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Kim Cleo June
Rin se había dormido en mi hombro hace una buena cantidad de minutos, lentamente mi cabeza fue acomodando sobre la suya y en menos de un minuto el sueño también se había apoderado de mí.
...
Fue repentinamente que mi rostro se sumergió en el agua. Mis manos se sostenían de la cerámica de la que suponía era una bañera, y por el piso de losa suponía que me encontraba en un baño.
Unas fuertes manos que sujetaban mi cuello con tanta fuerza que lo hacía doler y me obligaba a permanecer bajo el agua pese a los intentos de salir.
Era lo mismo que la vez anterior, una situación horrible en la que ni siquiera tengo control, porque los movimientos no eran míos.
Podía oir de fondo como quien sea que estuviese haciendo esto hablaba, pero yo no era capaz de escuchar o entenderle algo.
Me desesperaba no poder respirar, el aire se estaba agotando, por lo que los movimientos eran cada vez más frenéticos. Hasta que no parecía dar más e inhaló el agua, una horrible sensación de cómo me llenaba de agua por dentro, cómo llenaba mis vías respiratorias, y tosía ahí mismo, pero volvía a inhalar el agua en desesperación.
Fue cuestión de tiempo para que el cuerpo dejase de luchar y, poco a poco, esa voz se desvanecía. Todo quedaba en una comoleta oscuridad.
Al volver a abrir los ojos me doy cuenta que estoy aquí, en el mismo lugar en el que me había dormido con los chicos, aunque ausente de sus voces.
Miro a mi costado sin ver a ninguno de ellos y me resulta raro que se fueran sin mí. Pero un ruido a mi otro lado llama mi atención y al voltear, lo veo a él. Quedo paralizada al ver al mismísimo Dane mirarme.
Mi cuerpo tiembla y abro la boca asombrada, segura de que debería ser mi imaginación.
—Cleo June...
...
Desperté de un salto y dejando ir un pequeño grito. Sentía a mi cuerpo sudado y caliente, agitado. Mi vista fue a mi mismo lado donde él estaba hace unos momentos, pero sólo me encuentro con la nada misma y, a mi otro lado, un confundido JiMin. Pero yo continué buscando con mi mirada por todas partes.
Dane... Se sintió tan real.
—¿Qué te pasó? —preguntó JiMin.
—Nada, yo...cólicos. —volví a excusarme con eso y sostuve mi vientre.
Todos me miraban confundidos, a excepción de EunRin quien se tambaleaba desorientada y adormilada en su lugar. Rápidamente me quité la manta de encima y me levanté.
—¿Ya te vas?
—Sí... los cólicos. Debo volver. —dije esto último y salí de ahí lo antes posible.
No me siento bien. No me siento bien. No me siento bien.
Me sentía en peligro, como aquella vez en mi propia habitación. Miraba a los lados asustada, absolutamente todos mis sentidos estaban alerta y cuando menos me di cuenta, estaba corriendo.
Me hace sentir inevitablemente un sentimiento de peligro abrumador, miedo, de que algo no va bien, y no sólo en ese sueño. Siento un terror irracional y hasta pienso que estoy corriendo de la misma muerte.
Mientras tanto, mi mente me torturaba con el rostro de Dane. Me torturaba por haber soñado con él porque desde que lo superé, desde que nunca más quise volver a pensar en él, no volví a verlo en mis sueños.
Dane. ¿Por qué mierda me tenía que pasar algo como eso ahora? ¿Por qué lo sentía aquí?
Estando fuera de la cabaña recordé que Jeon está durmiendo, así que entré silenciosamente y sin prender la luz. Apenas cerré la puerta la aseguré con llave y lo mismo hice con la ventana, incluyendo la cortina, claro.
Estaba parada en medio de la oscura habitación, ahí, con la respiración irregular y agitada.
¿Ahora qué hago?
Mi vista no se apartaba de la cama de JungKook, que a pesar de no ser visible por la oscuridad, sabía que estaba ahí.
Jeon está durmiendo.
La última vez al menos tenía a JiMin conmigo, pero... ¿y ahora? Tal vez debí quedarme ahí con él.
Sólo podía pensar en el por qué de eso. Acaso... ¿Existe la posibilidad de que no haya superado a Dean? No, es imposible. Lo acepté hace mucho tiempo.
Dios, no.
Llevé mis manos a los costados de mi cabeza sintiendo que en cualquier momento iba a enloquecer. Las lágrimas se estaban acumulando en mis ojos. Me agobiaba pensar en ello, porque no quiero que vuelva a pasar, que mi mente me torture con la culpa.
Sí, sigo pensando y sintiendo el peso de la responsabilidad por no haber hecho nada por él, pero supe suprimirlo. Con el tiempo lo logré, logré ignorar esos sentimientos suprimiendolos. ¿Por qué se debían manifestar ahora? ¿Qué tenía que ver el primer sueño?
