Ángel 234(I&II)

By Mariansosaaa

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Un caos apocalíptico, podría ser su definición. Eso era él. Cómo quizá podría ser un torbellino lleno de colo... More

Nota.
Antes de comenzar a leer.
Protagonistas.
Sipnosis.
Capítulo 1: El principio de todo.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24: Ángel 234.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29: El final de un nuevo comienzo
Epílogo
/Segunda parte/ Ángel 234: Tiempos Oscuros.
Prefacio.
Capítulo 1.
Capítulo 2: Chica batido.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5: "Eres un problema"
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8: Rompo todo lo que toco.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11: Píntame.
Capítulo 12: ¿Quién era Hult Sullivan?
Capítulo 13.
Capítulo 14
Capítulo 15: Soy completamente de ti.
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20: Alma por otra alma
Capítulo 21
Capítulo 22: Quizás
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26: Capítulo Final
Epílogo
¡ATOM!
EXTRA

Capítulo 18: Todo mi amor para ti, Gwen

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By Mariansosaaa

                              Capítulo 18

Han transcurrido al menos, tres horas. Tres horas en las que Pamela y yo hemos estado en la habitación. Pensando en qué ponernos. Más bien, ella pensando en qué nos pondremos. Yo solo sigo sus ideas, y asiento a todo lo que diga. Todas sus ideas son fantásticas, pero ella no parece conformarse. Era el día del baile, y aunque Pam tuvo tres días eligiendo nuestra ropa, no se decide.

—¿Cualquier cosa? No, eso no es para nada cool. Nos tomaremos fotos de diosas, y no seremos diosas usando cualquier cosa— se opuso totalmente cuando le dije que podíamos usar cualquier cosa.

Habían cuatro vestidos de gala encima de la cama de Pam, más toda la ropa extra, faldas, vestidos casuales, blusas... Cada cosa que Pamela lanzaba, yo la iba recogiendo y poniendo en su lugar. Los cuatros vestidos, eran una elección doble para cada una, pero eso solo complicaba el asunto. Uno de los dos vestidos que Pam eligió para mi, era de un color salmón, de tiras, tan largo hasta los pies. En el escote y parte de la cintura era ajustado, y luego comenzaba un poco holgado luego de la cadera. Ese me encantaba, pero Pamela decía que era un color simple y para nada llamativo.

—¿Qué hay del verde olivo? —apunté con mi dedo al segundo vestido. Casi parecido al salmón.

—Si quieres ser una aceituna en toda la noche, adelante —respondió irónica. Exhaló fuertemente por la boca y se lanzó sobre el montón de ropa en su cama. Yo mientras tanto, iba ordenando.

—Podemos ser un salmón y una aceituna — intentaba bromear, pero la chica de ahora, cabello violeta, no se inmutó a siquiera sonreír. Miraba obstinadamente los cuatro vestidos —El rojo te quedaría muy bien.

Una de las dos opciones para Pam, era un vestido de color rojo intenso. Realmente hermoso. Era de tiros gruesos, y en el pecho comenzaba una abertura, el escote. En corte de "v". Que terminaba, unos centímetros antes del ombligo. Ajustado desde los hombros hasta el torso, y holgado desde la cintura —Cabello violeta, vestido rojo. Seríamos aceitunita, y la payasa de la
fiesta —finalmente mi amiga le tomaba gracia al asunto, dejando salir una risita. Yo reí también.

—Faltan... —miré la hora en mi celular—, cuatro horas para el baile, y aún no te decides.

—Necesitamos algo... Algo que, cuando Hult te vea, diga: ¡Oh por dios! ¡Ella es muy sexy! ¡¿Esa es mi novia?! —espetaba exageradamente sorprendida —Y cuando Callum me mire, piense lo mismo. Y digo que lo piense, porque sé que no saldrá de su boca.

Cuando se trata de Pamela, Callum es muy tímido. Pero lo que ella no sabe, es que él y yo tenemos dos días planeando lo que le regalaría hoy —Bueno... En cuanto a Hult, no es muy seguro que él vaya —me encogí de hombros, con cierto desánimo en mi actitud, que Pam captó enseguida.

