Hero | TodoDeku

By melistylinsonbutera

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AU. Midoriya Izuku es un joven médico de veintisiete años, pues gracias a su gran intelecto -que sorprendió a... More

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Final. 36
Epílogo

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By melistylinsonbutera

Antes de comenzar, la yo actual les quiere recordar que no dejen en los comentarios nada relacionado a los nuevos acontecimientos del manga, porque mi fic en sí ES UN UNIVERSO ALTERNO; tiene algunas similitudes con la historia original, pero no del todo, es decir que las cosas no se desarrollaron, ni se desarrollarán, como en el manga. Respeten, por favor.

Ahora sí, disfruten la lectura💖

Entre lágrimas y sonidos tristes, casi inaudibles, abandonaron la zona dirigiéndose a la carpa más cercana para descansar, luego de que los servicios de seguridad —policías, bomberos y demás— les dieran el pie para irse. Dejando atrás el cuerpo de su amigo. El equipo médico se haría cargo de él.
La tuvieron bastante difícil; Mina se negaba a separarse de su amado, empujando a Eijiro y Denki entre gritos y lágrimas cuando quisieron pararla, sin tener más opción que llevársela a la fuerza.

—Min... por favor, sé que es mu-muy difícil, pero necesitas calmarte —insistía por cuarta vez el rubio eléctrico, sosteniendo las manos de su mejor amiga entre las suyas.

Mina sollozaba dolorosamente mientras negaba con su cabeza, ignorando por completo el ardor en su garganta y ojos, incapaz de responder a causa del llanto.

—Mina-chan... —Tsuyu acariciaba sus cabellos, en vano. Nada podía consolarla en estos momentos.

Izuku se encuentra bastante preocupado por el estado de la heroína, pues ella reveló, hace a penas unos minutos atrás, estar embarazada. Y las fuertes emociones que recorren su cuerpo y alma podrían llegar a ser letales.
Teniendo eso en mente, con timidez, posicionó su mano izquierda en el hombro de Hitoshi, llamando su atención.

—Shinso-san... hazlo.

Él le miró confundido al principio, pero en segundos comprendió su insinuación, asintiendo despacio, para luego acercarse hasta quedar frente a su amiga; tomando con extremo cuidado sus mejillas entre sus manos.

—Mina... mírame —la pelirosada le ignoró unos segundos antes de abrir sus ojos, observándolo a través de las lágrimas—. Estamos aquí para ti, juntos saldremos de esto. ¿Vamos a casa?

—Lo uni-... —iba a decir que lo único que necesitaba era regresar con Hanta, pero en el momento en que contestó, quedó atrapada en el lavado de cerebro de Audible.

—¿Qué haces? —Tsuyu y los demás le vieron confundidos. Izuku se atrevió a responder por él:

—Que Ashido-san esté bajo todas estas emociones fuertes es muy peligroso. Supongo que... que debe llevar unas pocas semanas de embarazo, y...

—Podría sufrir un aborto espontáneo si no logra calmarse —concluyó Hitoshi.

El ambiente quedó en completo silencio por varios minutos hasta que Kyoka, preocupada y temblorosa, compartió en voz alta una duda:

—O-Oigan, ¿no había cámaras afuera, o sí?

—Creo que no —respondió Rikido—. Al menos no cerca nuestro. No creo que hayan podido capturar el... el momento.

—Esperemos que no. La familia de Hanta no mecere recibir tal noticia de esa manera —dijo Shoto. Los demás asintieron estando de acuerdo.

—¿Qué hay de Bakugo? —añadió Ochaco—. Su situación también e-es delicada... si llegará a enterarse...

Eijiro no pudo evitar temblar al pensar en ello, pero no fue el único pensamiento que invadió su interior, ya que también estaba la pequeña voz que le susurraba: ¿Cómo mirarás a tu esposo a los ojos y le dirás que uno de sus mejores amigos está muerto?

—Creo que deberían volver a casa —intervino Izuku—. Excepto Shinso-san, él debe quedarse por obvias razones.

—Desde luego —murmuró el nombrado, y los héroes intercambiaron miradas.

—No tenemos más opción, los cuerpos de seguridad nos dijeron que ya no necesitaban de nosotros —recordó Yuga, secándose las lágrimas en vano, ya que nuevas volvían a rodar por sus mejillas en segundos—. Volvamos a casa de Sho-chan y Midoriya-chan por ahora... No sé cómo se sentirán ustedes, y tampoco sé si es pedir demasiado, pero... quiero que estemos todos juntos.

