-Yonde iru mune...mo dokoka oku de / En algún lugar una voz me llama, en lo más profundo de mi alma~
Itsumo kokoro odoru yume o mitai / Es tu voz de ilusión diciéndome que siga esos sueños que mueven mi corazón~-
Tarareando esa canción pegadiza que a Nezuko le gustaba poner cuando horneaban galletas, el pelirrojo estaba ordenando algunas cajas en el almacén.
-Bien, listo para empezar.-
Fue de nuevo a la caja registradora notando inmediatamente como su amigo rubio estaba tirado en el piso balbuceando.
Parece un tapete...
-Zenitsu?-
-...-
-Oye, Zenitsu...-
-...-
-¡Zenitsu!-el mayor de los Kamado ya harto de la actitud del tapete humano lo levanto y le dió un fuerte cabezaso.-
-¡Rayos! ¡Tanjirou! ¡¿Porque eres tan cruel conmigo?! Acabo de llegar y ya empiezan a maltratarme...-
-Deja de estar haciendo el vago, ya casi es hora de abrir.-
-¡No quiero! Aún es muy temprano! ¿Porque abrimos tan temprano? Ni siquiera ha salido el sol aún...-
-Oh, buenos días, Giyuu-san, Obanai-san-saluda a los dos recién llegados que asienten levemente para luego ir a ponerse su uniforme.-
-¡Tengo sueño!-
-Zenitsu, si no te comportas, decepcionaras a Nezuko-hablo Tanjirou antes de que el rubio haga otro de sus dramas.-
-...Nezuko-chan...¡Es cierto! Yo tengo que hacer que Nezuko-chan esté orgullosa y se case conmigo.-
-Si...-
Otro día comenzaba...
-Seré el mejor repartidor de café hoy, talvez incluso las chicas piensen que soy genial.-
-Se dice mesero...-
...lo que no sabían...
-Ustedes dos, dejen de jugar.-
-Si, ahora vamos Giyuu-san.-
...era que se dirigían al ojo de la tormenta...