—¡No! ¿Por qué? —agudizó su voz. Había dejado de doblar la ropa, para sentarme en su cama.

—No le gustan los bailes, y me dijo que tal vez iría a este. Solo "tal vez" —ese tal vez de Hult, seguía sin ser confirmado a un o un no. Esperaba pacientemente su respuesta.

—Amiga, con, o sin chicos —se movió desde su sitio, situándose a mi lado. Pasando su brazo encima de mis hombros—, nos debemos ver radiantes. Muy radiantes. Y es por eso que...

Ahora estaba de pie, con una sonrisa alargada. Se inclinó a la cama y tomó el vestido rojo. Lo sacudió ligeramente, para que se estirara de forma correcta. Lo alzaba desde su altura —Tú debes usar este.

—¿Qué? No, no, no. Rotundamente no. Ese vestido te quedaría hermoso a ti, no a mi — me oponía a su idea. Pero ella dio un paso a mi, me jaló del brazo hasta ponerme de pie, y chocó el vestido contra mi pecho. Confundida vi hacia la tela.

—No combina con mi cabello. Pero tú... Tú te verás como la perra más sexy de toda la noche —miró hacia la nada, con ese destello en sus ojos. Al estilo de esos villanos con grandes ideas volando por sus mentes.

Ese vestido era claramente, perfecto. Me mordí el labio, haciendo resistencia a su idea. Me imaginaba llevándolo puesto, con la larga tela cayendo hasta el suelo. Y ese ajustado escote, para nada vulgar. Dejando expuesto mi pecho y parte de mi abdomen. Vencida, porque no me quedaba de otra cuando se trataba de Pam, que aceptar. Su carácter era similar que el de Hult —¿Y tú qué te pondrás?

—Opté por el negro, el negro lucirá bien con mi cabello —tocó de forma automática su cabello de arriba abajo. La segunda opción de Pam, era un vestido negro, corto más arriba de las rodillas, y de mangas. Lo que lo hacía llamativo, es que era todo brillante. Cada partícula de la tela era brillante. Pamela se veía espectacular con el vestido puesto.

Me llegó un mensaje de Callum, avisándome que tenía todo listo.

    Le compré lo que creí que será genial– Callum.

    Me alegro, te apuesto que le gustará– Gwen.

  ¿Y si me dice que no piensa lo mismo de 
   mi?– Callum.

  No hará eso, solo tienes que ser seguro– Gwen.

¿Tú ya tienes lo tuyo?– Callum

¡Sí! ¿Vendrás a buscarlo?– Gwen.

Ya lo busco. ¿Se lo dejo ahí? ¿O se lo  entrego?– Callum.

Entrégaselo– Gwen.

Le tenía un regalo A Hult, nunca le he dado nada. Sé que esto le gustará mucho. Me intriga cómo será su reacción cuando lo vea.


(...)


Hult Sullivan

—Hueles a mi, deberías comprarte tu propio perfume— me quejé ante la escena de Callum echándose mi perfume, sin ningún permiso. Nunca usa perfume, pero eso cambió desde que sale con Pamela. Ni siquiera sé qué es lo que tienen esos dos.

Se situó enfrente del espejo y comenzó a arreglarse la corbata. O intentar hacerlo—Me gustaba la vieja época, pero he perdido la práctica con estas cosas —indicaba el extraño nudo que hacían sus manos.

—¿Qué carajos crees que haces? Así no es— caminé hasta él y deshice lo que sea que haya hecho con su corbata. Y con tres simples pasos, la hice correctamente. Callum se miró en el espejo y dio una sonrisa a gusto con el resultado.

—Somos la mejor pareja. Tú la esposa y yo el marido inútil ¿no lo crees? —bromeó. Carcajeé, negando con la cabeza unas cuantas veces.

—Qué asco —dije, recostándome de la pared, con los brazos cruzados. Me divertía con lo idiota que parecía Callum admirándose en el espejo.