Shoto acarició su espalda mientras el grupo volvía a luchar contra sus propias lágrimas.

—Pienso igual —concordó Tenya, sorbiendo su nariz—. Les enviaré un mensaje a los demás diciéndoles que vuelvan allí. Si no es molestia, claro.

—Para nada. Son todas y todos bienvenidos en nuestro hogar —se apresuró en decir Izuku, viéndoles con empatía pura en sus orbes esmeraldas—. Después de todo, Koda-san, Yaoyorozu-san, Hagakure-san y Katchan siguen allí.

—Sí... Tenemos que decirles y... ponernos en contacto con la Familia de Han para planear la... —Eijiro iba a decir planear la despedida de Han, pero no tuvo fuerzas para decirlo en voz alta siquiera—. Volvamos a casa...

Shoto se acercó a Izuku y con cariño le envolvió en un abrazo, besando su frente, sintiendo cómo sus manos acariciaban dulcemente los cabellos de su nuca.

—¿Necesitas que te revise antes de irte? —cuestionó en un susurro sobre su cuello, refiriéndose a lo ocurrido con su kosei y cómo este no se había activado. El bicolor negó.

—Estoy bien, Izu. No tienes que preocuparte por mí, Mina es prioridad.

—Bien...

Pony le dijo, hace unos minutos atrás, por medio de un mensaje de texto que no le necesitaban para inspeccionar e identificar a las personas fallecidas en el acto, y también que arribó al lugar Iyasu Shūzenji —mejor conocido como Recovery Boy, en honor a su abuela— para hacerse cargo de la mayoría de heridos, junto a su pupilo Shimano Katsuma, así que podría brindarle sus cuidados y total atención a la heroína en cuestión, con ayuda de Hitoshi, sin tener que preocuparse por nada más.

—Te veré más tarde, entonces... Te amo, Sho.

—También te amo, Izu. Nos vemos —acariciando los pómulos de sus pecosas mejillas, le besó en los labios.

Kyoka les observaba temerosa.
Dudó en acercarse, pero al final decidió que es lo correcto. Disculparse con el médico es lo correcto.

—Midoriya-san, yo... yo, a-antes de irnos, quería disculparme con u-usted por presionarlo.

—Jiro-san...

—Lo siento. Fue muy egoísta e injusto de mi parte pensar que en esa situación tan complicada usted podría hacer algo. Me sentía tan inútil e impotente que terminé descargando todos esos sentimientos sobre usted... De verdad lo siento muchísimo y ruego pueda perdonarme —inclinó su cuerpo en una reverencia, con finas lágrimas descendiendo por sus mejillas hasta aterrizar en el suelo.

Izuku negó con su cabeza y rápidamente rodeó su cuerpo en un abrazo, colocando sus manos sobre su espalda en señal de apoyo. Ella no tardó en devolverle la muestra de afecto.

—No tiene que disculparse, Jiro-san. La entiendo perfectamente, y su reacción fue la más natural en esas circunstancias. Yo soy el que debería disculparse por no poder... por no salvarl-...

—No se atreva a decir eso, Midoriya-san —interrumpió Denki—. Usted y su equipo hicieron lo que pudieron, y más.

—Nadie tiene la culpa de lo ocurrido —continúo Tenya—. Hanta fue... muy valiente al entregar todo de sí para evitar que los civiles, o alguno de nosotros, resultará herido por la estructura; un verdadero héroe en su máxima expresión. Jamás tendremos palabras suficientes para agradecer tan puro gesto.

Ochaco acarició su mano izquierda y él las entrelazó, regalándole una débil sonrisa que su esposa le devolvió.

—Hitoshi-chan lo dijo: juntos saldremos de esto, kero —finalizó Tsuyu.

El dulce médico asintió, preso de las lágrimas una vez más. Y Shoto se encargó de quitarlas de su rostro, regalándole una pequeña sonrisa.

—Nosotros ya cumplimos con nuestro deber, ahora es tu turno.

Izuku asintió, sonriendo enormemente, y luego de volver a darle un fuerte abrazo a su novio, le dejó ir junto a los demás. Quedándose solo con Hitoshi y, su ahora paciente, Mina.

