Estoy en el sofá de mi casa con mi computadora sobre el regazo contestando consejos cuando escucho que Ratón le ladra a la puerta y acto seguido mi hermana entra con Dylan.
Es la primera vez que lo veo desde que me he enterado que es un gran bocazas y cuando él me sonríe para saludarme yo lo miro como si fuera mi peor enemigo. A él se le borra la sonrisa y me mira con cansancio.
―¿Qué he hecho ahora? ―pregunta, sacándose su campera y colgándola.
Mi hermana hace lo mismo y se sienta en el sillón en frente de mí esperando a que conteste.
Yo vuelvo mi vista a la pantalla.
―No puedo decirte ―mascullo―. Lo único que puedo decirte es que la has cagado de nuevo.
Dylan se deja caer al lado de mi hermana y me mira pensativo.
―¿Puedo adivinar? ―inquiere.
Me encojo de hombros.
―¿Fue porque te he dicho que en una foto tuya de pequeña donde te faltaban los dientes de leche eras igual a Ratón? ―pregunta y le tiro un almohadón con todas mis fuerzas―. Bueno, bueno, eso no era. Déjame pensar... ¿Fue porque me comí tu galleta de chocolate mientras no mirabas? ―Yo niego entrecerrando los ojos.
―¿Fue porque casi vuelca gaseosa sobre tu computadora? ―ayuda Maia, pero yo me incorporo como si me hubieran tirado gaseosa a mí en ese momento.
―¿¡Que tú que?! ―exclamo y Ratón alza las orejas preparado para presenciar una batalla entre humanos.
―¡Es mentira! ―replica Dylan, mirando mal a mi hermana. No sé si es verdad o no, pero si no lo dejo pasar, soy capaz de explotar y tirarle mi preciada computadora por la cabeza.
―Tienes suerte que no pueda decirte qué es ―le espeto.
Dylan no entiende por qué, pero tampoco se queja por no saber.
Sigo contestando consejos, aunque no logro concentrarme del todo. Por el rabillo del ojo veo como Maia y Dylan están viendo un video en el celular e inspiro hondo.
―Hey, hay un consejo aquí que no sé muy bien cómo responder ―miento. Maia detiene el video y los dos me miran expectantes―. Aquí dice: "Me gusta un amigo, sé que él no me quiere en ese sentido, hasta tiene novia. ¿Qué puedo hacer para olvidarme de él sin alejarme?".
Rezo porque ninguno de los dos se levante y quiera leer la pregunta por sí mismo porque me lo acabo de inventar de principio a fin.
Maia se rasca la barbilla pensativa, pero Dylan contesta sin titubear.
―Dile que se busque a otro.
―¡Qué tierno, amor! ―dice irónicamente mi hermana. Él pasa un brazo por los hombros de ella para atraerla hacia su cuerpo.
―Yo jamás me buscaría a otra persona ―le asegura él y yo revoleo los ojos―. Pero, es que, si esa persona quiere a su amigo, pero su amigo tiene novia, no tiene ninguna otra opción más que tratar de olvidarse de él, y realmente creo que conocer a otra persona podría ayudarla.
―¿Y si le confiesa sus sentimientos? ―cuestiona Maia y el solo hecho de pensarlo hace que entre en pánico.
―Pero tiene novia ―le recuerda Dylan―. Y si ama a su novia, la chica no solo va a arruinar su relación de amistad con él, también puede traerle problemas a él con su novia.
―¿Por qué? Si su novia está segura de los sentimientos de él hacia ella y confía en él, no tendría que haber problema.
―Debería, pero tal vez no sucede eso. ¿Y qué pasa si arruina su amistad confesándoselo?
―¿Pero hasta qué punto puede seguir siendo su amiga si está enamorada de él? ―inquiere Maia.
―Hey ―interrumpo con los ojos muy abiertos, y ellos se giran a mirarme―, aquí en ningún lado dice "enamorada", solo dice que le gusta. ¡No es para tanto!
