Había comenzado con besos que no dejaban espacio a la mente para procesar lo que estaba ocurriendo, los pensamientos simplemente desaparecían con cada toque que el castaño repartía en toda la piel expuesta que había podido conseguir en el pelirrojo
- ¿Te sientes tentado a hablar? - susurro Dazai cerca del oído de su novio, mordiendo con suavidad
Chuuya jadeo tratando de llevar aire a sus pulmones, cada inhalación era un trabajo laborioso. Ni siquiera había terminado de quitarle la camisa, pero, le costaba respirar
- Eres...un idiota...Dazai - jadeo el pelirrojo enfadado, tratando de liberarse con todas sus fuerzas del agarre que tenía Dazai sobre sus muñecas, fuerzas que parecían ser nulas al tener aun alcohol en su sistema, no estaba borracho, pero beber tanto si le estaba dejando secuelas, seguro a esto se refería con que iba a caer primero- ¿Asi interrogas a... todos en... la Port... mafia? - espeto con el ceño fruncido
Los ojos de Daza brillaron en una oscuridad que no parecía tener fin, de algún modo...una vista hermosa para el pelirrojo
- Claro que no - comento manteniendo ambas muñecas atrapadas con una sola mano, dejando que la otra se deslizara con suavidad desde el cuello hasta el borde de los pantalones - Eres un caso especial - además esto era divertido, pensó el castaño con una sonrisa burlona - Tú sabes que no te haría daño
Chuuya se removió incomodo, no había forma de que fuera a hablar, esto ya se había convertido en un desafío, si se daba por vencido, le daría rienda suelta a que Dazai usara estos métodos cada vez que quisiera conseguir algo, aun así... no podía pensar bien
- ¿Qué demonios es lo que quieres? - gruño arisco Chuuya, los insultos salían con facilidad en su actual estado entre enojo y excitación, no era una buena combinación para su filtro de palabras. No podía quitar la mirada de los ojos de su novio, unos ojos que lo miraban casi como si tuviera ganas de devorarlo sin dejar nada
- ¿No es obvio? - Dazai se burló besando la punta de su nariz, jugando con el borde los pantalones de Chuuya, pero sin mover su mano - Voy a persuadirte para que me digas las razones detrás de tu terquedad a decirme "Te amo"
Chuuya trago con fuerza...¿Persuadir cómo?...
- Se que no vas a torturarme - refiriéndose a los métodos de tortura que se solían usar en la mafia, además, tenía muy claro que el castaño nunca le haría daño - Asi que...¿Qué diablos vas a hacer?
- Oh, esperaba que preguntaras - Dazai sonrió quitando con su mano libre una de las vendas de su brazo, Chuuya miro el gesto confundido - Estuve investigando sobre otros métodos para atormentar - le mostró la venda al pelirrojo con una sonrisa, dejando que esta cayera alrededor de las muñecas de Chuuya, colocándola con firmeza alrededor de estas - Siendo sincero nunca le vi el atractivo, hasta ahora
- ¿Atractivo a qué? - ¿Qué es lo que quería hacer con esa mirada tan petulante?
Dazai sonrió, acercando sus labios a su oído para susurrar con un tono de voz que hizo que el pelirrojo se estremeciera por la respuesta
Chuuya lo escucho con una expresión asombrada... antes de girar los ojos, fingiendo que eso no había sido una respuesta sorprendente
- No creo que eso sea un castigo - espeto con sencillez, ganándose una sonrisa piadosa. Bien, Chuuya iba a seguir el juego, pero...- Dazai...tú y yo... no hemos llegado tan lejos - le espeto entrecerrando los ojos, no más allá de juegos previos, si es que se atrevía a ir más allá, iría a por el quinto puñetazo
El castaño le sonrió con dulzura, comprendiendo lo que sus pensamientos encerraban. En realidad, no pensaba hacer algo distinto a lo que hacían siempre, no había modo de que forzara a su Chuuya cuando no estaba listo. Aun así...
