🌙ᥴˀ⸼᮫͓ͯ̽❳
LOS GALLAGHER habían viajado a España, ahora volvían a su pueblo, Beacon Hills. Había sido un hermoso viaje familiar, por desgracia el último
Estaban tan distraídos cantando y riendo que no se dieron cuenta de que un ciervo había salido de entre los árboles y estaba en medio de la carretera, hasta que la pequeña Evie lo hizo.
—¡Papa, cuidado! —gritó señalando al ciervo.
El hombre al ver al animal giró bruscamente el volante para evitar atropellarlo, causando que perdiera el control del coche y este cayera por un barranco y quedara poca abajo
La pequeña de ocho años respiró profundamente al notar como habían dejado de dar vueltas, de pronto, sintió un líquido en su frente, era sangre. Pero poco le importaba en ese momento
—Estoy bien —anunció— ¿Y vosotros?
Pero no obtuvo respuesta
—¿Mamá? ¿Papá?
Nada
Com cuidado se desabrochó el cinturón y se dio la vuelta, con los pies en el techo que se encontraba haciendo de suelo en ese momento
—¿Mamá? —le tocó el hombro—¿Papá?
Otra vez, silencio
Poco después escuchó sirenas de policía y gente acercándose. Alguien se acercó al coche, al notar que había alguien en el asiento delantero rompió la ventana y se asomó
—¿Evie? ¡Oh, Dios mío! Ven, te ayudaré a salir —era Noah Stilinski
La joven les dio una última mirada a los cuerpos de sus padres y salió por aquella ventana con ayuda del Sherif
—¿Estás bien? —preguntó cogiéndola en brazos.
—Creo que si
—Te llevaré a una ambulancia para que te vean esa herida ¿vale? —también era para que no viera como sacaban a sus padres del coche.
Llevó a la pequeña hasta una ambulancia, la sentó en la camilla que había dentro. Una paramédica se acercó
—Ya me ocupó yo, gracias —le dijo a Noah, el hombre asintió, dejó un beso en la cabeza de la pequeña y volvió a inspeccionar la zona del accidente —¿Como te llamas? —preguntó inspeccionando la herida
—Evie —respondió en un murmuró.
—Bien, Evie —le sonrió amablemente— Tengo que limpiarte esa herida ¿vale? Te avis o porque te va a escocer un poco
Mojó un algodón en alcohol y lo pasó por la herida para que no se infectara, para su sorpresa La Niña no hizo muecas de dolor
—¿No te duele? —preguntó extrañada. Evie negó con la cabeza—¿Ni un poquito? —Volvió a negar—Bueno, eso significa que eres una niña muy fuerte —escondió su asombro—Necesito que te quedes conmigo hasta que vuelva el sheriff ¿de acuerdo?
La joven iba a contestar cuando se escuchó un grito:
—¡Tiene pulso!
—¡Sacadla, el coche va a arder!
Segundos después Evie vio como subían a su madre inconsciente a una ambulancia
Y olió a quemado, el coche estaba en llamas
Cuando los bomberos lo apagaron y los policías investigaron todo lo necesario, la pequeña se subió con Noah en el coche y a insistencia de ella la llevó al hospital a ver a su madre
—Lauren Gallagher...—buscó en el registró la recepcionista — Está en la habitación 108
—Muchas gracias —respondió Noah.
Él y Evie subieron por el ascensor hasta llegar a la tercera planta del hospital, donde se encontraban las habitaciones de la 100 a la 199
Llegaron a la habitación 108, tocaron la puerta y entraron
—¡Mamá! —exclamó Evie acercándose
Lauren Gallagher estaba conectada a un montón de cables, se veía pálida y débil.
—Corazon —medio susurró— ¿Como te encuentras?
—Mejor que tú. Papá...
—Lo se Cariño, lo se...
—Perdóname, por favor —suplicó la niña acariciando la mano de su madre
—¿Perdonarte? Nada de esto es culpa tuya, cielo
—Te quiero —medio susurró
—Y yo a ti. Hola Noah —dijo al verlo.
