—¿Lauren?—Expresó con sorpresa.—¿La misma Lauren que ha deseado a Jaxon toda la vida y que te odiaba hasta morir?—Exclamó Litzie bastante asombrada.
Reí ante su sorpresa. Yo aún tampoco me lo creo. Litzie me había llamado para confirmar la salida de esta noche y aproveché para comentarle lo que había pasado con Lauren.
—Sí, la misma Lauren que viste y calza.—Le respondí con el celular acomodado en mi hombro mientras me pintaba las uñas.
—¡No lo puedo creer!—Exclamó consternada.
—Yo tampoco.—Suspiré.—Pero cambiando de tema, no te olvides de llegar temprano al Webster Hall, acuérdate que estará muy lleno.
La escuché reír levemente.
—No te preocupes, seré la primera en llegar, recuerda que tengo un novio que ama a David Guetta.
Negué con la cabeza divertida.
—Cierto.—dije.—Voy a dejarte para terminar de pintarme las uñas. Te quiero tonta.
—Yo también te quiero, Bradshaw.
Terminé de pintarme las uñas de un rosa pálido bastante bonito y subí las escaleras a mi habitación para buscar lo que me pondría para esta noche, quería verme bonita, necesitaba salir para no amargarme en las cuatro paredes de mi departamento. Mientras buscaba en mi armario entre todos mis vestidos, escuché el sonido que me decía que había recibido un mensaje. Me acerqué donde estaba mi celular y desbloqueé la pantalla observando que el mensaje era de Cameron.
Cameron: Hey, Bradshaw, te molesto para recordarte lo de ésta noche.
Reí divértida y comencé a escribir una respuesta.
Debby: Lewis, no te preocupes, lo recuerdo perfectamente. Nos vemos esta noche.
Cameron: Perfecto, paso por ti a las ocho preciosa.
Dejé el celular sobre la cama y me dispuse a seguir buscando mi estilo de esta noche. Me divertiría, es lo que más necesito. El timbre de la puerta se escuchó y bajé corriendo las escaleras para ver de quién se trataba.
—Dylan.—Dije al verlo parado frente a mí.
—¿Puedo pasar?—Me sonrió.
—Claro que sí, pasa.—Lo dejé pasar mientras tomábamos asiento.—Que sorpresa tu visita.
Me acomodé en el sofá a su lado.
—Estaba en el gimnasio y quise pasar a saludarte. Kourt me comentó que hoy nos iríamos de fiesta.—Dijo con picardía.
Suspiro.
—Sí, la verdad es que me hace falta salir a divertirme un poco, y me alegra de que salgamos todos juntos.
Dylan sonrió con tristeza fijando sus ojos en mí.
—No todos, él no va a estar.
Sabía perfectamente de quien hablaba y la piel de inmediato se me erizó y mi corazón latió fuerte. Desde que su nombre sale de la boca de alguien mi cuerpo sabe perfectamente cómo reaccionar ante eso.
—Dylan, por favor...
—El está sufriendo Debby. Justin no puede vivir sin ti, si no podía cuando estabas con Jaxon, ahora menos cuando le diste la oportunidad de estar a su lado.
Estrujé mis ojos super cansada. Estoy segura de todo lo que Dylan me dice, pero esto es un sacrificio que vale la pena.
—¿Crees que soy una cobarde?—Pregunté nerviosa. Era una pregunta que tenía atascada en mi garganta desde hace días y la verdad necesitaba escuchar la respuesta de otra persona.
Dylan negó con la cabeza y fijó su mirada en mí.
—Debby, una persona que huye de la que más quiere, no siempre debería considerarse una persona cobarde. —Tomó un respiro para continuar.—El hecho de tener que rendirte cuando no puedes más y te hace daño seguir esperando a alguien equivale a valentía, valentía porque debe y tiene que renunciar ante aquello que más quiere.—Rió despacio.—Mírame a mí y lo que siento por Jessica. Ya que por más que pueda quererla, jamás me querrá de igual forma. Muchas veces tenemos que aprender a diferenciar una retirada por falta de amor para seguir luchando, a una retirada por dar un exceso de amor a alguien que nos da un exceso de nada.
Me quedé de piedra. Nunca había escuchado a Dylan hablar de esa manera. Mis sentimientos por Justin son los mismos, y hasta más, pero no puedo estar con él sabiendo que perdí a mi mejor amiga por eso, es doloroso. Aunque sé que Jessica nunca me perdonará, pero estoy intentando hacer lo que creo correcto.
—Tienes toda la razón, yo solo quiero hacer las cosas bien.—Sentí mis ojos aguarse y Dylan se acercó para abrazarme.
—Te diré algo por última vez.—Se separó de mí mirándome fijamente a los ojos.—Olvídate de todo el mundo una vez en tu vida y piensa en ti, en lo que quieres, sé egoísta aunque sea una vez, no importa, créeme, vale la pena.
"Sé egoísta" creo que era algo que debía pensar muy bien. Siempre intento hacer feliz a los demás y me olvido muchas veces de lo que me hace feliz a mí. Dylan tiene razón, no puedo seguir intentado complacer al otro cuando yo misma me estoy destrozando por dentro.
Después de una hora de que Dylan se hubiera marchado de mi departamento, me dediqué unas horas a prepararme. Hablé con mi madre que me llamó y le comenté mis planes para esta noche, se había emocionado y me había dicho que estaba contenta de que saliera a distraerme un poco. También hablé con mi padre y habíamos tenido una discusión por la razón de que el lunes estará aquí para el juicio de Anton Landers y lo del divorcio de mi tía.
