(Lee la nota de autor al final, por favor)
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Abrí la boca, queriendo decir hola pero nada salió, ni un sonido. Al menos estaba aliviada de que no solté un chillido o algo parecido, me había pasado cuando conocí a Shawn Mendes. Déjenme decirles una cosa más, las fotografías no le hacen justicia a lo guapo que es Calum Hood en persona. Para nada.
—Pensé que eras más bajita —dijo de repente y su comentario me hizo fruncir el ceño.
— ¿Lo... siento? —Lo miré un poco confundida y él soltó una risa. Aunque traía tacones, Calum todavía me sacaba unos cinco centímetros y sin tacones serían unos quince centímetros. Aún así yo era bastante alta.
—Me gusta —se encogió de hombros— ¿Vamos?
Asentí y me tomó de la mano antes de empezar a caminar de regreso a aquel oscuro pasillo. De repente fui consciente de lo sudorosas que estaban las palmas de mi mano y de que solo le había dicho dos palabras a Calum. Solté una bocanada de aire y me recordé cuántas veces había estado en la misma situación, solo tenía que pretender que este no era Calum Hood y era... No sé... Aiden de mi clase de arte en segundo año, él era precioso.
Las escaleras que subían al área privada estaban pobremente iluminadas por luces led púrpura, de reojo vi a una pareja besándose y agarrándose por todas partes antes de cruzar otra puerta que llevaba a un área más iluminada.
Había áreas para sentarse en forma de cabinas en semicírculo, una pequeña pista de baile donde no había nadie y al fondo una barra con varios meseros recargados sobre esta. La luz púrpura había cambiado por una extraña luz verde que hacía que mi piel se viera amarillenta.
Nos dirigimos a una mesa donde estaban sentadas varias personas a las que no reconocí, solo a tres australianos. Por detrás de Calum alcancé a ver a Ashton y cuando nuestras miradas se cruzaron me sonrió e hice lo mismo. Para mi sorpresa, no nos sentamos con ellos sino en la cabina de al lado que estaba vacía y Calum se había asegurado de que le diéramos la espalda a sus amigos. Al principio me lamenté un poco el no poder saludar al resto de la banda y cruzar por lo menos tres palabras con ellos, pero si esto iba a ser cosa de una vez Calum no tenía porque presentarme con nadie.
—Entonces ¿Alexandra? —Habló de repente sacándome de mis pensamientos.
— ¿Qué? ¿Cómo? —Pregunté a mi vez confundida.
Soltó una risita que hizo que las esquinas de sus ojos se arrugaran y el simple hecho de poder ver esto en persona casi me roba el aliento. —Tu nombre —explicó—, Lexie es por Alexandra.
—Ah, no —le sonreí—. En realidad mi nombre es Lex, pero todos me llaman Lexie.
Inclinó su cabeza levemente, como que no estaba entendiendo. — ¿Lex? —Repitió— Es raro, ¿significa algo?
Solté un suspiro. Nunca pensé que nuestra primera conversación iba a tratar del significado de mi nombre extraño. —Um... —Titubee— ¿Sabes quién es el enemigo de Superman?
—Lex Luthor —dijo casi enseguida, apreté los labios y me encogí de hombros. La expresión de Calum cambió completamente por una sorprendida, lo cual me hizo sonreír— ¡No es cierto! —Exclamó y yo me reí asintiendo— Pero... ¿cómo? No digo que no sea bonito pero... ¿por qué?
Suspiré y él soltó otra risa. —Mi papá tenía 19 años cuando nací y le gustaban mucho los cómics —empecé a explicar—, la verdad es que todavía le gustan bastante. Y su nombre también empieza con la misma letra como la de los superhéroes, ya sabes, Peter Parker, Wally West, Max Miller.
—Lex Miller —sonrió de lado, oírle decir mi nombre era un sueño. ¿Estaría mal si le pido grabarlo en una nota de voz?— Es bonito.
—Eso ya lo dijiste —lo moleste a mi vez sonriendo de lado.
Chasqueó, pero antes de que pudiera responder un mesero ya nos estaba interrumpiendo ofreciéndonos un menú. Calum lo tomó y giró la cabeza para verme. — ¿Tienes hambre? —Preguntó y negué con la cabeza— ¿Pero quieres tomar algo?
Me incliné hacia delante para examinar el menú y él hizo lo mismo, un mechón de cabello cayó sobre mi línea de visión pero Calum fue más rápido y pocos segundos después ya había tomado el mechón y lo había pasado por detrás de mi oreja. Fingí seguir leyendo, aunque mi corazón iba al mil por hora y mis manos comenzaban a sentirse sudorosas de nuevo.
—Este —dije señalando la primer bebida que leí que contenía tequila. No es que me quisiera atontar en este momento, quería recordarlo por siempre, pero el tequila había sido mi mejor amigo desde que tengo 15 y había menos probabilidades de embriagarme, no como con mi peor enemigo: el vodka.