- ¿Quieres que me detenga? - comento este con serenidad, dando la oportunidad a que esto parara
- ¡Si! - espeto Chuuya frunciendo el ceño, aunque, había algo en él que quería decir no, pero no iba admitirlo, no había forma que fuera admitirlo
- Bien, dime porque te niegas a reconocer tus sentimientos - Dazai lo miró fijamente a los ojos, captando la atención de su novio - No creas que no he notado que te ha estado lastimando - desde que habían llegado, incluso antes, Chuuya lo miraba con anhelo, pero terminaba por contenerse, tragando sus palabras, mientras que en sus ojos azules se reflejaba el miedo y la tristeza. Le había dado tiempo, pero noto que, no llegaría a ningún lado de ese modo
Chuuya alejo la mirada rápidamente, mirando hacia la ventana que, brillaba levemente gracias a la luz de la luna
- Puedo romper con facilidad las vendas - termino por susurrar sin mirar a Dazai
- Lo sé - el castaño era consciente de la fuerza que Chuuya tenía - ¿No sería cobarde de tu parte huir cuando sabes que no te hare daño?
El pelirrojo lo miro irritado, no iba a huir, solo le daría más excusas a Dazai para que creyera que siempre ganaba, además...no es que quisiera irse
- Haz lo que quieras - termino por decir mirándolo a los ojos con desafío
El castaño le sonrió divertido, no había modo de que perdiera en esto
- Te amo - comento con naturalidad, acariciando con sus labios una de sus mejillas - ¿Lo sabes? ¿Sabes que no te hare daño?
El pelirrojo suspiro agotado, ¿Cómo no saberlo? Siempre se lo decía y...Chuuya también quería decirlo, con todo su corazón, pero...no debía hacerlo. El castaño observo sus expresiones con calma, tenia mucho tiempo para lograr quitarle la respuesta
- Puedes detenerme en cualquier momento - le recordó con suavidad, no mentía al respecto - Todo lo que tienes que hacer es hablar conmigo, Chuchu
- No diré ni una sola palabra - termino por decir con una sonrisa engreída, no pensó que se arrepentiría de esas palabras
-¡No!... ¡No!- Chuuya jadeo tratando de detener a Dazai, ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuántas veces el castaño lo había tocado hasta llevarlo a la liberación? Ni siquiera podía recordar porque había comenzado todo esto, ni siquiera era el acto completo, solo era Dazai en un eterno juego previo - So-solo un segundo, por favor, Dazai...Solo un segundo - Se retorció jadeando con fuerza, las vendas hace un tiempo se habían soltado de sus manos, permitiendo que sus manos se aferraran en busca de apoyo en las sabanas, enterrando con fuerza sus dedos en ellas - No puedo... No puedo... no de nuevo...- En algún momento de la noche su ropa había desaparecido, pero...aun así, así demasiado calor, aun punto en que era doloroso - ... No tan pronto
Dazai quito el cabello sudoroso de Chuuya de sus ojos, tenía una pequeña sonrisa en los labios, se estaba divirtiendo como nunca. Él seguía con toda su ropa puesta, solo necesitando de sus manos y boca para hacer retorcerse a Chuuya, en ningún momento dejo de tocarlo
- ¿Ya quieres hablar? - su voz estaba ronca, no había modo de que no estuviera afectado por esto, casi igual de atormentado que Chuuya
El pelirrojo trato de enfocar su mirada en Dazai, lográndolo luego de calmarse un poco
- No - espeto por decima vez en una noche que parecía no acabar - Eres...un...bastardo - termino por gruñir, su respiración seguía agitada
El castaño sonrió ante el desafío, inclinándose para besarlo en los labios, con todo el anhelo que se había acumulado en última media hora, siendo inmediatamente correspondido por Chuuya, un gesto desesperado por ambas partes, Dazai dejo que su mano regresara a los movimientos firmes que tenía sobre esa zona tan necesitada de su novio. Ganándose una mordida en los labios, Chuuya no lo había hecho a propósito, no tenía suficiente razón como para pensar en morderlo, es solo que el toque ya era un tormento y había actuado por reflejo ante la desesperación.
Dazai no se quejó ante el leve dolor, solo sonriendo contra los labios de su novio
- Déjate ir, Chuuya - ordeno con una voz suave pero que al mismo tiempo sonaba con la firmeza de una ley
- No... no puedo - la transpiración se aferraba a todo su cuerpo, sintiendo como algo faltante en medio de la necesidad, pero, no había modo que lo pidiera
- Puedes y lo harás - el tono de voz de Dazai era claro en medio de la desesperación
Chuuya no pudo contenerse, no cuando su cuerpo lo pedía aun cuando ya comenzaba a doler, se dejó ir, sintiendo como su espalda se arqueaba quedando solo temblores ondulantes cuando la sensación paso, el pelirrojo jadeo, tratando de recuperar oxígeno, sin mucho éxito
- ¿Es suficiente ya, Chuuya? - susurro Dazai besando con cariño la mejilla de su novio - ¿Quieres que me detenga?
