Sus suaves y agraciados pasos apenas lograban escucharse entre el suave pasto y pequeñas rocas bajo sus pies, con un andar sobrenatural que no mostraba movimientos innecesarios ni ningún tipo de sobre esfuerzo en ellos, sus ropas blancas y rojas carentes de su usual armadura parecían brillar debajo del cielo nocturno y la luz de la luna haciendo sobresalir sus finos rasgos sobrehumanos.
Su cabello lacio y de color blanco pulcro ondeaba a su espalda con suavidad con ayuda de la brisa nocturna, su rostro se mantenía totalmente inexpresivo y sin ninguna emoción especifica, solamente una chispa de intriga y preocupación era lo que brillaba en sus ojos dorados. Lo único que llevaba consigo era una llave dorada en su mano derecha.
- ¡amo bonito! ¡espereme!
Jaken corría lo más rápido que podía para alcanzar a su amo quien a pesar de caminar lentamente, había dejado desde hace mucho tiempo a su sirviente atrás mientras volaba para llegar a ese lugar en específico, había algo que estaba mal desde hace un tiempo.
Sesshomaru paró su andar por un momento cuando estuvo al frente de una gran extensión de enredaderas que parecían cubrir una gran pared de roca.
Jaken- ¿y ahora qué amo?
Sus ojos se cerraron acercándose a aquella pared de piedra, alzando su mano con la llave dorada en ella y de un movimiento incrustandola en la superficie sobre una abertura que encajaba a la perfeccion, la giró una vez y el sonido de un mecanismo interno sonó para terminar con un click. Sus ojos se abrieron y no se molesto en sacar la llave, la soltó y en un movimiento rápido se apartó, justo en el momento en el que una energía parecida a la espiritual pero mucho más potente que la de veinte sacerdotes, monjes y sacerdotisas juntos se arremolino alrededor del lugar donde se quedó aquel objeto, para unos segundos después desvanecerse al igual que una parte de aquel muro y enredaderas.
Jaken- hay, pero que turbio, amo bonito...
Sesshomaru lo miro sólo por un momento para que él supiera que lo escuchaba aunque de paso provocó un escalofrío en el cuerpo del pequeño demonio verde, quien paso saliva antes de dirigirse nuevamente a su señor.
Jaken- perdone mi insolencia, pero ¿porque estamos aquí? Y más importante, ¿porque dejo usted sus armas y su armadura?
Fue algo que le inquietó, pero no pregunto por eso puesto que su amo era alguien que siempre tenía una razón para actuar, aunque no siempre se la decía, y no sólo su amo dejo con Rin y Ah-Un tanto sus espadas y armadura, le había dicho claramente que tenía que dejar su báculo de dos caras al menos en caso de que quisiera acompañarlo, o al menos eso había entendido.
Sesshomaru- quédate aquí y no te muevas si no quieres morir.
Sintió un nuevo escalofrío que lo hizo tensarse totalmente, asintiendo tantas veces como podía a las palabras del demonio haciéndole saber que no se movería por ninguna razón. Sin siquiera mirarlo y con la mirada hacia el frente comenzó a caminar sin prisa alguna dejando atrás a su sirviente.
Al cabo de un tiempo de haberse internado en aquella cueva comenzó a ver pinturas que cubrían las paredes a las que no presto atención en absoluto, no era momento para eso y en ese momento tenía un objetivo claro.
Aquellas pinturas casi parecían cobrar vida a través de las irregulares paredes, los colores aún brillantes que parecían recientes a pesar de los años, contando una historia olvidada por todos menos por él. Demonios, símbolos, humanos, guerreros y sobresaliendo en las pinturas constantemente, un enorme demonio perro blanco cuyos detalles eran los más cuidados, cobrando vida con cada matiz de color, usando tantos tonos blancos y grices que parecía haber sido pintado pelo a pelo con precisión profesional.
No estuvo seguro cuanto tiempo pareció caminando en la oscuridad en la que parecía internarse cada vez más borrando casi todo rastro de luz, no era un problema, aún con eso podía desplazarse a la perfeccion por el lugar. Una luz al final de aquel camino le indicó que pronto terminaría, las paredes a medida que fue avanzando se alisaban hasta tomar la forma de los pasillos de un castillo de piedra, comenzaban a aparecer columnas que no pertenecían a la arquitectura japonesa, sino más bien parecían pertenecer a otro estilo diferente casi en su totalidad.
