Warrior ⟶ b. weasley ¹ (EDITA...

By SPACELATINOS

156K 17.2K 9.3K

Eleanor tiene que aprender muchas cosas pero sobre todo a como no morir por las tendencias suicidas de su sob... More

introduction
graphics
prologue
━━━ act i
1. Eleanor Rigby
ii. Pésimas bienvenidas
iii. El niño que sobrevivió
iv. Momentos incómodos
v. Despedidas
vi. El corazón del dragón
vii. Cediendo
viii. Inesperado
ix. El perro negro
x. Investigación
xi. Mentiras
xii. La verdad siempre sale a la luz
xiii. Peter Pettigrew
xiv. El aullido del lobo
━━━ act ii
xv. Libertad
xvi. Juntos de nuevo
xvii. Pesadillas
xviii. El caos Weasley
xix. El campeonato de quidditch
xx. La marca tenebrosa
xxi. Alastor Moody
xxii. Bella durmiente
xxiii. Bertha Jorkins
xxiv. Ansiedad
xxv. Sospechas
xxvi. Cuando las mariposas aparecieron
xxvii. Cenas incómodas
xxviii. El apoyo
xxix. Enfermedad
xxx. Traidor
xxxi. Preguntas
xxxii. La maldición Potter
xxxiii. Impostor
xxxiv. Ha vuelto
xxxv. Priori incantatem
xxxvi. La crueldad de un Crouch
xxxvii. Número 12 de Grimmauld Place
xxxviii. Primera reunión y la misión de Eleanor
xxxix. El buen gancho de Eleanor
xli. Rojo y azul
xlii. Fragilidad
xliii. Feminidad
xliv. La cita
xlv. Shell Cottage
xlvi. Confrontaciones
xlvii. Agridulce

xl. Los celos están en el aire

2.3K 302 437
By SPACELATINOS



CAPÍTULO CUARENTA;
LOS CELOS ESTÁN EN EL AIRE



Eleanor estaba en shock, en serio, en shock. Para explicar cómo llegamos al momento en que Eleanor Potter casi estuvo a punto de desmayarse de la impresión tenemos que empezar por la mañana siguiente después del incidente con Percy Weasley.

La señora Weasley se había levantado muy temprano a cocinar todo lo que había en la casa, la heladera comenzaba a vaciarse y un enorme buffet estaba extendiéndose sobre la larga mesa del comedor en dónde ninguno sabía que hacer o decir para detenerla. Y su esposo Arthur Weasley, les había aconsejado que lo mejor sería no interrumpirla, todos concordaron en que Molly estaba manejando toda la situación de su hijo a través de la cocina. Eleanor no encontraba la manera en cómo decirle que ya estaba satisfecha sin llegar romperle el corazón, por lo que no supo cuántas rebanadas de tarta se había obligado a digerir. El único en la casa que parecía contento con que su madre estuviera cocinando tanto era Ron Weasley que en ningún instante se vio incómodo u odiar la idea de tanta comida.

Por otro lado, algunos miembros de la orden comenzarían a llegar para la siguiente reunión en la cuál (totalmente indignados) los chicos serían retirados tan pronto eso ocurriera, con la indicación de no acercarse ni tratar de escuchar de lo que hablaran los mayores allí.

—¡Nosotros ya somos mayores de edad! —se quejaba Fred mientras Bill y Eleanor eran los encargados de revisar que regresaran a sus habitaciones—. ¡Deberían dejarnos estar en las reuniones de la orden!

—¡Queremos formar parte de ella! —siguió George con los brazos cruzados.

Bill suspiró.

—Ya les habíamos dicho antes de venir aquí que ninguno de ustes podía entrar.

—¡Pero tú y Charlie son miembros! —le recriminó Ron molesto—. ¡No es justo!

—La diferencia es que yo soy mayor, chicos. —Bill les sonrío con sorna a sus hermanitos y Eleanor, quién estaba parada a su lado, lo codeó para que dejara de molestarlos—. Cuando ustedes lo sean podrán tomar sus propias decisiones.

—No serán los únicos. —dijo Eleanor para tranquilizar a los chicos—. Los mellizos tampoco entrarán...

