La vida que ahora llevaba era estresante, sin embargo, se sentía feliz.
Las cosas no fueron muy bien en su llegada, ella ya había conseguido un pequeño departamento, pero era caro, las personas al principio no fueron nada amables con ella y a pesar de haber estudiado el alemán por ella misma y certificarse con una buena nota, aun había palabras que no lograba entenderles a los residentes.
Pero ahora ya habían cambiado las cosas, tras esos largos 8 meses había conseguido que las cosas giraran a su favor.
Había logrado hacer bien las cosas de tal modo que su jefa había reconocido en ella un gran talento para manejar negocios, le había dado un puesto mejor y gracias a sus grandes capacidades, le habían logrado reconocer más compañeros de trabajo e inclusive el verdadero dueño de la empresa la reconocía.
Dentro de su vida personal, ella había logrado conocer a una chica de su edad, Jenell.
Jenell se había independizado desde hace años de sus padres, ella trabajaba y tenía su propio departamento que rentaba pero que quería una compañera de cuarto para que le resultara aún más barato.
Elizabeth había visto su letrero en internet y sabía que a ella también le convenía.
Sus charlas fueron amenas y su reunión logró ser tan compatible de lo que ellas esperaban de una compañera de cuarto.
Su relación de amigas se había fortalecido y aún seguían juntas.
Ahora la felicidad les irradiaba a las dos cuando Elizabeth se enteró de que ella seria ascendida a un nuevo puesto mejor.
su celebración no se quedaría solo con aplausos y palabras en la oficina
- Oye Ell, espero que ésta vez te arregles muy bien porque ésta noche iremos a Tresor
- Pensé que iríamos a weekend club
- No, es que la última vez no me gustó, mejor vámonos a divertir de una manera más loca en el Tresor
- Vale
- Pues te veo al rato para que nos vayamos
- ¿Irá Alois con nosotras verdad?
- No, no irá
- ¿Por qué?
- Porque no quiero, se pone muy celoso
- ¿Y por qué crees que se pone así?
- Pues, es su culpa
- Bueno pues después nos vemos ell, adiós
- Adiós
La felicitación que había recibido en la empresa fue de lo más agradable hacia ell, (el nombre que le decían todos)
su celebración había sido pequeña pero acogedora. Ahora estaba siendo verdaderamente feliz.
La música se escuchaba a todo volumen, había demasiadas personas, parejas, niñatos, e inclusive alguno que otro chavo ruco. El ambiente estaba a explotar entre tantas personas bailando en el centro.
-oye ell, ya bebimos un poco, ven vamos a bailar.
-vale
Su amiga Jenell, era una chica demasiado extrovertida, alegre, fiestera, le agradaba a cualquiera que la conociera, aunque a veces podía ser demasiado irritante por tantas preguntas o por lo mucho que te quería contar.
Pero, a ell le agradaba demasiado, sabía que necesitaba justamente una amiga como Jenell para sentirse viva y para disfrutar su libertad.
Normalmente hacían muchas locuras gracias a Jenell, aunque a veces ell la tenía que controlar para que no se metieran en serios problemas.
La noche que estaba disfrutando en el antro era insólita, gozaba de una felicidad maravillosa; ella sabía que tenía libertad en grande, estaba con una amiga increíble, tenía su ascenso en una compañía que la querían y desde mañana trabajaría como jefa, todo estaba funcionando a la perfección.
La música electrónica que sonaba a cuatro vientos en todo el lugar resonaba a una fuerza estrepitosa que la hacía moverse de un lado a otro. Con su cabello suelto y largo hacía que sus movimientos de cabeza, y de cuerpo se viera como una chica de comercial; se veía tan linda.
- oye Jenell ¿no crees que estas tomando demasiado?
- Claro que no, ven a festejar conmigo, estamos aquí para disfrutar esta noche por tí, ya deja de rechazar a chicos guapos y ven para que bailemos los cuatro
- ¡aja! y después ¿cómo nos vamos?
- que nos vayan a dejar ellos, no te preocupes
- acuérdate que mañana voy a ir a trabajar
- sí, pero hoy es hoy, y estamos aquí para disfrutar, ¡salud!
Ell solo se quedó viendo cómo se iba otra vez Jenell y la dejaba sola, con todas las copas que ya había tomado jen se empezaba a poner borracha, y ell sabía que tenía que controlarla antes de que su amiga se pusiera peor.
Ell también quería alegrarse tanto como su amiga, pero sabía que mañana tendría que ir a trabajar, no podía faltar a su primer día como gerente.
Tan solo se levantó del asiento para poder llevársela y por lo menos poder dormir unas cinco horas. Al menos sabía que las dos horas que ya llevaban en ese lugar había sido lo suficiente para poder disfrutar.
La buscó por donde se suponía que estaba bailando, pero no la encontraba. La muchedumbre que se encontraba le impedía ver hacia todos los rincones de aquel lugar
- ¿Dónde estás Jenell? -
Solo se daba vueltas por toda la zona de baile, pero no encontraba rastro de ella.
Siguió caminando hasta que empezó a buscar por todas las mesas hasta que por fin la halló en una de las mesas que se encontraba en el fondo donde no abundaba mucha gente; y ahí estaba, bailándole a unos chicos ridículamente, ya estaba tan ebria que ya no se podía sostener bien.