La luz al final del túnel le hizo notar el inminente tamaño de una cámara que se encontraba al final del camino, las columnas que retenian el peso del techo se alzaban imponentemente con ciertas formas talladas, figuras de deidades a su izquierda, deidades griegas con túnicas talladas, doce dioses.
A la derecha habían menos, sólo cuatro de las columnas estaban talladas con la forma de otros seres que se veían y vestían diferente, los primeros dos vestían kimonos y armaduras imponentes teniendo empuñadas un par de espadas en sus manos que a su vez se apoyaban sobre el suelo. Todas las figuras eran iluminadas por antorchas que brillaban con una luz casi sobrenatural sin dar señales de que aquel fuego consumiera la madera, lo cual hacía que todo se mantuviera iluminado a la perfeccion.
Llegó al final y notó una pequeña construcción de piedra que asemejaba una choza sencilla con una puerta de madera cuyo interior también parecía ser iluminado con otra antorcha.
Abrió la puerta y pudo ver en la pared otra puerta pero hecha de mármol blanco con incrustaciones de rubíes que formaban la silueta de una luna igual a la que tenía en la frente y cuatro estrellas hechas con un único rubí, en el centro de la luna yacían dos aberturas.
Uno de los cuatro rubíes que parecían estrellas se mantenía apagado, no brillaba como los demás y parecía inclinarse a un color mucho más oscuro, casi haciendo alarde al negro. Sus ojos se entrecerraron y fruncio el ceño con molestia confirmando su teoria causando en él un profundo sentimiento de frustración, solo dirigio una última mirada antes de dar vuelta para salir y teniendo en su mente sólo un pensamiento por más que le desagradara.
"Inuyasha y Tessaiga: colmillo de acero"
•○•○•○•○•○•○•○•○•○•○•○•○•○•○•○•○•○
Shun mantuvo su mente tranquila con la intención de no dejar que la ansiedad por lo que pasaba o más bien por lo que podría pasar. Se encontró desde temprano con Aome habiendo tenido el día libre nuevamente por orden de Saori para relajarse, sabiendo que a quien más afectaba la situación era a él.
Aome- ¿día libre de tus obligaciones?
Aome ya había terminado su jornada de estudios por lo que decidió ir a visitar a su nuevo amigo para también encontrarse de que por alguna razón Saori Kido le había dado tiempo para descansar, no le dijo cuanto pero le aseguró que le diría cuando no pudieran verse, tenía que estudiar pero por el momento parecía estar bien en calificaciones gracias a la desaparición de Naraku que fue derrotado hace un tiempo y la desaparición de la perla de Shikon, ya no tenían que preocuparse tanto Inuyasha y sus amigos por eso.
Shun- si, han ocurrido varias cosas desde ayer, además del hecho de que yo pudiera haber viajado al pasado, también han habido otras cosas que me llegaron a preocupar.
Casi no se conocían pero tenía cierta confianza en él, y el verlo angustiado no le gustaba, así que decidió que era mejor no insistir más con el tema y cambiar a otro para ayudarle a relajarse, era la razón por la que le habían dado esos días libres al final de cuentas.
Aome- espero que todo lo que pase se arregle, pero deberías aprovechar tu tiempo libre, hoy voy a volver a la época antigua y quería saber si te gustaría volver a ir, por lo general otras personas no pueden viajar a través del pozo pero tú si, ¿Qué dices? Hay buenos lugares más tranquilos allá.
La sonrisa que ella le dedico fue suficiente para que también sonriera de la misma manera despreocupada y tranquila, así que sin poder negarse accedió a su invitación, pasando antes a la casa de Aome para que ella pudiera llevarla.
La vio intentar meter unos cuantos libros de estudio que debido al tamaño y peso de la mochila de por sí gigante no pudo llevar sola.
Shun- puedo cargarlos si quieres, también te voy a acompañar.
Sus ojos casi parecieron iluminarse ante su propuesta por un momento, luego volvió a oscurecerse un poco al ver la gran cantidad de libros que se quería llevar, dudando un poco de si él podría cargarlos.