—A mí no me interesa. —añadió Alphard Black saliendo de su habitación y recargándose en el marco con los brazos cruzados—. En cambio, yo sólo estoy obligado a estar aquí.

—No estás obligado, Reggie. —protestó Cassiopeia acomodándose a su costado—. Papá y tío Ares dijeron que era por seguridad.

—Lo que sea. —Alphard se encogió de hombros—. El punto es: que no me importa la orden ni sus reuniones secretas.

Ron bufó.

—Sí, sí, ya te escuchamos. —dijo Ron odiando la presencia del mellizo Black y se dirigió a la azabache—. Harry también va a querer formar parte de la orden, Eleanor. Y conociéndolo, él se va a enojar si no lo dejan entrar.

La joven hizo una mueca pequeña mientras conducía a los chicos dentro de la habitación en la cuál Ron compartiría con Harry tan pronto y él llegara a Grimmauld Place.

—Por el momento lo único que necesita Harry es tratar de olvidar lo sucedido en el torneo de los tres magos. Ahora mismo no debe estar pasándola bien.

—Ninguno. —dijo Cassiopeia—. Ojalá ese torneo nunca hubiera ocurrido.

—Sí bueno, dudo que Bill piense lo mismo. —tarareó Fred divertido, atrayendo la atención de todos hacia él. A su lado, Eleanor notó cómo el pelirrojo mayor se tensaba y le lanzaba una mirada fulminante a su hermano menor que ella no entendió—. Gracias a eso, él ahora debe dar muchas clases privadas durante este tiempo...

—¡Fred! —lo golpeó Ginny en el brazo lo suficiente para que él terminara quejándose y sobándose en donde fue lastimado.

—¿Quién diría que Bill terminaría dando clases para «pegfeccionag» el inglés? —prosiguió George burlándose—. Debe ser muy malo enseñando si ya le han pedido un montón de clases... o quizás es muy bueno...

—¡George! —la pelirroja volvió a tratar de callar con un golpe a su otro hermano pero al fallar (gracias a que éste último se escondió detrás de su hermano gemelo) volvió a golpear a Fred sólo que ahora en la frente.

—¡Auch! —se quejó Fred mientras George se reía detrás suyo.

Mientras los tres comenzaban una pequeña discusión sobre Ginny siendo muy ruda y George no defendiendo a su gemelo, Cassiopeia muy curiosa se giró a Bill y le preguntó:

—¿Es un requerimiento en Gringotts dar clases privadas? No recuerdo haberlo escuchado antes.

—No —dijo Bill incómodo por el tema de la conversación—. Bueno, sí, lo que quiero decir es que no es así...

El pelirrojo estaba tan nervioso que ni siquiera él podía entender lo que decía y Eleanor en lugar de comprenderlo se puso nerviosa junto a él. Las anteriores miradas divertidas y burlonas de los gemelos mientras molestaban a su hermano mayor no le estaban dando buena espina.

—¿A quién le das clases de inglés? —preguntó Eleanor finalmente sin poder contener su curiosidad.

Bill no tuvo la oportunidad de explicarle a Eleanor porque alguien más se le había adelantado.

—¿Recuerdas a Fleur Delacour? —cuestionó Ron a Eleanor. Él parecía no darse cuenta que decirle a Eleanor aquello no era lo mejor—. Le ha pedido a Bill que le de clases y él lleva una semana dándoselas.

Un silencio se creó en la habitación mientras que lentamente, el buen humor de Eleanor se estaba esfumando y de pronto, el desayuno le comenzaba a sentar muy mal.

Fleur Delacour.

Por supuesto que la recordaba. Era la veela rubia a la que Eleanor había consolado en la segunda prueba y también la misma que no le quitaba la mirada de encima a Bill mientras estuvieron en la sala de visitas en espera de poder ver a Harry antes de su tercera prueba. Y ahora de sólo pensar en que la francesa estaría encantada recibiendo clases privadas a solas con Bill, la hizo sentir enferma.