—Ah, gracias al cielo —suspiró Toru, acercándose a su pareja para darle un fuerte abrazo. Mashirao besó su frente en respuesta.

—¿Están todos bien? ¿Dónde están los demás? —cuestionó Momo, ayudando a Fumikage a recostarse sobre uno de los sofás. No era el único exhausto, pero ya no podía soportar más el estar de pie.

—No lo sabemos. Tenya nos dijo que volviéramos aquí.

—¿Ei está con él? —el mitad pájaro asintió hacia Katsuki, agradeciéndole por lo bajo cuando pasó una toalla húmeda por su rostro.

—Ojalá estén bien. La transmisión en vivo fue cortada repentinamente, así que no pudimos saber más de ellos —comentó Koji, con Hisa entre sus brazos.

El pequeño gatito estuvo inquieto toda la mañana, y durante la madrugada no había pegado un ojo al igual que los cuatro humanos. Al parecer extraña mucho la presencia de sus dueños.

—Nos habíamos dividido en grupos, pero no deben tardar en llegar —tranquilizó Minoru, quitándose la máscara un tanto rasgada que cubría su rostro.

Y como si les hubieran invocado, el grupo restante de amigos y amigas entró por la puerta.

—Kyo... —Momo se acercó feliz a ella, pero tan rápido como llegó esa felicidad, se fue. La pelivioleta la abrazó llorando en silencio.

—¿Qué pasó? —preguntó Katsuki, acariciando la espalda de su amiga antes de acercarse a Eijiro y los demás que parecían estar igual de afectados, y al ver que faltaban tres personas, además de Izuku, no pudo evitar preguntar—. ¿Dónde están el ojeroso, la cinta y la mapache?

Kyoka sollozó con más fuerza en el hombro de su prometida, quien comenzaba a desesperarse por no saber cómo ayudarla.

—Oi, chicos, me están asustando —Minoru rio nervioso.

Denki inhaló profundo, dándose valor a sí mismo.

—Toshi y Mina están bien... se quedarán en una de las carpas con Midoriya-san, pero Hanbro... —sollozó—. Hanta falleció...

La primera reacción del grupo, que no habían estado durante el acto, claramente fue un atónito "¿Qué?". Llenos de miedo e incertidumbre. Pero jamás esperaron que Katsuki tomara el cuello de la playera blanca del traje de héroe de Denki y lo empujara contra la puerta detrás de ellos.

—Tus bromas no son graciosas, cargador con piernas.

—No es una broma —sollozó—. Por Dios, Kat, ¿crees que bromearia con algo así?

El cenizo le soltó bruscamente, y con un nudo empezando a formarse en su garganta volteó a ver a Eijiro.

—Ei, dime la verdad, ¿es broma? —preguntó ya con lágrimas brotando de sus ojos—. ¡¿Es una broma?!

El pelirrojo no hizo más que abrazarlo, tanto como su abultado vientre se lo permitió.

—No es una broma —logró murmurar—. Lo siento tanto, Blasty.

Ya nada más hizo falta, aquellas últimas palabras fueron suficientes para que los ex alumnos y alumnas de la clase A rompieran en llanto una vez más.

Momo pidió explicaciones, y fueron Ochaco y Tsuyu quienes relataron lo sucedido.

—¿Mina-chan y el bebé están bien? —quiso saber Toru, entre lágrimas, al acabar el relato.

Todos los no involucrados la vieron perplejos. Tenya se atrevió a cuestionar:

—¿Co-Cómo sabes del bebé?

—E-Ella me lo dijo hace unos días atrás... pero no fue solo ella —con timidez miró a Denki, y en automático todas las miradas se posaron en el rubio también.

—¿Den?

El rubio no lo soportó más y nuevamente lloró con fuerza.

—T-Teníamos planeado contárselos juntos, por eso Toru y yo propusimos la pijamada, pero jamás creímos que algo así pasaría y... Mina no es la única que está esperando un bebé —reveló intentando sonreír, en vano porque solo logró que una mueca se formara en sus labios, cubriendo su rostro con sus manos después.

El grupo no podía creerlo, el llanto se transformó en una combinación de risas y lágrimas. Pena y alegría.

Denki también está embarazado.

—Oh... Denki —Yuga, al estar a su lado, le abrazó permitiéndole llorar en su hombro. Y los demás no tardaron en unirse, realizando una especie de abrazo grupal entre lágrimas y dolorosas risas.

