Sin darse cuenta la noche había caído, era el momento de que Albus y Liam hablaran con Draco, fue el segundo el que se levantó primero de la mesa para reunirse con Albus, al llegar a su lado sintió la mirada de su primo, claramente Scorpius no estaba del todo de acuerdo con el hecho de que fueran ellos quienes intentaran convencer a su padre de ir a la sala de menesteres para escuchar la historia.
— ¿estás seguro de esto Al? – pregunto Scorp, aun creía que lo más conveniente era que el mismo hablara con su padre.
— Deja ya de preocuparte, vamos Liam.
Mientras esperaban en uno de los pasillos hasta ver aparecer a Draco, Liam observaba a Albus, parecía encontrarse tranquilo cosa que Liam consideraba injusto ya que él estaba muriéndose de los nervios, no solo por hablar con su futuro tío también por lo que resultaría de la conversación que les esperaba.
— No te preocupes Liam, todo resultara bien.
— Hum – exclamo sin entender lo que quería decir Albus
— conozco a Scorp, sé que está muy molesto por todo lo que dijiste durante tu presentación, pero te quiere y es solo cuestión de tiempo para que las cosas se arreglen.
— tú crees que después de cuatro años nuestra relación se pueda arreglar.
Era difícil para Liam tratar de buscar algo de esperanza en aquel chico, no solo porque era un año menor que el, sino porque era la persona más cercana a Scorpius, lo último que esperaría es que lo consolara cuando el mismo fue el que se alejó.
— honestamente, quizá nunca sea lo que fue, pero creo que pueden volver a ser buenos amigos, al final son primos y eso ni tu ni él pueden cambiarlo.
Albus tenía que ser muy honesto consigo mismo, hubo un tiempo en el que estuvo muy enojado con respecto a Liam, no entendía la razón para alejar a Scorpius de el por haber sido sorteado en Gryffindor, solo podía imaginar lo que el habría sentido si Rose o james se hubieran alejado de él solo por ser Slytherin y Scorpius había sufrido tanto por eso que Al sentía la necesidad de cuidarlo.
Liam parecía querer decir algo más pero fue interrumpido.
— Ahí viene – Albus tenía un plan, el señor Malfoy tenía que saber, no había opción, si había alguna posibilidad de cambiar las cosas, el quería que el primer año de Scorpius en Hogwarts fuera completamente diferente.
Albus se aseguró de que nadie los estuviera observando y susurro
— Desmaius.
—Que... ¡¿pero qué haces?! – se escandalizo Liam cuando vio caer el cuerpo inconsciente de su futuro tío.
— ¿enserio crees que él aceptaría hablar con nosotros así tan fácil? ¿Cuándo no ha dicho nada a Scorp? ¿Cuándo no lo ha vuelto a mirar desde su presentación?
Liam lo observo entre asombrado y precavido haciendo una nota mental de tener cuidado con el amigo de su primo.
Con ayuda de un encantamiento levitatorio transportaron el cuerpo de Draco a un aula cercana, ambos lo observaron por un largo momento.
— se parecen mucho ¿verdad? – el rostro de Albus se tornó inseguro ante lo dicho por Liam.
— Si, lo hacen pero...- Albus no sabía si continuar, era cierto Scorpius había heredado mucho de los rasgos de Draco, su piel pálida, rasgos angulosos, sus ojos grises , el platinado color de su cabello, pero su amigo era amable y respetuoso, en ocasiones podía ser realmente negativo, y cuando estaba nervioso su voz se volvía infantil, nada veía en su amigo del adolecente torturado, envenenado de odios y prejuicios que yacía inconsciente en el piso, sabia solo un poco lo que Draco pasaba este año, lo más importante y veía el peso de esa carga en lo demacrado que lucía, tenía ojeras y su piel lucia más pálida aun de lo normal, reprimió un escalofrió al imaginarse a Scorp en ese estado,
— Lo sé – rompió entonces sus pensamiento la voz de Liam, sus palabras lo sorprendieron al darse cuenta de que estaba pensado lo mismo que él, Scorpius era diferente a su padre.
Draco comenzó a recuperar la conciencia, estaba aturdido y rápidamente se puso alerta observando su alrededor distinguió entonces al hijo de Potter y el hijo de Theo, se puso de pie con algo de enfado.
— ¿Qué me hicieron?
