(In)fidelidad.

بواسطة MilaYarasca

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Después de una infidelidad... ¿Qué es lo que sigue? المزيد

Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.

Capítulo 6.

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بواسطة MilaYarasca

—No puedes ir solo al doctor, Jungkook, ¿cómo saliste solo? ¡Te puede pasar cualquier cosa!

Y Jungkook, pese a todo, miraba con diversión la reacción de TaeHyung.

El alfa no se había tomado bien que su novio, de apenas dos meses de embarazo, haya ido a su primera consulta al médico solo.

—Amor...

—No, no, Jungkook, no me digas "amor". Esto es serio, ¿sí? Yo soy tu novio, yo... Yo quería estar ahí contigo, yo tenía que estar ahí contigo, ¿sabes? Es... Es mi deber, yo soy el padre de ese bebé.

Jungkook se sentía feliz, aliviado, más que nada.

Hace unos días había confesado que estaba en "la dulce espera", y aunque, en un principio pensó que TaeHyung no lo iba a apoyar, realmente sí lo hizo.

Jungkook, una vez más, veía a TaeHyung como si de un príncipe se trataba.

Incluso más que eso.

—Pero... Mi amor.

Hizo un pequeño puchero con sus labios, sus grandes ojitos haciéndolo ver como un cachorrito, mientras que, el alfa, por el contrario, lo veía con los ojos entrecortados.

—No me mires, así, Jungkook, te juro que-

Jungkook aprovechó para sacar aquellas fotografías que mantenía en aquel sobre que sostenía con sus manitas.

—Amor.

Habló un poquito fuerte, lo suficiente como para que TaeHyung le prestara toda la atención posible. Le extendió las fotos al alfa, quien las tomó casi al instante, viendolas de forma curiosa.

—¿Qué es...?

—Es nuestro bebé, mi amor.

Jungkook se sintió conmovido al ver pequeños brillos en los ojos ajenos.

Y su omega se llenó de orgullo al sentir como las feromonas del alfa crecían como una ráfaga de estas.

Amor...

No pudo pensar mucho más, después de todo, TaeHyung no tardó en abrazarlo con fuerza, haciendo que quedara acurrucado en su pecho casi al instante.

—No volverás a ir solo de nuevo, ¿okay? Nunca más.

Se sentía tan feliz.

Tan especial.

Tan... Querido.

Amado.

Todo lo que cualquier persona pudiera desear, independientemente de si era alfa, omega, o beta.

Jungkook lo sabía.

—Okay, mi amor.

Al final del día, tanto TaeHyung como JungKook tuvieron brillitos en los ojos.

[...].

—¿Todo está bien ahora, bebé?

Jimin se había encargado de rodear sus hombros con su brazo, manteniéndolo así, cerca suyo hasta que llegaron a casa de nuevo, justo en aquellos momentos.

—Todo está bien, gracias.

Respondió el más bajito, quien había dejado de llorar desde hace algunos minutos.

Lo único que lo delataba eran sus ojos hinchados, pero, aquellos eran detalles.

Y de otra forma era difícil ver estos, pues se mantenía con la mirada gacha. De no ser por Jimin, muy probablemente hubiera tropezado.

Algo que, para él, era extremadamente peligroso debido al estado tan delicado en el que se encontraba.

—¿Vas a cenar con nosotros? ¿Quieres que te lleve a tu habitación, Koo? Solamente di lo que necesites y yo prometo que haré todo por cumplirlo.

Jungkook sonrió, le encantaba lo atento que Jimin podía llegar a ser.

No le extrañaba que, desde que conocía a su mayor, este hubiera tenido una infinidad parejas, tanto betas como omegas.

Lo que le extrañaba es que estas siempre acababan antes de los dos meses.

—Sé que estás en exámenes, hyung, así que anda a estudiar, ¿sí? Me puede acompañar a la habitación, yo... No tengo muchas ganas de estar aquí abajo.

