Heureux ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ OS

By SasKimJeon

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❀JungKook tiene un flechazo por TaeHyung, quiere que él lo sepa y corresponda❀ Aunque parezca raro no puedo e... More

Prólogo

Parte única

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By SasKimJeon

Para mi bella flor Hanni~


Allí estaba otra vez, el claro ejemplo de un romance tan bello en aquella película. Romance que a aquel dulce chico de cabellos castaños le gustaría realmente experimentar; mirando varias de las historias de las películas que más le gustaban, era un tanto tentador pensar en ello.

Era una persona muy apasionada según sus amigos, pero no podía él evitarlo. Muchas veces se había visto a sí mismo tan adentrado en las películas que, incluso podía jurar que podía casi sentir lo mismo que los personajes de aquellas tramas. Pero no era su culpa que pasara aquello, no veía nada de malo el hecho de poder desear un amor tan lindo, tanto que se preguntaba si podía él mismo tener algo realmente así.

Es que llevaba bastante tiempo ya soltero, que el hecho de pensarse en uno de esos amores de película era más algo imposible o lejano; por muy pesimista que sonara de su parte pensar en ese tipo de cosas.

Y es que era difícil conocer a alguien que cumpliera todo lo que querían una persona y que él quisiera algo serio, ya que la mayoría de las veces las personas solo buscan cosas casuales o no tan comprometedoras como un noviazgo de largo plazo como ese en las películas donde no quieres separarte de esa persona nunca más, porque sabes que es la persona indicada.

Aunque nunca se cerraba la posibilidad de que como le habían dicho muchas personas, llegara lo que quería, pues uno nunca sabía qué es lo que podía pasar en su línea de vida; aunque eso le generaba un poco más de curiosidad en qué era lo que podría estarle esperando para que durara en llegar tanto.

En razón de que se sentía un poco desafortunado porque las personas que conocía normalmente nunca se quedaban en su vida, solo era como un lo que sea y terminaba; eso le hacía sentir mal considerando que realmente no creía que alguien quisiera algo como amor o siquiera que alguien aún siguiera creyendo en que ese sentimiento existía.

—Esta película es demasiado cursi—escuchó aquella voz que le hizo recordar que en realidad no se encontraba solo—. Debimos haber visto esa de terror nueva.

—A mí me dan miedo—hizo un mohín el chico, a lo que el contrario asintió divertido, burlón—. Además, solo es mientras estamos esperando.

JungKook miró a sus dos amigos sorprendido, pues muchas veces en las que pasaban ese tipo de cosas, se preguntaba demasiado cómo era que estaban juntos. Miró a su lado, viendo como HoSeok parecía ya estar un poco más acostumbrado que él a ese tipo de acciones cariñosas, recordando como este también tenía una chica linda la cual quería.

—Yo...—susurró un poco alto, a lo que HoSeok le miró curioso—. ¿Cómo se siente?

El mayor junto a los otros dos que escucharon le miraron sin entender realmente a qué se refería con aquello, así que tomó un poco de aire.

—Quiero decir, eso de tener un amor lindo...—bajó su mirada avergonzado, no sabiendo cómo lo irían a tomar los mayores o si le harían burla por eso—. Nunca he tenido algo así y en estos días... bueno, me he preguntado qué se siente, si es tan dulce y hermoso como lo pintan en las películas.

—Bueno, eso depende de cómo lo sienta y vea cada uno—aseguró HoSeok, para luego mirar a los otros dos—. Pero nos llega a tiempos diferentes, estoy seguro que llegará tu tiempo.

— ¿Llegará a mí el amor algún día? —murmuró al aire un poco desanimado, para luego mirar a sus amigos—. Quiero decir, ¿llegaremos a conocernos esa persona y yo?

JiMin sonrió al saber el tipo de enamoradizo que era su amigo y lo que merecía por eso mismo aquel chico, se acercó más a JungKook para dar un pequeño masaje en su hombro de forma cariñosa.

—Ahora no lo sé, pero de alguna manera siento que será muy bueno cuando tu amor comience—aseguraba ante lo que sabía que seguramente el menor no creería, pero que él deseaba de corazón—. Mejor que cualquier película o drama que hayas visto, porque lo sentirás, lo experimentarás y eso es lo que cuenta.

—Puede que tengas razón, pero sinceramente dudo mucho que algo bueno como eso me pase a mí—sinceraba decaído, para luego sonreír un poco y mirar a los demás—. Pero supongo que si lo pienso mucho no podrá fluir de esa manera que debería.

—Sí, pero no te angusties mucho por no encontrar ese romance Kook—habló por primera vez el más pálido de los cuatro, haciendo que la atención de todos se fuera hacia ese chico—. Muchas veces puede que llegue aunque no como lo esperas, quizá rompa tus expectativas.

—Gracias Hyung, creo que es más el querer tener o saber si es como de película, aunque creo que cada película es distinta...—analizó, pensando en las relaciones de sus conocidos—. Solo quiero saber qué es el amor.

—Saberlo es difícil incluso cuando lo experimentas...—antes de que HoSeok pudiera continuar con su monólogo, el sonido del timbre resonó en el lugar—. Debe ser tu primo, ¿cómo se le ocurre invitar de última hora a extraños?

—YuGyeom es de ese tipo de personas—reía nervioso JungKook, levantándose de su lugar cansado—. Debimos decirle que no invitara a nadie, a veces es un tonto y puede que su amigo sea del mismo modo.

—No nos precipitemos aunque...—soltó una risa burlesca JiMin—. Puede que sí sea así, pero seguro que es muy agradable como ese chico SeokJin.

JungKook recordó al mayor de los chicos, quien no había podido ir porque se iba a reunir con un "amigo" suyo. Aunque nadie se tragaba ese cuento por el sonrojo que en sus mejillas lo delataba.

—Bueno, iré de una vez.

Se acercó a la puerta, dispuesto a reclamarle a su primo y conocer al famoso amigo por el cual los había dejado a media partida de videojuegos. Abrió la puerta y lo primero que vio fue a su primo sonreírle de esa manera se hizo a un lado para que pasara, con un gesto taciturno que pronto se vio cambiado a uno de sorpresa luego de que, pasando YuGyeom, entrara otro chico más. El que se suponía era el amigo de su primo, nada que ver a como lo había imaginado, de hecho no lo había hecho.

Era un chico demasiado apuesto, con su perfil recto y tan perfecto que parecía irreal, la curva de su nariz era bonita, los labios se veían delgados y suaves a simple vista, su cabello anaranjado le hacía resaltar; por su expresión en el rostro, parecía ser que estaba un tanto incómodo o nervioso de estar en un lugar donde solo conocía a YuGyeom, extrañamente el corazón del menor empezó a acelerarse, posando en sus mejillas un rubor que no podía explicar.

La vista de aquel chico entonces se posó en la suya, aquel contacto visual fue demasiado para JungKook, quien inmediato retiró los ojos de aquel chico y una sonrisa divertida, quizá un poco nerviosa, se dibujaba en sus labios.

—Con permiso—susurró aquel peli naranja con una voz gruesa y profunda.

JungKook volvió a mirar discretamente a ese de cabellos anaranjados, luego notó el mismo gesto, como si estuvieran coordinados, de aquel chico; además de una pequeña sonrisa en su rostro. Miró al frente con los ojos muy abiertos por aquello, negó casi imperceptible con la cabeza, aquello debió ser sin duda algún tipo de coincidencia.

Cuando los otros dos pasaron, JungKook tuvo que inspirar aire un poco nervioso, cerrando los ojos para calmar aquella sensación que el desconocido chico causaba en él. Cerró la puerta y se encaminó a donde ya seguramente todos estaban listos para seguir jugando, encontrando un lugar casi al lado de aquel desconocido.

—Oh, no te he presentado a los chicos—mencionó YuGyeom un poco apenado, a lo que el chico de cabellos naranjas solo le miraba con calma—. El que abrió la puerta es mi adorado primo, el que está en esa esquina con cara de aburrido se llama YoonGi.

—YuGyeom...—siseó con molestia Min.

—Lo siento, el de su lado es JiMin, su novio—El de cabellos naranjas asintió y saludó a aquel par—. Y HoSeok es el que se ve animado y listo para patear traseros.

—Jugar bien es algo esencial, incluso entre amigos—aseguraba con vehemencia el chico, a lo que los demás solo le miraban con diversión—. O no lo crees así...

—TaeHyung mi nombre es Kim TaeHyung—se presentó con aquella voz que JungKook creía que era realmente atrayente—. Un placer conocerlos.

JungKook no tuvo que voltear para escuchar al chico, se quedó como en blanco, mientras en su mente aquella voz se deslizaba con lentitud hasta quedarse en lo más importante en sus memorias. Junto a todo ese día con aquel chico intrigante, quien quizá por pena o producto de su personalidad, no habló mucho de sí y con ellos, aunque realmente hablar no era tan necesario cuando se jugaba.

HoSeok y TaeHyung habían quedado en segundo lugar, pues los primos habían ganado todas las partidas y la pareja presente entre ellos, realmente parecían no estar tan interesados en el juego y sí en lo que sea que se murmuraban de vez en cuando.

