Sincerely, yours » h.s

By -smellycat

94.3K 5.9K 2.5K

"Y aunque el tiempo no lo quiera de esa manera, y la distancia lo acompaña, quiero que sepas que fui tuyo, so... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16, pt 1
Capítulo 16, pt 2
Capítulo 16, pt 3
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34, pt 1
Capítulo 34, pt 2
Capítulo 34, pt 3
Capítulo 34, pt 4
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Epílogo
Agradecimientos + anuncio importante
SEGUNDA PARTE: A LITTLE BIT YOURS

Capítulo 7

1.9K 140 80
By -smellycat

Londres, veintiuno de Febrero, 2020

Narra Harry Styles

Salimos del restaurante y guie a Lena hacia mi coche. Presioné los botones de la llave de contacto y las luces se encendieron, indicando la apertura de éste. Abrí la puerta de copiloto para que ella entrara, sin embargo, se quedó en su posición, intercambiando su mirada perpleja entre mi land rover y yo.

—¿Ocurre algo? —le pregunté, con la ceja arqueada. Ella pestañeó, atónita.

—No quiero sonar insoportable ni nada —lanzó una risa, algo nerviosa—. Pero no puedo creer que me estoy subiendo a tu auto.

Solté una ligera carcajada y, haciendo caso omiso a su comentario para no incomodarla, le hice un gesto con la mano para que entrara. Algo dubitativa, se subió al asiento de copiloto y cerré la puerta, para después rodear el auto y tomar mi lugar tras el volante.

Encendí el motor y partí a mi destino. La observaba de reojo de vez en cuando y podía notar que estaba muy nerviosa, ya que no dejaba sus manos tranquilas, las cuales viajaban de su regazo a los pocos mechones que caían de su rostro y luego se juntaban sobre sus rodillas.

—Oye, que no muerdo —rompí el silencio, dedicándole una sonrisa sin quitar mi vista del camino.

—Claro, es fácil para ti decirlo porque no has pasado por... esto —habló, gesticulando con sus manos. Solté un bufido.

—Puedo ser famoso, pero sigo poniéndome nervioso o ansioso cada vez que conozco a mis ídolos —le aseguré, mi mente viajando a todos esos momentos en los que casi perdí mi compostura cuando conocía a artistas reconocidos mundialmente—. Todos somos humanos. Todos tenemos el derecho de sentirnos así. No es ningún pecado.

Sentí cómo exhaló todo el aire, relajándose y aclaró su garganta. Pero no dijo nada.

Llegué a un local de comida rápida, 'In – N – Out' para ser exactos y dirigí el coche hacia la fila de autos para pedir una orden.

—Bienvenidos a In – N – Out, ¿qué desea pedir? —escuché la voz del parlante que se encontraba afuera después de haber bajado mi ventana.

—Dos combos de 'Double – Double', por favor —dije mientras apoyaba mi codo sobre la puerta de mi auto.

Lena me miró con los ojos bien abiertos, y sus labios formaron la más amplia sonrisa. Podría deducir que se le hacía agua la boca, ya que se pasó la lengua por los labios.

—¿Bebida? —volvieron a preguntar y esta vez me giré a Lena, preguntándole con la mirada cuál le apetecía.

—Coca cola Zero —susurró y yo la miré divertido—. ¿Qué? Hay que mantener la figura.

Sacudí la cabeza, soltando una risa y pedí lo mismo. Luego de esperar unos cinco minutos, entre recibir la orden y después pagar, seguí manejando hacia mi destino.

—¿A dónde vamos? —preguntó.

—Ya verás.

Seguimos manejando hasta que el río Támesis se hizo presente en mi campo visual. Estacioné el auto en la vereda y, tomando nuestra orden, me bajé para abrirle la puerta a Lena. Ella bajó del auto, tímida, mirando a su alrededor con sorpresa.

—Wow —soltó un grito ahogado al presenciar la vista que teníamos. El palacio de Westminster junto con el Big Ben se alzaban frente nuestros ojos, las luces de los monumentos haciendo reflejo en las calmadas aguas del río.

Mientras estaba ensimismada viendo el paisaje, saqué de la maleta del auto una frazada. Caminamos hacia la orilla y una vez que llegamos, coloqué la manta sobre el suelo y me senté, palmeando mi lado para que ella se sentara.

—Su hamburguesa y papas fritas como lo pidió, señorita —dije en un tono ridículo mientras le mostraba la bolsa con nuestro pedido. Lena soltó una dulce risa, la cual resonó como melodía para mis oídos.

Sacó sus cosas y abrió la cajita en donde estaba la hamburguesa. Sin decir nada, le dio un mordisco, lanzando un ruido de apreciación mientras saboreaba el queso derretido.

