Aquellas simples palabras captaron de inmediato su atención, miro finalmente a la pulga que ya no revoloteaba saltando de un lado a otro y que ahora se veía más tranquila al captar su atención, al menos hasta que fue tomada por dos de los dedos de Inuyasha quien lo apretó un poco y lo miro fijamente.
Inuyasha- sera mejor que hables rápido si no quieres morir aplastado.
La pulga se alarmó rápidamente y de un momento a otro se liberó pero permaneciendo en la otra mano del oji-ambar.
Myoga- Bueno verá amo Inuyasha, hace poco fui a la casa de Totosai para visitarlo y esta mañana me encargo que le dijera algo de suma importancia respecto a su espada pero también que necesitaba que usted fuera a verlo ya que necesitaba confirmar la información para saber si no se trataba de otra cosa.
Shun- ¿qué sucede con su espada?
Inuyasha dejo de ver a la pulga para mirarlo a él con el ceño fruncido e incredulidad por lo que le decía, si venia de la época de Aome era probable que en su vida hubiera visto algo semejante a su espada con poderes similares.
Inuyasha- nada que te importe en realidad.
Sango recriminó su actitud sin obtener una reacción de su amigo quien sólo la ignoro para seguir caminando, dejando de prestar atención nuevamente a la pulga, alejandola sin darse cuenta haciendo que Kirara la atrapara en su forma más pequeña y aumentando un poco su velocidad hasta tomar distancia de ellos, al menos un poco. Quizás al día siguiente fuera a ver con Totosai para saber que tanto le exigía su espada.
La aldea en realidad era casi vecina de la otra en la cual vivía la aldea Kaede y todos ellos después de lo de Naraku. El transcurso del viaje de vuelta se mantuvo tranquilo y se mantuvieron hablando de vez en cuando entre ellos, el monje y la exterminadora aclaraban el malentendido entre él y aquellas jóvenes mientras Shun se ponía al corriente de las cosas que aquel grupo había pasado.
Shun- ¿una perla?
Ella asintió.
Aome- le llamamos la perla de Shikon, fue la razón por la que llegue a esta época al principio, al primero al que conocí fue a Inuyasha.
Estaba consciente de cuán importante parecía ser aquel chico para ella, hablaba de él siempre que tocaba el tema de lo que sucedía en esa epoca, ella le había dicho que en efectivo Inuyasha siempre estaba involucrado cuando se trataba de seres sobrenaturales y a pesar de todo, mientras están con él los problemas solían solucionarse sin importar que tan duros fueran.
Shun- él me recuerda a alguien más, sólo un poco, también tiene mucha energía sólo que es más bien persistente, de no ser por él ni yo ni mis hermanos habríamos llegado tan lejos.
Aome- se nota que tú y tus hermanos son muy unidos, ¿cómo son ellos?
No le sorprendió la pregunta, tras un rato sabía que ella también querría saber algo de él, así que no se negó en contarle el hecho de que ellos eran más bien amigos muy cercanos a excepción de Ikki, contó varios detalles de Seiya quien era activo, alegre, y terco, de Hyoga quien antes era frío y distante pero que ahora era más amigable, Shiryu, quien era el más tranquilo y apacible de todos y de su hermano Ikki quien solía cuidar de él como su única familia.
Aome- yo también tengo a mi hermano Sota, Sango tiene a Kohaku quienes después de mucho tiempo pudieron reunirse e Inuyasha también pero...
No conocía a ese tal Kohaku pero si al hermano menor de Aome, Sota, era un chico amable que mostraba preocupación hacía su hermana, imaginaba que Sango y su hermano también fueran igual aunque le llamo la atención el hecho de que mencionara a Inuyasha.
Shun- oye Aome, ¿Qué hay de la familia de ellos?
Aome- ¿quienes? - hablo un poco confundida al no entender bien lo que quería decir.
Shun- de Miroku, Sango, Shippo e Inuyasha - aclaro, haciendo que Aome entendiera mejor a lo que se refería.
Aome- Bueno pues, el padre de Miroku está muerto, murió por una maldición de Naraku quien agujero la mano de uno de sus ancestros haciendo que se formara un agujero negro que absorbía todo a su paso, su padre murió de esa manera, en cuanto a Sango, ella también perdió a toda su aldea por un ataque y Shippo estaba con su padre hasta que otros demonios lo mataron, aunque Inuyasha se encargó de poder vengarlo...