—Creo que hicieron trampa—se quejaba HoSeok con un mohín, mirando a JungKook y después a YuGyeom con los ojos casi cerrados—. No puede ser que JungKook siempre sea el que de los golpea con más puntos... seguro ustedes dos tienen trucos.

—Bueno, JungKook siempre ha podido hacer de todo—alzó los hombros YoonGi, para luego mirar al invitado—. Él siempre le sale todo, juegos, ejercicios...

—Es alguien que nació afortunado—mencionó con suavidad TaeHyung.

JungKook bajó la mirada sonrojado, para después girarse a ver al de cabello naranja, quien solo le regresó una mirada tranquila. Parecía estar cómodo, o eso solo podía adivinar el de cabellos castaños a simple vista, lo que le hacía sentir feliz de que se acoplara rápido a ese ambiente; aunque le hubiera gustado ser él quien compartiera equipo con TaeHyung y no HoSeok.

Se dio cuenta de que aquello había sonado más como una especie de ataque de celos, sintiéndose avergonzado de sí mismo por pensar de ese modo. Pero no podía evitar eso por alguna razón, entonces, en su mente de pronto la idea de que quizá eso era la señal que esperaba.

El de cabello naranja vio su móvil abriendo los ojos con sorpresa, para luego mirar a YuGyeom, quien parecía estar muy entretenido con algunas cosas.

—Creo que debería irme—mencionó, llamando la atención de todos tras eso—. Son las doce, debo apurarme para alcanzar el tren.

—Sí, espero pasaras un buen rato—YuGyeom se levantaba para ser quien despidiera hasta la puerta al de cabello naranja—. Y ya sabes, aquí estaré viviendo un tiempo, para que vengas a visitarme.

—Supongo que si no tengo planes con alguien más, vendré—sonrió ladino, para luego dirigir su vista a todos, centrándose unos segundos más en la del castaño y haciendo que este se sintiera nervioso—. Nos vemos, de nuevo ha sido un placer.

El menor solo vio cómo se marchaba aquel chico, de pronto las peticiones de YuGyeom de que los visitara se volvieron también las suyas. Era como si una puerta en su corazón se abriera, y con solo el toqueteo que le había dado la mirada de aquel desconocido, como si fuera una especie de insistencia a que esta se abriera y no pudiera ver a nadie más en ese momento que no fuera el chico atractivo que portaba ese color de cabello tan exótico.

Cuando se fue, YuGyeom soltó una risilla que llamó la atención de su primo.

—Ese TaeHyung, seguro que no lo veré en un tiempo por andar saliendo con gente por allí...

JungKook le miró con curiosidad, pensando en qué era exactamente a lo que se trataba de referir para con el chico que probablemente le gustaba un poco.

—Se ve que es una persona de ese tipo, ¿no? —Indagó HoSeok entendiendo a lo que se refería YuGyeom y lo que hizo sentirse más tonto—. Se ve que es alguien interesante.

—Es una especie de enigma, incluso para mí que soy su amigo—aseguró divertido, lo que no hacía más que alimentar la curiosidad en JungKook—. En lo que hemos sido amigos lo he visto salir con muchas personas y estar en toda clase de situaciones... bueno, es también una persona muy agradable.

Mientras se enfrascaban en conversaciones un poco de aquel peli naranja, los juegos y cosas que de pronto JungKook se perdió, la mente de este divagaba entre qué tipo de persona sería TaeHyung. A como entendió de parte de su primo, parecía más como ese tipo de personas que le gustaba la vida intensa.

No sabía si ese chico al que sus ojos empezaron a ver era una especie de chico más del que salía con cualquiera, pudiendo romper corazones de varios; aquel típico playboy que veía en las películas de romance. O si era más ese tipo de personas con las que se juntaba del tipo peligrosas, una especie de banda de motociclistas o lo que sea, imaginando por un momento de esa manera tan ruda y varonil al de cabellos naranjas.

Un perfecto ejemplo de un chico malo.

Pero por alguna razón que ni él mismo lograba entender del todo, quería que aquel chico se adentrara en su corazón y él en el suyo. Era algo extraño, quería que el corazón de ambos... se llamaran mutuamente, y se abrieran como una especie de puerta.

—Aunque—escuchó la voz de YuGyeom de pronto—. Le diré que venga seguido y podríamos reunirnos.

Parecía ser que podría tener oportunidades de hablar con aquel desconocido, conocerlo y simpatizar quizá no sería tan fácil. Pero de pronto en su mente el que lo visitara, al día siguiente y luego de ese, se volvía un deseo codicioso de su parte que lo hacía ilusionarse muy rápido.

Quizá solo era un tonto que le faltaba un poco de amor.

No podía evitarlo, incluso la voz grave, rasposa y profunda de TaeHyung era algo que a pesar de haber escuchado ya, podía bien escucharlo por el resto de su vida sin ningún problema. Aunque a lo que decían en la conversación anterior, quizá lo que más bien necesitaba era una especie de llave de oro o suerte para que eso volviera a pasar más seguido.

—Espero que sea así...—susurró casi inaudible, pero lo suficiente alto como para que HoSeok escuchara y lo viera de manera extrañada.

Luego de haber dicho aquello, aquel que se clamaba como el mejor amigo de JungKook trató de disipar la plática a algo más trivial, para que de ese modo el ambiente volviera a ser un poco más tranquilo. Lo que agradeció el castaño, ya que realmente no sabía si podía ocultar más el interés que desarrollaba por TaeHyung.

A quien luego de ese día, no había vuelto a ver, lo que le jugaba una especie de sentimientos encontrados a través de aquello. Incluso se vio a sí mismo suspirar más de lo que creyó poder hacer por alguien jamás. Aunque de nuevo se encontraba en ese lugar, acostado en su cama aburrido y pensando en lo tonto que parecía pensar siquiera que le llamó la atención de ese modo un desconocido.

Últimamente se la pasaba un poco solo, ya que sus amigos estaban en pareja y pasaban tiempo con estas, lo que de cierto modo le hacía sentirse un poco desanimado. Ni siquiera YuGyeom se la pasaba mucho en casa, ya que parecía también tener sus asunto. Luego estaba él, e pijama, con el cabello revuelto y nada de ganas de hacer algo productivo más que existir, ¿será que se estaba volviendo una persona aburrida? No tenía idea de en qué momento su vida había terminado de ese modo y él se había vuelto un tanto reflexivo cada tiempo.

Estar solo en la habitación solía colocarlo un poco depresivo y melancólico, quizá porque era del tipo de persona que sentía con mucha pasión y fuerza cada emoción que se le atravesaba en su corazón. Miró su móvil aburrido, divagando en si ir a la tienda de conveniencia a distraerse y comprar alguna de esas frituras dulces que tanto le gustaban sería una buena idea.

—Debo dejar de estar tan mal—mencionó mientras se levantaba de la cama.

Buscó rápidamente algo que ponerse, entonces el sonido de su timbre resonó en el lugar. Sabía que era imposible que fueran sus amigos, ya que estos siempre le enviaban mensajes y mucho menos su primo, porque tenía la contraseña de la puerta. Solo había en las posibilidades de su mente una persona la cual pudiera hacer sonar su puerta de ese modo, un chico que había extrañado terriblemente verlo en esos días.

Se quedó estático, abriendo los ojos con sorpresa al darse cuenta de que no estaba en la mejor presentación para abrir la puerta. Como si fuera una carrera contra la paciencia del chico, se arregló o intentó hacerlo, ya que los mechones en su cabello no cooperaban debido a la fricción previa con las almohadas.

En un intento desesperado, solo se colocó de lado su cabello y soltó un suspiro para abrir la puerta mientras el sentimiento de calidez y los desembocados latidos de su corazón le hacían compañía en el acto. Cuando logró calmarse y abrir la puerta, la imagen de un chico tranquilo, vestido de una manera muy casual fue la que le recibió.

—Hola... ¿JungKook? —el menor asintió, pensando en lo agradable que era escuchar de esa voz su nombre—. ¿Está YuGyeom?

—En realidad no, no lo he visto desde la mañana...—miró dudoso a TaeHyung, quien parecía tener algo como para ir luego de días—. Tú... ¿quieres pasar por un poco de agua?

El mayor asintió, pasando con lentitud a aquel hogar. JungKook mientras veía como se descalzaba, pensaba en que era afortunado de que aquel chico hubiera llegado a su hogar en un momento donde se sentía solo. ¿Era aquello lo que llamaban un claro destino?

Cayó solo de ese modo en cuenta de que estaban solos, sintió su corazón sacudirse de esa manera en la que, a lo que había visto en películas, era claro ejemplo de gusto por ese hombre. Señaló la sala, para luego ver como el contrario asentía y avanzaba hacia esta con calma, mientras él mismo iba a la cocina a servir el agua y calmarse un poco de todo aquello. Era su oportunidad de poder conocer al chico, de poder hablar con él un rato más.

—Hora del show—se dijo a sí mismo.

