●Ｕｎａ ｖｉｄａ ｐａｓａｄａ．●
Ｐａｒｔｅ ２
||Narra Darcy||
--Lo siento, pero no pude decir nada.-- levanté una mano indicándole que ya era suficiente.
Dos hombres abrieron las puertas de la sala. Pude ver a muchas personas dentro, todos guardaron silencio en cuanto me vieron.
--Todo aquel que no sea parte del Consejo, puede retirarse-- ordené. Todos hicieron una reverencia y comenzaron a pasar por mis lados, abandonando el lugar, me crucé de brazos esperando a que el salón estuviera casi vacío.
No pasaron muchos segundos hasta que las puertas se cerraron.
--Princesa...-- las ocho personas que se quedaron en la sala éramos: yo, Lara y por último, las seis personas que conformaban el Consejo de Guerra.
--Siéntense.--
Estos obedecieron, solté un suspiro y caminé hasta la cabecera de la mesa, mi silla.
Observé sus rostros, claro, estaba molesta, pero ellos, ellos tenían miedo, y no hacia mí. Sentían miedo por la decisión que fue tomada por el Consejo Real en al junta de hace unos minutos, de la cual no fui testigo.
--¿Dónde está ella?-- pregunté.
--Se fue hace unos minutos, con los magistrales y sus señores-- respondió Dolla, la Líder Alfa.
--¿Y por qué nadie me avisó que esta junta era para decidir si habría guerra o no?--
--Intentamos hacerlo, pero la sala estaba totalmente resguardada por los lacayos y hombres de los Magistrales-- miré a Adonis unos segundos, él también era parte de este consejo, recibiendo el título del Líder Alfa.
--Al parecer... no querían que llegaras-- habló Aron, Líder Beta.
--Es más que obvio, cosa que nadie debió porque la decisión era trabajo de este consejo y de nadie más-- sin querer azoté mis puños en la mesa.
No puedo creer que haya consentido esto, y más cuando no era decisión suya, sino mía como Líder Suprema de Guerra.
Cerré los ojos con frustración.
--Debes calmarte y hablar con ella...-- Adonis puso una mano encima de la mía, asentí. Él era como mi hermano, no éramos de la misma sangre, pero lo sentía así. Me puse de pie.
--Dolla, Magna, Loraine, Adonis, Aron, Frey-- los llamé, --de verdad, lo siento.--
--No se disculpe-- habló Frey, --no es culpa suya.--
--Comenzaremos a prepararnos para la guerra, no se preocupe, Princesa-- dijo Magna.
Todos nos pusimos de pie e hicimos una reverencia por respeto entre nosotros.
--Hasta pronto-- me despedí y comencé a caminar hacia la salida.
--Me siento mal por la Princesa-- pude escuchar el susurro de Loraine.
--Si, no aguantaría con el peso de ser la que se encargue de cada guerra.--
--Eso es obvio, para tener un cargo tan alto como el de ella...-- las puertas se abrieron, crucé la salida, --se necesita mucha ser fuerza.--
El sonido de las puertas cerrándose me hicieron parar.
En situaciones como estas llego a preguntarme... ¿realmente escogí este destino voluntariamente? ó ¿fue porque es mi obligación?
Y como siempre, jamás encuentro respuesta.
Y es porque no hay alguna.
Cada vez, puedo escuchar su voz.
Y eso me llena de miedo y desesperación, porque no estoy yendo por el camino que debo seguir. Estoy dejando que me consuma, que carcoma mi sentido de la razón, que destruya mi paciencia y cordura.
¿Cómo puedo evitar que eso suceda si cada vez que entro por esa sala tengo que salir de esta manera?
Y sólo es por ella, por esa persona,
Mi madre...
La persona por la cual estoy como estoy, no sé cual es la persona que indaga más mi cerebro, si ella o el odio.
A veces llego a pensar que son la misma persona.
Ella me ha traído hasta aquí, ella arrastró a Alice a su muerte, y probablemente, haga lo mismo conmigo.