—Está bien, pequeño.

Rió en cuando el mayor desordenó sus cabellos. Pronto, ambos ya estaban subiendo las escaleras, claro que, Jungkook lo hacía de forma un poco más lenta.

Cada vez se le dificultaba más.

—Luego de los ocho meses si es necesario te voy a cargar, ¿okay?

—Okay.

Jungkook sentía que su ánimo había subido muchísimo gracias a Jimin, agradecía eso.

Pero entonces... Llegaron. Llegaron a la habitación que, aunque no deseaba, siempre hacía que su sonrisa desapareciera.

Y era irónico, porque siempre se la pasaba allí. ¿Quizá por eso siempre estaba triste?

Sacudió su cabeza, tratando de alejar aquellos pensamientos.

Tratando, pues no podía hacerlo realmente.

—Nos vemos, Kookie. Cualquier cosa no dudes en avisarme.

—Nos vemos, Jimin hyung... Muchas gracias.

El rubio se alejó, lo suficiente como para que Jungkook lo perdiera de vista, siendo que ya había ingresado en su propia habitación.

No le quedó más que entrar en la suya.

Apretó sus labios mientras miraba la cama matrimonial situada en el centro. Esta había dejado de gustarle hace algunos días.

Ya no quedaba nada de la calidez que alguna vez le dió.

Ahora, por el contrario, debía taparse con tres mantas para sentir un poco de calor de parte de esta. Si no se tapaba con estas, simplemente sentía frío.

Mucho, mucho frío.

Suspiró, yendo hasta su armario para sacar sus pijama, y, poder cambiarse.

Ahora aquel armario, el cual antes había estado completamente lleno, apenas y tenía prendas. La ropa de TaeHyung ya no estaba, después de todo.

Toda la habitación, ciertamente, había perdido el encanto acogedor que había tenido en un principio.

Y dolía, realmente dolía.

Pero tampoco podía cambiar las cosas.

—Debo dejar de comparar las cosas tanto...

Murmuró para sí mismo.

Terminó de cambiarse y se acostó en la cama, no tenía ganas de cenar. Sentía que sí comía algo, simplemente, iba a vomitarlo.

Y no era su culpa, se había acostumbrado a comer poco, o nada, en la noche. Su cuerpo rechazaba la comida.

Ahora, sin embargo, ya no se preocupaba demasiado por ello, pues el doctor ya le había comentado que todo estaba bien respecto a su bebé.

Y si su bebé estaba bien, él estaba bien.

Aún cuando a veces solía sentirse mareado gracias a saltarse la cena la mayoría de las veces.

Hizo una pequeña mueca.

—No soy un mal padre, ¿verdad?

Preguntó en un murmuro, acariciando su vientre de forma suave.

—Quizá papá TaeHyung sea un mejor padre.

TaeHyung, TaeHyung, TaeHyung.

Es casi como si no se atreviera a pensar en algo que no fuera TaeHyung.

Rió con cierta ironía.

¿Por qué seguir pensando en aquello que te hace mal?

¿Por qué era tan difícil simplemente... Soltar?

¿Sería difícil únicamente para él?

Las preguntas de ese día, al igual que en los anteriores, no tenían respuesta alguna.

Salió de sus pensamientos en cuando, por aquella pequeña ranura de la puerta, dejó de venir luz del exterior.

Aquello indicaba que ya todas las luces habían sido apagadas.

Mordió su labio inferior. Sabía que... TaeHyung había vuelto.

Se acomodó mejor en la cama, sin embargo.

Quería dormir, quería dejar de pensar en TaeHyung por unos momentos.

Jungkook sabía que, inconscientemente, iba a esperar al mayor. Y también sabía que, de la única forma que podía ser posible, TaeHyung... No iba a venir.

Debía dejar de esperarlo.

Debía dejar de... Contar con su presencia.

Sin embargo, era tan difícil.