—Gracias, necesitaba esto —habló después de tragar y se limpió las comisuras de su boca con una servilleta.

Sonreí orgulloso y comí de mi hamburguesa, mirando hacia el frente. Desde que la vi en el restaurante comencé a pensar en qué hablarle o qué decirle, mas mi mente se iba a blanco cada vez que la miraba. No sé si era porque tenía algo especial o si era por el simple hecho de que se trataba de una mujer. La verdad es que nunca pude superar mi inseguridad hacia a ellas.

—¿Vienes aquí muy seguido? —preguntó y agradecí internamente que ella haya empezado la conversación.

Me encogí de hombros y apoyé mis palmas sobre la frazada, dejando mi comida de lado.

—De vez en cuando. Me gusta venir a escribir cuando estoy muy inspirado. Lo bueno es que a esta hora no pasa casi nadie, por lo que puedo hacer lo mío sin interrupciones.

—Deben reconocerte en muchos lugares, ¿no?

—Más o menos —hice una mueca con mis labios—. No es que me moleste. Me gusta cuando se acercan a pedirme fotos o a conversarme, pero disfruto más la tranquila soledad.

Hizo una media sonrisa y mordió nuevamente su hamburguesa, sumándonos en un breve silencio.

—No te agradecí por las flores —rompió el silencio, mirando su comida en vez de mirarme a los ojos—. Así que gracias, fue un lindo detalle. Pero no tenías por qué hacerlo.

¿Era una broma?

—¿Por qué no, si se puede saber? —inquirí, frunciendo mi entrecejo y girándome levemente para observarla.

Ella se encogió de hombros y abrió la boca para hablar, pero no dijo nada.

—Lena, no tienes idea del enorme favor que me hiciste esa noche —le dije, sorprendido de su humildad—. Me parece extraño, hasta increíble que no quisiste recibir nada a cambio, ¿por qué?

—Es a lo que me dedico —soltó con una exhalación y me miró a los ojos—. Ayudar de forma desinteresada, pasar horas y horas velando por el bienestar de los demás, asegurándome de que estén bien. Y si ellos están bien, pues yo también lo estaré. Además, esa noche pasaste por mucho estrés. No correspondía recibir algo de ti como si se tratara de un premio para mí. Simplemente no van con mis ideales.

La miré perplejo, cada segundo me impresionaba más con su personalidad. Definitivamente tuve mucha suerte de que fue ella quien me haya socorrido y no otra persona. No lo decía en sentido de que habría sido diferente, pero sin lugar a duda ella sí lo era. Y me causaba mucha curiosidad.

Se dio cuenta de que me había dejado con la palabra en la boca y carraspeó, tomando un sorbo de su bebida.

—¿Cómo te sentiste al día siguiente? —preguntó.

—Como si me atropellaron un millón de camiones repetidas veces —admití con un resoplido, recordando mis músculos tensos y adoloridos cuando desperté la mañana del sábado. Inconscientemente me estiré e hice que algunos huesos sonaran, haciendo reír a la rubia a mi lado.

—Eso fue por la adrenalina del momento —me explicó—. Pero no me refería a solo lo físico... ¿cómo te sentiste emocionalmente?

La miré con una mezcla de confusión y asombro. Era la primera persona que me preguntaba sobre eso. A mis amigos le había mencionado que fue sólo un susto y que estaba bien, pero ella parecía leer cada uno de mis pensamientos, sabiendo perfectamente que sentí más que eso.

—¿Cómo te sentiste tú? —evadí responder su duda—. No todos los días atiendes a alguien famoso.

Dije lo último con cierto aire de superioridad, obviamente en broma. Ella soltó una risa y me golpeó amigablemente en el hombro.

—Para serte sincera, me enorgullecí de mí misma —hizo una mueca de satisfacción, asintiendo lentamente con la cabeza y mirando hacia un punto invisible del Támesis—. Obviamente estaba muy nerviosa porque era la primera vez que te tenía tan cerca, pero de alguna forma pude poner mi fanatismo de lado y ayudarte con profesionalismo —se detuvo unos segundos para tomar una inhalación y mirarme a los ojos—. Después de esa noche no podía creer que lo había hecho. Joder, ahora no puedo creer que esté aquí, comiendo comida rápida a la orilla del río Támesis, conversando con Harry Styles.

Ambos reímos ante su oración y nos sumimos en otro silencio cómodo. Me di el lujo de inspeccionar su perfil; pestañas largas, nariz respingada, labios rellenos y serenos mientras sus iris grises viajaban por las luces del Big Ben.

Era preciosa.

Bajé la vista y vi su mano a centímetros de la mía. ¿Será buena idea tocarla? Mis dedos serpentearon por la tela de la frazada, las puntas de ellos casi rozando los suyos. Ella todavía no se percataba, ya que sus ojos viajaban por nuestro alrededor, hasta que finalmente se conectaron con los míos.