Ella asintió y salió de la habitación luego de repetirle a los chicos que no podían bajar mientras la orden se reunía abajo. Salió antes de que Bill pudiera seguirla. Era una reacción infantil pero lo que menos quería era verlo a él porque sólo podía imaginarse de qué se trataban aquellas "clases".

Aunque no logró alejarse lo suficiente para no ser alcanzada por él. Bill la detuvo tomándola del brazo con delicadez (como siempre la trataba) y se acercó a ella para hablar.

—Ella ha aceptado un empleo en Gringotts y me pidió que le diera clases de inglés para que pueda perfeccionarlo, El. —le explicó Bill como si de verdad tuviera que darle alguna explicación sobre lo que hacía—. Sólo son clases. No hay nada más.

La azabache se comenzó a remover incómoda en su lugar y lo miro fijamente.

Oh. —musitó—. Si, Y supongo que no te pagan por esas clases, ¿verdad?

Había sonado muy brusca pero no le importó, la necesidad de alejarse de él estaba incrementando mientras más cerca lo tenía.

Eleanor estaba molesta y sabía porque razón pero le dolía admitirlo.

Sentirse tan vulnerable ante alguien que toda su vida creyó haberlo visto sólo como un amigo no le gustó. Ella podría enojarse e indignarse por saber que pasaba tiempo a solas con alguien más pero en lugar de que fuera así... le dolió.

Fleur era hermosa, perfecta y mucho menos complicada e insegura como Eleanor lo era.

¿Por qué la elegiría a ella?

—Ella me lo pidió como un favor y acepté. —dijo Bill después de unos instantes que le parecieron eternos—. No es de importancia.

—¿Y por qué no me lo dijiste antes? —le preguntó Eleanor dando justo en el punto. Él no supo que responder, sólo pudo mantenerse allí, con su mirada atenta en ella en espera de alguna reacción pero Eleanor solo suspiró y con una triste sonrisa, habló—. Ella es muy bonita y te puedo asegurar que le interesas.

—Eleanor.

Bill trató de detenerla pero ella continuó:

—Deberías invitarla a salir. —bajó la mirada hasta en donde Bill tenía su brazo sostenido y sus ojos ardieron mientras tragó saliva—. Yo tengo que encargarme de que mi sobrino sobreviva otro curso más. —rió sin ganas—. Iré a recibir a los miembros de la orden.

Se libró del toque de Bill y bajó las escaleras sintiendo una terrible opresión en su pecho, mientras que indirectamente, los dos sabían que Eleanor acababa de dejarlo ir.

Pero lo curioso era que, nunca fueron del otro.








La casa volvía a ser una vez más la sede de las reuniones de la orden. Eleanor era la encargada de recibir y hacer preguntas de seguridad a cada uno. Todo iba relativamente bien porque ella ocupaba eso como un medio para huir de cierto pelirrojo que trataba de hallar la manera de acercarse para hablar con ella. Sabía que Bill era una persona insistente cuando se lo proponía pero ella estaba segura de algo que también le había dejado en su momento al auror Crouch.

Su única prioridad iba a ser Harry, nadie más.

No podía distraerse con todo lo que requería una relación (Y también le tenía temor a ser tan vulnerable), todos los sentimientos que se remolinaban ante la presencia de Bill Weasley la hacía débil y aunque ella quisiera, no podría ofrecerle nada más que miles y miles de preocupaciones. Ser la tía del niño que sobrevivió no era nada sencillo, si su atención se desviaba a alguien que no fuera Harry no se lo perdonaría. Él era lo único que le quedaba de su hermano y debía dedicarse solamente a él.

Y si ese era su pensamiento, entonces, ¿por qué su corazón le pedía otra cosa?

La puerta se abrió de repente y ella tuvo que retroceder antes que fuera golpeada. Por suerte, su rostro quedó intacto de cualquier golpe, entonces pudo ver quién era la persona que estuvo a nada de dejarle una decoración en su rostro.

—No sé ni porque me sorprendo, ya debía esperar algo así. —dijo Eleanor con una pequeña sonrisa y apuntó con su varita—. Dime sólo algo que tú y yo sepamos y nadie más.

—Cuando teníamos 17 te estuve a punto de persuadir para hacerte un tatuaje conmigo y terminaste huyendo en el último momento...