Esa mujer... a ella no le importa nadie, sólo no quiere estar sola, nunca ha aprendido de ello, porque todo su reino la adora, está rodeada de personas que la adulan por la "buena" Reina que es, a tenido amoríos de los que son inolvidables, es conocida por ser una leyenda de guerra. Y mientras yo... yo sólo tenía a Alice.
A veces me pregunto, ¿ella y yo hubiéramos sido felices si no hubiéramos tenido que seguir este camino? Nuestra relación estuvo rota por muchos años, y cuando por fin decidimos hacer las cosas bien, ella tuvo que morir, dejándome sola. Y aunque haya muchas personas en mi entorno, nadie es como ella, nadie se siente como ella.
--¿Te encuentras bien?--
Sentir sus manos en mis hombros me hizo estremecer. Asentí.
--No pareces estarlo.--
--Aron. Tengo tantas cosas en la cabeza, es todo-- alzó una ceja e hice lo mismo, sonrió mostrando sus perfectos colmillos, me siento un poco sonrojada, es muy sexi.
--¿Te gustaría hablar de ello?-- preguntó. Asentí, ¿por qué hice eso?
No me dí cuenta en qué momento estábamos frente a la puerta de mi habitación, la abrí.
Y voltee a verlo, se acercó hacia mí y puso una mano en mi cintura, para después unir nuestros labios en un beso, lleno de lujuria.
Nos adentramos al lugar y cerró la puerta.
Me levantó del suelo enredé mis piernas a su cintura y nos guió a ambos a mi cama, donde me dejó cuidadosamente y se subió encima de mí.
--Te deseo...--
Lo miré mientras desabrochaba los botones de su gabardina y la tiraba al suelo, para después comenzar a quitarse la camisa que traía debajo.
Aron, es bastante atractivo, como la mayoría del Reino, ni que negar, pero él fue el primer hombre con quien estuve, el que se llevó mi virginidad.
Pasé mis manos por su bien trabajado abdomen, pude ver sus brillantes ojos ante lo oscuro que estaba el lugar, era de día pero no me agradaba que entraran la luz del sol.
Sentí sus manos comenzar a deshacerse de mi blusa, mi respiración cada vez se hizo más pesada, en este momento no sabía ni lo que estaba haciendo, y sé que más tarde me estaré arrepintiendo como todas las veces anteriores, pero ahora, ya no me importaba nada.
[●●●]
La respiración del azabache y la mía eran el único sonido que se escuchaba en la habitación. Sentí su mano acariciar mi cabello, y su pecho subir y bajar, tal vez se pregunten, ¿cómo es que terminé en una relación de esta clase con un Líder?
Sólo es por necesidad carnal, sólo por eso, aunque tengo que admitir que deseaba estar así con él.
--¿Estás dormida?--
Negué, estaba recostada en su pecho.
--Quería preguntarte algo...--
--Pregunta-- respondí.
Pude sentir como la mano de él que estaba en mi brazo comenzó a temblar, y su respiración comenzó a ser más ansiosa. --¿Aron?--
--¿Qué es lo que sientes por mí?-- preguntó.
¿Qué siento por él? ¿A dónde va esa pregunta?
--Te estimo y te aprecio--
Hubieron unos segundos en los que se quedó callado, hasta que se removió, me quité de su pecho y ambos nos movimos para vernos de frente.
--¿Crees que podrías enamorarte de mí?-- preguntó.
Mis mejillas comenzaron a arder, él sonrió, aparté la mirada y me moví para darle la espalda.
--¿Por qué preguntas eso?--
Sentí una mano en mi cintura y su respiración en mi cuello.
--Quiero decir, todos quieren vernos juntos, Dya--
Eso es verdad, cualquiera que nos viera juntos diría que seríamos una pareja perfecta.
--hemos mantenido esto en secreto por casi un año, y yo, tú... ¿me amas?--
Lo había olvidado por completo, él no sabe eso, y la mayoría igual. Siento que, no debería decirle sobre mi maldición.