Naraku parecía haber sido un ser que les causo muchos problemas y dolor a todos ellos, a diferencia de él que no tenía un culpable en específico al cual culpar de todo como ellos con una cierta excepción de Mitsumasa Kido a quien todos guardaron un cierto resentimiento aún después de saber sus razones para actuar.
Aome- e Inuyasha, de él casi no se nada, es bastante conservado en ese aspecto, lo único que se es que su madre era humana y murió hace mucho tiempo, su padre era un poderoso demonio de hace muchos años que también murió tratando de salvarlo a él y a su madre, además de ellos, lo que si sé es que tiene un hermano mayor que si es un demonio completo, aunque ninguno se considera como tal.
Entre la conversación dirigida a la familia no se dieron cuenta de que ya habían llegado por fin a la aldea, podía ver a lo lejos con perfeccion una puesta de sol hermosa que anunciaba el anochecer, Aome dijo que ella se quedaría esa noche así que sólo acompañó a Shun al pozo devorador de huesos para verlo volver a la otra época de un salto.
Se la paso pensando acerca de lo que había visto aquel día durante su trayecto a casa, preguntándose bastantes cosas, aquellos demonios, estaba seguro de que eran reales, la espada de Inuyasha también tenía algo familiar y a la vez no en su energía, y Aome, ella era la que más lo confundía, el tipo de energía que empleó le dio una sensación extraña sensación. Muchas cosas no parecían tener sentido, aquellos seres parecían ir en abundancia hace sólo quinientos años durante la era feudal o al menos esa era la fecha aproximada que Aome le había dado, y ahora eran tan raros como que a alguien le tocara ver una pelea real de guardianes de algún dios y eso porque no contaba el torneo galáctico que Saori realizó y al parecer su nueva amiga no llegó a ver para su suerte. Sería incómodo y complicado llegar a explicar quien era en realidad, y más teniendo en cuenta de que en el mundo legal y moderno en el que vivía, no era nadie, la Fundación tenía todos y cada uno de los archivos que llegarían a comprobar su existencia, todas las grabaciones que se llegaron a transmitir de su aparición en el espectáculo de Saori habían sido reunidas y confiscadas, el tiempo borraria de las mentes de todos los espectadores lo que habían visto, dos, tres, cuatro años bastarían para eso.
- ¡Shun! ¡Hey Shun!
Observo en la dirección en la que provenía esa voz, reconociendola al instante, Shiryu, quien corría desde el tramo que le quedaba para llegar a la mansión en su dirección.
Shun- Shiryu, ¿paso algo malo?
Negó con la cabeza una vez estuvo cerca de él, lo suficiente como para haberlo escuchado con claridad.
Shiryu- No, sólo estábamos un poco preocupados porque no llegabas, nunca sueles llegar a la mansión tan tarde.
Era cierto, no iba a negarlo pero trato tal y como Saori le dijo de relajarse, despejarse de la situación, ese día dio resultado pues ver el exterminio de un demonio deja a cualquiera con la mente ocupada en otras cosas, al igual que pensaba en Aome, se concentró bastante en ella ese día lo cual lo incomodó un poco a él aunque ella no se hubiera dado cuenta.
Shun- si, hace poco conocí a alguien y he estado desde ayer con ella.
La mirada de Shiryu llena de simpatía y picardía fue algo que no espero, y aun más con la sonrisa que también le dedico, una sonrisa cómplice que nunca había visto en él.
Shiryu- con que "ella" ¿eh? - insinuó con una media sonrisa.
Y de inmediato entendió haciendo que a su rostro subiera un tono rojizo leve para delatar descaradamente su vergüenza. Fue todo lo que el azabache necesito para comprender a su aún joven compañero, de seguro la relación no era precisamente lo que hizo imaginar adrede a Shun, pero aún así ver su vergüenza le hacía dudar.
Shun- yo... no, no es esa clase de relación, ella y yo somos amigos.
Sin quererlo realmente, las palabras de Shippo el primer día que acompañó a Aome cuando no sabía ni siquiera donde estaba llegaron a su mente, y una palabra resono allí aún sin quererlo "novios".
Agitó un poco la cabeza antes de tratar de recuperar la compostura, lo cual logró ante la mirada de Shiryu que no ayudaba en realidad, le hacía sentir como si lo juzgará aunque sabía que él en realidad no lo hacía.
Shiryu- esa reacción y la cara que tienes ahora me dice lo contrario, pero eso supongo que es problema tuyo así que vamos, tenemos que volver, es de noche y estoy seguro de que será mejor dormir bien, tengo un mal presentimiento últimamente.