—¡Ya! —la detuvo Eleanor con las mejillas ardiendo en vergüenza—. Si eres tú, Tonks, comprobado.

La metamorfomaga sonrió antes de lanzarse a abrazarla con fuerza y se separo tan rápido que Eleanor tambaleó.

—¡A que no adivinas quien venía tras mío! —chilló Nymphadora, muy emocionada.

Eleanor frunció el ceño.

—¿Quién?

La respuesta llegó con muchas pecas, cabello pelirrojo y unos increíbles azules turquesas radiantes aunque no sólo fue esa la enorme impresión que recibió. No. Él no venía solo. Justo a lado del dragonalista venía una mujer que nunca antes había visto en su vida. Era de piel morena, ojos grandes avellanas y de cabello tan negro como la noche, por supuesto, tendría que tener uno o quizás dos años más que Eleanor pero eso no fue lo que la tomó tanto por sorpresa sino ver el cómo Charlie la sostenía por la cintura y ella le sonreía pícara. La mujer era atractiva y muy hermosa.

—Haz la pregunta que Lia se está sofocando de calor, Potter. —dijo Charlie con los brazos cruzados, expectante.

Tonks tuvo que empujar levemente a Eleanor para que pudiera reaccionar, parpadeando e igual como lo había hecho con su mejor amigo, ella le apuntó a Charlie.

—Dime algo que sólo Charlie sabría y nadie más. —ordenó Eleanor.

Una sonrisa bonachona se extendió por sus labios y con una seguridad casi irreconocible él habló:

—Teníamos sólo 16 años cuando tú y yo nos besamos por primera vez. —respondió Charlie con tranquilidad.

¡¿Que ustedes qué?!

Ni tiempo tuvo para avergonzarse por el recuerdo porque tanto los ojos de Eleanor como los de Charlie se abrieron de par en par al escuchar los tres gritos. Aunque para los amigos, dos voces tuvieron más relevancia que la de Nymphadora Tonks que yacía a lado de Eleanor mirándola sin poder creer que no le hubiera dicho antes de lo sucedido. Lentamente, al girarse pudo ver allí parados a Bill Weasley y a Cassiopeia Black frente suyo. El primero parecía más sorprendio que molesto por la reciente revelación pero no tanto como el enojo que desprendía la segunda tanto como si fuera a lanzarse encima de Eleanor y no de la manera amistosa como Nymphadora momentos antes.

La mirada de Eleanor estaba en la de Bill pero la de Bill sólo miraba en un punto específico directo a su hermano Charlie y la de éste se dirigió a la melliza que yacía muy ocupada fulminando a Eleanor cómo si estuviera imaginándose las múltiples formas de cómo hacerle daño.

—Lamento interrumpir todo éste drama —habló Lia, la acompañante de Charlie, interponiendose entre su amigo y la azabache—, pero, ¿podemos pasar a resolver esto dentro? En serio, me estoy muriendo de calor.





En la reunión de la orden hubo mucha tensión en el ambiente por las miradas asesinas que se mandaban entre Bill y Charlie. Por supuesto que nadie estaba comprendiendo que era lo que sucedía y el que Ares Crouch se les sumara para mirar (como acostumbraba) a Eleanor no lo mejoró. Y al parecer no eran los únicos con un arranque de celos repentino, en absoluto, la amiga de Charlie, quién ahora se había presentado como Dahlia Bane una aurora de Rumania, no había despegado su mirada desde que vio al hombre lobo sentado en la esquina a lado de Sirius Black, aquello no paso nada desapercibido por parte de Nymphadora Tonks que ahora su cabello lucía tan rojo que podría pasar por una Weasley más. Por eso cuando Molly Weasley le hizo la invitación para quedarse a cenar ella aceptó encantada, sumándole también que estaba muy entretenida viendo como se desataba una disputa entre los otros.

Algunos de los miembros también se quedaron a cenar, sólo los de siempre cómo Ares Crouch, Alastor Moody y Mundungus Fletcher (un hombre que no le agradaba para nada a Eleanor). Y cuando el resto de los chicos se les unieron para cenar el ambiente sólo se hizo más tenso e incómodo.

