Aliens

Oleh Ara_YiZhan

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Ambos curiosos por el mundo del otro. Ambos tan distintos y parecidos al mismo tiempo. El universo inmenso... Lebih Banyak

EPISODE 2
EPISODE 3
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EPISODE 8
EPISODE 9
EPISODE 10
EPISODE 11
EPISODE 12
EPISODE 13
EPISODE 14
EPISODE 15
EPISODE 16
EPISODE 17
EPISODE 18
EPISODE FINAL

EPISODE 1

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Oleh Ara_YiZhan

Un historia diferente donde abra Acción, Aventura, Fantasía, Paranormal, Universo Alterno entre otros, diferente a los tramas que he hecho, pero siempre con mi misma narrativa y mente perversa así que sin mas Preámbulos Comencemos.


—...Esto nos deja con diez a la séptima potencia de estrellas, solo en nuestra galaxia, susceptibles de tener vida inteligente, y quizás en una décima parte de ella se haya producido ya. Supongamos que en nuestra propia galaxia haya efectivamente un millón de estrellas con planetas que tienen vida inteligente ¿Por qué no nos llega ninguna evidencia de ello? —exponía el maestro Lu del instituto de astrofísica dónde el joven de veintidós años, Wang Yibo, hacia sus estudios de astronomía.

Desde muy pequeño, Yibo había estado muy atraído al tema de los planetas, las galaxias y el universo en general, a veces su madre se desesperaba cuando este a la edad de cinco años le preguntaba sobre cómo el planeta se había originado y si eran los únicos seres en toda la galaxia, simple curiosidad de un niño de apenas cinco años, para Carman, era normal, ya que a ese edad lo niños exploran su alrededor y están curiosos de todo lo que sucede en su entorno.

Yibo tuvo una muy buena primaria y secundaria, sus calificaciones eran muy altas y muchas veces había sido elegido para participar en diferentes concursos de conocimientos en su escuela, de la cual siempre salía vencedor. Era una clara evidencia de no juzgar un libro por su portada, a pesar de tener un estilo callejero y bastante rudo, camisetas anchas y pantalones rasgados, tatuajes y un piercing que adornaba su labio, Yibo era el chico más inteligente de la escuela y uno de los más requeridos en las universidades.

Su vida social era tranquila...o casi, tenía un amigo llamado Lay, amante de la física y la biología y Cheng Xiao, un as en lenguaje. Podría sonar aburrido, pero en realidad era distinto, los fines de semana salían y se divertían como otros chicos de su edad, iban a fiestas, bebían e incluso una vez llegaron tan ebrios a casa, sin ni siquiera recordar cómo habían llegado ¿había sido un oficial de policía que los había hallado durmiendo en un parque? Tal vez...

Finalmente llegó el momento en el que Yibo tenía que decidirse por una universidad y la verdad no le costó mucho trabajo elegir una. El instituto de astrofísica que se situaba en Shanghái era perfecto para él. Prestigiosa universidad con diferentes convenios en diferentes países, además de tener un fuerte vínculo con la NASA.

Ya había culminado su primer año y estaba por culminar el segundo. Ahora se encontraba en su última clase antes de que iniciaran las vacaciones de verano, tenía muchas ganas de reunirse con Lay y Cheng Xiao, había pasado un buen tiempo desde la última salida que habían tenido además, Cheng Xiao le había prometido presentarle una de sus amigas, no era que estaba falta de chicas, ya que se podía decir que casi la gran mayoría de las mujeres en las universidad chorreaban sus mentón al ver a Yibo, solo que él no quería liarse con ninguna de ellas.

Yibo prestaba atención, de todas las clases que había tenido, esta, probablemente era la más interesante del año. El maestro Lu exponía sobre la probabilidad de existir vida inteligente en otro planeta e incluso mencionó la cuestionada "ecuación de Drake" la cual Yibo estaba tan intrigado.