Sonrió algo nerviosa y bajó su cabeza, apartando su mano para sacar unas papas fritas y después llevárselas a la boca. Me miró con confidencialidad, como si supiera cada pensamiento mío y volvió a reír, sacudiendo la cabeza.

Lo que me inquietaba era que yo no podía descifrarla como ella lo estaba logrando conmigo.

¿Tan predecible soy?

Su teléfono sonó de repente, haciendo que ambos nos sobresaltáramos y se rompiera nuestra burbuja de silencio. Se sacudió las migas de las papas fritas de los dedos y se levantó para contestar la llamada, alejándose unos pocos metros.

Un par de minutos después volvió, un suspiro pesado saliendo de su boca y sus ojos puestos en la pantalla.

—Es tarde —comentó—. Mañana debo trabajar.

—Perdón por atrasarte —me disculpé, poniéndome de pie y tomando mis cosas—. Te llevaré a tu casa.

—Puedo pedir un taxi.

—Ni hablar —negué con la cabeza, doblando la frazada para después ponerla bajo mi brazo.

Ella se removió algo nerviosa, jugueteando con sus manos.

—Vamos, Lena —ladeé la cabeza y le dediqué una sonrisa tranquilizadora—. No es pan de cada día que Harry Styles te deje en la puerta de tu casa.

Ella rodeó los ojos y dejó que una carcajada se escapara de sus labios, mientras sus manos golpeaban mi pecho de manera amistosa, empujándome ligeramente. Luego de eso asintió y caminamos juntos hacia el auto.

***

Estacioné el auto frente a un edificio, algunas ventanas de unos pocos pisos todavía encendidas y coloqué las luces intermitentes.

—Gracias, lo pasé muy bien —Lena dijo mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

—Antes de que te vayas —alcancé a detenerla cuando vi su mano viajar a la manilla de la puerta—. ¿Puedo hacerte una pregunta?

Ella asintió, dejando su mano sobre su regazo.

—¿Por qué no me has aceptado en Instagram?

Eso la descolocó, de eso estaba seguro. Sus labios se abrieron con sorpresa, al igual que sus ojos y podría notar que hasta se le puso la piel de gallina. No pude evitar en encontrar algo cómica la situación, pero igual me preocupé ya que lo último que quería lograr era incomodarla.

—Es broma —aseguré, una parte de mi queriendo que no fuera así y esperando alguna explicación, sin embargo, no podía darme el lujo de pedírsela.

Se acomodó el abrigo en su anatomía y tragó saliva.

—Todo esto parece tan irreal —confesó, con una media sonrisa—. Y respondiendo tu pregunta, la verdad es que no lo sé...

—Bueno, deberíamos tener algún medio para comunicarnos, ¿no?

Pestañeó un par de veces, y pude notar apenas el rubor en sus mejillas. Bajó la cabeza y se colocó uno de sus rebeldes mechones tras la oreja. Luego, alzó la vista y me sonrió ligeramente.

—Buenas noches, Harry —esta vez abrió la puerta y se bajó del auto—. Me imagino que con esto estamos a mano.

Y antes de que le respondiera, se alejó y entró al edificio. Me quedé estacionado, esperando a que mis ojos dejaran de ver su figura para asegurarme que haya entrado sana y salva al complejo. Vi que saludó al conserje y después desapareció por un pasillo.

Coloqué mi teléfono en el sujetador que tenía puesto en el aire acondicionado para poner el GPS de vuelta a mi casa y una notificación apareció en la parte superior de la pantalla, haciendo que mi corazón aleteara emocionado y mis labios dibujaran una amplia sonrisa.

"@lena.may aceptó tu solicitud de seguimiento".

***

N/a: que Harry Styles te siga en instagram es goals, o sea imagínense si te pone en su lista de mejores amigos kjakjfds

Capítulo recién salido del horno, me disculpo si hay errores.Estaré esperando sus votos y comentarios, los leo todos y los guardo en un lugar muy especial de mi corazoncito <3

Continue Reading

You'll Also Like

292K 46.1K 24
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
312K 10.7K 29
-¿Es malo desea a alguien que no te pertenece?. -Si. -¿Por qué?. -Porque alguien siempre sale lastimado. ESTA HISTORIA NO ME PERTENECE. Portada hecha...
116K 6.4K 59
Jamás pensé que eso acabaría sucediendo. Jamás pude si quiera pensar en ello. Acababa de empezar a trabajar en una clínica psiquiátrica, donde demen...
858 151 5
"¿Narah todavía te acuerdas cuando te dije que pasaríamos a la historia juntos? Yo sí, y me duele saber que todo terminó pero...Quizás eso era lo mej...