Destino Medieval© EE #1 [En E...

By Nathzel_02

268K 20.8K 925

💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe su copia o adaptación.💫 •Primer libro d... More

⚠️
đź‘‘CapĂ­tulo Iđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo IIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo IIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo IVđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo Vđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo VIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo VIIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo IXđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo Xđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XIIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XIVđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XVđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XVIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XVIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XVIIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XIXđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXIIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXIVđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXVđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXVIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXVIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXVIIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXIVđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXXđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXXIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXXIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXXIIIđź‘‘
đź‘‘CapĂ­tulo XXXIVđź‘‘
Orden de la saga
Seguimos vivos, pero a qué costo.

đź‘‘CapĂ­tulo VIđź‘‘

8.9K 741 30
By Nathzel_02

Desde que Malek se disculpó por su actitud, había comenzado a pasar demasiado tiempo junto a mí para tratar de ganarse mi confianza. Sin embargo, sus constantes intentos no habían resultado como él lo deseaba, pues su amabilidad seguía siendo una constante alerta para mí.

En ocasiones, cuando se percataba de que no estaba logrando que dejara de verlo como una amenaza, se iba estando visiblemente molesto y no regresaba hasta horas más tarde, cuando se había calmado y tenía un nuevo intento.

Para ser un rey temido por todos, no se comportaba como uno.

Malek era muy extremista, cuando no estaba actuando de forma grosera o cruel, era demasiado amable e intentaba agradar a toda costa.

— ¿Le apetece ir al pueblo? — Preguntó e inmediatamente las alertas en mi cabeza se encendieron.

Salir del castillo era algo que había estado deseando, pero ir con él... No sabía si esa invitación iba de la mano con una sentencia de muerte. Tal vez le ordenaría a los pueblerinos que me quitaran la vida en medio del pueblo.

— No es lo que cree. — Aclaró. — He pensado que no conoce el pueblo y que salir del castillo le haría bien. Britmongh es un lugar hermoso, le agradará.

— ¿Britmongh? — Pregunté por lo bajo. — ¿Qué es eso?

— Eso, es el reino en donde ha estado desde su llegada. — Sonrió ladeadamente. — Mis tierras.

Que nombre tan extraño, jamás había leído algo sobre un tal Britmongh, lo recordaría.

— De acuerdo... — Acepté aunque no estaba muy convencida.

No había aceptado porque confiara en él o sus planes, lo había hecho porque desde mi llegada a sus tierras no había salido más allá de los límites del castillo. Me pareció una buena idea salir, tomar aire y de paso, podía visualizar posibles salidas en caso de que sucediera algo.

Antes de partir fui a cambiarme de ropa y de paso a buscar algo que pudiera ayudarme a cubrir mi cabello. Cuando volví a reunirme con Malek a él no pareció agradarle que llevara una especie de velo, pero no dijo nada.

Comenzamos el pequeño viaje hacia el centro del lugar de forma silenciosa y pude ver lo hermosas que eran aquellas tierras. El brillante azul del cielo, el verdor de las hojas y los colores vibrantes de las flores, hacían ver a ese reino como un escenario creado para el rodaje de una película.

A medida que íbamos avanzando por el mercado los pueblerinos se giraban al notar nuestra presencia, situación que me resultaba incómoda. No me gustaba ser el centro de atención y ellos no dejaban de vernos ni siquiera cuando pagaban sus compras.

— Deje de actuar como si fuera a matarla. — Susurró cerca de mi oreja.

Rápidamente di un paso hacia atrás para mantener una distancia prudente entre nosotros dos. Aquel repentino acercamiento por su parte había llamado la atención de más pueblerinos y los susurros y murmullos no se habían hecho esperar.

Su actitud había hecho que mi nerviosismo creciera porque ya no se trataban de simples miradas o leves murmuros, comenzaba a escuchar con claridad cualquier tipo de chisme sin fundamento en donde los protagonistas éramos nosotros dos, su rey y la espía.

— Por favor, ¿podría mantener una distancia prudente? — Su ceño se frunció. — Me gustaría seguir siendo una persona más en este mercado.

— ¿A qué se refiere? — Fue mi turno de fruncir el ceño.

¿Acaso no se percataba de las miradas que estaban sobre él?

— Me refiero a que no quiero llamar la atención, me gustaría caminar sin tener varios pares ojos fijos en mi nuca. — Él sonrió ladeadamente y negó con la cabeza.

— Elizabeth, está caminando al lado del rey. Quiera o no, ellos la observarán y hablarán de usted aunque crea que no es así. — Si lo analizaba, su argumento tenía un buen punto.

— Bueno... En ese caso, me adelantaré un poco. — Elevé un poco mis comisuras y asentí antes de comenzar a caminar.

Cuando ya había dado un par de pasos para tener una distancia marcada, sentí que su mano rodeaba mi muñeca y tiró de ésta hacia él. Como fue algo tan repentino perdí el balance y creí que me caería al suelo, pero no fue así. Había cerrado los ojos con fuerza para esperar un golpe que nunca llegó, en su lugar aparecieron un par de brazos que me protegieron de una buena caída.