— Nada importante – contesto de inmediato Albus quitándole peso a la situación -solo un Desmaius – Draco lo miro con furia ¿Cómo se atrevía ese chico a atacarlo de esa manera?
— ¿Qué pretenden? – difícilmente Draco podía imaginarse que aquella situación se debía a lo mucho que Albus y Liam querían a Scorpius ya que este nunca había experimentado lo que era que tu mejor amigo diera la cara por ti y se preocupara de que estuvieras bien, Draco solo conocía las amistades por conveniencia, el tener a un par de "guardaespaldas" que te siguieran como perros falderos mientras significaras algo, mientras les brindaras algo pero que no darían nada por ti.
— Escúcheme por favor – pidió Albus con un tono que pocas veces usaba... era una súplica – ven con nosotros a la sala de menesteres, Scorp y yo vamos a hablar sobre nuestro primer año, queremos que lo veas.
Liam guardaba silencio, no tenía mucho que añadir a las palabras de Albus
— ¿Por qué querría hacerlo? ¿Crees que me interesa como es que él se hizo amigo tuyo? – había desprecio en su voz que hizo sentir a Albus furioso y a Liam indignado por cómo se refería a su primo.
— pensé que te interesaría saber cómo Scorpius ha sido el que ha pagado por tus malditos errores, como él ha sido el más señalado y atacado por las acciones de un padre que no supo hacerle frente al suyo y que nunca se atrevió a pensar por sí mismo y que cuando se dio cuenta de la realidad ya era demasiado tarde, ya no pudo salir del agujero negro en el que se había metido.
Las palabras de Albus eran duras, más frías de lo que él quería ser, todo lo que había dicho era verdad, aunque él también sabía que Draco no había tenido opción, su familia había estado metida a fondo con Voldemort y cuando su padre fue llevado a Azkaban, no le había quedamos más remedio que obedecer a sus órdenes, para asegurar el bienestar de su madre, pero aun así su rabia había sido más fuerte que su sentido de la prudencia.
— Albus cálmate, no vas a lograr nada de esta manera – no sabía qué hacer, sabía que Albus tenía problemas controlando su rabia y no quería que las cosas se salieran de control.
Draco no decía nada, las palabras del hijo de Potter habían calado un poco dentro del el, pero se resistía a admitirlo.
— ya he dicho que no me interesa – repitió con amargura mientras se acercaba a la puerta dispuesto a irse.
El aire en el aula se cargó de magia, un escalofrío recorrió a Draco, Liam retrocedió unos pasos de Albus.
—No puede irse – dijo Al con voz controlada – tiene que saber.
—No me interesa – le observo con rabia pero no por mucho, había furia en la mirada verde del joven, había algo mucho más peligroso en él de lo que había visto en su padre.
La puerta se abrió de repente, revelando a Scorpius que sostenía en sus manos el mapa del merodeador.
Minutos antes en el gran comedor
Scorpius aun veía la puerta por la que Albus y Liam habían desaparecido estaba bastante ansioso por lo que podría estar sucediendo, quería desesperadamente salir del gran comedor e ir a buscarlos.
Todos notaban la tensión que emanaba de él aunque los de la segunda generación no comprendieran completamente lo que sucedía.
— hum, Scorpius puedes tranquilizarte, me estas poniendo algo nervioso – Harry se acercó al amigo de su hijo que no paraba de mover los pies mientras observaba la salida.
— lo siento pero no puedo evitarlo, Al, Liam y mi padre adolecente, no es la mejor combinación, solo espero que Albus no pierda el control.
— me preocupa, no estoy seguro de por qué pero me preocupa que no pueda controlarse.
— Al no dañaría a nadie a propósito, el solo se defiende.
Unos minutos después se sintió una fuerza increíble, no era algo que pudiera ser tangible, una sensación que te recorría el cuerpo e intentaba paralizarte.
— que fue eso
— También lo sentiste – al parecer no todos se habían dado cuenta de eso – Harry necesito que me prestes el mapa del merodeador, tengo que encontrar a Albus.
La mirada en el rostro de Scorpius le hizo ver que se trataba de algo serio, metió la mano al bolsillo del pantalón para entregarle el mapa al rubio, sorprendiéndose de la manera en la que lo hizo sin cuestionar la petición o siquiera dudar de dárselo al hijo de Malfoy.