El día más duro y al mismo tiempo más feliz de todas sus vidas se convirtió en un recuerdo agridulce, mas no dejarían que este fuera en vano, después de todo, Hanta le pidió a su adorada Mina que jamás dejará de sonreír, ni después de su muerte ni nunca, y así se cumpliría su voluntad.

Luego de tres días, todo estaba regresando poco a poco a la normalidad.

El niño, Shindo Jishingo, y su padre, Shindo Yo, continuaron en el hospital junto a Aizawa Shota, quien se encargaría del pequeño para ayudarle a manejar el control de su Don.
Aunque solo tiene cuatro años, el pequeño se vio realmente afectado por todo lo que había provocado con solo una pequeña tos, ya que cuando se encontró más calmado y lucido relató cómo fue el momento desde su perspectiva, y el arrepentimiento, la culpa, que sentía sería una fuerte carga que llevaría sobre sus hombros para siempre, pero después de todo, no fue su culpa, fue un accidente; así lo determinó la justicia cuando quedó absuelto de todo cargo. Además, nadie culpa al pequeño, socialmente hablando, y a las familias de las víctimas solo les queda llorar en silencio, regresando al lugar de lo hechos —recientemente en estado de reconstrucción— para recordar a sus seres queridos en una especie de santuario que estaban montando únicamente para aquel fin, también una estatua, no muy lejos del mismo, en honor al héroe que dio su vida en el incidente: Sero Hanta, Cellophane.

Mina fue dada de alta del hospital el mismo día en el que se llevaría a cabo el velorio de su esposo, una ceremonia tranquila y para nada tétrica, en la familia Sero jamás permitieron que fuera una ceremonia llena de lágrimas y lamentos, para nada, ellos preferían mostrar vídeos, fotografías y contar anécdotas de la persona fallecida; recordándolo como lo que había sido en vida, un alma pura llena de alegría y positivismo. Y eso les vino demasiado bien a los ex alumnos y profesores de la clase A. Recordar la felicidad que les trajo Hanta, con risas acompañadas de unas cuantas lágrimas.

En un pestañeo, cinco meses pasaron desde aquel día.
El sol brilla en lo alto esta mañana de abril, un día sábado, con finos rayos del mismo adentrándose a través de la puerta de vidrio —con dirección al balcón— que posee aquella habitación.

Shoto apretó sus párpados e irritado movió su cuerpo, dándole la espalda, al mismo tiempo que una de sus manos se deslizaba por la suave superficie en busca de Izuku, pero al único que encontró fue a Hisa; quien al sentir el repentino contacto de su mano en su pelaje soltó un maullido, sacándolo del mundo de los sueños.

Lentamente tomó asiento en la cama, pasando su mano derecha por sus ojos para aclarar su vista y sobre todo su memoria, y así recordó que Izuku no se encontraba allí, y el escenario de hace apenas unas horas —es decir durante la madrugada— llegaron a su cabeza causándole una risita incontenible.

Eran alrededor de las tres de la madrugada y Katsuki se encontraba profundamente dormido con Eijiro a su lado.

El pobre pelirrojo llegó no hace mucho de una misión de rescate y está agotado, por lo que al poner un pie en la habitación lo primero que hizo fue tomar una ducha y luego dejarse caer en la cama junto a su bello esposo, que al sentirle cerca, aun en sueños, le abrazó con fuerza y un poco de dificultad por su ya enorme vientre de casi nueve meses.
Sin embargo, unos treinta minutos después de que Eijiro lograra cerrar sus ojos, dispuesto a dejarse caer en los brazos de morfeo, al instante tuvo que volver a abrirlos por los dolorosos quejidos que brotaron de los labios de Katsuki.

—Kat... Está bien, amor. Estoy aquí —tranquilizó, acariciando sus cabellos, creyendo que se trataba de otra pesadilla.

Después de la muerte de uno de sus mejores amigos, como lo fue Hanta, Katsuki no había dejado de tener pesadillas horribles sobre dicho momento. Se culpaba porque no estuvo allí para salvarlo, y a su cabeza le gustaba torturarlo con ello cuando se encontraba con la guardia baja.

—Ei...

—Sí, amor, estoy aquí —repitió, pero un gemido ahogado que sonó verdaderamente doloroso más el fuerte agarre de su mano derecha en su brazo izquierdo le hizo sentarse, viéndolo confundido—. ¿Kat?