—Recuerdas esa vez, creo que fue entre 1850 y 1870... Cuando fuimos escondidos de Atom, a esa fiesta elegante, con varones y varonesas —hablaba mientras se pasaba el cepillo por el cabello, tratando de fijarlo de un lado.

—¿Dónde una mujer casada te dijo que su sueño sexual era estar con alguien menor que ella? —divertido, levanté una ceja. Callum entrecerró los ojos y rió, asintiendo con su cabeza.

—¡Ella estaba comiéndome mentalmente!— en esa época, nos veíamos de la misma forma que ahora. No estaba permitido mezclarse entre humanos si no tenías razón de estar entre ellos. Éramos jóvenes, y a pesar de no ser personas, la curiosidad nos comía. Atom siempre fue recto con las reglas, así que nos tuvimos que escapar de él. Era una época poco desarrollada, y a las personas les gustaba experimentar en secreto. Los sueños sexuales de las mujeres, eran frustrados y poco comunes ante los ojos de los demás.

—¿Cómo era que se llamaba? —cuestioné entre la risa. Callum pensó unos segundos antes de responder.

—¡Francesca de Ivanóv!

—Como olvidarla, tenía unos senos enormes. Era casi una mentira —hice un gesto con mis manos, como si formara unos. Callum aumentó su risa, al igual que la mía.

Usted es toda una delicia. Aquí entre nos, ¿quisiera respetuosamente, complacer mis deseos más íntimos? —habló muy educadamente, imitando lo mismo que le dijo esa mujer.

—Solo porque no aceptaste te preguntó si yo era tu acompañante —sin respirar, por mi desgaste de aire, me incliné hacia adelante, presionando mi barriga con mis brazos.

—¿Es usted, una de esas personas que tienen una desviación mental y sexual, diferente a los demás? —volvió a imitar su voz. Moríamos entre la risa imparable, nuestras caras estaban tan rojas que probablemente explotaríamos como una sandía siendo aplastada.

Me repuse y limpié las lágrimas que expulsaron mis ojos por tanta diversión— Fue muy épico.

—Oh sí, claro que lo fue. También lo fue el regaño de Atom —suspiró, cogiendo aire entre sus pulmones —Hablando de regaños, ¿sí vendrás al baile?

—¿Por qué te recordó un regaño, a un baile? —levanté una ceja.

Gwen.

Dije junto a él, sabiendo que quizás se molestaría si no voy. Ayer tuve un dolor de cabeza, se podría decir que leve, a comparación del último. Sin embargo, no lo soporté. Y terminé mi encuentro con Camille, con la verdadera excusa de que no me sentía bien. Si hoy volvía ese dolor, no quería arruinarle la noche a esa chica. Quería que se divirtiera con sus amigos, sin mí. Pero ella quería divertirse conmigo. He mejorado mi actitud, pero mis ánimos siguen estando por los suelos, muy debajo del suelo. Enterrados.

Me rasqué la nuca al ladear una pequeña mueca —Lo estoy pensando.

—¿Cuánto más lo pensarás? ¿Cuándo finalice el evento? —él rió —En una hora comienza, debes apurarte.

—¿Y si, en plena fiesta, el dolor vuelve de forma insoportable? No quiero joderle la noche.

—Mantén fuerza mental, y concéntrate de que no será así.

—Sí, como es tan fácil hacerlo— rodé los ojos con mucho sarcasmo.

—¿Por qué te gusta Gwen? —murmuró lo suficientemente fuerte para que escuchara. Callum y sus extrañas preguntas. Esta vez no contesté de mala forma, ni siquiera contesté enseguida. Porque me quedé pensando en una pregunta que nunca me había hecho a mí mismo.