— Voy contigo – no espero respuesta se puso en marcha al lado del chico enviándoles una mirada a Ron y Hermione haciéndoles saber que volvería pronto y que no se preocuparan.
Scorpius había visto en el mapa que se encontraban en un aula muy cerca del gran comedor afortunadamente, la sensación que podía percibir era ya bien conocida por él, supo inmediatamente que Al había vuelto a perder el control, lo que era un problema pues su amigo no había tenido un estallido de magia desde hace mucho.
— ¿qué pasa Scorpius? – Harry miraba preocupado al chico, parecía que quería recorrer el camino volando o mejor directamente aparecerse en el lugar donde estaba Albus.
Harry no recibió respuesta a su interrogante, Scorpius continúo corriendo sin decir palabra.
Llegaron hasta fuera del aula Scorpius no dudo un segundo en entrar, como esperaba su padre estaba siendo apuntado por la varita de Albus de quien emanaba una energía poderosa, Liam intentaba calmarlo.
Harry se situó a lado de Scorp solo unos segundos después contemplando la escena y, algo en Al le recordó al momento antes de que inflara a la tía Marge y como sintió la magia saliéndose de control por su rabia.
— ya basta Albus, por favor – Albus se había quedado un momento sin saber que hacer unos instantes antes había estado a punto de aturdir a Malfoy, pero la llegada de Scorpius lo hizo detenerse.
— Márchate entonces, solo recuerda lo que dije – el tono de su voz contenida habría asustado a cualquiera.
Malfoy salió del aula sin dirigirle la mirada a Scorpius, quien interiormente se dijo que tenía que acostumbrarse al menos mientras estuvieran en aquella época, aunque eso no evitaba que le doliera profundamente el rechazo de su padre.
— ¿Qué fue lo que sucedió? – Albus negó con la cabeza, ¿había exagerado su reacción? Sabía que difícilmente convencería a Draco de aceptar ir con ellos, y pese a todo, una parte de él no perdía la esperanza.
Frustrado por la respuesta o la falta de ella de parte de su amigo Scorpius se dirigió a su primo.
— ¿Liam?
— Nada que no esperáramos – había un nudo en su garganta, no había dicho nada a su tío, se supone que acompañaría a Albus para intentar convencerlo, pero él no había abierto la boca.
— De acuerdo, como dices, no es que no lo supiéramos.
— Albus ¿estás bien? – Harry observaba a su hijo con preocupación.
— Lo estoy – se dirigió a Scorpius – lo lamento Scorp, debí lanzarle un imperio y obligarlo a ir.
— no digas tonterías Albus, no vale la pena.
— tú vales la pena, Scorp déjame ir y obligarlo a base de tortura muggle.
— Ya dije que no Albus, vamos los demás deben estar esperándonos.
— bien – Albus no se veía contento paso a lado de Scorp y viendo la cara que tenía su papá lo tomo de la mano le dio un mensaje silencioso a Scorp para que se adelantara, entendiendo las intenciones de su amigo Scorp salio de la habitación tras de él iba Liam, aun pensando que debio hacer mas por convencer a su tío de acompañarlos.
Estaban sentados en un par de sillas que encontraron el aula, no parecían incomodos al estar callados, pero Albus tenía la necesidad de que Harry le dijera algo.
— No soy una mala persona, sabes – Harry lo miro extrañado por lo que dijo
— No pienso que seas una mala persona Albus – era absurdo, desde que había conocido a Albus no había visto más que un gran instinto protector.
— Cuando era pequeño, James me hizo enfadar, hice magia accidental destruí la mitad de la habitación, me dio mucho miedo porque no quería lastimar a James, yo solo estaba enojado.
— ¿y se lastimo? – Albus agradeció que no dijera ¿Lo lastimaste?
— Él estaba abrazándome – dijo mientras negaba con la cabeza - no supe en que momento lo había hecho, pero había un circulo intacto alrededor de nosotros.
— eso debería demostrarte que no eres una mala persona, en medio de tu enfado lo protegiste.
— en una ocasión mande a cuatro alumnos a la enfermería.
— ¿Albus intentas convencerme de algo?
— No lo sé, estoy un poco nervioso supongo, por lo de mostrarles nuestros recuerdos.