Aome- pero... son demasiados, no creo que deba llevarme tod...
Él los alzó sin problemas, acomodandolos para que no le fueran a tapar tanto la vista, en realidad eran una cantidad grande, pero teniendo en cuenta el entrenamiento que había recibido se sentía sólo como una bolsa de plumas para él, haciendo que Aome se quedara viéndolo con la boca abierta, la facilidad con la que los cargaba hizo que al final ella aceptará su ayuda, poniendo todo en otra bolsa lo suficientemente grande.
Cruzaron el pozo y ambos escalaron a la cima sin dificultad, Aome fue la primera en salir, no había nadie alrededor pero sabía dónde estarían, Shun también salió y al primer lugar al que fueron fue a la casa de la anciana Kaede que parecía estar preparando algo de comida.
Kaede- Aome, has vuelto, que alegría, y veo que también has traído al otro chico, Shun si mi memoria no me falla.
Asintió en afirmación a la anciana para hacerle saber que ese si era su nombre correcto, dejando la bolsa de libros que tenía en el suelo.
Aome- oiga, anciana Kaede, ¿sabes donde están Inuyasha y los demás?
Dejo de hacer lo que hacía y comenzó a pensar recordando con exactitud las palabras que Sango le había dicho cuando fueron a visitarla no hace más de dos o tres horas.
Kaede- es cierto, llegaron unos aldeanos de otro pueblo y mencionaron un problema con un demonio, dijeron que te esperarían a las afueras de la aldea para que fueras a ver también.
Ella asintió e invitó a Shun también para ver aunque no pudiera hacer nada, sólo para que pudiera ver la clase de demonios que habitaban en esa época, sabía que él no correría peligro pues Inuyasha también iría y aún con todo, de seguro se trataba de un demonio de categoría baja. Shun acepto y fueron juntos hasta el grupo de amigos de Aome quienes estaban preguntando acerca de los detalles que sabían del demonio.
Inuyasha- ya te habías tardado Aome, ¿y porque él también va a venir? Sólo nos estorbara.
La expresión de Aome cambio un poco a una de molestia antes de tomar aire para dejar que su irritación se fuera, tratando de tomar el tono más dulce que encontró.
Aome- yo le dije que si quería venir podría ver la clase de demonios que enfrentamos.
Inuyasha- no es un espectáculo ni una exposición, vamos a exterminar a un demonio, podría salir herido si viene.
Miroku y Sango habían terminado de escuchar el relato de los dos aldeanos asustados que tenía en frente y ahora escuchaban el pequeño conflicto, decididos está vez a intervenir al saber la clase de demonio que tenían que enfrentar.
Sango- puede venir...
Antes de que Inuyasha se mostrara en desacuerdo, Miroku decidió complementar lo que ella había dicho.
Miroku- es sólo un demonio menor Inuyasha, no representa gran peligro para los seres humanos, pero si esta arruinando las cosechas y comida que hay en la aldea y eso no es bueno.
Inuyasha- no intenten culparme a mi si algo le pasa entonces, vámonos.
La falta de terquedad del medio demonio les extraño bastante a todos y más a Inuyasha que desde la noche anterior había estado sintiendo el palpitar de su espada que parecía ansiosa por algo, pensó que era algún tipo de necesidad de combatir pero no estaba seguro, está vez ni siquiera él sabía lo que quería pues su resonancia era diferente a la que había sentido en veces anteriores.
No tardaron mucho hasta llegar a la aldea, Kirara llevaba a Sango, a Shippo y a Shun mientras que el monje corría a su lado con Inuyasha al otro y Aome en su espalda, Shun no se había negado a la propuesta de Sango para que Kirara lo llevara, aunque no lo creía necesario, le dio curiosidad saber como la pequeña gata lo llevaría, al menos hasta que la vio convertirse en un ser más grande lo cual casi lo hace tener un infarto.
Miro con más atención al niño que parecía zorrito y conforme a eso se dio cuenta de que las partes que antes había supuesto que era un tipo de disfraz ahora se daba cuenta de que era parte de su verdadero cuerpo, se dio cuenta de eso ya que había tenido oportunidad de sostenerlo cuando lo ayudó a subir a Kirara.