Cuando regresó a la sala, sintió su corazón derretirse al ver como el chico parecía estar mirando de manera tierna la vieja foto de YuGyeom y él cuando tenían como dos años. Entonces la idea de qué hubiera pasado si él hubiera conocido primero a TaeHyung rondó por su cabeza, ¿vendría también por él?

—Aquí...—susurró, logrando que el contrario se sorprendiera ante ser descubierto curioseando—. Aquí tienes un poco de agua.

—Gracias—tomó el vaso de la mano contraria sin notar siquiera el nerviosismo ajeno, o al menos eso parecía para JungKook—. Ese tonto, me dijo que viniera en estos días... si hubiera sabido que no estaba...

—A veces sale de improviso, supongo—alzó sus hombros restando importancia, a lo que el contrario pareció pensar las palabras de este—. Sea como sea, me disculpo por mi primo.

—No es como si no lo conociera.

Un pequeño silencio se hizo entre los dos, pues parecía no haber más que pudiera platicar de ese tema y carcomía la ansiedad que empezaba a sentir JungKook por tener algo de qué conversar.

—Muchas gracias por el agua—soltó el contrario, sorprendiendo al menor—. La verdad es que vine desde la universidad hasta aquí sin parar en alguna tienda de conveniencia.

—No hay problema, ¿está muy lejos tu universidad?

—No, es la que está a quince minutos caminando—abrió el contrario los ojos tras haber dicho TaeHyung esas palabras, lo que ocasionó que el mayor le mirara curioso—. ¿Pasa algo?

—Solo que, yo igual estudio allí y nunca te había visto—dijo lo último casi en un susurro, lo que hizo que TaeHyung soltara una risa divertida—. Lo siento, sonó un poco extraño eso.

Se voltea a ver a otro lado, en un intento un tanto mediocre de que no viera el ligero color rosa en sus mejillas, el cual podía haberse interpretado como vergüenza por lo dicho, pero que sabía bien que era más a una vergüenza por haber dictaminado aquello abiertamente.

—Yo tampoco te había visto, ni siquiera siendo familiar del bobo de YuGyeom—la risa grave que salió de sus labios solo hizo cautivarse un poco más a JungKook con él—. Aunque bueno, supongo que eres más agradable que él en varios aspectos.

—Yo pienso que más bien nos parecemos un poco.

—Quizá físicamente, pero...—analizó sus palabras un momento, como si se convenciera de estas antes de decirlas—. No creo que sean tan iguales, supongo.

—Lo creeré si lo dices tú—aseguró en su intento de ser coqueto, aunque más bien se veía incrédulo a los ojos ajenos—. Bueno yo... iba a la tienda de conveniencia por unos dulces.

—Lamento interrumpir tus actividades.

No me molesta, aunque bueno...—miró sus manos un poco nervioso de lo que iba a decir—. ¿Te gustaría venir conmigo?

El chico asintió de lo más relajado, lo que hizo que JungKook sonriera con sinceridad ante el gesto. Para minutos después, ambos salirse de aquel departamento con calma, como si llegar a esa tienda no fuera realmente lo más importante.

Era cómodo estar uno al lado del otro, o al menos para el de cabellos castaños quien solo podía agradecer la suerte que tenía aquel día. Le carcome la cabeza pensar cada movimiento de su parte, pero también tenía en cuenta que a veces las cosas cuando menos las piensas son cuando mejor salen y quizá era lo que necesitaba para poder hablar y ser más cercano a TaeHyung.

Cuando llegaron a la tienda, cuando eligieron sus dulces e incluso cuando la mujer de la caja le pidió el dinero, no estuvo del todo consciente, pues las pequeñas pláticas que tenía con TaeHyung abordaban su mente de manera profunda. Idealizaba entonces al fin el tipo de persona que era el chico de cabellos azafranados, pues parecía ser una persona que aparte de atenta, era del tipo que fácilmente podría él enamorarse, casi como el protagonista perfecto de su historia de amor.

Estuvieron hablando tanto de ellos, que incluso JungKook se sintió en confianza de adentrarlo a su habitación. Jugaron un poco en línea, para finalmente el mayor tener que retirarse de ese lugar; estando así en resultado los dos en la puerta de la casa del menor, en silencio sin saberse decir algo a modo de despedida sin que sonara extraño a sus oídos.

Ninguno era bueno para aquello, a pesar de que era inevitable se sentía extraño, como si no quisieran realmente irse.

—Bueno, ha sido agradable pasar tiempo contigo, hace mucho que no lo pasaba así con alguien—aseguró mientras una hermosa sonrisa ladina se dibujaba en su rostro—. Nos vemos algún otro día, espero que pasemos más momentos así.

—Si quieres volver mañana, incluso días después...—el nerviosismo en su tono de voz quizá era un poco evidente—. Estaré esperándote, solo toca mi puerta.

—Suena bien, nos vemos.

Tras aquella despedida amistosa, tras cerrar su puerta luego de aquello, un suspiro encantado salió de los labios de JungKook. Sin duda alguna ese chico era todo un sueño y quizá su oportunidad de hacer que fuera de película.

Y le gustaba, le gustaba mucho aquella sensación del latido de su corazón, de estar al lado de TaeHyung. Sabiendo que podía encontrárselo en la universidad o en cualquier parte, sabía que tenía que cuidarse un poco más para así ser más lindo, aún si debía de momento esconder el evidente gusto que le tenía al chico, quería hacerlo de ese modo.

Quería mostrar y descubrir cada pequeña cosa que tuvieran en común, que pudieran aprender. Aunque su corazón galopara cada que lo viera, no debía ser tan obvio con aquello, debía ocultar su gusto un poco quizá.

—Kook, llegué—escuchó la voz de YuGyeom desde la entrada—. ¿Ha venido TaeHyung? Fui a buscarlo y me dijeron que estuvo camino a verme.

—Oh, vino a buscarte, parecía que quería hablarte de algo—mencionó recordando la mirada que en TaeHyung se posó cuando supo que su amigo no estaba—. Él se quedó un poco, pero no llegaste.

—Algo me decía que vendría, aunque no pensé que fuera pronto—el menor no pudo evitar asombrarse al pensar en que para él había sido una eternidad la espera—. Aunque bueno, ya hablaré con él, entonces...

JungKook miró a su primo sin entender su divagación.

—Ustedes, ¿se conocieron mejor? —asintió casi de inmediato, lo que hizo sonreír a YuGyeom—. Eso es bueno, suele ser un poco amigable pero no con mucha confianza en las personas, debiste caerle bien.

—Supongo que sí.

—Iré a bañarme y estudiar—informó.

JungKook asintió, dirigiéndose a su propia habitación, lanzándose en su cama y luego patalear en esta emocionado tras escuchar lo que había dicho YuGyeom, mientras una sonrisa risueña y evidente emoción se palpaba en él. Aquella emoción no le dejó dormir esa noche, pues los recuerdos de su día al lado del peli naranja paseaban por su mente, haciendo quizá que se ilusionara un poco más con el mayor.

¿Le gustaba TaeHyung? No estaba realmente muy seguro si esa sería la palabra que definiría todo lo que siente por él. Quizá esa palabra era muy común, pero no le molestaba si iba acompañada de esa perfecta cara enmarcada en esas cejas gruesas y esa sonrisa cuadrada perfecta.

Fue entonces que parecía que el destino lo quería al lado de aquel chico, pues se lo encontraba seguido en la universidad, a veces hablaban brevemente e incluso YuGyeom parecía tranquilo con que ellos fueran algo así como amigos. Poco a poco aquel chico de cabellos naranjas le hablaba cada vez más y eran algo así como más cercanos, aunque no sabía el menor si eso sería bueno ya que su intención no era ser amigo de ese chico.

—Entonces, ¿irás más tarde a mi departamento? —Indagaba JungKook con una sonrisa, a lo que TaeHyung simplemente asintió devolviendo el gesto—. Bien, espero te puedas quedar un rato, aunque no sé si igual mi primo se vaya a ir por allí...

—No me molesta quedarme contigo, eres agradable—aseguraba con suavidad, para luego soltar un suspiro y despedirse—. Además no es como si no hubiéramos estado jugando en tu casa antes.

Aquello podía fácilmente confundirse con alguna cosa un tanto indecente, pero sabía que su primo conocía muy bien a TaeHyung como para saber que no era así. Sin embargo, por la mirada que le dio HoSeok divertida, supo que no todos lo tomaban de ese modo.

—Nos vemos entonces—se despidió el peli naranja, a lo que el contrario solo asintió con una sonrisa marcada en el rostro.

—Hasta más tarde.

Sabía que posiblemente aquel chico lo veía como un amigo, que eso no era conveniente del todo, no para su verdadera intención de poder gustarle del mismo modo a TaeHyung. Tenía que enviarle las señales quizá un poco más obvias, intentar hacérselo saber, mejor dicho, hacérselo saber, le daría una buena señal.

Una vez que se había ido el mayor, YuGyeom miró a su primo con los ojos abiertos, peinando sus cabellos grises y soltando una risa divertida.