— Ni tu ni Scorpius están muy emocionados por contarnos como inicio su amistad—
— fue algo realmente duro papá, fue muy difícil para Scorpius quedar en Gryffindor, creo que sabes que los prejuicios a veces son muy poderosos, ciegan e impide que vean que una persona no es un apellido.
— imagino que para ti también fue difícil, estar en una donde seguro no fuiste bienvenido.
— ¿bromeas? Siendo hijo de la persona que envió a prisión a algunos miembros de su familia, mis compañeros se peleaban por ser mis amigos.
—tienes un sentido del humor bastante peculiar.
— es mejor que vayamos con los demás presiento que será una larga noche.
Salieron del aula hacia el séptimo piso, donde ya los esperaba toda la tercera generación así como las hermanas Grengrass, Theo, los Weasley, Remus, Tonks, Neville, Luna, Hermione, Ron y Leisa.
De inmediato Albus se acercó a su mejor amigo, como la noche en la que Teddy había mostrado sus recuerdos aquellos que no se habían presentado aún estaban con unas mascaras para cubrir su rostro.
— Listo Scorp – Albus sonrió a su amigo para darle ánimos.
— jamás estaré completamente listo para esto, pero estoy lo suficiente como para intentarlo.
— Bien chicos, Al, Scorp el director me ha vuelto a prestar el pensadero – con cuidado Albus y Scorpius depositaron sus recuerdos.
— comenzaremos con los recuerdos de Albus.
Con esas palabras Teddy lanzo el hechizo para que todos pudieran ver los recuerdos.
Un Albus de once años caminaba solo por los pasillos del castillo, por la escaza luz que había era de noche, el chico hablaba en murmullos enfadados.
"que piensan esos idiotas, no lograran que les tenga miedo" entonces notaron que Albus tenía un labio roto, con la manga de la túnica se limpiaba la sangre.
Fue cuando vieron que lo seguían al mismo tiempo que Albus los escuchaba, eran dos chicos mayores con el uniforme de Slytherin.
— Así que aquí estas Potter – el chico era moreno y era mucho mayor que Albus
— En donde más querías que estuviera ¿en el callejón Diagon? – replico Albus con sarcasmo.
— Deberías callar esa boca Potter – dijo el otro chico acercándose a Albus con el puño levantado – no querrás que te la vuelva a cerrar ¿Verdad?
— ¿Ellos te golpearon? – Leisa a pesar de querer mantenerse callada para saber todo lo que había pasado, no podía evitar preocuparse por su hijo.
Albus asintió, aun sentía rencor al recordar a ese par de idiotas a pesar de que solo había tenido el "placer" de aguantarlos un año antes de que se graduaran.
Los ojos de Albus se encendieron con ira, la sangre que se había secado sobre su labio abierto lo hizo levantar el rostro, los otros dos eran fácilmente al menos una cabeza más altos que él, los superaban en número, edad y fuerza por mucho que le doliera admitirlo pero estaba decidido a no dejarse amedrentar.
— Atrévete a volver a ponerme una mano encima y hare que te arrepientas el resto de tu vida – dijo las palabras entre dientes, con rabia, los muy cobardes lo habían acorralado mientras estaba solo.
— y que harás Potter acusarnos con tu padre
Albus no se inmuto estaba preparado para eso, sabía que sería difícil que las personas no pensaran en el cómo Albus sino como el Hijo de Harry Potter, pero no estaba dispuesto a que los demás creyeran que no podía sobrellevar sus problemas por sí solo.
— No metas a mi padre en esto.
— Oh pero si tu padre tiene que ver todo en esto, por su culpa encerraron a mi abuelo en azkaban.
— tu abuelo era un mortifago que disfrutaba torturando niños, mhn veo que les viene de familia – escupió Albus con desprecio, a pesar que él era de la idea de que no eres quienes fueron tus antepasados, eso quedaba de lado si se refería a la familia Macnair.
El chico levanto el puño pero Albus estaba muy enojado sintió, como cuando era pequeño y hacia magia accidental que su magia salía de él sin ningún control, la fuerza de esta hizo que los dos chicos salieran disparados hasta la pared tras de ellos.
Los dos se levantaron algo aturdidos y vieron directamente a Albus, pero no tuvieron tiempo de hacer algo ya que en ese momento apareció un chico al que rápidamente reconocieron como Louis Weasley en ese momento debería tener dieciséis años.