Tomé una de las sábanas y me tapé el pecho, me senté y lo miré.
--Creo que es muy precipitado decir que siento amor hacia tí.--
No mientas, no puedes sentirlo.
--Aún así, ¿podría intentar cortejarte?--
¿Esta diciendo que está enamorado de mí?
--Te vez preciosa cuando te sonrojas-- sujeté con firmeza la sábana y me puse de pie.
--E-Em-- demonios, estoy sonrojada, --¿estás seguro? Hace unos días dijiste que Jasper podría ser un buen candidato...--
--Tú más que nadie lo sabe.--
Me interrumpió, su expresión lo dice todo, se ha enojado. --Ninguno de esos muchos idiotas te quiere por lo que eres, sólo quieren el trono y lo que Luna y Liones pueden ofrecer.--
Es verdad, no he conocido a nadie que haya venido a cortejarme con intenciones de conocerme, si no por la riquezas.
"Todos esos idiotas van tras la fortuna, ¿quién no? Pero asegúrate de elegir bien al idiota por el que valga la pena sufrir."
Esas fueron las palabras de Alice cuando mi madre dijo que debería casarme.
--Oye, ¿estás bien?-- moví ligeramente la cabeza, saliendo de mis pensamientos. --Lo siento, no debí decirte esto cuando tienes tanto en que pensar.--
Asentí, --No te disculpes.--
--No, estoy siendo egoísta-- se puso de pie y caminó hacia mí, sólo cuando lo tuve de frente me dí cuenta de lo alto que era, puso sus manos en mis hombros desnudos, --perdón, es sólo que, no quiero verte con alguien más.--
Al verlo a los ojos, sentí culpa. Yo fui la egoísta al permitir esto y al haberle dado alas, él se merece a una mujer que lo valore, es un buen hombre.
Esos verdosos ojos, no me gustaría que me vieran con dolor.
--Aron...-- fue lo único que pude decir.
--No digas nada...-- me abrazó, escondí mi cabeza en el inicio de su vientre, realmente es más alto que yo por mucho. Sentí sus manos envolverme.
--No tienes que decir nada, sólo quiero que te quedes aquí. Pero escucha, haré todo lo posible para que te enamores de mí, y que llegues a amarme.--
¿Enamorarme? ¿Amarlo?
Tal vez si llegue a enamorarme de él. Quizá a los ojos de los demás sería algo muy fácil, muchos creen que enamorarse y amar es lo mismo, pero no.
Amar, no es lo mismo que estar enamorado.
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<Información importante>
En Luna los rangos de guerreros se dividen en 3, tanto hombres como mujeres.
Alfa: El rango más alto (cómo el Diamante en Liones)
Beta: El rango intermedio (cómo el Rubí o el Zafiro en Liones)
Omega: El rango más bajo (el Cristal en Liones)
Las "Eclipsanas" no tienen un rango, ya que por ende están por encima de cualquier rango. Se les conoce como la élite de la élite, y no se necesita un entrenamiento para estar en dicho grupo ya que La Luna misma es quien las elige, sean fuertes o sean débiles.
=Esta fue la segunda generación en tener sólo mujeres, ya que no importa el género para ser un Guerrero Eclipsano.=
Los títulos como Líder se les otorga a los mejores guerreros de cada brigada.
El título de Líder Supremo se le es entregado a el guerrero con mejor técnica en estrategia y modo de pelea, esto es decidido por el Consejo de Guerra.
=Darcy fue la primera Líder Eclipsana en la historia en obtener ese título a demás del suyo.=
El Consejo de Guerra fue fundado por la Reina Marit I cuando su monarquía empezó, con el fin de quitarle un "peso" de encima al Consejo Real con las constantes guerras.
=Marit consideraba que los Magistrales eran muy sabios en cuestión de política pero muy poco útiles para tomar decisiones en una guerra.=
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