—Eres muy obvio—soltó sin más, a lo que los demás asintieron ante aquellas palabras—. Si te gusta mucho, deberías decirle.

—Pues parece que no capta mis señales, aunque quiero realmente que le lleguen mis sentimientos—suspiró cansado, mirando a sus amigos y después sonrojándose por lo que acababa de decir—. Yo... quiero decir, no es como que me importe, pero...

—Eres tan obvio que me sorprende que no lo sepa, aunque como su amigo de más tiempo...—susurró YuGyeom, mirando al castaño con algo de lamento—. Supongo que es inmune a ti o no le gustas del mismo modo, lo siento Kook.

—Creo que es más que no capta nada—objetó HoSeok de pronto, haciendo que JungKook le mirara esperanzado—. Deberás esforzarte al parecer aún más, solo creo que es todo.

JungKook se convenció de que quizá aquello era muy cierto y que debía mandar un poco de coqueteo a la marcha, con esa idea siguió el resto del día, con una actitud muy positiva que se vio reflejada en todos los que interactuaban con él. Cuando regresó a casa, incluso se puso un poco de ese humectante de labios de cereza, que resaltaba un poco más sus rosados labios; acomodó su cabello y se trató de ver lo más lindo que pudo.

Se miró por segunda vez en el espejo aprobando su imagen, para después estar en la sala donde sabía que estaba ya aquel chico tan lindo y su primo hablando de cosas. Lo que confirmó luego de llegar allí y mirar a TaeHyung con amabilidad.

—Hola Kook—saludó, haciendo con su mano hincapié al lugar a su lado—. ¿Estás bien? Pensé que te vería casi de inmediato que llegara.

El menor le envió una mirada pícara, que pareció no captar aquella mirada y tomarlo con naturalidad, sonriendo cuadradamente como lo hacía con todos sus amigos. Se acercó entonces al contrario, colocándose de un modo donde sería casi imposible que el mayor no notara la suavidad de sus humectados labios y el resalte de estos.

Pero esto también feo ignorado olímpicamente por el mayor, quien solo se recargó ligeramente en él con un gesto muy familiar. JungKook no dijo más, pero en verdad estaba desesperándose, pues nada de lo que hacía parecía funcionar, no entendía por qué no captaba todas las señales de coqueteo de su parte. ¿Será que era tan malo haciéndolo?

—Tae, a veces eres muy lento—mencionó YuGyeom, logrando sonrojar y exaltar a su primo.

—Lento, ¿en qué sentido? —Indagó ajeno a lo que el menor estaba pasando—. Como sea, vine aquí para pasar un rato, la verdad es que es muy cómodo.

—Es más cómodo porque estamos juntos...—aquello había salido de forma tan casual que no le había dado tiempo de detenerse en plena exclamación de palabras—. Quiero decir, todos aquí... ya sabes.

—Sí, creo que es un poco de eso, como te mencioné en un mensaje la otra vez...

—Esperen, esperen allí—detuvo YuGyeom de pronto la conversación, haciendo que los otros dos le miraran con curiosidad—. ¿Ya intercambiaron números a mis espaldas malditos?

Los otros dos se rieron un tanto cómplices, para luego asentir con diversión al ver la mirada recriminadora del peligris.

—Ustedes sí que son un caso...—mencionó aburrido, para luego levantarse y mirar hacia los otros dos—. Solo espero que ambos recuerden que casi cumplo años, debo irme.

Sabía JungKook que de cierto modo eso había sido su indirecta para que le consiguieran algo para esa fecha, se preguntaba si, así como no entendía las suyas.

—Encontrar un regalo será molesto—masculló TaeHyung y con eso llamó la atención de un sorpresivo JungKook—. Cree que no fue obvio diciendo eso estando los dos.

JungKook abrió ligeramente la boca ante la sorpresa que se había llevado de que TaeHyung había entendido eso pero sus lamentables intentos de coquetear no. Y es que había intentado con miradas, gestos, expresiones que parecían ser inútiles para poder llegar al de cabellos naranjas.

—Yo creo que es muy directo—respondió tratando de ocultar aquella sorpresa y disgusto que le pasó por su boca—. Aunque, podríamos ir por su regalo con él, así le hago todos los años.

TaeHyung pareció pensar en aquello un momento, para asentir un poco ante aquella idea.

—Supongo que lo haré así, es una muy buena idea Kook—aseguró, a lo que el menor solo sonrió ante la obviedad de su plan—. Ahora, ya que hablamos de eso, quizá podamos seguir con la partida de ese videojuego que dejamos pendiente.

—Sí, aunque YuGyeom también quería jugar un poco—susurró mirando a donde se había ido su primo, entonces una sonrisa comprensiva se vislumbró en su rostro—. Así que lo hizo a propósito el dejarnos solos...

Cayó en cuenta que lo dijo en alto cuando TaeHyung hizo una especie de ruido confirmatorio, pero que estaba lejos de ser como del tipo de pensamiento que JungKook quería. ¿Qué tendría que hacer entonces para poder expresarle lo que sentía y que le llegara?

Era tan obvio que se daba un poco de pena en ocasiones, peor no podía evitarlo, había veces en las que él juraba que el mayor le correspondía sus sentimientos, que en algún momento también empezó a gustar y que podrían tener ese romance soñado si tan solo captara todo. Sintió el peso de la cabeza de TaeHyung en su hombro, un gesto que solía hacer demasiado con él desde que se habían vuelto cercanos.

—Vamos Kook, que estoy un poco aburrido.

—Podríamos distraernos haciendo más cosas, ¿sabes? —ambos se miraron a los ojos directamente, sonriéndose y JungKook tratando de que el gesto fuera más personal para con el menor.

—Siempre que estás conmigo sonríes mucho—mencionó de pronto el mayor, separándose del cuerpo ajeno con calma, para reponerse a una postura normal—. Eso me gusta, significa que soy agradable.

Más bien que me gustas, tonto. Quiso corregir JungKook, ya que en realidad si lo pensaba de mejor manera, estaba siempre a su lado, lo que quizá para otros era más que obvio que era más que amistad la intención detrás de aquella cercanía, pero que como siempre, TaeHyung parecía inmune.

—Eres un buen amigo, así que el que sea de tu agrado es bueno para mí—TaeHyung parecía saber cuándo detener su tren imaginario donde idealizaba a este correspondiendo sus sentimientos—. En fin, creo que suena raro hablar de esto cuando vamos a jugar videojuegos.

—No me molesta hablar de lo que sea contigo—soltó con un ligero sonrojo, que a la vista de cualquiera podría pasar con pena que era característica en su personalidad—. Juguemos un poco, quiero enseñarte mis nuevas tácticas que descubrí hace poco.

¿Cuándo se daría cuenta y lo dejaría de tratar de ese modo tan amistoso? Se preguntaba cada vez que estaba a su lado, pues parecía no responder sus maneras de darle sus sentimientos como si estos fueran una especie de zumbido que parecía no tener efecto en TaeHyung. Lo que era frustrante, porque no lo entendía, no entendía nada de lo que él quería transmitirle. Incluso cuando se despedía de él de esa manera tan cercana, aun cuando se sonrojaba el menor por todos esos actos que TaeHyung tenía para con su persona, este parecía totalmente absorto a las evidencias que enviaba JungKook.

Era tan frustrante.

Soltó un suspiro cuando la puerta de su habitación se azotó tras él, mirando su habitación un tanto aburrido e intranquilo. Estaba decidido a dejarlo ir, porque parecía un poco inútil seguir con aquello y no sabía si realmente era más una especie de capricho suyo. No sabía por qué eso de que le gustara alguien era tan o más complicado que como lo había visto en algún tiempo; lo que no era nada bueno para su corazón el cual era muy pasional.

Aquel debate entre su corazón y la razón había empezado aquella noche, donde no se sabía bien a ciencia cierta cuál de los dos sería el ganador. No podía dormir, incluso parecía una especie de zombi al día siguiente mientras caminaba por la ciudad sin un rumbo fijo, incluso no se había puesto a pensar en qué tipo de ropas traía encima; considerando lo mucho que le gustaba verse bien en público.

Estaba agotado mentalmente, razonar todo lo que había hecho desde hace semanas, meses, le dejaba un poco el sabor amargo de que era inútil todo eso. Había pensado que el mayor solo era más del tipo penoso, pero parecía realmente más bien alguien despistado a sus sentimientos; lo que lo hacía querer rendirse un poco más con ellos. Se sentó en una de las bancas de aquella pequeña tienda donde se había quedado, tomando un poco de la bebida en bolsa que compró, solo mirando el empaque mientras que su mente trataba de quedarse más en blanco.

—Me pregunto qué es en lo que estás pensando—escuchó aquella voz que podía reconocer entre millones, la que hacía que su estómago se volviera loco y su pecho bombeara sangre más vehemente—. Hola Kook, ¿cómo estás?

El menor le miró un momento, para sonreírle sabiendo que no entendería aquel debate mental consigo mismo que estaba padeciendo realmente.

—Estoy bien, salí a distraerme un poco—señaló la silla que estaba a su frente mientras decía aquellas palabras—. ¿Quieres sentarte un rato también?