—Una de las razones por la que es improbable que nos encontremos con seres de otros planetas es que las civilizaciones que puedan haber existido habrán estado dispersas en el tiempo, naciendo en una época y desapareciendo después. Incluso suponiendo que la duración media de tales formas de vida avanzada sea de cien millones de años, si distribuimos uniformemente estos intervalos de tiempo en la historia de la galaxia de unos doce a quince mil millones de años, encontraremos que la vida avanzada se da simultáneamente en menos de diez mil estrellas de nuestra galaxia. En esta situación...—continuó —la distancia media entre vecinos pasa a ser a mayor de dos mil años luz —el maestro se dirigió al pizarrón y tomó la tiza para escribir —Pero si supiéramos que la duración media de las formas de vida avanzada sea de mil millones de años ¿Qué deduciríamos? —Preguntó el maestro a la clase.

Yibo hizo mentalmente los cálculos pero no quería apresurarse con la respuesta, no obstante, al ver que la clase se mantuvo en silencio se atrevió a alzar el brazo.

—Yibo —El profesor le hizo un gesto para que respondiera.

—Tendríamos veinte mil años luz de distancia media entre las estrellas con la capacidad de albergar vida inteligente —respondió.

—Correcto —Asintió el maestro con una sonrisa al mismo tiempo que el sonido del timbre anunciaba el término de la clase y el inicio de las vacaciones. —Muy bien muchachos, no olviden hacer el ensayo del libro recomendado, tendrá un peso importante en su promedio final. Disfruten sus vacaciones —Culminó el maestro con una sonrisa sarcástica pero amigable.

Los alumnos rápidamente recogieron sus libros de la mesa y salieron del aula presurosos, a diferencia de Yibo quién se dirigió hacia su maestro con cierta intriga en el rostro. El maestro Lu quién tenía su saco y maletín en mano giró su mirada hacia el muchacho aún en el aula.

— ¿Yibo?

—Oh, uhm...tengo una pregunta —Dijo Yibo acomodando su mochila en el hombro y con un papel en la mano — ¿Qué tan exactos son los cálculos mencionados en su exposición?

El maestro frunció el ceño y finalmente sonrió, Yibo era uno de sus alumnos predilectos y realmente le agradaba ver el interés del muchacho en su clase, no le importaba tener que quedarse un rato más a charlar con él.

El maestro Lu le explicó que los cálculos no eran exactos y que solo era una suposición matemática, le recomendó a Yibo visitar algunas páginas de internet respecto al tema y que revisara unos libros de la biblioteca para más información, el cual Yibo agradeció.

¿Qué tan cierta podía ser la existencia de vida inteligente en otro planeta? Yibo realmente creía en ello, sabía que no estaban solos en la galaxia, solo necesitaba pruebas. Los datos que encontraba en los libros o en la web no era suficiente y eso lo frustraba a veces.

Salió del edificio, subió a su moto y se dirigió a casa. Lo primero que haría era darse un baño y dormir, luego llamaría a Lay y a Cheng Xiao para planear sus vacaciones, tenía que despejar su mente, recordar que es una persona con una vida que vivir y no desperdiciarla metido en el estudio todo el tiempo, sí, estudiar era bueno, pero también era bueno el momento de relajo y eso era lo que más necesitaba.

Llegó a casa y después de darse un baño como lo pensado, se dirigió a su habitación para iniciar con la llamada a sus amigos, hasta que alguien tocó la puerta de su habitación para interrumpir su acción.

—Adelante —respondió dejando su teléfono sobre su escritorio

— ¿Cariño? ¿Estás ocupado? —Se asomó Carman.

—Iba a llamar a Lay y a Cheng, pero pueden esperar ¿pasa algo? —Preguntó Yibo sentándose al borde de la cama.

—Siento interrumpirte cariño, pero necesito pedirte algo —Inició su madre y Yibo le prestó atención —Tu abuelo Dan, está muy enfermo y voy a llevarlo a la clínica para una operación urgente.

Yibo asintió preocupado, su abuelo Dan era, por qué no, su abuelo preferido, de hecho fue él quien siempre le contaba historias de extraterrestres y seres de otro planeta.

— ¿Está muy grave? —Preguntó preocupado

Carman asintió —Y necesito pedirte un favor ¿podrás hacerte cargo de su casa de campo por dos semanas?

Adiós vacaciones con Lay y Cheng.