No fue gran problema encargarse del demonio, Shun no intervino en absoluto quedandose atrás "alejado de problemas" según Inuyasha, no tenía intenciones de interferir de todas maneras, estaba muy ocupado más bien mirando la forma de Aome de exorcizar al demonio, sentía por alguna razón una energía familiar en ella, no una que ya haya sentido sino más bien, era el tipo de energía que fluia en sus flechas, sentía un aura familiar.
Inuyasha- oye, ¿Qué tanto ves a Aome?
Recibió un pequeño golpe suyo en la cabeza haciendo que perdiera de vista a la chica quien había lanzado una flecha llena de su energía espiritual que había terminado de purificar al demonio derrotandolo al mismo tiempo. Era un demonio de categoría baja con la apariencia de una serpiente que se alimentaba de la energía y vitalidad de la tierra, nada de que preocuparse ahora pues las tierras sólo estaban un poco secas y las cosechas ya habían sido recogidas antes de su aparición y justo por eso el monje no se limitó al pedir su paga la cual nadie del grupo negó a pesar de sus obvias negativas, ya estaban acostumbrados.
Sango- ese monje no cambia.
A Shun pareció sorprenderle un poco la cantidad de bienes que el monje pidió, estaba apunto de decir algo hasta que Sango puso una mano en su hombro agitando negativamente la cabeza.
Sango- déjalo, siempre es así, suele aprovecharse de esa manera de las personas.
Los demás sólo asintieron mientras cerraban los ojos a excepción de Shippo quien vio al monje con los ojos un poco más abiertos de lo normal.
Shippo- y también de las jóvenes.
Sango abrió sus ojos antes de ver a Miroku rodeado de jovencitas sonrientes que le ofrecían dulcemente posada por esa noche para sentirse más seguras por si había otro demonio oculto. Se acercó al monje con su Hiraikotsu para darle un golpe con esta, deteniendo repentinamente cualquier acción "cordial" del monje para reír nerviosamente.
Miroku- Sango, tiene una explicación, lo juro, sólo no me mires así.
Las jóvenes y mujeres se alejaron al sentir el aura asesina de la exterminadora, Shun también lo vio con un poco de miedo puesto que muy a pesar de que haya enfrentado bastantes cosas, aquella aura era similar a su hermano cuando se enfadaba con los demás por alguna travesura de Seiya.
Miro de reojo a Inuyasha dándose cuenta de que estaba distraído, viendo hacía otro lado pensativo, pregunto si eso era normal, no sabía que era común en aquel grupo pues sólo había estado un día con ellos, dos en realidad, y ver a Aome con una mirada preocupada era un indicio de que no era para nada normal.
Aome- por lo general nunca está así de quieto, Inuyasha suele ser muy activo y terco, espera aquí, hablaré con él.
Asintió y fue con Sango, Shippo, Miroku y Kirara para darles algo de privacidad y ayudar con un posible conflicto entre los aldeanos y sus nuevos compañeros por obtener la atención de las mujeres de la aldea descaradamente.
Aome- ¿Inuyasha?
El nombrado salió de sus pensamientos repentinamente al escucharla y la miro con duda.
Inuyasha- ¿pasa algo Aome?
Ella negó y se sentó al lado del híbrido dejándolo algo confundido, Aome no solía tener esa clase de actitud con él de manera muy usual, una actitud que traía una inusual calma y tranquilidad, encerrandolos en una pequeña burbuja en la que nada más importaba porque allí sabían que todo estaría bien.
Aome- te veo muy distraído desde ayer, ¿te sucede algo? ¿es por Shun?
Aquel gesto exagerado de sorpresa que obtuvo fue más acorde al Inuyasha que conocía, río un poco antes de ver como esa expresión se convertía en molestia repentina después de procesar por completo lo que le había dicho.
Inuyasha- ¡No me sucede nada! Y no es por ese al que trajiste.
Aome- ¿entonces? Tu no sueles ser así de tranquilo.
Iba a responderle pero un nuevo palpitar fuerte le hizo callar para ver a su espada aún envainada en su funda, podía sentir su ansiedad por algo, ya había peleado, la había usado y por un momento pensó que su necesidad había desaparecido, pero ahora era más fuerte que antes, ¿Qué carajos quería que hiciera su espada para tenerla tranquila otra vez?.
