Sincerely, yours » h.s

By -smellycat

94.3K 5.9K 2.5K

"Y aunque el tiempo no lo quiera de esa manera, y la distancia lo acompaña, quiero que sepas que fui tuyo, so... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16, pt 1
Capítulo 16, pt 2
Capítulo 16, pt 3
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34, pt 1
Capítulo 34, pt 2
Capítulo 34, pt 3
Capítulo 34, pt 4
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Epílogo
Agradecimientos + anuncio importante
SEGUNDA PARTE: A LITTLE BIT YOURS

Capítulo 8

1.9K 130 52
By -smellycat

Londres, veintitrés de Febrero, 2020.

Estaba lloviendo como nunca. Mi día favorito para salir a correr.

La música resonaba con ímpetu por mis oídos mientras trotaba a una intensidad moderada por las calles de Londres, con Piper siguiéndome los talones. Lo bueno es que al ser domingo y las gotas caían torrencialmente no había muchos autos dando vueltas, por lo que me podía dar el lujo de correr con mi border collie sin correa y no preocuparme de ningún riesgo.

Las gotas de sudor que caían por mi frente se confundían con las de la lluvia, sintiéndome más fresca que nunca. Ayer en el turno tuve mi primer enfrentamiento de diferencias con un paciente al no querer recibir el tratamiento que el doctor le había indicado, dejándome con un sentimiento amargo en el pecho y privándome de casi todo mi sueño por la tensión que me había producido dicha pelea.

Nada mejor que correr bajo la lluvia para relajarse.

Llegué hasta un parque para estirarme, la gente corriendo bajo sus paraguas y los niños jugando con charcos de agua. Tomé un poco de agua de mi botella para después darle el resto a Piper, quien no dejaba de jadear después de los kilómetros que recorrimos. Observé con gracia su pelaje empapado, se veía muy divertido. Se sacudió como loco, soltando gotas hacia todas las direcciones y mojándome más. No me importó ya que estaba empapada por la lluvia.

Mi celular comenzó a vibrar desde el bolsillo trasero de mis pantalones. Lo saqué y abrí mis ojos al ver una videollamada entrante de Harry. Por un momento pensé en cómo se habrá conseguido mi número, pero luego me fijé en que me estaba llamando por la aplicación de Instagram.

La tecnología cada vez me sorprendía más.

Contesté e inmediatamente conduje la cámara hacia el cielo. No podía dejar que el rizado me viera en esta facha.

—¿Lena? —preguntó con una risa.

—Aquí estoy —dije sin mover la cámara—. Lo siento, me tomaste por sorpresa.

—¿Dónde estás?

—En un parque con mi perro, ya voy camino a casa.

—Déjame verte.

Sentí mi corazón detenerse.

—No.

Escuché su carcajada. Esa típica que uno oía en las recopilaciones de la risa de Harry en videos que podían durar horas.

—¿Por qué no?

—Estoy de muerte, Harry —reí también y me giré levemente para asegurarme que Piper me estuviera siguiendo—. Acabo de correr cinco kilómetros.

—¿Y? Yo también me veo de muerte cuando hago deporte.

—Es distinto —aseguré, poniendo los ojos en blanco sabiendo que no me estaba mirando. Iba a agregar que por los videos que había visto, él se veía jodidamente sexy transpirado mientras se ejercitaba, pero logré contenerme.

—Oh, por favor —alargó la última sílaba, haciéndome reír ante la insistencia—. Tuve un día duro, necesito ver otras caras que no sean las de mi equipo.

Mordí el interior de mi mejilla mientras elevaba el teléfono, la cámara reflejando mi imagen. Dios mío. Estaba matadísima; roja como un tomate, cabello desaliñado y mojado y gotas corriendo desde la punta de la cabeza hasta mi mandíbula.

—Te ves adorable —dijo con una sonrisa y no supe descifrar si lo decía en serio o en broma.

Rodeé los ojos y sacudí mi cabeza. Me di el tiempo de verlo; llevaba unos anteojos de sol sobre la cabeza, controlando algunos de sus rizos. No sé si era por la luz, pero sus ojos se veían más verdes que nunca, al igual que sus hoyuelos, que se pronunciaban con la sonrisa que tenía puesta sobre sus labios. Tenía puesto sólo un audífono en uno de sus oídos, y al parecer andaba en auto ya que podía escuchar la suave música de su parlante mezclado con el motor de éste.

—¿A qué se debe esta llamada, si se puede saber? —pregunté, haciendo caso omiso al comentario que había dicho, mientras caminaba por las calles de vuelta a mi casa.

—Voy a hacer un show el jueves y me gustaría invitarte al ensayo.

Mis pies tropezaron entre ellos, provocando que casi perdiera el equilibrio y cayera sobre el pavimento. Tess me había mencionado sobre un concierto de Harry pronto, pero no le había dado tanta importancia por el hecho de que quizás me tocaba trabajar en el hospital. O quizás no le tomé mucha atención debido a que todavía no me recuperaba de la noche del viernes que viví junto a él a orillas del río Támesis, alimentándonos de comida chatarra.