Shun no pudo evitar preocuparse un poco ante sus palabras, habían varias cosas que no entendía ahora, lo que había visto hoy se agregó a la lista de dudas que dejaban de circular por su cabeza sin darle tregua alguna. Decidió asentir antes de que ambos se encaminaran a la mansión. A estas alturas todos sus demás amigos estaban dormidos, incluso Saori, quien también parecía haber esperado por su regreso fue claramente Ikki.
Ikki- tardaste, ¿en qué estabas tan entretenido como para llegar a esta hora? Los demás también se preocuparon un poco.
Bajo la mirada apenado mientras el dragon hacía un movimiento con la cabeza para despedirse y comenzar a caminar con dirección a su habitación compartida para dejar solos a ambos hermanos, si bien el Fénix no era de hablar con casi nadie a no ser que se tratara de Shun, comenzaba a darse cuenta de que últimamente ambos se habían comenzado a distanciar un poco, incluso Shun lo sabía pero no habían tenido oportunidad de hablar, menos frente a los demás con quienes Ikki casi no cruzaba palabra, menos después de las noticias que el día anterior Saori les había dado.
Shun- yo... sólo me entretuve con alguien que conocí hace unos días, quería solamente distraerme un poco como dijo Saori.
Su hermano mayor, que hasta ese momento se encontraba sentado en uno de los finos y caros sillones de Saori se levantó y soltó un suspiro. Miro al menor y también bajo un poco la mirada.
Ikki- está bien, sólo trata de avisar la próxima vez que se te ocurra volver tan tarde... dime, ¿cómo estas?.
Con sorpresa levantó su mirada esmeralda a su hermano. Medito su respuesta un poco antes de contestar, le costaba asimilar lo que iba a pasar, aunque sabía que no iba a poder evitarlo, Hades iba a volver y en lo más profundo de su alma podía sentirlo, eso lo asustaba aunque no lo dijera a viva voz.
Shun- no lo sé...
Trato de ser sincero está vez, evitando las excusas que se habían formado en su cabeza para poder salir de la situación con rapidez.
Shun- no se como sentirme en esta situación, es de Hades de quien hablamos y para nadie es secreto lo que pasó.
E Ikki lo sabía cómo todos, incluso llegó a sentirlo más, también había sentido la desesperación por recuperar a su hermano en esos momentos, pero a pesar de todo se mantuvo callado, quería escuchar a Shun esa noche.
Shun- hermano, no se si dejar que Hades reviva sea una buena opción, pero Saori lo dijo ¿no?... ella y los demás dioses piensan que sera mejor.
Ikki- Shun, serán tiempos bastante complicados, y lo sabes...
Había una razón está vez por la que lo había esperado, tenía que decirle algo importante que había intentado aplazar por bastante tiempo.
Shun- si, lo sé, pero estoy seguro de que vamos a poder solucionarlo, suele ser así, y por eso es mejor esperar lo mejor...
Ikki se acercó a él para darle un abrazo que por unos instantes dejo sorprendido al menor de ellos pero que igualmente correspondió sin saber porque.
Ikki- Shun, temo que tendré que irme mañana.
Sus ojos verdes se abrieron un poco ante la sorpresa y puso un poco más de fuerza a sus brazos sabiendo que quería decir su hermano, el Fénix siempre solía salir durante grandes periodos de tiempo, después de tomar bando con Athena y de acabar con los males que la solían seguir, él siempre desaparecía durante mucho tiempo sin siquiera decirle a donde iba, se mantuvo en la mansión después de lo que pasó en el inframundo y llegó a suponer que era por lo que había pasado.
Shun- pensé que te quedarías.
Tal y como él fortaleció su agarre, su hermano lo hizo de la misma forma en un intento de consolación.
Ikki- hay cosas que debo de hacer, y ya no puedo seguir aplazandolas Shun, volveré cuando deba.
Siempre era así, había aprendido eso, su hermano estaba ahí siempre que lo requería con más fuerza, se lo mostró a lo largo de las batallas a las cuales llegaba a tiempo para brindarle apoyo, de alguna manera se recriminaba a si mismo por ello y por no ser lo suficientemente fuerte.
Shun- sabes que estamos aquí, yo espero que esto no llegue a mayores, sé que no te puedo acompañar así que no me queda más que desearte suerte hermano.