— Que sucede – la voz de Louis era exigente había visto como los de Slytherin se levantaban del piso y también noto la sangre seca en Albus.
— Nada que te interese Weasley.
— yo creo que si me interesa – dijo Louis sacando la varita – petrificus totalus – la acción dejo estático al otro, asi que no le dio tiempo de racionar cuando Louis lo petrifico también.
— ¿estás bien Albus? – pregunto girándose hacia quien consideraba un primo más.
— sí, bien – furioso pero bien pensó en ese momento.
— quieres ir a la enfermería -
— no es necesario Louis, gracias.
— ¿seguro? Que haces en los pasillos a estas horas de todos modos, que paso con esos chicos.
Todos escucharon como Albus le relato a Louis que había estado un poco tarde en la biblioteca, y que los idiotas de séptimo año lo habían acorralado apenas notaron que estaba solo, él los había enfrentado verbalmente hasta que uno de ellos le había dado un golpe para callarlo, entonces él había lanzado un hechizo flipendo hacia uno de ellos y mientras aprovechaba la confusión se había alejado de ellos.
— tienes que ser cuidadoso Al, no queremos que te suceda nada intenta estar siempre acompañado.
— Louis eso es imposible, en algún momento tengo que estar solo, además no le temo a ninguno de ellos temo más por... - lo siguiente que dijo no se escuchó solo la respuesta de Louis
— lo sé Al, pero igual ten cuidado, hablare con James para que planee algo para ese par de matones.
— No quiero que James se entere – el James de la sala frunció el ceño el realmente no se había enterado de ese incidente
— Albus, no puedes esconderle estas cosas.
— Le dirá a papá y mamá.
— ¿Crees que James haría eso?
— puedes creer que james solo es un revoltoso tratando de desmoronar Hogwarts antes de llegar a graduarse, pero es un hermano demasiado protector y no le digas que lo dije.
— Pues mira que ya me entere – comento James con tono burlón pero en su interior sintió el cálido sentimiento de amor hacia su hermano.
— así que les dirá a papá y mamá y después buscara la manera de vengarse y no quiero que me quite el placer.
— De verdad te vengaste – pregunto curioso Ron
En el rostro de Albus e dibujo una sonrisa maliciosa la clase de sonrisa que anuncia que no debes meterte con un Potter.
— ¿Qué hiciste?
— no mucho realmente, conseguí algunas cosas de sortilegios Weasley, además de encantar algunos pajarillos para que los persiguieran constantemente mientras estaban solos pero que desparecieran en cuanto alguien más estuviera presente, además de hechizar sus ropas para que cambiaran de color y fueran totalmente amarillas.
— ¿hiciste todo eso con once años? – pregunto Hermione con curiosidad
— Bueno obtuve ayuda – Victoria levanto un poco la mano.
— yo le ayude con los hechizos, Louis me había contado lo que había sucedido.
— como termino eso.
— Pues los muy tontos fueron a acusarme con el jefe de casa y el mando llamarme así que yo como inocente primer año me presente y dije que no sabía de qué hablaban ¿Por qué querría hacerles algo? No les quedó más remedio que quedarse callados, así que el profesor decidió que ellos habían inventado todo para perjudicarme.
Albus no dijo nada más y el recuerdo continuo.
Albus se encontraba en la que debía ser su habitación en Slytherin, parecía enfadado había un gran desorden alrededor.
— Esto debe ser una broma – musito con enfado recogiendo túnicas y frascos de tinta, llevaba menos de una semana en el colegio ya se había dado cuenta de quienes tenía que cuidarse, y entre ellos se encontraba uno de sus compañeros de cuarto, Steven Flint.
— que sucede Potter, alguien tiro tus cosas – el chico era un poco más alto que Albus, de cabello negro y ojos muy oscuros, su sonrisa arrogante, molesto a Albus.
— no finjas que no lo hiciste Flint – lo enfrento Albus con enfado
— Veras Potter no creo que este sea el mejor lugar para ti, te ganaras un puñado de enemigos antes de que termine la semana.
— Eso no tienes que jurármelo – le dedico una mueca de desprecio mientras seguía levantando sus cosas que estaban bastante arruinadas.