—¿De verdad? —tragué saliva y me pasé la mano por la frente a medida que continuaba mi camino.

El asintió, seguro de sus palabras.

—¡Me encantaría! —respondí con una sonrisa, la cual se borró de inmediato—. Aunque... tengo que asegurarme que no me toque turno en el hospital.

—Házmelo saber y te envío la invitación —habló, y sus ojos se desviaron hacia un punto inexistente de su campo visual, dejándome a la vista su fuerte mandíbula.

Tan guapo.

Todavía no podía creer que estaba en una videollamada con Harry Styles. Y menos podía creer que él la había iniciado.

—Gracias por la... ¡Piper, espera! —mi atención fue desviada rápidamente hacia mi perro cuando lo vi a punto de cruzar un semáforo en rojo, y troté en su dirección para tomarlo del arnés.

—¿Puedo verlo? —Harry preguntó, un brillo de emoción en sus ojos—. Amo a los perros, aunque me imagino que ya lo sabías.

—La verdad es que no, no lo sabía —negué con la cabeza y me agaché para poner a Piper a la vista, su gran nariz usando todo el espacio de la pantalla y sus jadeos empañando ésta—. Harry, él es Piper. Piper, él es Harry.

—Espero conocerte en persona algún día, amigo —le habló y mi perro reaccionó ladeando la cabeza y cerrando su boca, con las orejas bien paradas. Dicha acción sacó una risa del rizado.

Mi propio perro hizo reír a Harry Styles.

Lo dejé cinco segundos más y volví la cámara hacia a mí, pendiente de que el semáforo se fuera a verde para poder cruzar.

—¿Y fuiste por una corrida con esta lluvia? —volvió a hablar, apoyando su mejilla con su mano.

—Son las mejores corridas, había que aprovechar —le aseguré, intercambiando mi vista entre la pantalla y lo que tenía al frente mío—. Además, ya era hora de que Piper se preparara para su día de baño.

Inmediatamente mi perro me lanzó una mirada asustado, acompañada de un gemido, como si entendiera cada palabra que decía. Le sonreí y acaricié su mojada cabeza.

—Mientras no te cojas un resfrío —Harry alzó ambas cejas y aplanó sus labios en una mueca.

Chasqueé mi lengua e hice un ademán con la mano, restándole importancia. Escuché unas voces dirigiéndose a él en su línea, a lo que él respondió desviando su vista y asintiendo.

—¿Y tú dónde andas? —le pregunté con el propósito de seguir nuestra conversación. La verdad es que estaba siendo muy agradable el hecho de intercambiar algunas palabras y no quería que la llamara se acabara tan rápido.

El soltó un suspiro y llevó sus pupilas hacia arriba, pensando.

—Bueno, tuve un par de entrevistas en la mañana para algunos programas. Después canté algunas canciones y ahora voy con Mitch a almorzar a su casa.

Con la simple mención de almuerzo mis tripas sonaron. Dios, moría de hambre. Sobre todo, luego de haber gastado todas mis calorías consumidas en el desayuno.

Durante todo el trayecto de vuelta a mi departamento conversamos de temas insignificantes, como por ejemplo cómo me había ido en el trabajo ayer, qué era lo que él iba a hacer mañana, qué iba a hacer yo en la tarde, entre otras cosas.

Una vez que llegué a la entrada de mi edificio, recibí una notificación de un mensaje de Tess que apareció en la parte superior de mi pantalla, diciendo que irá a verme para almorzar juntas.

—Bueno, debo irme —dije mientras me adentraba al ascensor y presionaba el botón que me llevaba a mi piso—. Viene mi amiga y necesito tiempo para ducharme, bañar al perro y después cocinar.

—Si quieres y puedes ir a mi ensayo el jueves, invita a tu amiga —me dijo, las puertas metálicas cerrándose—. Digo, para que no estés tan sola.

—Esperemos que no muera de un infarto —bromeé y él me miró confundido—. Es una fan igual que yo, pero en extremo.

—¿De verdad? —abrió sus ojos en sorpresa—. ¿Y cómo reaccionó cuando le contaste que me conociste?

Me quedé en silencio, mirando con cierto arrepentimiento su imagen. Logró darse cuenta, ya que entreabrió los labios y asintió levemente con la cabeza.

—No le has contado —dedujo y afirmé con un murmullo.

—No sé, todo esto es muy... raro —hablé—. Aun no me he preparado psicológicamente en contarle. Sé que será una bomba para ella.

—Oh vamos, no puede ser tan terrible —rio—. Seguramente nos estaremos viendo más seguido, tarde o temprano tendrás que decirle.

Me tomó unos segundos en darme cuenta de lo que había dicho.

"Nos estaremos viendo más seguido".

Jesús.

De no ser porque Piper salió corriendo de la caja metálica cuando llegamos a mi piso, me habría quedado dentro. Sacudí la cabeza y lo seguí hasta llegar a mi puerta.