Arqueo una ceja y asentí segura de mi decisión, Calum pidió a su vez y el mesero se fue. — ¿Tequila? —Me preguntó.
Asentí. —Me gusta, sabe bien —hablé encogiéndome de hombros.
—Que niña tan valiente —bromeó, su mano se movió a mi pierna por encima de mi rodilla. Contuve el aliento por unos segundos y cuando voltee a ver a Calum, él también estaba viendo su mano—. Que suave —le oí murmurar.
—Estoy aquí, ¿no es así? —Arquee una ceja en su dirección, tratando de ignorar como su pulgar acariciaba mi piel.
Sonrió de lado. —Es cierto —admitió, abrió la boca de nuevo y lo vi titubear pero después de unos segundos continuó hablando— ¿Tus padres saben que viniste a conocer a alguien?
Relamí mis labios pensando mi respuesta, no tenía porque mentirle. —Algo así, piensan que vine a ver a alguien que ya conocía. Y en teoría, podría decirse que te conozco.
Asintió lentamente y pensé que mi respuesta no le había gustado hasta que su sonrisa volvió. —En teoría —repitió—. ¿Saben que soy yo?
Entrecerré y fruncí un poco el ceño a su pregunta. Por supuesto que no, me castigarían hasta que tuviera 21 si supieran. —No —respondí simplemente.
Calum se rió ante mi reacción. —Me parece bien —se encogió de hombros.
La conversación se siguió centrando en mi, sobre lo que me gustaba y lo que no, si iba a la universidad, lo que hacía en mi tiempo libre. Omití todo lo relacionado a él y su banda, y aunque de vez en cuando también le preguntaba cosas nunca hablamos solamente de él. No porque yo no quisiera, sino porque pensaba que eso era lo que Calum no quería, además que me hacía la ilusión de que estaba interesado en mí aunque no fuese cierto.
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Salimos de ahí unas horas después, no se cuanto tiempo paso en realidad porque mi teléfono estaba guardado en mi bolso y no lo había sacado más que un par de veces para checar si tenía algún mensaje importante pero la hora nunca fue una prioridad.
Calum trató de explicarme el por qué de tener que irnos en diferentes camionetas y que me vería de vuelta en su hotel, así que no tenía nada de que preocuparme además Ashton se iba a ir conmigo y otras dos chicas. Quise recordarle que ni siquiera conocía a Ashton, es decir, no me lo había presentado y sí me había sonreído, pero eso no le quitaba que no había cruzado ni una sola palabra con él.
Fue fácil salir y llegar a la camioneta cuando no había nadie famoso con nosotras, a excepción de Ashton pero nadie pareció notarlo. Venía agarrado de la mano de una chica de cabello rubio que reconocí un poco pero había olvidado por completo su nombre y la otra chica que venía con nosotros parecía ser su muy ebria amiga.
La amiga ebria y yo estábamos sentadas en la primer fila de asientos detrás del conductor, mientras que Ashton y su amiga estaban en la fila detrás de nosotras. Intenté concentrarme en mi teléfono, navegué en instagram por un rato y contesté los 25 mensajes de texto que Victoria me había dejado. Estaba haciendo un excelente trabajo ignorando los sonidos que provenían del asiento trasero y los murmullos de la chica que venía al lado mío que parecía estar teniendo un sueño muy extraño, esto hasta que comenzó a hacer como si fuera a vomitar.
— ¿Vas a vomitar? —Le pregunté bajito, a lo que respondió asintiendo con la cabeza. Voltee y la pareja seguía devorándose así que me incline hacia delante para hablarle al conductor. — ¿Puede orillarse? Mi amiga va a vomitar. —Por el espejo retrovisor el señor me miró con los ojos muy abiertos y rápidamente maniobró para que nos detuvieramos.
Pero por muy buena persona que yo fuera no iba a sostenerle el cabello a alguien que no conocía, además el vómito me ponía nerviosa. Así que me giré para ver el asiento trasero.
—Ehh... ¿Ashton? —le llame dudosa—, ella dijo que va a vomitar.
La rubia se separó de él inmediatamente. — ¿Vomitar? —Repitió y asentí— ¡Kimmy saca la cabeza por la ventana! —Gritó abalanzándose sobre el asiento.
Minutos después la camioneta estaba aparcada a un lado de la calle, Kimmy estaba vomitando lo que parecía su desayuno y la rubia, que ahora sabía se llamaba Bry, le sostenía el cabello. Ashton tenía algunos minutos en el teléfono, hablando y probablemente avisando lo que había pasado. Yo seguía sentada en la camioneta tomando de la botella de agua que nos había ofrecido el conductor hacía unos minutos.