―Es el primer paso a enamorarse ―opina mi hermana.
―Nah, si es algo leve claramente puede olvidarse de él conociendo a otra persona ―replica Dylan.
Maia exhala con pesadez.
―¿Tú qué opinas, Amber?
Me siento juzgada bajo la mirada de los dos, pero sé que en realidad son imaginaciones mías, ellos solo están aconsejándome sobre la historia (no tan) inventada.
―Yo... creo que priorizaría la amistad ―digo finalmente.
Dylan mira a Maia triunfante y vuelven a embarcarse en una discusión sobre las probabilidades de que esa decisión salga bien o mal. Yo simplemente desconecto y analizo mi situación real.
No estoy enamorada de Kyle. No pierdo al cabeza por él ni estoy constantemente pensando en nosotros... o por lo menos no lo suficiente como para considerarme "enamorada". Todavía estoy fuera de la zona de peligro. Es solo... un sentimiento momentáneo.
Pienso en lo que ha dicho Dylan sobre conocer a otra persona y la imagen de Austin viene a mi cabeza. Me siento culpable por mis sentimientos contradictorios.
Él realmente me gusta y la pasamos bien estando juntos. Cuando nos besamos o nos reímos, la idea de un "nosotros" cobra sentido. Tal vez solo necesito conocerlo de la manera que conozco a Kyle, tal vez necesito dejarlo entrar a mi vida con la intención de que se quede.
Recuerdo que le he dicho de ver una serie juntos antes de que todas estas dudas por Kyle tomaran el control y estaba bastante segura de querer ir más rápido con él.
Siento que es el momento perfecto para darle una oportunidad.
En ese momento agarro mi celular para escribirle a Austin.
Amber: ¿Quieres que nos juntemos a ver una serie?
Le envío el mensaje y luego abro la conversación que tengo con Lily.
Amber: ¿Qué serie me recomiendas para ver con Austin?
Lil: Unas bragas rojas y un sostén del mismo color.
Amber: He dicho serie.
Lil: ¿Eso es un código para "categoría de porno"?
Amber: ¿Qué? ¡Claro que no! ¿Realmente crees que eso va a pensar si lo invito a mi casa a mirar una serie?
Lil: A menos que vean la serie de Noberta... esa si supera al sexo.
Estoy por contestarle cuando me llega la notificación indicándome que Austin me respondió.
Austin: ¡Claro!, ¿Quieres venir a mi casa? Hoy no estarán ni mi mamá ni mi hermana.
Leer eso me pone los nervios a flor de piel y me quedo en blanco mirando la pantalla.
Lily tiene razón.
Le saco una captura a la pantalla y se la envío a mi amiga.
Amber: Tal vez tenías razón...
Lil: Yo te avisé... ¿Quieres hacerlo de todos modos?
No tengo mucho tiempo de pensarlo. Austin vuelve a escribirme.
Austin: Espero que eso no ha sonado como que tengo segundas intenciones, perdón... solo te lo decía por si te resultaba más cómodo, pero puedo ir a tu casa si quieres.
Sonrío y trato de pensar con claridad.
¿Quiero ir a la casa de Austin? ¿Quiero estar con él si la situación llega hasta ese punto?
Recuerdo que la última y única vez que estuve en la casa de Austin había querido estar con él en ese momento. Aunque tal vez mis sentimientos e intenciones hacia él no habían surgido de forma honesta, sino por la decepción que me había provocado ver a Kyle y Jess juntos.
No puedo actuar de esa manera de nuevo, si estoy con él tiene que ser porque realmente quiero hacerlo.
Suspiro y me doy cuenta que Lily me ha escrito otro mensaje.
Lil: ¿Sabes que si estás con él no hay vuelta atrás verdad?
Sé a lo que se refiere. Mi amiga me conoce tanto que hasta es capaz de decir mis miedos en voz alta y materializarlos cuando yo misma no me atrevo a hacerlo.