—¿Quién eres tú? —le preguntó Cassiopeia con tono mordaz a la amiga de Charlie—. Nunca antes te había visto y no recuerdo que Charlie te mencionará jamás.

En lugar de sentirse presionada, Dahlia lució tranquila ante los celos de la melliza y respondió a su pregunta con educación sin borrar su sonrisa.

—Soy Dahlia Bane. —dijo—. Y lo seguro es que no escucharas de mí porque Charlie solo piensa en dragones. ¿O no?

Pero Charlie no respondió, él estaba muy ocupado sin dejar de mirar a su hermano y ahora también reprendiendo a Cassiopeia por su interrogatorio innecesario contra su amiga.

—¿Y cómo conociste a Charlie, querida? —le preguntó la señora Weasley tratando de aligerar el ambiente.

—Oh, eso es sencillo. Yo tenía que ir a verificar que el santuario estuviera todo en orden y Charlie fue el que me dio una guía privada —explicó Dahlia riendo suavemente mientras lo agarraba de la mano, provocando que el tenedor de Cassiopeia se doblara a la mitad, acto que Eleanor vió—, él fue muy amable y me invitó a quedarme en su cabaña esa noche y entonces él me...

—¡Lia! —la cortó Charlie con una sonrisa más grande y silenciándola con la mirada—. Creo que ellos ya entendieron que somos cercanos.

Mucho, diría yo. —tarareó Tonks moviendo su cuchara sobre su sopa casi aliviada de que Dahlia estuviera con el dragonalista y no se interesara en el hombre lobo—. Entonces... ¿Siguen estando juntos?

—Oh, no —rió Dahlia encantadoramente—. Charlie y yo jamás fuimos pareja, lo nuestro era más de se...

¡Creo que ya entendimos! —dijo Eleanor rápidamente, aliviando a su amigo con esa interrupción.

—¿Dije algo malo? —Dahlia le musitó por lo bajo a su amigo.

—Mejor prueba la sopa. —le ofreció Charlie.

Dahlia asintió y miró en dirección a la punta de la mesa en donde estaba Remus Lupin para que sólo el dragonalista lo escuchara (cosa que no sucedió).

—Todo aquí es horrible a excepción del hombre de la esquina. —admitió Dahlia—. ¿Quién es él?

La mirada de Charlie y la de todos se desvió al otro lado de la mesa justo en donde se encontraba su padre, Arthur Weasley comiendo y al notar aquello Molly abrió los ojos en sorpresa, mientras los gemelos, Ron y Ginny reían por aquello el resto la miraba divertidos.

—¿M-Mi pa...papá? —tartamudeó Charlie.

Los ojos avellanas de la morena se abrieron con horror y negó rápidamente.

—Oh, no. Por supuesto que no. No te ofendas tu padre no es feo. —Molly Weasley jadeó y Dahlia se retractó—. No, no, no quería decir eso... Hablaba del otro lado, el hombre de allá. —señaló con total descaro y Eleanor pudo ver claramente el rostro de Remus Lupin sonrojarse por la atención—. A ese hombre me refería.

El cabello de Tonks comenzó a incendiarse aún más y Eleanor fingió tener una tos para tragar el ataque de risa que se aproximaba. Sería muy hipócrita reírse de algo así cuando ella estaba pasando por una situación igual o mucho más incómoda.

—¿Estás bien? —le preguntaron al mismo tiempo Bill y Charlie a Eleanor.

Los dos hermanos se volvieron a ver con miradas fulminantes y fue entonces cuando Eleanor, cansada de que estuvieran actuando de esa manera se levantó de su asiento y caminando hasta el otro lado del comedor tomó a Bill del brazo arrastrándolo hasta la sala de estar que se encontraba vacía en ese momento para ellos dos.

—¡Basta! ¡Deja de pelear con Charlie! —le ordenó Eleanor—. ¡¿Qué es lo que te sucede?!

—¡¿Qué es lo que te sucede a ti, Eleanor?! —la cuestionó Bill molesto—. ¿Te enojaste porque no te dije sobre las clases de inglés pero tu te besas con mi hermano y no me dices nada? ¿Crees que eso es justo?