Después de esa escena pasaron algunas otras sin que se entrara en detalles de ella, en una vieron como algunos alumnos de Gryffindor a grandes luces mayor que Albus lo rodeaban, no podían escuchar que le decían pero si el rostro rojo de furia de Albus quien en un arrebato mando un hechizo a uno de ellos, tan fuerte que el chico fue a dar al otro lado del pasillo en el que se encontraban, y otro de los chicos intento darle un golpe a Albus pero en ese momento apareció James que al ver a su hermano y los chicos de Gryffindor inmediatamente entendió lo que sucedía le envió un encantamiento de piernas unidas al chico que al intentar avanzar hacia su hermano cayo de bruces al piso, la escena continuo sin que los demás pudieran oir lo que decían, pero James abrazaba a Albus mientras una pequeña lagrima recorría su mejilla.
Distintas escenas de situaciones parecidas fueron observadas por lo presentes en completo silencio.
Había recuerdo que contenían los mismo insultos, "traidor", "asquerosa serpiente", "debes ser una despeino para tus padres" la mayoría de ellos provenían de alumnos de Gryffindor, los sabotajes e intentos de intimidación venían frecuentemente de alumnos mayores de Slythrin, en todos los casos Albus se defendía y enfrentaba a sus atacantes con distintos grados de eficacia, labios rotos y algunos estallidos de magia más.
Otro recuerdo comenzó a formarse hasta tomar forma completamente.
Al caminaba apresurado de regreso a la sala común cuando repentinamente se escucharon ruidos en el pasillo por delante de donde él se encontraba, llevado por la curiosidad, cruz de todo Potter no dudo en acercarse, lo que vio no fue agradable, tres figuras altas con el uniforme de Gryffindor rodeaban a un Gryffindor que debía de ser de primero sin mucho esfuerzo reconoció a Scorpius Malfoy, lo había visto en la estación despidiéndose de sus padres y después su selección, que había causado mucho revuelo en casi la misma intensidad que poco después causaría la suya.
— dinos Malfoy, ¿qué se siente ser el hijo de un Mortifago? – pregunto uno de los chicos con desprecio, Scorpius no respondió.
— si Malfoy, apuesto a que tu padre te contaba historias de sus torturas antes de dormir – Scorpius fulmino al chico con la mirada, Albus observaba como Scorpius, apretaba los puños era claro que quería hacerlos callar pero no era estúpido sabía que tenía pocas o nulas posibilidades ante tres chicos que lo superaban en número y en conocimiento de hechizos que, Albus estaba seguro no dudarían en usar, detalle que a Albus pocas veces le importaba y se lanzaba al ataque un rasgo muy Gryffindor cabe decir.
Scorpius siguió estático escuchando las acusaciones e insultos de sus compañeros de casa pero Albus podía ver que no duraría mucho, en cualquier momento el chico perdería el control.
— Porque no hablas Malfoy, vamos defiende al mortifago que tienes por padre – el chico hizo una gesto de burla cuando continuo - ¿visitas muy seguido a tu abuelo en azkaban?, debes estar orgulloso de el- ante esa última frase Albus vio como el rostro de Malfoy se distorsionaba hasta ser una mueca de desprecio.
— ¡Cállate, idiota ¡ - exclama de pronto Scorpius con los puños fuertemente apretados a sus costados.
— ¿Qué pasa Malfoy te molesta, que hablemos de tu abuelo? Creía que los Malfoy se enorgullecían de su posición.
— y yo creía que se suponía que los Gryffindor eran valientes, pero no hay valentía en el hecho de acorralar a una persona en un pasillo solitario sobre todo cuando se trata de tres contra uno que es menor, muy valiente por su parte – dijo con sarcasmo, entonces uno de ellos empujo al menor hasta la pared, fue entonces cuando Albus supo que no podía seguir sin hacer nada, salió de detrás del pilar que lo ocultaba apunto su varita al chico que había empujado a Scorpius y lanzo el primer hechizo que se le vino a la mente.
— Desmaius – la fuerza del encantamiento sorprendió a Albus pero no tanto como a los dos chicos que veían a su compañero en el suelo inconsciente.
Uno de ellos intento golpearlo pero un rayo de luz rojo golpeo al Gryffindor, cuando Albus vio de donde había salido el hechizo pudo ver a Scorp, que desde el suelo tenia levantada la mano en la que aun sostenía su varita.
El tercero al ver que sus amigos estaban inconscientes les dedico una mirada fulminante a los dos primeros años y se fue de ahí.