Caminé entre la oscuridad hasta el armario y de él saqué la primer prenda de ropa de JungKook que encontré. Con el tacto de mis manos lo identifiqué como una sudadera, la cual me coloqué luego de haberme desvestido ahí mismo.
Al sentir la calidez de aquella tela me abracé a mí misma y hundí mi nariz en ella mientras cerraba mis ojos. Era como sentir a JungKook abrazándome, un consuelo.
Jeon JungKook
Escuchaba la puerta ser abierta e inmediatamente esta, tanto como la ventana, eran cerradas con seguro. Estuve despierto desde que Kim se había ido, tratando de no pensar en el hecho de que estaría con el idiota de Park. De alguna forma es como si estuviera esperándola.
En cuanto la escuché entrar opté por fingir estar dormido y no decirle nada. Ni siquiera entiendo por qué me molesto con ella por preferir estar con él que conmigo, no debería.
Sus pasos iban de un lado para el otro, hasta que se detuvo por completo. No parece tener intenciones de prender la luz, pero, ¿por qué tarda tanto en simplemente acostarse?
No tenía nada claro en mi mente hasta que oí como sorbía constantemente su nariz y gracias al silencio también se escuchaba como respiraba de forma pesada y entrecortada.
¿Está llorando? Parecía querer apaciguarlo al inhalar y exhalar profundamente.
Pero ahora lo único que me importa es, ¿quién la hizo llorar? ¿Park tendrá que ver?
Kim Cleo June
No sé cuanto tiempo permanecí ahí parada tratando de apaciguar aquél miedo, el cual ni siquiera sé porque un sueño como ese me lo produce, después de todo, es un sueño. Trato de repetir esas palabras en mi mente, pero mis instintos siguen en alerta y mis emociones alteradas.
Me limité a refugiarme en el aroma de JungKook. Por nada en el mundo lo despertaría, mucho menos para que me vea llorar, y muchísimo menos para decirle que el motivo de ese llanto es una pesadilla. No sólo pareceré infantil, perderé toda mi genialidad.
Salté asustada en mi lugar cuando sentí algo tocar mis brazos y acariciarlos sutilmente. Automáticamente me paralice en mi lugar al sentir ese extraño tacto.
—¿Por qué lloras? —murmuró en mi oído.
Lo reconocí al instante. Era JungKook quien estaba frente a mí.
No quería responder, y es que si lo hacía, lo haría con la voz quebrada, eso sería aún peor. Me maldecía a mí y al mundo. ¿Cómo mierda JungKook se dio cuenta? Se supone que estaba dormido. Ni siquiera me enteré cuando llegó a mí.
Lo único que agradecía era a la oscuridad de la habitación, me ahorraba la vergüenza de mi cara. Pero el simple hecho de que JungKook ya sepa lo que está pasando me atormenta aún más.
Si prende la luz es mi fin. Estoy segura que lo hará con lo que le gusta burlarse de mí.
Me sorprendí cuando un brazo de Jeon rodeó mis hombros y el otro sostuvo mi cabeza contra su cuerpo, dando leves caricias en mi cabellos. Por mucho desconcierto que me generara, era lo que necesitaba, así que no dude en corresponder su abrazo y aferrarme a él con mis brazos.
Las últimas lágrimas fueron amortiguadas y absorbidas por su camiseta, pero a él no pareció importarle, se quedó ahí parado todo el tiempo que fue necesario hasta que me calmara por completo y mis lágrimas cesaran. Ya ahora sólo lo seguía abrazado por pura comodidad de su cuerpo.
—¿De verdad vienes a mitad de la noche a robarte mi ropa? —dijo aún abrazandome. Robó mi primera risa, logrando disipar los pensamientos atormentadores que quedaban vagando en mi mente y haciéndome sentir un ambiente más cálido— ¿Estás mejor? —asentí con mi cara aún pegada en su pecho— Ven.
Él había tomado mi muñeca, guiándome por la oscuridad hasta sentir una superficie blanda que reconocí como su cama. Me senté arrodillada en un lado de esta mientras sentía que Jeon se acostaba del otro lado y con su brazo me atraía para dejarme casi encima suya.
Reí calladamente al darme cuenta que nuevamente dormiría, no sólo en la cama de JungKook, sinó que también abrazada a este mismo. Rodeé con mi brazo su cintura para corresponder el lindo abrazo que él me daba.
Oculté mi rostro en él, ya que sentía mis mejillas acalorarse. Y ahí fui consciente de lo mucho que me gustaba estar así con él.
Si no superé a Dane, ¿por qué me siento así con JungKook?
...
Anoche pude dormir bien, despejar todos esos malos pensamientos de mi mente. ¿Y cómo no teniendo así a Jeon? Él había sido el responsable de esto y por eso se lo agradecía.