El pelirrojo inhaló unos segundos antes de hablar
- ¡Me las vas a pagar cuando logre recuperarme! - su voz sonó tan gastada que ni siquiera parecía una amenaza
Dazai se rio voz baja ante eso, respirando pesadamente por las emociones placenteras que lo recorrían. Chuuya era hermoso, pero, cuando se dejaba ir por el deseo, era impresionante, sus ojos azules nublados por el placer y el sonrojo en su pálida piel solo hacían que quisiera seguir hasta que se desmayara
- Tristemente esa no es la respuesta - fingió pesar en su hablar, antes de bajar entre besos, poniendo énfasis en los muslos del pelirrojo, dejando que estos sintieran todo su anhelo - Vamos a comenzar de nuevo, Chuchu
Chuuya se estremeció ante el tono de voz ronco lleno de deseo, no podía más, pero, sabía que Dazai no se detendría, no hasta que consiguiera su cometido, realmente era el tormento más placentero.
El castaño mordió y lamió el hueso de la cadera de Chuuya, haciéndolo sacudirse y retorcerse bajo Dazai con suaves gemidos rotos. Sus ojos azules se volvieron vidriosos. Dazai se inclinó y mordió la cara interna del muslo de Chuuya, lo cual solo provocó que el pelirrojo se quejara por la sensación.
- Por favor - gimió desesperado por querer algo en especial pero no queriendo rendirse aun
Dazai sonrió contra su piel, deteniéndose un segundo, su respiración casi igual de agitada que su novio
- Sufro contigo, cariño - comento acercando sus labios a los de Chuuya, en un simple toque de labios - Así que dime lo que quiero oír, así podemos terminar con el dolor de ambos
Chuuya rápidamente negó con la cabeza, sin querer rendirse, ciertamente el castaño admiraba su fortaleza a resistirse. Asi que, sin contenerse, agarro a Chuuya por ambos muslos antes de llevarlo a su boca, se permitió disfrutar de los ligeros e indefensos movimientos y empujes de Chuuya que no podía evitar hacer, sus gemidos que trataba de ocultar solo lo animaban, lamio, tratando de saborear el acto en todo momento, igual complacido con la experiencia que anhelaba.
- Por favor... - jadeo desesperado Chuuya, moviendo de su cabeza de un lado a otro, no podía más, necesitaba algo...quería algo más que estos toques que le hacían perder la cabeza - O...Osamu - insistió agarrándolo por el pelo en un vano esfuerzo de detenerlo, sus fuerzas ya no existían , sus huesos parecían derretirse
Dazai se separó un segundo, sonriendo con suavidad
-¿Necesitas algo de mí, cariño? - su voz ronca mientras se lamia los labios, Chuuya se cubrió los ojos avergonzado- Entiendo el sentimiento de necesitar algo, yo necesito escuchar tus sentimientos - Sus respiraciones eran incluso más agitadas, el sudor cubriendo su piel -Asi que, ¿Algo que quieras decirme? - su mano ocupo el lugar donde ante tenía sus labios, moviéndola en movimientos largos que solo provocaban una sensación entre placer y desesperación de parte del pelirrojo - ¿Chuuya?
- ¡Nada! - grito el pelirrojo retorciéndose en un intento de salir de este tormento - ¡No puedo decir nada!
- ¿Por qué no puedes? - susurro el castaño poniendo más presión en sus movimientos
- ¡No! ¡No! ¡No! - Chuuya negaba con la cabeza mientras decía esto, ¿Cómo algo tan placentero podía ser tan desesperante?
- Muy bien, voy a seguir, aun tenemos toda la noche - con suavidad regreso sus labios en donde había comenzado
Chuuya arqueo su espalda al sentir como lo lamia con movimientos seguros, sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas de placer, estaba demasiado sensible, no creía poder llegar otra vez
- ¡Espera, espera! - trato de girarse siendo detenido con facilidad, se sentía muy débil - No más
El castaño le dio un segundo, besando su frente con dulzura
- Dime lo que quiero oír - susurro mimándolo con suaves caricias, antes de regresar su mano para moverla en largos movimientos.
Chuuya se mordió los labios, negando con la cabeza, estaba tan cerca. Dazai sabia como desesperarlo
-¡No...déjalo...no! No...puedo... más...por favor - pero fue demasiado tarde, su cuerpo se retorció ante el clímax que cruzo su cuerpo, abriendo la boca en un grito silencioso
Dazai lo admiraba encantado, nunca podría aburrirse de esto, aun cuando era doloroso no poder hacer nada.