Que frustrante es toda esta situación.
Me tomé todo el tiempo del mundo mientras dejaba que el agua cayera sobre mi cuerpo relajándome por completo. Justin ocupaba mis pensamientos a todas horas del día y de la noche, la verdad es que lo amo, y para mí también es bastante duro que no estemos juntos, pero era algo que yo misma había elegido, yo misma me estaba torturando y obligándome a sufrir por hacer supuestamente lo correcto para una persona. Creo que estoy haciendo las cosas mal. Salí de la ducha envuelta en una toalla blanca y entré a mi habitación para vestirme.
Había elegido un vestido color durazno que me llegaba un poco más por arriba de las rodillas marcando mis curvas perfectamente. El vestido tenía una pequeña avertura en mi espalda que la dejaba ver con claridad. Me coloqué unos zapatos de tacón negros y le hice algunas hondas a mi pelo. El maquillaje muy equilibrado pero que se notara que era noche de superación y de diversión. Escuché el timbre en la planta baja y miré la pantalla de mi celular; ocho en punto. Bastante puntual. Tomé mi bolso para salir, ese debe ser Cameron.
Abro la puerta.
—Estás preciosa, Debby.
—Gracias. Tú te ves muy bien también, Lewis.—Le sonreí dulcemente.
—No hay mucho esfuerzo en eso, soy muy guapo.—Le di un codazo por su humildad y reímos juntos.—Vamos, los demás deben estar esperándonos.
Salímos del departamento y nos subimos al auto de Cameron para tomar camino hacia el bar. En todo el camino me la pasé riendo a carcajadas con los chistes y los cuentos de Cameron. Es una buena compañía. Me hace reír y olvidarme de todo aunque sea por un momento. Cuando llegamos el lugar estaba demasiado abarrotado de gente, pues claro, David Guetta no es cualquier persona. Salimos del auto y Cameron se posicionó a mi lado tomando mi mano con la suya, subí mi mirada a su rostro y me sonrió despacio para luego arrastrarme por medio de toda esta gente. No podía evitar sentirme extraña al estar sostenida de su mano, pero el tumulto de gente se ponía de excusa para no soltarlo. Entramos y divisamos a los chicos sentados en una mesa en el fondo.
—¡Por fín llegan!—Exclamó Kourtney gritando sobre la música.
—¿Cómo están? Hola Nolan, cuanto tiempo sin verte.—Saludé al novio de mi amiga con una sonrisa.
—Me alegro de verte Debby. Ya sabes la universidad y el trabajo me toman todo el tiempo.—Respondió mientras abrazaba a Litzie.
—Tu novia también te quita tiempo ¿O no bebé?—Dijo Litzie con una mirada pícara.
Reí con ellos y me senté junto con Cameron.
—Hola Dylan.—Saludó Cameron con algo de tensión.
—Hola Cameron.—Respondió Dylan con la voz un poco ronca.
Al igual que Justin, Dylan tampoco es amigo de Cameron, algo pasó entre ellos que se tratan de esa manera, pero hoy no es el momento de husmear en esas cosas, algún día lo averiguaré.
—¿Ya pidieron lo que tomarán?—Pregunté para soltar el ambiente tenso que había.
—No, estábamos esperándolos.—Dijo Kourtney llamando al camarero.
Cuando este se acercó pedimos nuestras bebidas y continuamos conversando y embriagándonos con la música fantástica que suena. Había tomado unas cuantas copas y sentía el alcohol apoderarse de mi sistema inmunológico. Litzie y Nolan se habían ido a bailar a la pista hace unos minutos y se les ve que la están pasando bien.
—¿Quieres bailar, Debby?—Me preguntó Cameron haciéndome sonrojar un poco.
Miré a Dylan que estaba a mi lado mirándome atentamente, y Kourtney que ni se diga. Era como si ambos analizaran cada cosa que digo y cada cosa que hago.
—Sí, vamos.—Acepté.
—Bien, Kourt y yo también nos uniremos.—Dijo Dylan poniéndose de pie.
No sé si son cosas mías pero empiezo a sospechar que Dylan está aquí para vigilarme más que para pasarla bien con su novia. Cuando llegamos a la pista de baile, Cameron me tomó de la cintura y empezamos a movernos. La verdad es que no era tan incómodo como pensaba y poco a poco fui soltándome y disfrutando del momento.
—Eres muy hermosa, Debby.—Susurró Cameron en mi oído haciéndome sonreír.
La copa que me tomé me está dando vueltas en la cabeza. Sentí la mirada de Dylan sobre nosotros, estaba como un guardia de seguridad.
—Siento que no puedo dejarte escapar, porque no existe otra como tú Debby, en ningún otro lugar.—Volvió a susurrar haciéndome tambalear un poco.
—¿Te sientes bien Cameron?—Pregunté media mareada.
—De maravilla, y más porque te tengo en mis brazos.
Poco a poco sentí que su rostro se acercaba al mío, no estoy segura, estoy media mareada y no sé si estoy viendo las cosas o me las estoy imaginando. Cuando de repente unos brazos que yo conozco perfectamente me apartan de él.
—¿¡Qué mierda está pasando aquí!?
Estaba frente a mí mirándome con furia notable. Mi hombre estaba aquí frente a mí, furioso de los celos.