No podía verlo, pero sabía que estábamos más cerca de lo que era permitido, sentía su respiración rozar levemente mi mejilla.

— Lo lamento. — Susurró. — Puede abrir los ojos, Elizabeth, no voy a dejarla caer. — Abrí los ojos lentamente y me encontré con los suyos a escasos centímetros.

Tenía una mirada muy bonita, pero me obligué a dejar de pensar en eso. Cuando me encontré sobre mis dos pies pude ver que todos a nuestro alrededor nos observaban. Al voltearme para reñirlo pude ver la satisfacción que le causaba esa situación y entonces comprendía que eso era lo que él había querido, que toda la atención estuviera sobre nosotros.

Lo había hecho para molestarme y la sonrisa que se extendía por sus labios lo confirmó.

— Es un... — Apreté los labios, retrocedí y comencé a caminar por el mercado lo más rápido que podía.

Lo escuchaba gritar mi nombre y decir que me detuviera, pero no lo hice, al contrario, aceleré mis pasos.

Había sido una tonta al confiar en ese tonto. Era obvio que si iba con él a cualquier parte todos nos mirarían y Malek siendo el rey, trataría de tener la mayor cantidad de atención posible.

— Elizabeth, ¿ahora qué hice para que sintiera malestar hacia mí? — Preguntó cuando por fin pudo alcanzarme y sujetó mi brazo para que no pudiera avanzar más.

— Le dije que no me gustaba llamar la atención. — Me zafé de su agarre y crucé los brazos sobre mi pecho.

— No lo hice...— Dejó de hablar para pensar mejor en las palabras que utilizaría. — No deseaba causarle malestar, solo quería que dejara de temer. — Caminó hacia una de las viviendas cercanas y se recostó en su pared mientras se cruzaba de brazos.

Ninguno de los dos dijo algo más, únicamente nos dedicarnos a observarnos fijamente.

Si durante unos segundos olvidaba todo lo que había sucedido desde mi llegada y que era rey, Malek podría pasar como una persona normal. Él parecía estar cómodo en el pueblo y me había demostrado que sabía dónde se encontraba ubicada cada cosa, por lo que no puede evitar preguntarme cómo era eso posible. Era un rey, alguien ocupado que ni siquiera debió haber tenido una infancia normal.

— ¿Puedo hacerle una pregunta? — Me animé a quebrar el silencio que había entre nosotros.

— Adelante. — Dio un pequeño asentimiento.

— Siendo rey, ¿cómo es posible que conozca todo su pueblo? — Sus comisuras se elevaron. — ¿Ha salido del castillo sin autorización?

— No necesito autorización para salir. — Respondió de forma evasiva.

— Sabe a lo que me refiero. — Pasó la lengua por sus labios antes de abrir la boca para contestar.

— ¿También puedo hacerle una pregunta? — A diferencia de mí, él no esperó a que le dijera que sí o a que me negara. — ¿Por qué cubre su cabello? — Preguntó con el ceño fruncido.

— De donde vengo mi cabello no es algo de lo que estar orgullosa. — Alcé los hombros, restándole importancia a mis propias palabras.

— ¿Por qué? ¿Qué hay mal en su cabello? — La tranquilidad que nos había estado rodeando se esfumó y mi mal humor regresó. — ¿Qué le hacían?

— Nada agradable que quiera recordar. — Di por zanjada la conversación y me detuve frente a uno de los puestos.

Él no insistió más con el tema, pero eso no quería decir que su curiosidad hubiera sido saciada. No había hecho preguntas, pero tampoco era que hicieran falta, solo bastaba con sus constantes miradas.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué me observa tanto? — Le pregunté entre murmuros.

Si bien mis ojos estaban sobre los productos que vendían en el puesto que estaba frente a nosotros, sentía su atenta mirada sobre mi nuca.

— Quiero comprender por qué cubre su cabello y lo que le hacían, eso es todo. — Inhalé y exhalé ruidosamente mientras me debatía entre contestar o dejarlo con esa duda hasta que se cansara de mirarme.

Me giré bruscamente hacia él para quedar cara a cara y aunque se sobresaltó un poco, se mantuvo en el mismo lugar. Malek entrecerró los ojos, sonrió ladeadamente y frunció un poco, algo que comenzaba a pensar que hacía sin darse cuenta.

— Todos los días me insultaban, encerraban en espacios pequeños y me golpeaban. — Su rostro perdió cualquier tipo de amabilidad de una forma tan brusca que cualquiera habría pensado que lo había insultado.

No esperé a que dijera algo, volví a girarme y continué observando los productos que vendía la mujer del puesto que estaba frente a nosotros.

Mi claustrofobia había comenzado porque por ser pelirroja me encerraban en los casilleros o armarios de limpieza, en donde solían dejarme durante largos y tortuosos minutos e incluso horas. No contentos con encerrarme, me golpeaban, empujaban, tiraban de mi cabello y los restantes de sus almuerzos siempre terminaban sobre mí, todo por tener un cabello demasiado llamativo para ellos.