—Por supuesto —Respondió resignado, no podía negarse aunque quisiera, era su abuelo y si tenía que cuidar la casa de campo y perder gran parte de sus vacaciones, lo haría. Quizá tenía que ver el lado positivo, así podría enfocarse en el ensayo que el maestro Lu había asignado.

— ¡Gracias, hijo! —Carman abrazó a Yibo —Es mejor que vayas empacando, nos iremos mañana temprano.

Yibo suspiró y asintió, vio su madre dejar la habitación y se echó de espaldas sobre su cama. ¿Cuándo había sido la última vez que había visitado a su abuelo en la casa de campo? Alrededor de los siete u ocho años. Su abuelo vivía en una gran casona rodeada de un maizal. A penas la señal de televisión llegaba y con suerte llegaría la señal de internet. ¿Qué haría en esa casa por dos semanas? Seguro, avanzaría con su ensayo ¿y después?

Suspiró una vez más, tomó su celular, seleccionó los nombre de Lay y Cheng Xiao y envió un mensaje: "Noticias inesperadas en mi familia, iré a la casa de campo de mi abuelo por dos semanas, disfruten sus vacaciones sin mí"


—&—


Habían pasado tres días desde que Yibo viajó de casa a la casa de campo de su abuelo Dan. Incluso tuvo la oportunidad de ver al anciano, realmente se veía enfermo y cansado, aunque no le dio gusto pensar al respecto se preguntó si realmente el anciano sobreviviría a la operación, había muy pocas probabilidades de que así fuera pero por supuesto, no se lo haría saber a su madre.

Se instaló en la casa muy rápido, ese mismo día, eligió la habitación que siempre solía tomar cuando iba de pequeño a visitar a su abuelo, había pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvo ahí que sintió nostalgia al entrar a la no muy pequeña habitación, la casona era muy grande e incluso más para una sola persona.

Muchas veces Carman y él habían intentado convencer al abuelo Dan a que se mudara con ellos, así no estaría tan solo, sin embargo, el viejo, muy terco, se negaba, diciendo que no podía dejar su propiedad y sus tierra a la deriva. El maizal que rodeaba la casona era inmenso y Yibo sentía escalofríos al pensamiento de tener que estar solo en ese lugar por casi un mes.

Aunque, después de todo no estaba tan solo, tenía a Hada, un husky siberiano de cinco años de edad. A pesar que era la primera vez que conocía a la mascota, este pareció llevarse bien con él y rápidamente se hizo amigo del peludo animal.

—Hora de comer, Hada... ¡Vamos! —llamó Yibo tras dar un silbido y la mascota dio brincos de alegría siguiendo al nieto de su dueño hasta la cocina. Dio un ladrido cuando Yibo colocó su tazón de croquetas en el suelo y este acarició la cabeza del animal. —Buen chico... — dijo y dejó al perro comer tranquilo.

Eran las seis de la tarde, ya estaba oscureciendo y tenía que sacar a dar un paseo a Hada o este se enojaría. Yibo lo sabía desde la primera noche que estuvo ahí. Su madre le había mencionado que no olvidara darle un paseo después de su cena por la tarde y lo había olvidado, así que Hada estuvo actuando de manera extraña, ladrando y rascando la puerta de la habitación de Yibo pidiendo algo de atención. Así que se hizo una nota mental de no olvidar sacar a Hada de paseo después de la cena.

Prendió la TV antigua y le alzó el volumen, no es que quisiera realmente ver la televisión, quería sentirse menos solo y con el ruido de la televisión ayudaría. Se sentó a la mesa y comió un sándwich acompañado de una taza de café.

"Avistamiento de un objeto no identificado sobre el cielo en China. Lugareños dicen que fue hace unos instantes y que el objeto solo se dejó ver por unos segundos..."

Yibo alzó mirada a la pantalla y prestó atención, de pronto la noticia no parecía ser tan aburrida.

En la pantalla aparecía una mujer entrevistando a un hombre quién parecía estar emocionado por salir en la televisión por primera vez.