—Bueno, fue un honor hablar contigo —cambié de tema mientras entraba a mi departamento.

—El honor fue mío, Lena —me dedicó una sonrisa que me hizo derretir ahí mismo—. Estaremos al habla. Avísame si puedes el jueves, por favor.

Asentí con la cabeza y luego de decir nuestros respectivos adiós, colgamos. Sin darme el tiempo de pensar y analizar lo que acababa de pasar, me dirigí al baño con Piper, siendo él la primera víctima del agua caliente y el jabón.

***

Tess me miraba boquiabierta, el tenedor que llevaba su pollo con algunas arvejas a medio camino hacia su boca.

Sí, le había contado. Absolutamente todo; desde la noche de San Valentín hasta la videollamada de hace unas horas. Le conté cómo lo ayudé, cómo me sentí yo, cómo fue que mi cita con Samuel no ocurrió y terminé comiendo hamburguesa y papas fritas sobre una frazada con el hombre más deseado del planeta tierra. Le conté cuando me quiso seguir en Instagram y cómo tuve esa solicitud por una semana entera, hasta que se la acepté. Le mencioné también la invitación que me había hecho. Pero sobre todo, le conté mis razones por las que no le había dicho desde un principio.

Su mano bajó lentamente, dejando el tenedor sobre el plato. Sin decir nada, tomó su vaso de agua y se lo tomó de un sopetón, sin desconectar sus ojos de los míos.

—Tess, di algo, por favor —pedí, dejando mi comida de lado y jugueteando con mis manos, nerviosa—. Lo que sea.

Ella tomó una profunda inhalación y aclaró su garganta, mirando esta vez a su alrededor, como si estuviera inspeccionando con qué objeto podría ser útil como arma para matarme en ese instante.

Recé para que no se fijara en el cuchillo que se encontraba entre las carnes del pollo puesto en su plato.

—Si fueras otra persona, te mataría —habló, con un tono bastante tranquilo a mi parecer—. Y si no te mueres tú, me muero yo de la envidia. Y volvería a revivir para asegurarme de que estés muerta. Y luego te reviviría a ti para...

—Theresa —la corté con su nombre completo, antes de que sus palabras se volvieran innecesariamente violentas.

Ella suspiró y una sonrisa comenzó a formarse en sus labios, confundiéndome.

—Pero eres mi mejor amiga, Lenny —me aseguró con una risa amarga—. Nunca entenderé tus razones, pero debes saber que te apoyaré con todo. Estoy para ti, amiga, y estás viviendo el sueño de ambas. Debiste contármelo en el segundo que llegaste a tu casa el viernes pasado.

—Lo sé, lo sé —mi voz salió apenas de mi garganta y apoyé los codos sobre la mesa, ocultando mi rostro entre mis manos—. En verdad perdón, yo pensé que iba a quedar en eso y nada más.

—Al parecer le gustas —concluyó la castaña arqueando su ceja con picardía.

Negué inmediatamente con la cabeza.

—Yo creo que está haciendo mérito para compensarme después de haberlo socorrido —aseguré—. Además, apenas me conoce.

—Ya, pero en una semana han pasado muchas cosas —me detuvo y dejó su tenedor de lado para empezar a contar con sus dedos—. Te siguió en Instagram, te mandó flores, te llevó a un lugar muy romántico y a la vez simple, te llamó por videollamada y —recalcó con un tono más alto ese "y" —, te invitó a su ensayo.

—Está siendo amable, nada más —le dije, negando la lógica que había en sus palabras—. Es Harry, después de todo.

Tess soltó un bufido y sacudió con la cabeza. Decidí no seguir con el tema y conversar de otras cosas con mi mejor amiga.

Podía sospechar que quizás haya una mínima atracción, pero la verdad es que no quería hacerme ilusiones. Yo tampoco lo conocía verdaderamente, sólo me guiaba de lo que mis ojos presenciaban con cada video, con cada entrevista, con cada concierto y con cada noticia que salía de él. Pero sí me causaba conocer el verdadero Harry Styles, y ver aquellos aspectos que no se evidencian tras la pantalla de mi teléfono.

Y me sentía bastante afortunada por el mero hecho de pensar que el rizado quería hacer lo mismo conmigo.

***

N/a: ¿dónde me puedo conseguir una bff como Tess? ah, no.

Espero que les haya gustado el capítulo <3 estaré esperando sus votos y comentarios as always

Continue Reading

You'll Also Like

336K 17.9K 63
Esta es la segunda parte de London Love, si no la has leído aún, la puedes encontrar en mi perfil
137K 11.9K 66
Con una pandemia mundial de por medio, Harry y Alessia han podido disfrutar de la compañía del otro día a día y esto ha fortalecido su amor en distin...
631 109 3
¿Realmente existe una cosa como el Destino? -El alma no vibra con cualquiera-.
858 151 5
"¿Narah todavía te acuerdas cuando te dije que pasaríamos a la historia juntos? Yo sí, y me duele saber que todo terminó pero...Quizás eso era lo mej...