—Así que...—peinó sus cabellos naranjas, un gesto que JungKook juraba era de lo más sexy que había visto en su vida—. Estás aquí de un modo tan casual en lugar de hacer planes.

Aquel tono no dejó en duda nada, eran afirmaciones de las cuales JungKook no podía negar que eran ciertas. Se preguntaba si su tono de voz casual al hablar con TaeHyung era el culpable de su poco avance, de que solo pudiera imaginarse miles de escenarios de ellos dos juntos.

—Pues como sea, casual o no me veo bien—alzó los hombros, sabiendo lo tonto que había sonado al decir eso al no saber realmente qué más poder hablar con el mayor, quien soltó una risa divertida—. Aunque supongo que sí, estoy sin planes en sí para este día. Patético, ¿no lo crees?

TaeHyung solo quitó un poco de la bebida que tenía entre sus manos para dar un pequeño sorbo y devolvérsela con calma, pero esta pacificación no llegaba al emocionado castaño.

—Bueno, siempre podemos hacer en tu casa un espectáculo de moda—se burló, a lo que el menor hizo un mohín irritado—. Lo siento, probablemente ni siquiera hable o haga nada si vamos; no va conmigo eso...

De los muchos escenarios donde JungKook le decía muchas cosas respecto a su pasión por la buena ropa, donde le hablaba de cosas de su interés al mayor para que se conocieran, todo eso se resumió en una sonrisa un tanto extraña. Todas esas posibles conversaciones que podía tener con el chico solo quedaban en su cabeza, siempre sólo pasaban en su cabeza.

—Igual suena divertido, supongo—tomó un poco de lo que quedaba de aquella bebida y soltó un suspiro—. Se acerca el cumpleaños de YuGyeom y no sé qué darle, es por eso que estaba aquí.

Era mentira, pero no era como si el mayor entendiera las cosas de ese modo.

—Yo le compré un disco de esos que le gustan—pareció dudar o pensarse algo, tamborileando los dedos en la mesa pequeña de metal que los dividía, para mirarlo con agudeza que no supo reconocer el menor—. ¿Qué te parece si hacemos algo?

El menor le miró curioso, para luego abrir ligeramente los ojos ante lo que su mente había maquilado como una invitación a salir juntos.

—Quieres decir... ¿para comprar un regalo? —el mayor negó con la cabeza tranquilo, haciendo que casi se hiperventilara el castaño—. Entonces, ¿ir como a dar una vuelta?

—Sí, supongo que podría decirse así.

Tras esas palabras, casi tarareaba en su mente aquella canción de marcha nupcial. Era completamente increíble que el chico que le gustaba le pidiera salir, era tan abrumador el momento que casi sentía que lloraba por toda esa emoción que estaba sintiendo. Y era como si no fuera él, no se sentía en ese momento como JungKook, no era así en lo absoluto, pero tampoco era algo en lo que se detuviera realmente a pensar demasiado.

Se encaminaron pronto hacia el centro comercial más cercano, realmente sin ningún plan en mente más que pasar un rato juntos. JungKook sentía sus manos sudando y ese calor en su pecho llegar hasta él con fuerza, no sabiendo bien qué hacer o proponer para que ambos pasaran un buen momento juntos.

— ¿Va viste esa nueva película que salió? —mencionó TaeHyung tras estar cerca de un cartel de uno de los estrenos que más esperaba JungKook—. Podríamos verla o algo.

—Suena bien, de todos modos no es como que tenga prisa en irme—sonrió, siguiendo a su mayor para conseguirse un par de entradas.

Cuando las tuvieron y se encontraban esperando a que pasaran los cortos de futuras películas, JungKook notó la ausencia de personas en la sala. Ya que los asientos estaban llenos muy separados unos de otros, de cierto modo aquello le daba un aire más como de... ¿cita? No sabía si se le podía decir así a lo que estaban haciendo. Pero cuando se recargó ligeramente en el mayor, quiso tener la ilusión quizá muy grande de que así era ese preciado momento.

Y a lo que sabía del concepto que TaeHyung le tenía, era de su conocimiento que ese chico le había visto como alguien muy diferente a lo que era en apariencia. Como alguien que no vive acorde a su apariencia, pues era fibroso debido a su pasión por el ejercicio, pero era más como un bebé enorme realmente si se podía comparar con algo su personalidad.

Y quizá por eso mismo no lo veía de otro modo TaeHyung, así que cuando escuchaba que le decía de ese modo las cosas, en realidad no lo animaba en nada saberse visto de ese modo. Sintió entonces que el propio peli naranja se acercó a él, entonces sus sentidos se aumentaron y empezó a ponerse nervioso, parecía que se estaba volviendo loco con toda aquella maraña de sentimientos que francamente no podía expresar con palabras para describir ese momento.

Sintió un hueco en su estómago más inusual que los que percibía cuando estaba cerca de TaeHyung, en todo su lío sentimental ¿por qué parecía tener hambre justo en ese momento tan maravilloso? Ni siquiera sabía que era, pero realmente no quería separarse de su mayor, menos cuando ambos estaban tan cómodos y todo estaba marchando tan bien en esa salida.

Ni siquiera puso demasiada atención, pues la verdad era que había visto esa película junto a dos amigas suyas días atrás, pero era algo que de momento no le diría al contrario. Pues ahora estaba la excusa y momento perfecto para estar a su lado de esa manera en la que tanto había ideado en su mente tantas veces. Pero una bofetada con guante blanco de realidad le pegó cuando la película finalmente había terminado, sorprendiéndose a sí mismo de saberse sosteniendo al mayor de ese modo todo el tiempo.

—Vaya, esa película es muy buena—escuchó la voz ronca del mayor luego de no haber hablado por dos horas—. Quería mucho verla desde hace unos días. Gracias por acompañarme Kook, sin duda fue genial.

—Sí, es muy buena—mencionó cohibido, sintiendo su pálida piel caliente y seguro estaba tornándose rosada de las mejillas—. No ha sido nada, la verdad es que lo pasé bien todo el rato allí adentro.

TaeHyung solo se quedó callado, asintiendo ante aquello, mirando al frente aburrido. Entonces JungKook se giró para poder ver mejor qué era lo que había captado la atención del chico, encontrándose con un par de mujeres que miraban a su dirección a modo nada discreto, coqueteando.

Al ver esto, no sabía realmente por qué, pero se sentía tan irritado, tan molesto de ver eso, no sabía si eran celos o algo más como que no le prestó atención. Se sentía mal de saber que normalmente no se sentía de ese modo, no era así; pero aquello se hizo en un gesto un tanto curioso para TaeHyung.

—JungKook, ¿estás bien? —Indagó de pronto, dejando a un lado el intento de coqueteo de esas chicas—. También te diste cuenta de sus miradas, ¿no?

Se sentía tan desanimado, juraba que si fuera una especie de personaje de caricaturas tendría lagrimitas en sus ojos en forma de T al ver cómo el chico se daba cuenta de eso y no de sus intentos por llamar su atención de un modo no amistoso. Era tan malo TaeHyung en no saber ya a estas alturas cómo se sentía respecto a él, ¿será que era el momento de declararse? El solo pensarlo lo ponía en verdad muy nervioso.

Avanzaron hasta afuera del cine, pensando quizá el menor en que aquello se había acabado y que quizá esa era la salida que tanto estaba ansiando. Que TaeHyung desaparecería muy rápido de su vista y que se quedaría allí, solo con muchas ideas en su mente de qué decirle; pero sabía que tenía que armarse de valor, que el tiempo probablemente era corto y que tenía que hablar de eso ya de una vez por todas.

Todo aquello que solo pasaba en su cabeza, pero que iba a solar, sabía que esa decisión era libre, que era adulto y más maduro decirlo sin rodeos, pero siempre se preguntaba por qué las cosas salían de esa manera tan complicada y no podía tener una correspondencia de aquel chico sin más.

Vio como TaeHyung parecía detenerse en un lugar donde había poca gente, sentándose en una de las bancas estratégicamente puestas en el lugar. Imitando de inmediato esa acción que era un poco inusual en el de cabellos naranjas, entonces notó como la mirada, usualmente alegre del chico, parecía un poco dudosa, quizá arrepintiéndose desde antes de algo. Justo cuando iba a preguntar, la mirada de este chocó con la propia, no dejando tiempo en que pudiera pensar realmente bien.

—JungKook, hay algo que quiero comentarte—mencionó nervioso, lo que no hacía mas que volver un tanto ansioso al contrario—. Espero puedas entender lo que diré.

—Tae... ¿todo está bien?

—La verdad es que, por más que he tratado de apartarte de ese modo—divagó un poco, haciendo que el menor no entendiera a qué se refería—. Pero a veces parece que estás cautivo, atraído de ese modo a mí.

JungKook abrió los ojos con desmesura al saber que, en todo ese tiempo el chico aquel podía haber visto sus intentos y era tan malo como para no hacerlo notar. Ahora en su mente, el pensamiento donde TaeHyung probablemente le dijera que sería su chico estaba instalándose junto a la otra posibilidad que no quería pensar realmente en esos momentos.

