrazo y viendo como se retiraba
Me recosté en la cama mientras apretaba los labios, probablemente esta era una de las peores partes de mi día. Cuando la noche llegaba, la culpa también lo hacia
Miré aquellas estrellas falsas pero aun así hermosas pegadas al techo de la habitación, para luego voltearme y ir cautelosa hasta la mesita de noche, empecé a rebuscar en ella hasta encontrar lo que quería, varios papeles fueron dejados en diversas partes de mi cama
"La culpable de todas las desgracias."
"¿Qué esperas?."
"Él no se merece todo lo que esta pasando."
"Asume tu pasado."
"Espera lo peor de mí."
"Ahora comienza tu castigo."
"Soy tu perdición."
Siete jodidas notas anónimas, una por cada día de esta horrible semana.
Mientras las lágrimas empezaban a caer en silencio yo examinaba aquella foto, el detonante de toda esta situación. Tosí un poco al sentir ese nudo en mi garganta y solo continué, quizá castigándome a mi misma de cierta forma
Decidí ir a la sala, a tomar mi medicamento, el cual había olvidado por completo, y tal vez jugar un poco con Apolo, para ser sincera no tenía sueño y la idea de torturarme hasta dormir no me parecía muy sana
Bostecé un poco y con cuidad abrí la puerta, asomándome por el pasillo. Debía estar al pendiente de el Jackson regañón, podía sacar su lado maternal cuando quería, y no era una faceta con la que me quería topar en ese instante
Baje silenciosamente las escaleras mientras me estiraba y fui hasta la cocina buscando aquel frasco color rosa y un poco de agua, lleve aquella píldora hasta mi boca y seguidamente la tragué con un poco de agua. Pase una mano por mi cabello y fui hasta el sillón soltando un vago suspiro, quería encender la tele pero me preguntaba si eso lograría despertar a aquella fiera que la mayoría del tiempo era un gatito amoroso
Arriesgándome a lo que sea tomé en control remoto y encendí aquel aparato. Di pequeños saltos de alegría al ver que estaban dando aquella caricatura que hasta ahora, me alegraba bastante
Fui hasta la cocina con rapidez sacando un helado del congelador y luego una cuchara, corrí tropezándome con uno de los juguetes de Apolo pero luego de reincorporarme me senté con rapidez en el sofá, ¡justo a tiempo!
(...)
Han pasado unas dos horas, que e amado con locura. Un capitulo más y ya, esa mentira que me e dicho durante el transcurso de la noche a sido mi perdición
Escuché pequeños toques en la puerta de entrada, fruncí ligeramente el ceño y rodé los ojos, estas no son horas de estar tocando la puerta, me quejé mentalmente mientras abrazaba a Apolo
Pero como la curiosidad mató al gato...
Minutos después caminé inocentemente hasta la puerta, abriéndola con cautela, claramente asomándome para verificar que no hubieran muros en la costa
Suspiré y abrí la puerta mirando automáticamente al suelo, sí acerté, era una pequeña caja
Confusa la pase adentro de la casa y colocándome de rodillas aparté la tapa de esta, en su interior permanecían dos cosas. La primera, un oso de peluche rosa de tamaño mediano, lo deje de lado y saqué la pequeña carta que estaba en el fondo. Dispuesta a todo la abrí
"Es tu única oportunidad, te recomiendo que no la desperdicies."
Leí en voz baja, para luego captar una dirección un poco más abajo. Una pequeña foto cayó en mis piernas, sobresaltada la tomé entre mis manos y suspiré, claro que era una mala idea
La foto era del parque al que Jack y yo fuimos en día en el que hicimos "ejercicio" y me comí su helado. Solo que esta foto mostraba una banca solitaria junto a un árbol, la conozco, recuerdo haberla visto en el transcurso. Volteé la imagen "¿Estas dispuesta a hacerlo?, demuestra que tienes agallas y enfrenta tus problemas"
Rodé los ojos y me levanté con todas las cosas devueltas a la caja. Oh, claro que voy a ir.
—Mañana a las tres... Ahí estaré—Susurré mientras apagaba la tele y caminaba a mi habitación
En ese momento estaba proclamando mi perdición, uno de los peores errores de mi vida.
NOTA DE LA AUTORA:
¡Bueno, hasta aquí el capitulo!
Espero les haya gustado leerlo como a mí escribirlo. Recuerden dejar sus hermosas estrellitas, eso me anima muchísimo a seguir con este pequeño proyecto y por su puesto dejar sus tan apreciados comentarios, me encanta leerlos!
¡Nos vemos en la próxima actualización!. Los quiero mucho mucho, cuídense.
Bais <3