Inuyasha- es colmillo, Tessaiga ha estado inquieta desde anoche y no tengo ni idea de porque.
Aome abrió los ojos por la impresión, se imagino que nuevamente estaría así por no poder encontrar ayer a Kikyo, ella no había querido verlo desde que Naraku murió y la perla de Shikon desapareció, ella había vuelto a este mundo de una manera que incluso ellos desconocieron, pero seguía allí, no había muerto al igual que el amor de Inuyasha por ella.
Aome- así que es por tu espada, ¿sabes o tienes alguna idea de porque está así?
Él negó, no tenía ni idea, pero aquel palpitar se volvía cada vez más molesto, no entendía porque, era como si exigiera algo fuertemente que le era negado y a causa de eso la rabieta de su espada era peor.
Inuyasha- ya te dije que no sé que es lo que le pasa, no deja de palpitar, y tampoco me queda claro que es lo que quiere como otras veces.
Porque ya había peleado otras veces con su espada y solía adivinar cuáles eran sus deseos, la necesidad de proteger a sus amigos, de pelear para que la usará en momentos en los que se consideraba perdidos, y de luchar al lado de otros, aunque eso sólo se resumió a un par de veces, y también de protegerlo y desear estar con él, era como tener una idea de lo que quería y ahora no parecía querer decirle nada, sólo exigía y no sabía que.
Aome- ¿paso algo ayer como para hacer que se pusiera así? Quizás deberías esperar un poco a que se calme.
Esa no era opción, y aquel pensamiento fue el único que entendió de su espada. Estaba a punto de ir por los demás que ya estaban metidos en uno que otro lío pero con la paga correspondiente en una carreta alejada en custodia de Shippo y Kirara, hasta que sintió un piquete en su cuello que lo hizo detenerse abruptamente, sin vacilar llevó su mano a ese lugar con algo de fuerza para aplastar lo que había allí.
La pulga Myoga cayó como un pedazo de papel hacía la palma abierta de Inuyasha haciendo uno que otro quejido de dolor por la acción tan rutinaria que tenía su señor con él cada vez que se veían.
Aome- es la pulga Myoga, ¿Qué está haciendo aquí?
La pulga se recompuso y sacudió un poco sus pequeñas ropas antes de aclararse la garganta y disponerse a hablar.
Myoga- amo Inuyasha, un placer volver a verlo, ya lo había extrañado...
O más bien su sangre pero eso no se lo dijo, conocía a la pulga lo suficiente como para saber que esperar de ella. Antes de dejarle hablar, los demás se reunieron con él y Aome para que salieran rápidamente de la aldea llevándose la carrera claramente pues el monje había insistido, y la razón de su casi huida eran los aldeanos, quienes tenían algunos en sus manos antorchas ya prendidas, otros fueron calmados por Shun y Sango quien más bien también alejaba a las mujeres de Miroku.
Una vez fuera también los demás se percataron de la presencia del diminuto demonio que revoloteaba en torno a Inuyasha buscando tener su atención por algo de suma importancia que al medio demonio no parecía importarle.
Myoga- amo Inuyasha ¡Presteme atención!
Al caballero se le hizo extraño al principio, luego de que Aome le informara acerca de quien era ese diminuto ser, los presentaron, haciendo que Myoga se sorprendiera por un momento al verlo, descartó sus pensamientos para saludar también al joven y dar su presentación sin preocuparse mucho de su propio sentir.
Inuyasha- como molestas, ¿Qué quieres?
Satisfecho por tener al fin algo de atención se apresuró a decir la información antes de que Inuyasha perdiera el interés.
Myoga- es sobre su espada...
□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□
Preguntas, ¿cómo les gusta más?
Colmillo de acero o Tessaiga
Aome o Kagome
Es a como más les guste, los nombres originales o los de la versión en español.
La razón de la actualización seguida es que ya termine de ver la serie de Inuyasha y acabo de comprender algunos detalles que puedan ayudar a la historia, rebosante de creatividad y es probable que siga así un par de semanas hasta que me termine secando :v
Disfruten su capítulo y comenten, me encanta leerlos.
:D
Cualquier error de escritura haganmelo ver para que sea una mejor experiencia para ustedes y lo pueda corregir.