— ¿Lexie? —Me habló Ashton mientras caminaba hacia el auto, lo miré y asentí— Acabo de hablar con Cal, ellos ya llegaron al hotel y dijo que nos va a estar esperando en el lobby —me informó con una sonrisa.
—Está bien —le sonreí de vuelta.
—Y también gracias por avisarnos que Kimmy iba a vomitar —suspiró—, nos íbamos a meter en muchos problemas si vomitaban la camioneta otra vez.
— ¿Otra vez? —Arquee una ceja.
Ashton se rió. —Suele suceder —dijo encogiéndose de hombros. —Por cierto, te ves muy bonita.
Toda la compostura que había adquirido se fue a la basura con esas cuatro palabras, el chico era precioso y aunque no me consideraba una Ashton girl aún así iba a dejar que el comentario me afectara. Sentí mis mejillas ponerse calientes, estaba segura que me había ruborizado hasta las orejas. —G-gracias —respondí casi ahogándome en mis palabras.
No me dijo nada más, solo me dedicó una sonrisa y se dio la vuelta para regresar con las dos chicas. Hice una nota mental de mandarle un mensaje con lo que había sucedido a Victoria para que se pusiera súper celosa.
Después de veinte minutos más habíamos llegado al hotel y me sentí aliviada porque estaba comenzando a desesperarme, además Kimmy hizo que toda la camioneta oliera a vómito de bebe. La camioneta se detuvo en la entrada y parecía un hotel bastante lujoso, tenía uno de esos porteros con sombrerito afuera y las puertas eran de cristal por lo que podías apreciar todo el lobby iluminado. Y también podía apreciar a Calum Hood esperando a un lado.
Sin darme cuenta estaba sonriendo como una tonta mientras Ashton me ayudaba a bajar de la camioneta, no sin antes agradecer al señor conductor. El australiano soltó un chasquido divertido cuando se dio cuenta de mi expresión y sisee para callarlo.
Calum me sonreía mientras caminaba en mi dirección, su cabello estaba mojado y se había cambiado de ropa. Su camiseta negra había sido reemplazada por una azul que se pegaba a sus músculos y sus jeans por unos pantalones de algodón grises. — ¿Te divertiste en tu aventura? —Me preguntó sonriendo de lado.
—Claro, mi parte favorita fue cuando le salió vómito por la nariz —Suspiré una vez que ya nos habíamos alejado de los otros.
— ¿En serio paso eso? —Arqueó una ceja y asentí arrugando la nariz, Calum comenzó a reír para después decir: — Qué asco.
Me tomó de la mano con naturalidad mientras caminábamos de regreso al lobby del hotel, lo hizo como si nos conocieramos de toda la vida y yo pretendí que no era gran cosa. De nuevo me recordé que tenía que actuar como si fuera cualquier chico, y no Calum Hood, o todo se iba a ir a la mierda.
𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑
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Capítulo dedicado a @-bloodlxne por hacerme la bonita nueva portada. ¡Muchas gracias! De verdad me encantó. (Por cierto no se como dedicar en este nuevo Wattpad, alguien ayuda).
Bueno, ha sido un capítulo súper filler pero me he tardado quince días y un poco más en actualizar y hasta yo estoy decepcionada de mí, pero tengo una buena razón.
Comencé a sentirme un poco bajoneada emocionalmente unos días después de publicar, ya saben tantos meses encerrado ya nos esta afectando a muchxs. Luego, alguien cercano a mi hermana (que vive conmigo) tuvo COVID pero fue asintomático, esta persona no nos avisó a tiempo y siguió actuando como si nada. Yo empecé a presentar síntomas (diarrea, dolor de cabeza, cuerpo cortado) y comenzamos a sospechar poco después fue que esta persona nos avisó que había sido asintomático y entonces nos dimos cuenta que posiblemente yo podía tener el virus. Y así menos tenía ganas de escribir o aparecerme por aquí por Wattpad. Entre que si yo tenía el virus o no, el servicio de salud pública de mi país no quería realizarme la prueba porque no presentaba los síntomas más característicos que son perdida de olfato y gusto, terminamos haciéndome la prueba en un hospital privado y apenas me dieron los resultados. Gracias a Dios y al universo, salió negativa y solo se trató de un susto, pero entre todo ese show no pude ni asomarme un poco por acá.
Les quiero pedir una disculpa, esperando que entiendan porque no había actualizado, no les prometo que actualizare ya en esta próxima semana pero trataré. No me voy a dar por vencida con esta historia porque me fascina y la vengo escribiendo desde el 2015.
Cuídense mucho, usen cubrebocas y lávense las manos frecuentemente, les mando un abrazo enorme y estoy agradecida porque me den la oportunidad de compartirles esta historia.
𝑻𝒐𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓,
𝑴𝒊𝒎𝒊 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒎𝒇𝒊𝒆𝒍𝒅.