¿Cómo dejabas de contar con alguien con quien se suponía estarías toda tu vida?

Suspiró, cerrando sus ojos para poder dormir.

Si tan solo su omega no se hubiera emocionado tanto, muy probablemente hubiera logrado hacerlo.

[...].

TaeHyung siempre se había dejado llevar por sus instintos, tanto suyos como el de su alfa, y aquella vez no fue la excepción.

Aquel alfa, quien tenía un porte tan dominante, se sintió mareado sólo por el hecho de entrar en la habitación de, quien había sido su omega.

La habitación estaba llena de su aroma.

Para TaeHyung y para su alfa, un verdadero paraíso.

Los alfas como él, solían buscar a sus omegas durante la noche cuando su celos los atacaba de forma sorpresiva, era lo normal, después de todo.

El castaño, sin embargo, solamente buscaba sentirse cerca suyo.

Porque ya había actuado de forma demasiado primitiva antes como para volver a hacerlo.

Sabía que Jungkook dormía, sabía que no lo iba a hechar de la habitación o a ignorarlo.

Sabía que, al menos durante unos minutos, iba a volver a sentirlo consigo.

—Por favor, no te despiertes.

Murmuró.

¿A qué punto había llegado para tener miedo que Jungkook despierte? No eran más que consecuencias de aquel error que cometió.

Error que le había costado su todo, literalmente.

La cama rechinó un poco en cuando se acostó, por suerte no fue demasiado. Al fin y al cabo, había logrado su cometido, acostarse al lado de su pequeño.

Aunque el miedo de que se levantara seguía allí, se sentía casi como un cachorro.

—Soy muy cobarde, ¿verdad?

Se giró un poco, viendo el rostro dormido de Jungkook. Tan lindo como siempre, tan etéreo, tan perfecto.

Y a su vez... Tan triste.

Ver pequeñas bolsas debajo de los ojitos de su menor eran como dagas directas a su corazón. No era cobarde, era un completo idiota.

—Lo siento...

Abrazó a su menor, hundiendo su nariz en los cabellos ajenos. Mismos que no dejaban de oler a vainilla nunca, sonrió inconscientemente por ello.

—Él también me tiene que perdonar, ¿verdad?

Llevó su mano hasta el vientre del más bajo, vaya que había crecido. Rió de forma bajita, había sido magnífico ver el proceso de su crecimiento.

—Mañana... Será como si nada de esto hubiera pasado.

Sabía que Jungkook intentaba superarlo, sabía que Jungkook ya no quería estar con él, sabía que su error, simplemente no tenía remedio.

Y quería arreglar las cosas, claro que quería, al menos arreglar lo más que pudiera el error que había cometido.

Sin embargo, tampoco quería obligar a su menor a hacer cosas que no quisiera.

Y dormir con un alfa que le había sido infiel no era algo que algún omega quisiese, ¿cierto?

Apretó sus labios.

Podía haber sido muy silencioso, pero si lloraba ahora, todo se iría a la basura.

—Lo siento...

Al final de la noche, tanto TaeHyung como JungKook tuvieron lágrimas en sus ojos.

Alguien no había estado dormido.















































[...].

TaeHyung estaba dando vuelta toda su habitación, bueno, toda la habitación en la que se estaba quedando.

Estaba preparándose para ir a trabajar, sin embargo, no encontraba aquella camisa que era su favorita dentro de todas.

La camisa que Jungkook le había regalado.

—¿Dónde está? Maldita sea...

Murmuró entre dientes.

En cuando Hye, su mucama favorita entró, dirigió su vista a ella, viéndolo de forma esperanzada. Era una tontería, pero esa camisa significaba más de lo que podía explicar.

—Buscamos en todas las habitaciones que nos señaló tres veces, señor TaeHyung, pero no logramos encontrar nada... Su camisa desapareció.

Y TaeHyung no entendió lo que estaba pasando.

si no comentan me voy a hiatus, primer aviso,,,,,,

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