Atrapo sus gemidos en su boca, sin dejar de mover su mano, no dando tiempo a Chuuya para recuperar el aliento. Sus ojos se encontraron, ambos igual de determinados a no rendirse, no era una buena combinación
- Enserio, no puedo... más... - gruño Chuuya, aun cuando su cuerpo volvía a responder - ¡¿Que demonio quieres!? - espeto desesperado, no volvería a dejarle hacer lo que quisiera - ¡Me voy a vengar!
Dazai se rio divertido, sin soltarlo
- ¿Quieres que pare? - susurro con dulzura, el pelirrojo asintió rápidamente - Entonces dímelo
- ¡No!
Dazai se encogió de hombros, solo continuando con su trabajo. Chuuya se retorcía desesperado, nunca pensó que esto fuera a llegar a este punto, no debía subestimar las intenciones de su novio
- ¿Por qué, Chuuya? - repitió Dazai sin rendirse - ¿Por qué no lo dices?
El pelirrojo sollozo ante el placer, demasiado, era demasiado. Era un punto en el que ya no podía seguir guardando lo que sentía
- ¡Por qué te iras! - grito, logrando que el castaño dejara los movimientos - Porque...desaparecerás - susurro tapándose los ojos con las manos, no queriendo mirarlo
Dazai escucho la respuesta sorprendido, con suavidad lo atrajo a su regazo, colocando con lentitud sus brazos a su alrededor, queriendo solo tranquilizarlo
- ¿Irme? - el castaño susurro consternado por la respuesta - ¿Qué quieres decir Chuuya?
- Te odio - espeto el pelirrojo golpeándolo con el puño cerrado en el pecho con la suficiente fuerza como para que el castaño sé quejara, aun cuando ambos sabían que era una mentira- Idiota, bastardo, imbécil, desgraciado, hijo de...
- Yaya, comprendí tu punto, chuchu - interrumpió, sabía que había todo un arsenal de palabras que Chuuya podía decir
El pelirrojo quito sus manos de su rostro, limpiándose las lágrimas que había escapado, sintiendo como los recuerdos lo atacaban
- Ese día...cuando me dijiste...te amo por primera vez... - se apoyó por completo en Dazai, no tenía fuerzas para moverse - Desapareciste - recordó la angustia de no saber que le había ocurrido, nadie le decía nada y cuando lo encontró...estaba cubierto de las cicatrices que ahora marcaban cada rincón de su cuerpo- Todo se arruinara si lo digo yo... - murmuro cerrando los ojos con fuerza - No puedo dejar que esto se arruine - su voz salió en un susurro roto, podía parecer un miedo tonto, pero, el tenerlo todo un día y al siguiente despertar con ese "todo" destruido no era una emocion que quisiera experimentar de nuevo, simplemente no podía asociar la palabra te amo a algo bueno
Dazai lo agarro de la mano, entrelazando sus dedos, mientras besaba su mano, justo al lado del anillo
- Estoy aquí, no me iré sin ti - le susurro mirándolo a los ojos, cuando era niño no había tenido otra forma de protegerlo y solo pudo optar por sacrificarse con tal de que no tocaran a Chuuya, pero ahora era distinto, ahora ambos tenían las herramientas para defenderse mutuamente - Asi que, déjame escucharte decirlo
Chuuya negó con la cabeza, no iba a arriesgarse, en cambio, lo beso con dulzura en los labios, queriendo decirle que lo amaba con ese gesto, se estaba rindiendo ante el castaño, al mismo tiempo que lograba que este se derritiera contra él, rindiéndose en esta tormenta que los había estado poseyendo a ambos, dejando que el pelirrojo tomara lo que quisiera de él, se sintió débil, con todo lo que quería. Se sentía mareado con los impulsos compitiendo. Quería ser gentil. Quería amarlo, quería estar con Chuuya como se debía
El castaño trago con fuerza, no, no se esperaba eso. No era malditamente justo, no había modo que pudiera detenerse ante la honestidad en Chuuya
- Por favor... - susurro el pelirrojo, dejando ir el suave beso, pero aferrándose a los hombros de Dazai con fuerza, sin quitar su mirada de los oscuros ojos que tanto quería - Te necesito a ti, basta de jugar
Dazai inhalo con fuerza ante esas palabras
- No me hagas esto - gruño tratando de contenerse, no era un santo, había sido sumamente difícil contenerse como para que le dijera eso, sus manos cayeron a cada lado de Chuuya, apretando las sabanas en busca de seguir con esto, las palabras honestas de Chuuya eran una burla a lo débil que era su control con él