—Yo...—musitó sin siquiera tener qué decir.

—Lo siento pero creo que me estás idealizando de modos que no soy, Kook—bajó la mirada un poco avergonzado, para después mirarle con determinación—. Sé que... posiblemente te guste, lo cual agradezco aunque no hiciera nada para ello. Pero no creo que ideando cosas sea lo mejor.

—No entiendo...—susurró mientras que sentía un calor abrazando su garganta.

—Que creo que solo te estás haciendo expectativas que no creo que realmente yo pueda ofrecerte, traté de hacerte saber eso pero veo que no logré hacerlo—inspiró aire que dejó salir en modo de un suspiro un tanto cansado, mientras que JungKook solo miraba al mayor un poco decaído—. Y, para ser sincero creo que estás confundiendo la atracción con los sentimientos, me di cuenta que... eres una persona enamoradiza, quizá puedas estar malpensando la situación. Puede que solo te sientas atraído por algo que no tienes, como cuando se desea un juguete o un premio, pero el confundir eso con sentimientos es fácil.

—Ya entendí tu punto—mencionó con voz rota, sintiendo que en cualquier momento podría llorar si aquello continuaba—. Me tengo que ir...

No esperó una despedida de parte de TaeHyung, en realidad pensó en que esta nunca llegaría; pero que era quizá mejor retirarse antes de que las cosas terminaran tan mal. Cuando se vio a sí mismo un tanto lejos, mordió sus labios, un tanto cansado de lo que estaba pasando; se sentía deprimido por esa respuesta que no esperaba del chico.

—Eres tan malo—musitó con un mohín en sus labios—. Al no entender cómo me siento...

Y él que había tenido la esperanza de que TaeHyung sería su chico, que fuera ese amor que tanto quería.

De aquello habían pasado un par de días, en los que aquel chico realmente había estado un poco ensimismado y alejado incluso de sus propios amigos; quienes veían esto con mucha preocupación ya que no era para nada normal. La rutina era casi la misma desde hacía días, donde iba a clases, no hablaba con nadie, regresaba de estas y se encerraba en su cuarto, incluso había estado más metido en ejercitarse un poco en un intento vago de disuadir todo aquello.

Aunque otras veces se quedaba más bien quieto en su habitación, sumido en los pensamientos que rondaban en torno a aquel chico de cabellos naranjas que, al parecer visitaba mucho menos su casa que de costumbre. Aunque no estaba seguro ya que no salía para no encontrarse con este y crear algún momento incómodo.

Muchas veces se preguntaba si aquello que estaba haciendo era realmente lo correcto, si el huir era realmente la solución a poder superar todo eso o siquiera qué era lo que realmente estaba sintiendo por TaeHyung y si de verdad había confundido sus propios sentimientos. No sabía si era correcto todo lo que hacía, pero por alguna razón parecía ser una respuesta que le complacía aunque no del todo.

—Bueno, como sea—soltó en un suspiro, mientras estaba como muchas de las otras ocasiones mirando al techo—. Me estoy volviendo loco.

Se levantó, dispuesto a quizá terminar con ese estado casi tan aburrido en el que vivía, pensando en que quizá y TaeHyung estaba bien con todo aquello. Además, que el hecho de que le rechazara, no debía por qué interrumpir en una amistad que pudiera forjarse.

¿Debería hacer una nota en un mensaje para este? ¿Qué debía hacer?

Se sentía con un extraño valor que no supo si había sido producto de su distancia con todos o si de verdad había aprendido de todo eso algo. Aunque también estaba el hecho de que tenía que descubrir qué sentimientos eran los que sentía realmente por aquel chico y como siempre había sido, dejarse llevar por eso cuando realmente se lo descubriera bien.

Se acercó a su puerta, sabiendo que era momento de por fin estar más tranquilo consigo mismo y que podía con todo aquello, que podía hacerlo. Pero para su propia sorpresa, se encontró cara a cara con el dueño de sus pensamientos, el cual no supo ni siquiera que estaba en su departamento. Sus ojos se encontraron por primera vez en mucho tiempo, ambos realmente sorprendidos por aquello.

Entonces lo supo, no tuvo más que pensar después de tener su cerebro más claro y listo para admitir lo que sea que sintiera. Recordando las palabras que había escuchado de su propio amigo HoSeok, en el que decía que no se debía arrepentir de las cosas que hiciera porque si seguía su corazón eran las cosas correctas; vio como los labios ajenos temblaron ligeramente en un intento de soltar alguna palabra.

No quería que el de cabellos naranjas dudara más de eso, quería que tomara el valor y pudiera expresarse con él.

—JungKook—escuchó luego de mucho su nombre, incluso sonaba mejor que lo que recordaba—. Yo... bueno, en realidad no sabía que estabas aquí.

—Creo que eso debería decirlo—mencionó un poco nervioso, sintiendo su corazón agitarse de manera desembocada al sentir todo aquello que solo TaeHyung parecía provocarle—. Como sea, no quisiera que esto fuera algo raro o incómodo...

TaeHyung supo a qué se refería, sabiendo que él mismo había provocado aquello. Aunque su corazón en ese momento solo se pudo agitar viendo a JungKook, sabiéndose un poco perdido pero que no lo diría por todo aquello que había hecho antes.

—Bueno, yo... iba a hablar contigo en un momento—soltó JungKook, sorprendiendo al contrario con aquello—. Estos días estuve pensando mucho en lo que pasó y cómo me he comportado, realmente no es como si no me dijeras que no nos habláramos...

—En parte ha sido mi culpa—soltó un suspiro, mirando de manera un tanto rara a JungKook—. Cada que te vi a lo lejos estos días, se paseaba por mí la misma pregunta. ¿Qué debería hacer?

El menor se sorprendió demasiado al saberse visto por el de cabellos naranjas, lo que hizo que TaeHyung al darse cuenta de aquello soltara un ligero sonrojo que cubrió su rostro. Tratando después de corregir aquella expresión facial a una más neutra, haciendo que esta se viera más natural de lo muy mecanizada que en realidad era.

—Quiero decir, siento que fui duro contigo—aseguró arreglando incluso su voz para que luciera quizá menos nerviosa y más genial de lo que estaba pasando en su interior—. Y también pensé en que hubo partes donde pude pensarte del modo que quería pero eran muy ligeras, un gusto no tan fuerte.

Aquello había dado en su corazón como si fuera un aguijón, quería prestar atención al chico, pero su mente se había ido miles de kilómetros de él. Su corazón se derritió como lava ardiente, creando un calor en todo su ser que le recorría con rapidez y fuerza; pero debía concentrarse en responderle algo del mismo modo firme. Aunque la pena le impedía decirle algo o encararle, no podía verlo a los ojos porque sentía que iba a desmayarse en cualquier momento.

—Yo no sabía que eso pasaba por tu mente—admitió luego de un tiempo, haciendo que el contrario le mirara un poco curioso a lo que fuera a pasar—. Y sinceramente ahora mismo es un poco sorpresivo enterarme pero me alegra de cierto modo. Es extraño.

—Supongo que esto de los sentimientos es así—mencionó con suavidad, a lo que el otro no pudo estar más de acuerdo—. Quisiera que, aunque sea un poco lento... podamos volver a hablarnos tú y yo, si no es mucho pedir.

—A mí también me gustaría hacerlo—sonrió con sinceridad, para luego mirar hacia la dirección de la habitación de su primo—. Aunque ahora creo que deberías ir con YuGyeom porque sino se pondrá un poco loco, lo que es un tanto pesado.

El mayor asintió, mirando por un momento a JungKook y este regresando aquel choque de miradas que producía tanto en sus corazones. Se despidieron, JungKook regresando a su habitación y TaeHyung volviendo con su amigo; pero el menor una vez que se cercioró de cerrar bien la puerta, no pudo evitar sonreír como loco ante lo que acaba de pasar entre ellos.

Si TaeHyung sentía aquello era más que obvio que su corazonada de que eso podía volver a funcionar de algún modo era evidente. TaeHyung terminaría queriéndole, cosa que esperaba con muchas ansias que pasara, que sintiera lo mismo que él, pues ya sabía con ciencia cierta que era lo que su corazón en realidad estaba sintiendo. Esperaba que cuando eso pasara, justo como hace momentos, el mayor se acercara primero y fueran algo más.

Y es que aunque pareciera raro todo aquello que estaban pasando y quizá algo que debía dejar ya por lo mismo, no podía realmente evitarlo porque, quisiera o no, en aquel momento donde sus miradas se encontraron de nuevo, supo que se había enamorado de TaeHyung. Pues había sido el único que había podido agitar su corazón de aquel modo, sabiendo que pudo lograr un efecto similar en él.

Aunque esta vez no esperaría como un tonto a que algo pasara, pues entre más idealizaba algo, más absurdo era y más fácil se podía llevar una decepción. No esperaría y expresaría que estaba enamorado de TaeHyung, que le gustaba y que esos días sin él lo había extrañado del mismo modo en el que el mayor supo que le dio a entender que le pasaba.