Poco a poco se iba acercando hacia la mesa donde acosaba a esos chicos.
-oye jen, ya vámonos
se puso enfrente de ella y le trató de jalar las manos
- Espérate ell,
- Ya vámonos,
- oye ell. – se acercó a su oreja y le susurró. - ese chico es tan guapo. Es el hombre más guapo que he visto en toda mi vida
- Eso dices siempre, ya vámonos
- No espera
logró empujarla con un poco de fuerza y se alejó de ella acercándose más a los chavos que se encontraban bebiendo en la mesa
- Oye ya les bailé, ¿les gustó como bailé?
Solo vio como su amiga se había recostado en la mesa y les hablaba.
Un chavo con cabellos negros solo se reía de ella y el otro chavo con cabello rubio y con chinos bebía tragos de su cerveza y la ignoraba.
Cuando se acercó a ellos solo logró escuchar una voz fuerte y ver una mirada penetrante
-Ya llévate a tu amiguita, ya aléjala de aquí
- Espera hermano, es chistosa
- Está super ebria, se ve asquerosa
- oye guapo, ¿me vas a decir cómo te llamas?
- ya aléjala de mi
- oye jen ya vámonos
Jaló a jen del brazo, sin embargo, los pequeños golpes de -aléjate- de jen impedía que se fueran
Los ruidos que estaban haciendo y las carcajadas del chico de cabello negro por la escena que estaban haciendo, hacían que el chico de cabello rubio se desesperara cada vez más, ell solo volteaba en algunos momentos para ver cuando se levantaría el chico y les gritaría.
Pasó como dos minutos de discusión entre esas chicas cuando jen en un arranco de furia se alejó de ell, agarrando una cerveza de la mesa y echándoles el contenido a los chavos por no contestar a las preguntas que ésta les hacía
- ¿qué estás haciendo? – los chicos se levantaron con furia y enojo por el disparate que les había hecho
- ¡estás loca!
- ¡No! Ustedes están locos, ¿por qué no me quieren?
El chico de cabello rubio se acercó a jen con una mirada tan enojada
- oye niña ya lárgate de aquí antes de que...
- ya me la llevo, perdónala por favor, ya nos vamos
- ¡ya lárguense!
- oye, guapo porqué estas enojado
- estúpida, ¡ya lárgate! - el chico agarró el brazo de jen y empezó a apretarla con fuerza
- me duele, déjame
- ya suéltala – ell agarró el brazo del chico y trató de quitarle la mano del chico de su amiga
- ya váyanse de aquí antes de que les pase algo peor
- ya idiota, ya nos vamos, así que ahora ¡suelta a mi amiga!
- ya, ¿ahora te pones a la defensiva después de que estaban de zorras?
- eres un idiota
- y acaso ¿no es verdad?
- ¡claro que no!
- si claro, vienen a un antro solas para divertirse con tipos que las puedan coger ¡putas!
El golpe de un puño con gran fuerza que recibió aquel chico en su cara y la patada en su parte baja le agarró por sorpresa doliéndole bastante.
- Eres una...
En ese momento, el chico soltó el brazo a jen, y alguien más llegó dándole otro puñetazo en su cara.
- idiota, ¡no vuelvas a tocar a mi novia!
- eres un estúpido
El chico se volvió a la persona que lo había golpeado regresándole el puñetazo aún más peor del que había recibido
- oye espera bro, espera
Los golpes empezaban a emanar de aquellas dos personas furiosas, hasta que lograron separarlos.
Los gorilas del antro habían llegado para controlar aquel escándalo que se había formado entre esos chicos agarrándose a golpes y que espantaban a la gente del antro.
-ya basta, ya déjalo - el amigo de cabello negro se encontraba agarrando a su amigo para evitar que volviera a pelear
- suéltame, este idiota empezó
- sí pero ya basta
- ¡se van a controlar o se pueden retirar por favor! -
Las palabras que emanaban de uno de los gorilas solo fueron esas, sabían que eran frecuentes las peleas, pero tampoco podían correr a clientes, ya estaban acostumbrados a tantos disturbios que siempre sucedían. Solo si los casos eran más extremos si los lograban correr definitivamente del lugar.
- ya nos vamos, no se preocupen. Nos vamos ell
Alois cargó a jen y empezó a caminar hacia la salida
- eres un oligofrénico
- sí, tú también ya lárgate
Ell solo se volteó dándole la espalda y siguiendo a alois
- ¿Por qué no me dijeron que iban a venir?
- Bueno, pues no te quiso decir
- Si verdad, para que se pusiera de borracha y mira lo que pasa
- lo siento Alois
- Vi, como ese idiota agarro a jen, ¿Qué pasó ahí?
- Nada, solo ese tipo... es un mentecato
- Si, claro, nada, mejor explícamelo, no la defiendas, ya se cómo es jen
Observó a jen por un momento que se encontraba dormida en la parte trasera del auto.
- ¿Y cómo llegaste?
- Ella me envió un mensaje que estaban aquí, pero al parecer ya estaba así de peda para que me lo enviara, sino, no me hubiera dicho que estaba pasando una noche fabulosa contigo y que no se me ocurriera venir porque esta noche era especial para ti
- Si, claro, pues gracias por haber venido sino no sé cómo nos hubiéramos venido.