—M-Me duele.

—¿Qué?

El cenizo volvió a quejarse a la par que se quitaba de un tirón las sábanas de encima, y con esa acción Eijiro comprendió que se refería a su vientre. Más obvio fue aun cuando, gracias a la luz de la luna, pudo apreciar el líquido que se deslizaba por entre las piernas de su amado.

«Mierda»

—Creo —jadeó—, creo que la d-desgraciada quiere salir.

—Ay no... Ay mierda, Dios y la-...

—¡Eijiro ya cállate y llama a Izuku!

—¡Sí! Sí, e-eso haré —balbuceó poniéndose de pie.

A la velocidad de la luz tomó su celular personal, maldiciendo cuando este se le resbaló y tuvo que volver a tomarlo del suelo, marcando dicho número en el proceso para luego llevarse el aparato a su oído izquierdo mientras que con su mano libre acariciaba una de las mejillas de Katsuki pidiéndole que tuviera paciencia.

Izuku se encontraba en el quinto sueño en ese momento, y fue Shoto quien movió suavemente su cintura para despertarlo.

—Izu... tu celular está sonando —murmuró adormilado—. Izu.

—¿Mm?

—Tu celular personal —aclaró para no confundirle, sintiendo después cómo le daba la espalda y, aun con sus ojos cerrados, buscaba a ciegas en la mesa de noche el aparato que no dejaba de vibrar insistente.

Sin siquiera molestarse en ver quién era, descolgó la llamada.

—¿Hol-...

—¡Midoriya-san! Ah, menos mal que contestó.

—¿Kirishima-san?

—Lamento muchísimo d-despertarle pero... —un grito resonó a través de la llamada, e Izuku frunció el ceño a la par que abría sus ojos—. Tranquilo, amor, continúa respirando.

—¿Está todo bien? ¿Qué sucede?

Katsuki... es decir Akane, ella... ella —balbuceó, y luego de escuchar un sonido de movimiento, el grito de Katsuki le obligó a alejar levemente el celular de su oído.

—¡Voy a tener a la maldita sabandija! ¡Así que saca el puto culo de la cama y nos vemos en el condenado hospital!

Izuku, automáticamente, brincó de la cama.

—¡¿Cómo?! ¡¿Ya?! —él le colgó—. ¡Katchan! Tch.

Izuku corrió en círculos en su cabeza antes de acercarse al armario, tomando lo primero que vio para vestirse, y colocarse después su bata e identificación.
Shoto le observaba con solo uno de sus ojos.

—¿Qué estás haciendo?

—Katchan, él a-al parecer rompió bolsa, va a t-tener a Akane-chan —informó a medida que terminaba de abrocharse su pantalón.

El bicolor se sentó en la cama, viéndose genuinamente sorprendido.

«Se suponía que el parto estaba programado para la semana que viene» pensó, pero luego recordó que era la hija de Katsuki de quien estaban hablando, terca igual que su padre sin siquiera haber nacido... aún.

—¿Voy contigo?

—No, Sho, está bien. Vuelve a dormir. En la mañana vas a reunirte con Ashido-san, ¿no es así? —él asintió— Entonces descansa —aconsejó, acercándose para dejar varios besos en sus labios y una pequeña caricia en la cabecita de Hisa.

—Bueno, te veré en la tarde en el hospital... suerte.

Izuku le sonrió.

—Igualmente, amor. Deséale un muy buen viaje a Ashido-san por nosotros, nos vemos.

Él, asintiendo, besó sus labios una vez más y luego nisiquiera quedó la silueta de Izuku por lo rápido que salió corriendo fuera de la habitación. Escuchándose minutos después el sonido de la puerta principal cerrándose y el rugido de un motor.

Shoto pasó sus manos por su rostro, soltando un suspiro, y se dejó caer nuevamente en la cama con Hisa a su lado. Adentrándose ambos una vez más en el mundo de los sueños.

Con pesar abandonó la cama, caminando hacia el baño mientras estiraba sus músculos. Una vez dentro tomó una ducha, y luego de vestirse desayunó algo ligero, alimentó a Hisa, lavó lo utilizado, roció las plantas de Izuku y como acto seguido abandonó la vivienda; decidiendo caminar al punto de encuentro que pactaron con Mina dos días atrás.