Sabía que eso haría una diferencia y quizá se viera un poco más desvergonzado, pero realmente ahora la única opción que tendría para ofrecer y recibir era un sí o sí. ¿Sería eso un deseo muy egoísta? No sabía pero ahora con el escenario que se le presentaba donde TaeHyung admitía un gusto, el plan era más que perfecto, bastante satisfactorio. Y no le importaría lo que dijeran los demás.

Salió hacia la sala, esperando el momento en el que salieran de aquello que debían estar haciendo, lo que no fue sino cerca de cuarenta y cinco minutos después, cuando ya estaba un tanto cansado. Al escuchar los pasos de aquel chico, se colocó cerca y lo encaró. Cosa que sorprendió incluso al propio YuGyeom.

—Tae, ¿ya te vas?

Pareció dudar un poco el de cabellos naranjas, para negar y acercarse a este un tanto curioso de aquella actitud.

—Si quieres que pasemos un rato, no tengo problema—mencionó, mirando a YuGyeom quien no parecía entender nada—. Hemos hecho algo así como las pases.

—Ah, peleas de pareja...—murmuró a lo que los otros dos se sonrojaron ante eso—. Los dejo entonces arreglarse, iré con BamBam y YoungJae.

Salió lo más rápido que pudo, haciendo que los otros dos le miraran un poco divertidos pues sabían las intenciones claras del chico. JungKook inhaló profundo, acomodándose mejor en aquel sofá de color verde que habían tapizado recientemente. Pensando como decirle sus opciones, aunque no sabía qué elegiría, realmente solo tenía un sí o sí en sus opciones.

—TaeHyung, estuve pensando en todo y me he decidido finalmente—el mayor le miró sin entender qué era lo que estaba pasando con JungKook—. Diré que no a tu no, ¿soy yo o tú?

—JungKook no entiendo.

—Respeto tu elección en ese día—intentó decir, haciendo que el mayor abriera los ojos ante el día al que se refería—. Rechazo tu manera de rechazarme.

Soltó un suspiro, armándose de un valor que no sabía de donde lo estaba tomando, pensando en lo muy arriesgado que se vería proponer algo como eso de golpe luego de días sin verse o sin estar del todo bien.

—Tengo una propuesta, donde solo la elección depende de ti—bajó la cabeza un poco, pensando bien en aquello y las consecuencias que tendría en él—. Solo hay una respuesta y todo depende de ti. Elije una, ¿sí o sí?

—JungKook, ¿hablas en serio? —el menor asintió sin dudarlo, lo que hizo que TaeHyung llevara una de sus manos a su cabello despeinando este—. ¿En serio?

—No quiere más inseguridades, quiero estar seguro desde que nos separamos unos días—recordó como se había sentido, pensando en que ese sentimiento realmente no era algo que le gustaría volver a repetir—. No quiero más no a algo tan obvio, no lo necesito más, preocuparme complicadamente no es algo que sea muy bueno. Si pensé que tenías desinterés, con esto que me haz dicho me alimentó la curiosidad y me di cuenta de todo.

Sentía su corazón ardiendo, esperando apresuradamente una respuesta de parte de aquel que se había ganado por completo su corazón y que, le había costado dejar de idealizarlo tanto para darse cuenta de todo y poder ser más empático a ese sentimiento.

—Aunque parece absurdo lo que estoy diciendo, en verdad que es algo que necesito saber y que me digas—TaeHyung llevó una de sus manos hacia las mejillas ajenas para verlo mejor, quizá también para cerciorarse de que JungKook no era un sueño, lo que no hizo más que sonrojar más al menor mientras expresaba lo que su corazón quería decir—. Haré que nunca te arrepientas de esta decisión.

—Bien, creo que entonces me lo pones simple—JungKook asintió, sin entender realmente el significado detrás de aquellas palabras—. ¿debo elegir solo uno entre sí o sí?

—Básicamente eso es.

—Pues entonces no me quedará de otra, más que aceptar todo—JungKook abrió los ojos ante las palabras que iban saliendo de aquellos finos labios—. Yo tampoco creo que pueda estar más lejos.

JungKook sonrió ante eso, para luego mirar un tanto desconcertado al mayor.

—Eso quiere decir...

—Si te refieres a preguntar si somos ya algo así como una pareja...—recordó las palabras de YuGyeom, para luego mirar con algo de ternura al castaño—. Sí, podríamos decir que es algo como eso.

JungKook sonrió, tirándose a los brazos ajenos, completamente feliz de que por fin se decidiera el mayor en aceptar todo aquello, sintiéndose feliz de poder tener aquello.

—Aunque ahora por mucho que quiera estar así...—escuchó la voz de TaeHyung, quien lo separó de su cuerpo ligeramente—. Debo ir a hacer cosas, así que nos veremos la próxima vez.

TaeHyung se acercó a su nueva pareja un poco dudoso, notando la mirada esperanzada de JungKook y sonriendo ladino por eso. Aquel chico sí que era peculiar. No tomó más dudas para llevar sus labios cerca de la comisura ajena, haciendo que ambos se pusieran sumamente nerviosos a todo eso que era tan nuevo.

—Hasta luego—se despidió de nuevo, saliendo por aquella puerta y dejando a JungKook solo.

TaeHyung miró la avenida vacía de aquel vecindario, soltando un suspiro ante lo extraño que había sido todo, por no hablar de lo muy rápido que se habían dado las cosas hace minutos en aquel lugar. Tenía que admitir que en un principio, días atrás, había pensado saber bien lo que quería y que por ello había dejado de hablarle a JungKook y había puesto los puntos sobre las i.

Era de su conocimiento además, el hecho de que había sido muy rudo con el chico, pero pensó que incluso si aquel le odiaba eso no sería tan preocupante que estar ilusionando algo que no tendría final. Pero cuando esa decisión se había tomado, siendo que de la nada JungKook pareció desaparecer, fue muy extraño.

Entonces empezó a verlo él a la distancia, notaba como el menor evitaba rastros de su presencia, de su mirada, escondiendo su corazón o al menos eso parecía. Aunque era evidente que huía de él, sin embargo sabía el motivo de eso era distinto; pues cuando cerraba los ojos la imagen de ese día se paseaba en su mente, pensando en que si en verdad ese cariño era sincero, JungKook de cierto modo era suyo.

No podía parar más, quería decir más y más cosas a aquel chico para disculparse, quizá para decirle que también esa separación le era difícil a él. No quería parar, no podía parar y solo una vez más quería hablar con el menor para aclarar todo aquello que parecía tan complicado.

¿De verdad JungKook estaría enamorado de él? ¿el menor creía que era para él? Era un poco extraño pensar en eso cuando el mismo le había dado una especie de fin, pero era también muy obvio que esos pensamientos persistirían en su corazón. Quería saber de eso, quería quizá arreglar las cosas pero a su vez no sentía tanto la necesidad de decir cosas tan emocionales, que al parecer eso había pasado hace minutos porque JungKook efectivamente lo conocía demasiado bien.

El recuerdo de ese sentimiento desesperante que había causado el estar lejos era algo de lo que no pudo acostumbrarse, quizá por eso cuando lo vio de nuevo, cuando soltó su orgullo y llamó a este de nuevo, cuando el menor respondió aquello al escuchar su voz, no pudo parar más, solo habían salido aquellas palabras de sus labios de un modo quizá vergonzoso.

—A veces eres un caso...—se dijo a sí mismo mientras seguía con su andar.

Se sentía culpable de haber sido codicioso con sus sentimientos y los de JungKook, por haber hecho esa tontería y aún más por aceptar el corazón fiel del menor que pareció perdonarlo tan fácil. Se disculpó a su manera, quizá JungKook por quererlo más de lo que él mismo pensaba le había perdonado tan sincero; se había robado aquel corazón que no tenía intenciones reales de devolverlo.

Ahora eran pareja, sonaba un poco loco aquello más por todo lo absurdo que había sido todo, sin embargo, a esas alturas ya ninguno podía decir que no a los sentimientos que empezaba a haber. Quizá incluso él sentía un poco más que un gusto por JungKook, cosa que no le molestaría en descubrir al lado de este.

Y es que había estado allí para conseguirlo, cuando se despidió se sintió un poco tímido, como un adolescente con su primer amor. ¿O sería JungKook el primero realmente?

De algo sí podía realmente estar seguro y era que no quería que JungKook se fuera de su lado de nueva cuenta. También que aquello era tan fuerte que el simple beso cerca de la comisura había sido suficiente para volverlo loco, cosa que lo sorprendió demasiado pero que a su vez se le hizo una confirmación de que eso podía funcionar realmente.

Daría su esfuerzo, pues nunca había pasado tantas emociones con una sola persona pero mucho menos querer más y más de esta a medida que se iban conociendo, pues usualmente perdía muy rápido el interés. Pero todo parecía demasiado distinto cuando estaba con JungKook, era alegre, como una especie de sol que era el centro al menos para su mundo.

—JungKook...—susurró aquel nombre un tanto soñador, mientras que se pregunta qué era lo que pensaba en esos momento aquel castaño tan bonito.