—Hola Lauren —quería llorar, acaba de perder a su mejor amigo, y su mejor amiga estaba conectada a miles de cables, pero no lo hacía por no preocupar a la niña
Noah vio esa mirada en la mujer que indicaba que quería hablar con él. Pero no con Evie delante
—Oye —sacó unas cuantas monedas de su bolsillo— ¿Porque no vas a la maquina y miras si hay algo que te guste?
Evie le agradeció y salió de la habitación
—Gracias —le dijo Lauren—Escucha...los médicos me han dicho que estoy muy débil y...
—No digas eso...Por favor —Noah se negaba a aceptar eso.
—Noah...no creen que vaya a sobrevivir. Y yo tampoco lo creo
—No...No
—Escuchame por favor, no se si te acuerdas, seguro que si —rió débilmente— en nuestros testamentos pusimos que en caso de que nos pasara algo y Evie fuera menor, tú y Claudia, por desgracia, ahora sólo tú, cuidarías de ella
—Si, si. Me acuerdo
—No se si con todo lo que ha pasado en estos años quieres...
—Si, es decir, en caso de que...—no quiso acabar la frase—Yo la cuidaré, y Stiles, por supuesto —se limpió una lagrima.
—No lo dudo
En ese momento Evie entró en la habitación comiéndose una barrita de Chocolate. Se acercó a Noah y le puso el cambio en la mano, el cual dijo que no hacía falta y le devolvió las monedas a la rubia
La noche había caído. Las enfermeras le prepararon la camilla de al lado a Evie para que durmiera cómoda. La joven no se quería separar de su madre por nada del mundo
A la mañana siguiente, se despertó escuchado una voz muy conocida. Noah había vuelto y hablaba con Lauren
Evie se levantó de la camilla y saludó a si madre poniéndole en frente de ella.
Había pasado un rato, Noah se había ido diciendo que no quería dejar tanto tiempo a Stiles con sus vecinos. No eran muy de fiar.
Lauren se había dormida hace media hora. Evie no quería despertarla por lo cual sólo estaba sentada en frente sin hacer ruido alguno. La pequeña observaba sus pies como si fueran lo más impresionante del universo. Cuando de pronto, se escuchó un pitido;
Evie levantó la cabeza y vio una línea recta en aquel aparato que aún no había descubierto bien para lo que servía, pero intuía que era importante.
—¿Ma-mamá?
La puerta se abrió. Un médico que pasaba por ahí escuchó el pitido y se acercó a la habitación
—¡Rapido, vengan! —gritó para que los demás médicos escucharan— ¡Traed el desfibrilador! ¡Y sacad a esta niña de aquí!
Una enfermera cogió del la mano a la joven y la sacó de la habitación ignorando sus gritos y sus lágrimas
—Lo lamentó pequeña, tendrás que esperar aquí
—¡Quiero estar con mi madre! —suplicó entre lágrimas.
—Es mejor que te quedes aquí
Pero no habían conseguido salvarla
Llamaron a los familiares para darles la mala noticia, incluido a Noah el cual a los diez minutos entró con Stiles al hospital.
El pequeño de ocho años corrió hacia su amiga en cuanto la visualizó y la abrazó fuertemente, sabía lo que era perder a un ser querido delante de ti.
—Evie...—la llamó el señor Stilinski, el cual tenía los ojos cristalizados— ¿Te gustaría...quedarte con nosotros? Tu madre me pidió que cuidara de ti y...—el hombre no pudo acabar porque Evie lo estaba abrazando
—Gracias —intentó sonreír pero no pudo.
Stiles la rodeó por los hombros y los tres salieron del hospital.
Ese día, todo cambió en la vida de Evie Gallagher
Hey! Me ha gustado bastante este prólogo.
¿Que opináis?
Pos...nu c, ¿queréis preguntarme algo de historias o de mi vida? XDD
¡Os amo reinas!