—Así no fueron las cosas —dijo Eleanor bajando la voz y tratando de mantenerse serena para no comenzar a gritar de nuevo—, lo malinterpretaste todo.

—¿Oh, en serio? —se burló—. Qué tonto, a lo mejor escuché mal o tengo problemas auditivos porque claramente logré entender cuando Charlie habló de ustedes besándose por primera vez.

—¿Estás enojado por un insignificante beso que pasó cuando él y yo teníamos 16 años? —inquirió Eleanor cruzada de brazos—. ¿De verdad?

—No estoy enojado por esa razón, Eleanor.

—¿Entonces por cuál? —lo volvió a cuestionar acercándose a él con la mirada fija en la suya—. En serio, tienes que decirme porque claramente estoy creyendo que estás siendo totalmente inmaduro con esto.

—¡Estoy molesto porque se supone que debía ser yo! —confesó Bill abruptamente. Siendo esas palabras las que terminaron desarmándola por completo, su corazón comenzó a latir tan rápido que ella no supo que hacer y él se acercó más a ella respirando cerca de su rostro—. Se supone que el que deba besarte sea yo.

—Bill...

—Dime que no sientes lo mismo que yo siento ahora y te juro que me alejaré de ti. Sólo tienes que decírmelo, El.

Las manos de Eleanor temblaban y sus ojos se desviaron al mismo tiempo que los de él a los labios del otro, ambos corazones latiendo tan rápido y desesperados por el otro.

—B-Bill —susurró Eleanor sin voz—. Y-Yo...

—Pídeme que no te bese y no lo haré. —un destello desesperado cruzó los ojos azules del pelirrojo y Eleanor nunca antes pudo verlo tan perfecto—. Pídemelo, El.

—Bill... —sacudió la cabeza sintiendo los cabellos rojos de él golpeando su rostro de la escasa distancia que compartían—. N-No me hagas esto.

—No te imaginas las ganas que tengo de besarte ahora mismo, El. —tragó saliva mientras su nariz acariciaba la de ella en un pequeño roce—. Déjame besarte, por favor. Sólo quiero sentirte otra vez.

Su poca resistencia desapareció y las inmensas ganas que tenía de besarlo se intensificaron.

¿Cómo no podría besarlo cuando estaba allí luciendo tan hermoso y rogándole por permitirle un solo beso?

Un beso que sólo desataría millones de emociones contenidas por temor a ser vulnerable...

Bésame, Bill. —pidió Eleanor con voz tan suave y necesitada que su corazón pudo reflejar—. Bésa...

No fue necesario repetirlo cuando él la atrajo hacia su cuerpo y sus labios conectaron los suyos, compartiendo el mismo corazón. El mismo amor.

Ya era muy tarde.

Eleanor Potter había caído rendidamente enamorada de Bill Weasley.

nota de autora;

Sinceramente no tenía planeado lo último pero cuando lo escribí fue como de: Oops...

Entonces, ¿qué piensan que pase entre Bileanor ahora? ¿Les gustó Dahlia? (Spoilert Alert: ella está inspirada en mi Cici aka -adorelupin ).

Quiero leer sus teorías, las amo leer y (algunas si atinaron a lo que pasará en el 5to libro) y otras no...

¡Espero que hayan disfrutado mucho éste capítulo y mil gracias a las que me tienen paciencia y siguen la novela, las amo a mil!

Besos enormes,
Fer 💋

Continue Reading

You'll Also Like

852K 126K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
161K 22.5K 65
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...
178K 9K 118
𓂋 Spanish translations ៸៸ ⊹ 𓈒 ˚ ⸰ 백 합 𝐓𝐮𝐦𝐛𝐥𝐫 ٫٫ ♡⃞ ⟡ ׅ ﹙ Lector masculino ﹚ ♡︭ ✦⠀⠀ᣞ ⬭ Ninguno me pertenece ...
44.3K 8.4K 39
Cassiopeia Polaris, melliza de Draco y princesa de la familia Malfoy - Black, vuelve a Inglaterra luego de estudiar dos años en Durmstrang, pero.. po...