Jeon dormía boca arriba mientras yo me aferraba con mis brazos y piernas a él. Me era inevitable levantar la mirada para observar lo tierno y perfecto de su rostro al dormir, simplemente sin creer que nuevamente estaba en esta situación con él y lo mucho que me gusta. Sin mencionar el cosquilleo que me generaba pensar que hizo esto porque estaba llorando, se preocupó por mí.
Estaba tentada en acariciar aquella perfecta escultura de porcelana que es su rostro completo. Su piel tan tersa, sus labios finos con el hermoso detalle de un lunar bajo ellos, su nariz tan adorable, y sus tiernas mejillas. Ignorando los rastros de algunos golpes que aún tenía, era perfecto.
Mi mano hizo un lento viaje en dirección y acercamiento a su cara...
—Si me sigues mirando así como estúpida me imagino que ya estás mejor. —inmediatamente mi mano regresó a su lugar— ¿Qué tenías pensado hacer, Kim?
Mi cara volvió a derretirse en calor cuando sus oscuras orbes hicieron contacto directo con las mías.
—Yo... iba a goloearte... porque eres estúpido. —este alzó una ceja— Y feo.
Sí, como no.
El rió divertido mientras tomaba mi brazo y jalaba para arrastrarme a estar más encima de él.
—¿En serio? ¿Así agradeces mi ayuda anoche? —el susurro estando su cara tan cerca de la mía provocó un temblor en todo mi cuerpo.
—No pedí tu ayuda. —respondí tratando de contener el aire, el cual sabía que si soltaba mi voz comenzaría a tartamudear— Otra vez actuaste por cuenta propia.
—Eres un fastidio, Kim.
—Especialmente tuyo. —sonreí y noté una leve tonalidad rosa en sus mejillas— Gracias. —murmuré contra la piel de su mejilla teñida de rosa. Podía sentir a la perfección los músculos de su abdomen contraerse.
Nada mejor que invertir la situación.
No aparté mis labios de él, acaricié su mejilla con ellos hasta finalmente besarlo con delicadeza.
¿Cómo es que llegué a esto? Ni siquiera pareciera que hace tan solo unas horas vi a Dane en mis sueños, ¿cómo es que JungKook me hace olvidar algo tan importante para mí?
—¿Por qué llorabas? —me descolocó de todos mis pensamientos.
No lo hagas, CJ. Por el amor que te tienes a ti misma y tu dignidad, no digas que fue una pesadilla.
—¿Cólicos...?
—¿Eso fue una pregunta o una afirmación? —levantó una ceja incrédulo.
—¿Una afirmación?
—Eres terrible mintiendo. Dime la verdad. —me miró expectante sin recibir más que silencio— Dijiste que pasarías la noche con tus amigos, pero regresaste a quien sabe qué hora y robaste mi ropa.
—No te importa. —giré mi cara para evitar verlo de frente.
—¿Acaso te da vergüenza? —rió.
—¡No! ¡Yo solo...! —me interrumpió acercando mi cabeza a él.
—Prometo no reirme. —murmuró en mi oído, lo que hizo que lentamente descansara mi cabeza en el hueco de su cuello.
—Tuve una pesadilla. —hablé en su mismo tono. Hubo un silencio de unos segundos que fue perturbado por su intento de aguantar su risa— ¡Dijiste que no te ibas a reír! —grité separándome de él.
—Lo sé pero... —esta vez su carcajada se oyó más clara— No sabía que fueses una niña tan miedosa.
Esta vez mi rostro se enrojecía de enojo y la vergüenza que su risa me hacía pasar. Calló sus risas al recibir de mi parte un golpe en su estúpido, aunque bien trabajado y atractivo, abdomen.
—Eres un idiota. —dije para pasar por encima de él y salir de su maldita cama.
Estaba decidida a irme y a no seguir tolerando sus estúpidas burlas.
—¿A dónde crees que vas vestida así? —no llegué siquiera a dar el primer paso cuando la mano de JungKook jaló de mi ropa.
Me detuve a verme y, efectivamente, no podía salir así. Llevar únicamente la sudadera de Jeon no era una buena idea, una porque HaNeul me degollaría viva, y dos, porque con un simple movimiento podría levantarse y dejar ver más de lo que se debería mostrar.
—¡Al baño! —grité volteándolo a ver para dedicarle un feo gesto con mi cara, pero él... él me estaba mirando el...— ¡Eres un maldito pervertido! —tomé su almohada y comencé a golpearlo con ella.
Lo golpeé tantas veces como se me fue posible y luego de darle el ultimo golpe me redireccioné al baño, tomando de paso mi ropa, y cambiandome ahí dentro. Salí de él, teniendo aún sobre mí la mirada burlona de JungKook.
—¿¡Qué!? —estaba alterada.
—¿Quieres que saque el monstruo bajo tu cama?
—¡Eres de verdad irritante, Jeon JungKook! —grité enojada volviendo a él para continuar golpeándolo con su almohada mientras él sólo reía— ¡Estúpido! —di el último golpe para salir de ahí con mi mal humor al 100%.
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