- Te lo estoy permitiendo, Osamu - susurro con una sonrisa suave, no le molestaba. Y Dazai...simplemente no pudo negarse
Hubo un intervalo de toques y Dazai le besó más suave, más dulce. Dejando que su ropa y vendas fueran retiradas con los toques cariñosos de Chuuya, que, respondía a cada toque suave con la misma intensidad que el castaño, necesitando de esto, no podía estar más listo, no luego de la última media hora de constante preparación de parte del castaño. Aun así, Dazai no dejo de evaluar si el pelirrojo estaba preparado, no quería hacerle daño
- Ahora sería el momento para decirme que me detenga - Dazai dejo que sus manos se entrelazaran con Chuuya- No...buscaba llegar tan lejos - susurro apoyando su frente con la del pelirrojo - Detenme
El pelirrojo se rio en voz baja, sus cuerdas vocales dolían debido a todo el esfuerzo que habían hecho
- Ni siquiera lo pienses - murmuro con una suave sonrisa. Confiaba en Dazai para hacer de esto - Quiero esto contigo. Sólo contigo - esas palabras solo hicieron que el castaño jadeara en desesperación - Y no puedes detenerte...luego de llegar a este punto, idiota
El castaño incorporo para poder mirar a los ojos a Chuuya, queriendo evaluar cada reacción. Se detendría si veía solo una duda en su mirada, pero solo se encontró con una confianza que hizo que su corazón comenzara a sonar más agitado, conmovido.
- Te amo -queriendo una respuesta con todo su ser, aunque, atrapando lo que fuera que el pelirrojo fuera a decir con sus labios, queriendo distraerlo mientras entraba en su interior.
El pelirrojo se quejó contra los labios del castaño, fue aprisionado por la presión, la plenitud, incluso por esa sensación de cercanía que tacita entre sus corazones.
-¿Estoy haciéndote... daño? - la voz ronca contenida del castaño resonó en su mente. Se mantuvo quieto, esperando a que se acostumbrara
Chuuya no sabía si estaba mareado por la bebida de hace un rato o por estas nuevas sensaciones, seguro no era la bebida, luego de todo el ejercicio anterior no había modo de que quedara alguna gota en su sistema
-Estoy...bien - gimió con sus labios entre entreabiertos. Apretando con fuerza su mano unida con la del castaño, mirando de reojo como sus anillos brillaban al estar juntos, una vista que solo lo hizo querer continuar, esto era correcto, no podía sentirlo de otro modo - Solo...sigue - espeto moviendo tentativamente sus caderas, dando a entender a Dazai que estaba listo
Dazai le sonrió, admirándolo por un segundo, lo iba a decir siempre, pero, Chuuya era hermoso cuando se dejaba ir.
Comenzó a moverse, ambos pronunciaban bajos gemidos de placer. Ya no eran sólo sensaciones físicas, la forma en que se miraban, la felicidad y placer del acto, eran perfectos y...se sentía correcto. Ninguno tenía que preguntar si el otro sentía lo mismo. La verdad estaba escrita en sus rostros
El castaño se vio reflejado en los ojos de Chuuya opacados de placer, como si fueran un espejo infinito. Incapaz de hablar, lo beso con todas las emociones que se juntaban en su sistema. Nunca se había sentido tan agradecido en toda su vida, no tenía forma de explicar lo que estaba sintiendo en esos momentos, pero, algo era seguro, ambos se amaban fueran dichas las palabras o no
Juntos se retorcieron y jadearon mientras el placer los envolvía, dejándose llevar por las sensaciones que se habían acumulado durante todo el acto
Finalmente, Dazai rodó sobre su espalda, jalando a Chuuya con él, manteniendo sus cuerpos encerrados juntos. El único sonido que perturbaba su silencio eran sus respiraciones jadeantes.
El castaño beso con suavidad el cabello del pelirrojo, mimándolo con ternura, dejando que sus manos acariciaran con suavidad su espalda
- Te amo - susurro abrazándolo con una sonrisa suave
Chuuya parpadeo agotado, apenas podía mantener los ojos abiertos, la noche lo había agotado. Aun así, tuvo que decirlo, no... él necesitaba decirlo
- Te amo - las palabras salieron con tanta facilidad que no pareció que hubiera sido tan difícil para el pelirrojo decirlas.
Dazai pareció decirle algo, pero Chuuya ya había caído dormido, arrullado por el toque del otro
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