El silencio reino unos segundos hasta que Albus dijo.
— Vaya Gryffindors – Albus observo a Scorpius que aún estaba en el piso se inclinó hasta donde él se encontraba, fue cuando noto la sangre, Albus abrió os ojos horrorizado la sangre salía de un lado de la cabeza de Scorpius, la visión de aquel liquido rojo manchando los platinados cabellos del niño conmociono a quienes veían el recuerdo y provocaban una mueca de dolor en Scorp al recordarlo y una de odio por aquellos Gryffindor en Albus.
— Eso es demasiada sangre – murmuro asustada Astoria, que veía al chico con preocupación como si esperara que el joven que tenía a su lado de pronto comenzara a sangrar también.
—No te preocupes mamá estoy bien.
— Estas bien – pregunta estúpida se recrimino en su mente – creo que es mejor que vayamos a la enfermería eso no se ve mal – dice señalando la herida abierta.
—No, estoy bien solo dame un minuto – Albus hizo una mueca siendo hijo de una Medí-maga sabía que las heridas en la cabeza eran muy delicadas, Scorpius intento incorporarse pero sus piernas no lo sostuvieron.
—No te levantes – lo insto Albus ayudándolo a sentarse en el piso – Mamá dice que los golpes en la cabeza son serias.
— necesito solo unos momentos.
— tú no estás bien debemos ir a buscar a alguien, no sé cuánto tiempo seguirán inconscientes y me preocupa la sangre.
—Él tiene razón, necesitas ir a la enfermería, dime que fuiste a la enfermería.
—Mamá, eso sucedió hace cuatro años.
—No quiero que nadie se entere de esto – dijo por fin Scorpius en casi un susurro – estas semanas han sido difíciles.
Albus lo contemplo, él entendía a lo que se refería en los últimos días había enfrentado a más de un abusivo que lo había llamado traidor o que lo habían molestado solo por ser el hijo del hombre que había encerrado a algún miembro de su familia. Entonces se preguntó ¿Qué había estado sufriendo Scorpius Malfoy en Gryffindor? Había quienes le querían obrar a él la muerte de algún familiar asesinado por Voldemort o por su abuelo o... su padre, Albus no quería pensar en Draco Malfoy como una mala persona, su madre le había contado una historia sobre el que no se lo permitía, sabía que había sido un mortifico pero sabía que había sido muy joven cuando eso sucedió no es que su juventud lo justificara pero entendía la situación, el y su madre a merced de un malvado mago, su padre encerrado en Azkaban ¿A caso había tenido opción?
Scorpius lo observo y Albus pudo ver en su mirada una enorme inocencia, había gentileza pero también había fuerza y determinación, fue ahí que lo decidió.
—Creo que puedo conseguir esencia de Díctamo – con cuidado lo ayudo a ponerse de pie.
—Que pasara con ellos – los dos chicos mayores aún estaban inconsciente.
— ya los encontraran, no falta mucho para que alguno de los prefectos pase por aquí.
Caminaron un par de pasillos, entonces llegaron a la que Scorpius reconoció como el aula de pociones.
—El profesor Slughorn deja el aula abierta – efectivamente la puerta estaba abierta e igualmente el armario de los ingredientes, etiquetada en uno de los estantes encontraron la esencia de díctamo que Albus puso en la herida, la cual rápidamente comenzó a cerrarse.
—Gracias... – dijo finalmente Scorpius – por todo.
—No agradezcas, lamento no haber intervenido antes – Albus llevaba un buen rato recriminándose el no haber salido antes a ayudar claramente los Gryffindor lo estaban molestando y necesitaba ayuda.
— No era tu asunto – Al hizo una mueca.
— lo era si tú estabas en problemas.
—No me conoces como para preocuparte por mí.
Entonces Albus se puso de pie y estiro su brazo hacia Scorpius.
—Albus Potter, es un gusto concerté.
Scorp lo miro raro y con una extraña sensación le dio la mano a Albus.
—Scorpius Malfoy.
—Lo sé – Albus parecía que estaba a punto de romper a carcajadas.
— Que te pasa.
— Estoy pensando en lo que dirá todo el colegio cuando sepa que somos amigos.
Con esa última frase una nebulosa se formó en el pensadero atrayendo a todos a la actualidad.
—bien esos fueron todos los recuerdos de Albus, ahora es el turno de Scorp.