Al llegar, su amiga ya estaba ahí, observando con amor brillando en sus ojos la enorme estatua con la figura de su Hanta, portando su traje de héroe con algunas de sus cintas alrededor de él. Una majestuosidad sin duda.

—Buenos días, Min —su saludo la sacó de sus pensamientos, y con aquella dulce sonrisa que la caracteriza se acercó, permitiéndole tocar su ya vientre de cinco meses—. Y muy buenos días a ti también, Maiko.

—Buenos días, Sho-chan —fingió una voz de bebé. Ambos rieron por lo bajo.

—¿Te ha dejado dormir?

—Solo un poco. Últimamente está muy inquieta, espero que no me den náuseas durante el vuelo.

—¿Llevas los medicamentos que te recetó Izuku, verdad?

—Así es. Me han salvado muchas veces como para olvidarlos, créeme —rio, quedándose luego en un cómodo silencio mientras observaban juntos la estatua.

—¿Te quedarás con su hermana, entonces?

—Sí. María es la única que vive en Cuba con sus hijos, fue muy amable de su parte permitirnos vivir con ella.

—Estoy seguro de que Maiko será muy feliz allí, pero no olvides que aquí siempre tendrás un hogar.

—Lo sé, es solo que quiero enseñarle de dónde viene su padre, que aprenda sus costumbres y corra por las mismas calles que él cuando niño —acarició su vientre—. Además, era un deseo de Han volver a su país natal si llegábamos a tener un bebé... y solo quedo yo para cumplirlo.

—Entiendo —rodeó sus hombros en un abrazo.

—Sho.

—¿Sí?

—¿Tú crees que sea normal que continúe viéndolo?

—Yo creo que es completamente normal... Después de todo, es el amor de tu vida. Lo extraño sería que no pensaras en él.

—Algunas veces me asusta, es decir él ya no está, pero cuando lo veo... es como si estuviera allí solo que, no puedo hablar con él... ni tampoco tocarlo.

—¿Cuándo lo viste por última vez?

—Esta mañana —sonrió, con pequeñas lágrimas empezando a formarse en los costados de sus ojos—. Desperté y estaba tarareando sentado sobre el suelo, con sus codos apoyados sobre la cama, observándome. Miraba mi vientre y luego a mí... Realmente lo extraño.

Shoto dejó suaves caricias en su ahora largo cabello cuando sintió las primeras lágrimas mojar la tela de su playera.

—No debes preocuparte por ello, Min. No puedo ni imaginar por lo que estás pasando, pero extrañarlo, verlo, pensar en él, llorar y reír, todo es normal. No debes asustarte, solo aceptarlo y avanzar.

Ella asintió, aceptando el pañuelo que le ofreció para secar sus lágrimas.

—Debería irme ya, aunque es una lástima, quería conocer a Ak-chan.

—¿Eijiro te llamó anoche?

—Llamó a todos anoche —rio entre lágrimas—. Algunos fueron al hospital, además de sus familias, pero el único que puede estar con Kat es él.

—También iré en un rato, prometo que te enviaremos muchas fotos.

—Las estaré esperando, entonces —le abrazó una vez más—. Cuídate mucho, Sho, y a tu precioso Médico.

—Lo haré. Tengan buen viaje.

—Gracias... Adiós.

Hasta pronto —corrigió. Y ella rio, apretando sus manos entrelazadas.

—Bien. Hasta pronto, Sho.

Hasta pronto, Min.

Continuará

Al fin les traigo actualización *c cae y c ahoga en sus lágrimas*

¡HOLA BBS! ¿CÓMO ESTÁN? Yo bien y espero que ustedes igual, y también espero que les haya gustado el capítulo de hoy tanto como a mí u,w,u

La wawa del kiribaku esta apunto de nacer y ahora las del Shinkami y el Sershido vienen en camino


No se dan una idea de lo duro que fue escribir tanto este capítulo como el anterior para mí, de verdad lamento todo el sufrimiento que les cause pero sepan que yo estaba igual(? Y solo les puedo dar las gracias, por su paciencia y por su cariño como siempre.

Muy pronto estaremos entrando en los últimos caps de Hero así que ojalá y me acompañen hasta el final; ya que esto lo hemos creado juntxs no solo yo:"3💜

So, sin más que decir, cuídense y nos estamos leyendo bbs💜

Pd: las notas (☝☝) que encuentren al final de los capítulos, son viejas. No quise quitarlas por nostalgia, así que ignorenlas xd

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