— ¿Por ese motivo gritaba y se lastimó las manos cuando estaba en el calabozo? — Susurró para que solo yo pudiera escucharlo y asentí. — Lo lamento. — Lo observé por el rabillo del ojo. — Lamento haberla encerrado y haber ocasionado que sintiera temor. — Me encogí de hombros nuevamente para restarle importancia al tema de conversación.

— Ya no importa. — Malek no volvió a hablar sobre ese tema y aunque no se lo dije, agradecía su silencio.

— Y lamento decirle esto, pero...— Sentí que algo se aferraba al velo que cubría mi cabello, pero cuando quise sujetarlo ya era demasiado tarde, mi cabello se encontraba expuesto. — Me agrada su cabello y tiene prohibido volver a cubrirlo cuando se encuentre en mi presencia.

— ¿Qué está haciendo? — Su mano derecha se alzó por completo y no supe el motivo hasta que subí la mirada y vi el velo. — Devuélvamelo. — Comencé a saltar y estirarme para tratar de alcanzarlo, pero me era imposible debido a la obvia diferencia de estatura que había entre nosotros dos.

Malek era tan alto como una farola y yo tan pequeña como un chihuahua.

— También debo advertirle que de no seguir mi orden, tendré que hacer una ley que la obligue a obedecerme y créame, no habrá quién se oponga a mi voluntad porque no hay palabra que pese más que la mía. — Apreté los labios y fui bajando lentamente mi mano hasta que volvió a estar a mi costado.

— Bien...— Mascullé. — Haga lo que le plazca. — Mi mirada volvió a estar nuevamente en los puestos, pero los constantes comentarios sobre mi cabello no me dejaban prestar atención a lo que estaba viendo.

Podía escuchar todo tipo de expresiones, desde niños diciendo que mi cabello era hermoso hasta señores parloteando sobre lo exótico que era, añadiendo en varias ocasiones que debería sentir vergüenza por mostrarlo. Claro estaba, nadie se atrevió a decir todas esas cosas cerca de mí porque en ese momento era la acompañante del rey y nadie se atrevería a faltarme el respeto en su presencia.

Mientras yo estaba al borde del colapso, Malek se veía normal a pesar de estar en el centro de una situación incómoda. De hecho, se encontraba tan cómodo que en un acto meramente inconsciente y ante la atenta mirada de los pueblerinos, alzó su mano hacia mi cabello y lo acarició. Esa simple caricia que no duró más de dos segundos logró tensarme y a su vez que las miradas indiscretas cesaran abruptamente.

¿Acaso lo había hecho para ayudarme?

— No debería ocultar su cabello nunca más. — Dijo mientras volvía a acariciar mi cabello y tomaba uno de mis mechones para jugar con él.

Continuó girando mi cabello en su dedo y cada vez que se lo quitaba, volvía a tomar otro, así hasta que me cansé y dejé que hiciera lo que quisiera.

Poco después nos detuvimos en un puesto de joyería donde él solía comprar sus múltiples y costosos adornos. Mientras él miraba detenidamente lo que había, mis ojos se mantuvieron fijos en un anillo precioso.

La joya no era nada disimulada, era una pieza de gran tamaño que tenía una piedra verdosa en el centro y alrededor de ésta había unas más pequeñas y brillantes que se encontraban incrustadas estratégicamente para que la pieza central se robara la atención.

— ¿Vio algo de su agrado? — La voz de Malek me sacó de mi burbuja de admiración e inmediatamente negué con la cabeza.

— Eh, no. ¿Usted encontró algo? — Él ni siquiera se esforzó en contestar mi pregunta.

— Su majestad, con todo el respeto que se merece y pidiendo mis más sinceras disculpas por interrumpir, pero he visto que a la señorita le ha agradado esta joya. — La mujer tomó el anillo entre sus dedos y se lo entregó a Malek mientras hacía una leve reverencia.

— ¿Desea la joya? — Preguntó el rey, quien examinaba el anillo con detenimiento antes de voltear la cabeza para verme.

— No, no. — Volví a negar y él solo asintió levemente.

Mientras esperaba a que Malek comprara sus cosas me entretuve viendo a unos niños que jugaban. Cuando los vi reír sonreí con nostalgia porque me recordaron a mi hermano. Mi topito era un niño enérgico que adoraba correr por todas partes...

Alejé esos recuerdos de mi mente justo cuando mi acompañante terminó de comprar y se detuvo a mi lado. Después de ese momento decidimos regresar al castillo antes de que anocheciera.

Continue Reading

You'll Also Like

54K 7.9K 37
《 Transmigré a la antigüedad para ganar dinero y criar a mi cachorro 》 Continuación a partir del capítulo 200. Para leer la primera parte, busca la n...
520K 55K 68
Esta es la historia de una mujer que intentaron casar con muchos lords, pero que se enamorĂł de muchas princesas. ~~~ Monarca es la historia de la pri...
22.6K 813 170
Bueno como vieron en el titulo son imágenes del ship de RadioStatic bueno de Alastor x Vox. Aclaración las Imágenes o comics no son de mi autoría . D...
147K 19.5K 68
Sinopsis Tras encender el gas para perecer junto a quienes codiciaban la fortuna de su familia, Lin Yi transmigró a otro mundo, ¡y estaba a punto de...