"— ¡Estaba dando un paseo cuando de repente vi un objeto en el cielo! —Mencionó el hombre —Al principio creí que era una estrella fugaz ¡Pero no tenía la forma de una! Así que decidí grabarlo —Dijo aparentemente sorprendido y emocionado —Cuando acerqué la imagen en mi celular ¡Parecía como un platillo volador! ¡No podía creerlo! —Reveló"

Yibo culminó su sándwich sin quitar la mirada de la pantalla y se mostró el video que el hombre había grabado. Efectivamente no parecía ser alguna roca espacial, tenía una forma ovoide y estaba suspendido en el cielo hasta que desapareció, pudo escuchar los gritos de asombro del hombre en el video, simplemente lo ignoró.

No era el primer video de objetos no identificados, aparentemente, dándoles una "visita", que había visto. No es que fuera escéptico al respecto, pero había leído libros, teorías y todas ellas decían que la probabilidad de tener una verdadera visita de vida inteligente era mínima, casi nula.

Sintió como algo parecía jalarle sus pantalones y al bajar la mirada se encontró con Hada moviendo su cola frenéticamente de un lado a otro. Había terminado su tazón de croquetas lo que significaba, hora de un corto paseo para el animal.

—No me he olvidado de eso, Hada —Yibo le dijo al animal cómo si este le entendiera —Vamos, amiguito

Yibo agarró la correa de Hada que se encontraba sobre un estante, su abrigo y las llaves de la casa. El verano recién había empezado así que las noches aún eran un poco frías. Cuando salió de la casa una fuerte ventisca le sopló en el rostro y este tiritó de frío.

—Andando —Movió la correa de Hada y ambos dieron una caminata alrededor de la casa, rodeando el maizal. Sin embargo, no pensaba entrar entre los maizales. Una vez de pequeño lo hizo mientras jugaba con su desaparecido primo. No recuerda muy bien cómo ocurrió, todo pasó muy rápido, solo estaban jugando a las escondidas y de pronto no lo volvió a ver.

Recuerda a su tía llorar desconsolada y haciéndole muchas preguntas sobre dónde su primo estaba, él solo dijo que estaban jugando a las escondidas entre el maizal, lo vio esconderse ahí, pero entonces había desaparecido. La policía hizo una exhaustiva búsqueda, lastimosamente no encontraron rastro de él...hasta la fecha.

Sacudió su cabeza alejando aquellos recuerdos y se enfocó en Hada quién al parecer había encontrado un buen lugar para defecar.

Alzó la mirada al cielo, era una noche bonita, llena de estrellas y la luna resplandecía plenamente. Había tantas cosas que quería saber, tantas cosas que se preguntaba, tantos misterios allá en el exterior.

—Sé que no somos los únicos aquí. —Murmuró para sí y sonrió. Se sentía como un loco hablando solo. Justo segundos antes de bajar su mirada observó algo moverse en el firmamento. Era un punto. ¿Una estrella?
Miro fijamente y siguió el movimiento del objeto... ¿estrella fugaz? Pensó.

El extraño objeto parecía dirigirse hacia él.

No.

Hacia el maizal.

—Mierda —Susurró. ¿Era un meteorito? ¿Un pedazo de metal de algún satélite? Tenía que salir de ahí cuanto antes — ¡Vámonos Hada! —Jaló la correa del animal y se apresuraron a casa. No estaba muy lejos así que no tardó mucho en llegar. Sacó torpemente las llaves de su bolsillo y cayeron al suelo. Chasqueó la lengua, levantó el llavero e insertó el metal en la puerta hasta que sintió un fuerte temblor. — ¡Mierda!

Hada había dejado de mover su cola y comenzó a ladrar en dirección al maizal, jalando su correa para que Yibo vaya a revisar. Este giró la cabeza y vio como grandes nubes de humo cubrían parte de la hierba. Sí, el objeto extraño había aterrizado justo ahí.

—Genial —Yibo murmuró. Miró a su alrededor y se encontró con una pequeña lámpara en un rincón, la tomó y avanzó junto con Hada hacia el maizal. Tragó pesado, realmente no quería entrar ahí, se había prometido no hacerlo después de la desaparición de su primo. Sin embargo algo había caído del cielo y tenía cierta curiosidad por saber que era.