Le dedicó una de sus sonrisas más genuinas antes de separarse. Esa noche se encaminó solo a la habitación que ahora sólo compartiría con Shiryu en bastante tiempo. Ikki salió esa misma noche sin informar a nadie más que a Shun y sin mayores cosas que las que podía cargar en sus manos y algo del dinero que por su cuenta había juntado, dejo la mayoría de sus posesiones en gesto de que pronto iba a volver.
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Las paredes negras se encontraban húmedas y frías por las corrientes que se colaban por las grietas sumamente pequeñas que no se alcanzaban a ver por la clara escasez de luz.
Ya no recordaba ni siquiera cuanto tiempo llevaba en ese lúgubre lugar, alejado de toda luz cualquiera y sólo acompañado por una soledad casi milenaria. Movió uno de sus brazos haciendo sonar a sus únicas compañeras en su prisión, las cadenas que se ataban a sus muñecas, cuello y tobillos por medio de grilletes que ardían como el mismo sol cada que intentaba hacer un movimiento y que a pesar de eso no le daban tregua a la intensa oscuridad a su alrededor por lo que no brillaban.
- uno sobre otro dos, sobre otro tres y después cuatro...
Sus ojos se abrieron mostrando un brillo rojo casi inadvertido entre aquellas penumbras. Cerró sus manos en puños provocándole un dolor al que no presto atención.
- Athena, Hades, Poseidón, Zeus...
Una luz brillo por todo su cuerpo al sentir su sangre arder por sus venas al rojo vivo. El dolor quedó en tercer plano y forzó una vez sus cadenas como no lo había hecho desde que se resignó a aquella prisión.
- todos suman doce, el demonio trece, muerto su sangre el mismo camino ha de tomar, mi lugar me has de arrebatar.
Sus palabras dichas como canción funebre a sus carceleros sin ninguna coherencia. Jalo nuevamente y sintió que pudo llegar un milímetro más lejos de lo que antes podía.
- querido demonio ¿quién eres en verdad? Traición, traición, un inmenso dolor a tu sangre causar.
Por primera vez en mucho tiempo una sonrisa surco sus labios, y volvió a tirar una vez más... esta vez no fue un milímetro, fue un centímetro.
- ¿cuánto tiempo le vas a esconder? Dioses de la muerte, dioses de la vida, el tiempo se acaba...
Y en medio de la inmensa bruma negra una risa estridente lleno el lugar, se volvió a quedar atrás y en la misma posición en la que empezó, uso sus piernas para levantarse provocando a su vez un dolor incalculable en su cuello por sus grilletes que aumentaban la fuerza con la que le aprisionaban, buscando retraer sus movimientos, pararlos, inmovilizarlo.
Ya no sentía el dolor de la misma manera, dio un paso por primera vez en mucho tiempo, encontrándose extasiado por la sensación que le producía, nublando su sensación intensa de dolor. Sus cadenas resonaron con fuerza en forma de advertencia.
- ¿Quién nuestro rey será? ¿quién es digno de reinar?
Una última advertencia antes de seguir y terminar haciendo el eco de una ruptura y una separación total. Sintió alivio por primera vez en muchos años, su mano derecha ahora podía moverla con total libertad sin temor de sentir el hierro de las ardientes cadenas.
- los maldigo a todos, desde el más puro e inocente, hasta el más sucio e indecente.
Su última palabra marcó el final de otra de las cadenas dejando libre su mano izquierda. Tomó una de las cadenas que aprisionaban a sus pies y de un movimiento la quebró en dos, repitió la acción con la otra, dejando al final la cadena que aún se empeñaba en causar daño sobre su cuello.
Levantado y erguido por primera vez en bastante tiempo, sus manos necesitaron poco esfuerzo para romperla, con una de ellas rota las demás menguaban su poder hasta hacerse inútiles.
- haré que paguen todos, espero que hayan disfrutado sus años de paz Olímpicos.
Esta vez su voz sonó gruesa, intensa y sin ningún rastro del tono de su anterior canción, sólo se podía percibir un aura asesina que aumentaba conforme se escuchaban sus pasos.
Era libre, por primera vez desde hace mucho era libre, no perdería, cumpliría sus objetivos a costa de sus enemigos y no se permitiría volver a flaquear, no está vez, y cuando todo terminara, él no sería el que permanecería atado en la oscuridad por toda la eternidad, por supuesto que no...
- jhm, espero que aún me recuerden...
Una risa escalofriante se hizo presente, primero bastante controlada y ligera, luego se volvió fuerte y casi desgarradora...
Tenía tantas ganas de volver a ver el sol nuevamente y dejar atrás ese maldito inframundo. Pero antes tenía otra cosa que hacer.