Y el menor solo apreciaba aquel atardecer tan inusual, o al menos para sus ojos, porque si era sincero todo era intenso en esos momentos. Aquel tono rojizo de este le hacía recordar el tono que había posado en las mejillas de TaeHyung cuando hizo algo así como una declaración, cuando él deseaba ser el único para TaeHyung y lo pudo conseguir. Estaba tan encantado con TaeHyung en verdad.

Si se ponía a pensar en todo lo que estaba viviendo con TaeHyung y esa especie de conquista que hubo, podía compararla con algo era una especie de amor en forma de una rosa con espinas. Aunque nunca tuvo mido, no había pasado nada al tratar de entrar en el corazón ajeno y que había logrado luego de mucho esfuerzo.

Quería decirle que no temiera a lo que se vendría para ellos, que se sostuvieran fuerte de la mano y atravesaran el peligro que era amar a alguien. Quizá no era tan peligroso como podía pensar TaeHyung, pues el amor podía ser tan dulce y delicioso como un helado de chocolate, aunque lo que sentía en ese momento era más como que este se derretía al pensar en lo adorable que era nervioso su novio.

Novio.

Aquella palabra llena de mucho significado era demasiado para su corazón, pues solo le gustaba TaeHyung, no quería realmente su corazón a nadie más. Y quería que aquello funcionara de un modo cono siempre lo soñó, aunque sabía que idealizar tanto tampoco seria bueno por la personalidad misma del de cabellos azafranados.

Se preguntaba quién había caído por quién primero, o si había sido algo mutuo que se había disfrazado gracias a esa amistad y trato raro que inicialmente se tuvieron. Pero sabía que eso era algo de lo que no debía ponerle tanta atención pues no importaba quien se gustó primero, ahora no iría tras TaeHyung, sino a su lado.

Se sentía muy bien pensar en eso, en su nueva realidad, pues aquella buena vibra y su sonrisa no desapareció incluso cuando regresó YuGyeom y le miraba con curiosidad.

—Parece ser que han hecho las pases—mencionó a lo que el castaño solo asintió con un ligero sonrojo—. Qué bueno porque ambos son tan tontos.

JungKook le miró sin entender, para luego el de cabellos platinados acercarse a él con calma.

—Quiero decir, ambos estaban muy raros y no solo noté yo eso—soltó una risilla, para luego exhalar pesado—. Es un alivio que ya vuelva todo a la normalidad.

—En realidad...—dudó un poco, mientras pensaba en que sería lo más prudente hacérselo saber—. Nosotros ahora, somos algo como una pareja.

El más alto abrió los ojos con sorpresa, para luego ablandar un poco su mirada y dirigirla a su primo. Pensando en que ambos eran muy importantes para él y que, esperaba que las cosas salieran de la mejor manera. Que fueran felices en lo que al parecer se había vuelto o empezado a marchar y que eso funcionara.

—Yo solo tengo algo para preguntarte—el menor le miró con curiosidad—. ¿Esto será algo pasajero como el humo o más serio?

El menor negó, pensando en todo lo que había pasado como para pensar que durara tan poco.

—Para mis ojos solo está Tae, siempre que lo pienso me siento bien—bajó la mirada avergonzado de desnudar sus pensamientos de esa manera—. Antes solo quería que me abrazara y que no me dejara ir. Ahora que somos algo, creo que eso puede ser posible y me siento feliz de solo pensar en ello.

Luego de esa plática, un par de días luego de que empezaran a acostumbrarse un poco a su reciente relación, cuando estaba esperando con su novio al lado todo se sentía diferente. Usualmente se sentía un tanto solo y más como alguien que no tenía suerte por no ser atractivo, incluso si era sincero en esos momentos se pregunta si, aunque no se esmerara en estar presentable, podría verse bien para su novio.

También se ponía un poco decaído al pensar en que había personas más atractivas y que era algo de inseguridad de su parte. Quizá la culpa era de ese complejo de inferioridad que parecía tener desde que era un pequeño, pero no sabía bien qué era todo eso; aunque esa aflicción no pasaba desapercibida por el de cabellos naranjas.

—JungKook, ¿estás bien? —Indagó con preocupación, haciendo que el chico se girara ligeramente a verlo—. Estás un poco con ese semblante...

—Solo es uno de esos días—mencionó tratando de no dar más explicaciones, pensando en que eso no sería muy bueno para su relación—. No es nada en particular.

TaeHyung miró a donde la vista ajena se había posado, notando exactamente qué era lo que estaba pasando en la mente de aquel castaño.

—Bueno, la verdad es que me gustaría que hubiera más confianza—acarició ligeramente los nudillos de aquel chico que era su novio—. Porque a mis ojos, no hay nadie más precioso y especial que eres.

JungKook le sonrió con adoración, pues desde que eran amigos, cada vez que vienen esos días, le decía cosas buenas y que ahora, siendo pareja le dijera lo preciado que será para él. Todas esas palabras que dice le hacían sentir demasiado bien y le levantaban el ánimo de una manera muy notoria, era como si pasara de nadie a alguien.

Se volvía para sí mismo y para el peli naranja muy especial. Hacía que se sintiera especial.

Pues en los días más grises, el solo hecho de poder mirar esa sonrisa cuadrada de aquellos labios suaves y finos; su mundo empezaba a cobrar color. Le devolvía la sonrisa con el mismo entusiasmo, sintiéndose más confiado de ser su novio y afortunado de tener a semejante chico que le apoyaba a su lado.

—Hola chicos—se escuchó la voz de JiMin cerca, acompañado de un chico alto que JungKook reconoció de inmediato como SeokJin—. Los vi de lejos, pero se veían tan románticos que me daba pena, pero necesita SeokJin Hyung hablar con TaeHyung un momento.

JungKook miró a aquellos dos con sorpresa, para luego asentir y mirar a JiMin, quien le extendía la mano para irse ambos de ese lugar. Aunque si tan solo supieran ambos que hablarían del mismo tema, quizá se avergonzarían más de lo que probablemente lo hacían cuando se les preguntaba más de su relación.

Una vez que estuvo lejos, el chico más bajó miró a su amigo con algo de dudas, peor luego se decidió en actuar para saber más de aquella relación.

—Entonces, ¿has encontrado aquel amor que tanto habías anhelado? —Indagó curioso, a lo que el menor solo le miraba pensativo—. Ya sabes, ese que buscabas siempre como de película donde algún guapo chico fuera tu príncipe azul.

—Bueno, no tan así, pero dejé de pensar en que debe pasar eso o que con cualquiera que me pueda enamorar sea de ese modo; dejé de idealizar el amor como tal—aclaró mientras pensaba en su relación con TaeHyung y en lo bueno que era aquello a su manera—. pero se puede decir que soy más que feliz.

—Me siento querido—dijeron ambos a los respectivos interlocutores, con una sonrisa que no ocultaba la felicidad en sus palabras—. Me siento especial a su lado.

Porque el amor era de ese modo, no siempre se tenía un cuento de hadas perfecto o iniciaba de un modo lindo. Pero se podía construir poco a poco, aunque también el ilusionarse con una idea falsa era malo, el tenerlo en aquel concepto de que sea como en las películas o muy rosa era algo que JungKook había aprendido a dejar de lado, porque si no esperas nada, nada decepciona y mucho puede pasar.

Podía haber sido una relación implantada por el destino, comprendió que podía enamorarse de alguien que no era nada de lo que siempre soñaba, que podía enamorarse de la amabilidad oculta, su inteligencia, sonrisas nada circulares y -aunque sonara superficial- una belleza sin igual, de lo bueno y malo de Kim TaeHyung.

Cosas que lejos de decepcionarlo por no ser como antes las esperó, estaba agradecido que fueran lo contrario porque lo hacía único, incluso esos abrazos cálidos que el mayor solo le daba en privado eran miles de veces mejores que aquellos tan descarados en la calle. Todo era bueno, porque había pasado de preguntarse qué era el amor, un interés por que ese chico entrara de algún modo en su vida, de un gusto que le empezaba a animar, las muchas señales que había mandado y ese sabor agridulce de querer ser su chico que los hacían sentir más y más.

Para ser mutuamente las personas que agitaban el corazón ajeno, de darse esa opción entre muchas que había para decirse sí o sí, a estar fascinados con el otro hasta que simplemente se habían vuelto las personas correctas para hacer sentir especial al contrario. Había altibajos, pero era algo inevitable cuando se trataba de amor.

Y juntos pasarían los obstáculos que les deparara el futuro, el cual sabían que pintaba demasiado bien para ambos.





Hola Milkis

Esta era una idea pequeña que tuve en mis días ausente, en parte porque me quedé encantada con el MiMo, que lo van a ver en ships de mis fics.

Es un poco suelta por lo mismo, pero era para distraerme un tanto y espero que sea del gusto de alguien. Quedó ligeramente más corto de lo que tenía planeado sin embargo, es para avisar que mis nuevas historias tendrán capítulos más o menos de esta extensión. Para que se preparen.

Nada, coman saludable y quédense en casa.

Besitos~

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