Hada olfateaba y dirigía a Yibo quién sostenía la correa de la mascota con fuerza, tanto que sus nudillos se tornaron blancos. El humo penetró su nariz y tosió, alzando más la lámpara para alumbrar el camino. La mascota se detuvo y Yibo junto con él, era imposible avanzar más, el humo podría ahogarlos, no obstante, pudo divisar algo a unos pasos en frente de él.

— ¿Qué es eso? —Se preguntó. Soltó la correa de Hada y caminó hacia el elemento.

Ya no salía humo del objeto y ya que era un lugar abierto, este se mezcló en el ambiente hasta disiparse.

Lo que Yibo vio a continuación hizo que su respiración quede atorada en su garganta.

El objeto no era un meteorito.

Era una especie de... ¿nave? Tenía el aspecto de una. Pero no una nave común. Era redonda y parecía albergar a alguien o algo ahí dentro.

El objeto estaba dañado por el impacto y Yibo temió que en cualquier momento estallara.

Sin embargo, su curiosidad pudo más. Se acercó al objeto con lámpara en mano y examinó los bordes, incluso quiso tocarlo pero decidió finalmente no hacerlo.

En la parte trasera había una puerta, o lo que parecía ser una. Llevó su mano temblorosa al material, estaba sudando frío y tragó pesado antes de rozar la yema de los dedos con el objeto extraño.

Dio un brinco hacia atrás y cayó sentado cuando la puerta se abrió lentamente y salió una especie de humo blanco como la neblina. Retrocedió aún sentado y Hada se acercó al joven quién estaba estupefacto, con los ojos y boca bien abiertos.

No pasó muchos segundos para que un cuerpo, qué parecía el de una persona, se asomara a la puerta del objeto y cayera rendido al suelo en un sonido seco. Yibo no logró ver lo que sea que había caído, gateó hacia la figura tendida en el suelo y observó con cuidado a la vez que buscaba con su mano la lámpara que había sido olvidada a un lado.

Iluminó el cuerpo en el suelo.

Era una persona.

Tenía los ojos cerrados, tenía el cabello largo, negro y su piel era pálida. Su contextura era delgada y estaba vestido con un extraño traje negro. En su espalda llevaba una mochila pequeña, más parecía una caja metálica.

¿Será una bomba? Pensó ingenuamente.

Tocó con su dedo el cuerpo inconsciente. No se movió.

—Es mejor que lo ayudemos pronto, Hada —Habló a la mascota quién olfateaba el cuerpo con insistencia.

Se olvidó de la nave (o lo que parecía ser una) y cargó el cuerpo con mucho cuidado. Para ser una persona delgada pesaba mucho y tuvo que ir con cuidado para no tropezar y caer. Hada iba adelante de él guiándolo fuera del maizal para llegar finalmente a casa.

Afortunadamente la llave ya estaba puesta en la puerta por lo que solo se ocupó de darle un pequeño giro para poder abrir la puerta principal, entrar y cerrarla con su pie detrás de él.

Se acercó al sofá más cercano y acostó el cuerpo con delicadeza. Estiró sus brazos y se puso de cuclillas para observar con más detalle al susodicho.

Su rostro estaba ligeramente sucio, tenía dos cortes en la mejilla y una fuerte contusión en la frente. Su labio también estaba herido y tenía un delgado rastro de un líquido en su nariz.

¿Sangre? Debía ser eso, aunque su color era más oscuro de lo normal. Tenía rasgos delicados y bien definidos, podría ser fácilmente confundido con una chica, pero descartó aquello al no notar los pechos característicos de una mujer y además su cuerpo se asemejaba más al de un hombre.

El hecho de tener un traje negro lo hacía ver más delgado. También tenía una correa alrededor de su cintura con una luz parpadeante en el centro que poco a poco se iba apagando.

Agarró el brazo del joven y le buscó el pulso, tenía latidos eran débiles y muy lentos.

¿Se moriría?

Buscó por su celular, tenía que llamar a la ambulancia y a la policía para contar lo ocurrido, no podría ayudar a esa persona por él mismo ¿Y si moría? Oh no, el solo hecho de pensar tener un cadáver en la casa de su abuelo hacia que se estremeciera y empezara a sudar frío. Camino de un lado a otro buscando su celular, cuando oyó el ladrido de Hada.