De repente me llega un mensaje de Kyle y mi corazón comienza a latir más fuerte. Mierda, odio que eso suceda.
Bajapantalones: ¡Hola, Amy! Hoy mi madre se ha hecho unos análisis y el psiquiatra le ha cambiado la medicación. Dice que al principio va a sentirse un poco cansada, pero va a dar muy buenos resultados... ya he escuchado eso antes, espero que sea así. Gracias por todo ❤
Sonrío sintiéndome esperanzada, esas sí son buenas noticias.
Amber: Me alegro mucho, Kyle! :) No tienes nada que agradecerme. Avísame si necesitas algo.
Bajapantalones: Siempre voy a necesitar tu amistad.
Resoplo y dejo caer el celular en mi frente, cansada.
Amistad, por supuesto.
Si lo pienso mejor, no sé si el hecho de que no haya vuelta atrás cuando se trata de Austin, me da miedo o me alivia. Si estoy con Austin porque realmente quiero estarlo, mi única opción posible es olvidarme de Kyle.
Y eso es lo que quiero que suceda.
Abro la conversación con Austin.
Amber: Claro, puedo ir a tu casa. ¿A qué hora te parece?
Dejo el celular a un lado y le presto atención a Ratón, que está acostado con la cabeza en el piso mirándome fijamente.
―No me juzgues ―mascullo.
Dylan y Maia me miran extrañados, me había olvidado que seguían aquí.
―Yo también te juzgaría ―opina Dylan y lo miro asustada hasta que dice― estás ocupando todo el sillón, no le dejas ni un poco de espacio a Ratón.
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Me cambio rápidamente.
Dylan está por volver a su casa así que se ofreció a llevarme hasta lo de Austin, afortunadamente no se lo tengo que pedir a mi padre quien prácticamente querría entrar a su casa y tener una conversación con él para conocerlo mejor.
En el trayecto hasta la casa de Austin, Dylan no pregunta por él, sino que vuelve al tema de qué diablos hizo y me da una lista de todas las cosas que me pudieron haber molestado, hasta algunas de las cuales ya me había olvidado que había hecho. Sin embargo, su parloteo me hace evitar pensar en esta noche así que se lo agradezco y le sigo la conversación.
Me despido de él cuando llegamos y le aviso a mi familia que ya llegué para que se queden tranquilos.
Austin me abre la puerta con una sonrisa. Su pelo rubio está más oscuro al estar húmedo por la ducha, sus ojos amigables me dan una punzada de culpabilidad, pero empujo ese sentimiento al fondo de mi cabeza.
Me pregunta si quiero algo para comer o beber, pero yo rechazo su ofrecimiento, ya he cenado en mi casa. Me habla de su fin de semana y me cuenta que ha estado con su padre, su hermana y su perra (que ahora está en casa de su padre); también ha estado jugando al basquetbol. Yo no le cuento de mi día con Kyle, aunque tal vez ya lo sabe, pero no me corresponde a mi contarle sobre la situación de Kyle, así que solo le digo que estuve en mi casa pasando tiempo en mi blog.
Entramos a su cuarto y veo que está su computadora sobre la cama con la página de Netflix abierta, y yo trago saliva.
Austin se acomoda en su cama y yo me saco las zapatillas y me uno a él. Coloca su brazo alrededor de mis hombros antes de recitarme alguna de las series que había separado que tal vez me podían gustar. Opto por una serie thriller de dos temporadas con pocos capítulos cada una.
Miro a Austin y le sonrío. Luego me concentro en la serie. En ese momento me doy cuenta de que estoy segura de que no me voy acostar con él. No porque "no haya vuelta atrás" sino porque no es el momento correcto, no ahora, si estoy con él quiero pensar solo en él.
Sin embargo, no creo que eso sea lo único que tenga que suceder para que "no haya vuelta atrás". Creo que ya no hay vuelta atrás en este preciso momento donde él está mirándome como si le gustara realmente y yo estoy dispuesta a que me guste también.
Y luego... lo demás surgirá.