En un tipo de perdición mental, fui lentamente y me senté al borde de mi cama, enfrente de Callum —Las primeras veces que hablé con Gwen, cuando me estaba "conociendo". Estábamos hablando sobre unas canciones que le había recomendado. Ella sonreía, y ella reía...—esbocé una sonrisa automáticamente mientras mi mente procesaba ese instante —Y yo sólo pensaba: vaya, ¿cómo ésta chica puede ser tan perfecta sin hacer nada? ¿cómo me puede encantar tanto?—mi mirada, que estaba puesta en el suelo. Se fijó en la de Callum, que me prestaba toda su atención —Nunca obtuve una respuesta a esa pregunta. No hayo explicar el por qué me gusta, porque es inexplicable. Quizá esa es la repuesta ¿no? Sabes que estás, tan jodidamente enamorado de alguien, cuando no sabes explicar el porqué.

Callum plasmó una pequeña sonrisa, marcando esas arrugas en sus mejillas que se hacían cuando sonreía—Se siente bien el amor.

—Lo sé —susurré.

—Lo que hicimos está bien ¿verdad? Estar aquí. Somos alguien —espetaba mi amigo con mucho entusiasmo. Metió sus manos en los bolsillos del pantalón y pegó su espalda en las puertas de mi armario.

—¿Sientes que perteneces aquí?— indagué. Me miró con sus cejas levantadas.

—Amo ésta vida, viejo. Ya entiendo por qué desafiaste las reglas. Querer a alguien es fantástico. Vivir lo es... Tenía miedo a no morir nunca.

—Bueno, admito que lo más duro es cambiar a un simple mortal —reí por lo bajo. Callum se limitó a solo sonreír y negó levemente con su cabeza.

—Hermano, el número marcado en mi espalda, es la clara razón de mi lealtad hacia ti. De mi razón de estar aquí. Es donde pertenecemos, gracias a ti. Gracias a tus sentimientos por Gwen. No lo arruines, y mueve tu jodido culo y ve a bailar con esa chica. Son una misma alma, es imposible alejar lo que te da la vida.

Quedé perplejo ante las palabras de Callum, mostrando su total seriedad.

—Tú deberías irte ya, y follar por primera vez con alguien —bromeé, ganando una risa de Callum. Él asintió, viéndose una vez más en el espejo. Se dio la vuelta, y tomó un ramo de orquídeas de su cama, junto a una caja alargada y pequeña de terciopelo negro.

—Pensándolo bien, ahora podemos ir con más libertad a las Vegas. Apostar hasta quedarnos pobres —comentó con diversión. Sus ganas de ir a las Vegas seguían en pie.

—Lástima que no veremos a Atom correr desnudo —le seguí la broma.

—Si irá, por supuesto que irá. Lo obligaremos antes de que se vaya.

—¿Y las prostitutas?—alcé una ceja con recelo.

—No, las prostitutas ya no —carcajeó. Se dirigía a la puerta—Llevaremos a nuestras chicas, mejor aun.

Callum se miraba muy gracioso con el traje y un ramo de flores en su mano, parecía el típico romántico prematuro. No le pregunté para quién eran, porque la respuesta era más que clara —Te alcanzo en unos minutos —le avisé, todavía ponía en duda el ir.

—Va —pasó por la puerta y al girarse para cerrarla habló otra vez —Gwen te dejó algo, está ahí al lado de mi cama —comentó, y un Callum sonriente desapareció de la habitación.

Extrañado, y con mi ceño marcado, me levanté y caminé hasta el lado izquierdo de su cama. Un paquete no tan grande y plano estaba puesto en el suelo. Me agaché y lo tomé. Por la sensación del tacto, deduje lo que posiblemente había dentro de ese paquete. Rompí un extremo, desgarrando todo el papel. Dejando expuesta una pintura. Una pintura realmente preciosa hecha por Gwen.

Estaba yo, en la parte inferior y en el medio de la pintura. Justo ahí de pie, con el suéter azul con el que me conoció, y el mismo que le regalé, y encima de mi, habían millones de manchas sin formas, con muchos colores. Azules, celestes, moradas, rosadas, amarillas, naranjas.


     "Retrato de Hult, desde mis ojos. Eres 
       todos los colores en mi vida, y más"

       Todo mi amor para ti, Gwen.

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