Se detuvo y vio a la persona pestañar y hacer un quejido de dolor. Retrocedió y esperó unos momentos.

— ¿Te encuentras bien? ¿Puedes oírme? —Yibo preguntó preocupado

La persona no contestó se llevó una mano a la cabeza y murmuró algo que Yibo no logró entender ¿sería un extranjero?

La mente de Yibo comenzó a funcionar. Lo más seguro es que el gobierno junto con las fuerzas armadas hayan estado haciendo pruebas y...de pronto ese chico pelinegro era el que piloteaba aquella nave extraña para esa prueba y cayó. Sí, seguro era eso ¿Qué más sería?

—Escucha, no te muevas, voy a llamar a los médicos para que te ayuden ¿de acuerdo? —Yibo habló — ¿De acuerdo? —Repitió intentando captar la atención del joven quien giró su mirada hacia a Yibo.


Y este Palideció, Yibo cayó sentado al suelo y sintió todo su cuerpo paralizado tras ver los ojos del chico.

No eran ojos normales. No eran ojos de humano. Sus ojos eran completamente negros, no tenía iris ni pupila, su globo ocular era completamente negro. Tan negros como la oscuridad misma, Yibo solo había visto algo así en las películas de terror cuando el demonio se hacía presente a su víctima y luego los mataba.

¡Joder!

¿Qué mierda era eso? Definitivamente no era humano.

Tragó pesado y rogó, por su dignidad, no haberse meado del miedo ahí mismo. Hada se había escondido debajo de la mesa y Yibo no tenía nada cerca para defenderse ¿Qué debía hacer ahora? ¿Rezar? Aunque sabía muy bien que no funcionaría, era agnóstico.

— ¿Q-Qué eres? —Yibo murmuró casi atragantándose, ni siquiera podía articular las palabras correctamente.

La criatura enfrente de él lo miró con curiosidad y ladeó su cabeza sin mencionar palabra alguna. Hizo una mueca de dolor y soltó un gruñido. Ahora que Yibo escuchaba con más atención no era un gruñido normal, más parecía un gruñido animal. Su cabeza daba vueltas y sintió arcadas.


La criatura se sentó en el sofá y miró a Yibo fijamente, Este no quitó su mirada, intentó rogarle con los ojos que por favor no le hiciera daño ¿le entendería?

La criatura se puso de cuatro en la alfombra y gateó hacia Yibo, sin alejar su mirada de él. Yibo tragó pesado y aún sentado retrocedió.

—P-Por favor...—siseó —N-No voy hacerte daño, lo prometo. —Dijo, cuando irónicamente, en realidad pedía que él no le hiciera daño.

La criatura se acercó a Yibo lo suficiente. Casi rozando sus narices.

Yibo sudaba frío y pensó que en cualquier momento se desmayaría. Su corazón latía fuertemente en su pecho y el vello de su piel se erizó cuando uno de los dedos de la criatura se posicionó en su frente.

Hizo un sonido de asombro y esperó. La criatura había sufrido un fuerte golpe tras el impacto en el maizal, no había forma de que tuviera fuerzas para hacer daño a un simple e indefenso humano, ¿verdad?

Yibo sintió la presión del dedo de la criatura en su frente y vio como los ojos completamente negros de este se iban desvaneciendo como una cortina, mostrando así ojos normales. Ojos de humano.

Yibo tenía la boca abierta en todo momento ¿Qué rayos había pasado? solo le tocó su frente y de pronto ya tenía ojos normales. Grandes ojos color marrones.

Debo estar soñando. Esto debe ser un jodido sueño. Pensó.

Entonces la idea de un alienígena golpeó su mente.

¿Sería eso posible? ¿Sería posible que la criatura extraña que tenía en frente de él se tratase de un extraterrestre? Vino del cielo en una nave. Murmuró palabras extrañas en un idioma desconocido ¿sería posible que la vida en otro planeta existiera?

Yibo dio una última mirada a la criatura antes de caer desmayado al suelo y todo se volviera negro.



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