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Kim Cleo June
—Dios... Que horror... —murmuré mirándome al espejo.
«Is piqiiñi», dijo el idiota. Sí, claro.
La maldita marca que el tarado de KiHyun me dejó era inmensa, tanto que hasta podría hacerse pasar como por uno de los tantos golpes que tengo. Y no estoy exagerado. Bueno, tal vez un poco.
Pero... ¡Agh!
Maldito hijo de puta. Si Jeon ve esto...
Tragué duro con tan solo imaginar en lo que puede llegar a pensar JungKook de mí.
¿Y si realmente piensa que soy una perra despechada? ¿Esto puede hacer que pierda el interés en mí? Creerá que soy una cualquiera.
Cierra la boca, Cleo June. Primero que nada, ¿qué interesa? No seas ridícula. No te importa lo que crea JungKook de ti porque él no te interesa. Así es, Cleo, eres un alma libre.
Respiré hondo para ahuyentar esas estúpidas ideas que se hacía la parte más estúpida de mi cabeza. Volví a observarme en el espejo, específicamente a la marca hecha por ese estúpido y nuevamente hice una mueca de disgusto.
No es que me asquee KiHyun. Bueno, no tanto. Pero no es de él de quien me gustaría recibir algo de este tipo. Juro que cuando me dijo que tenía un plan y necesitaba mi permiso pensé que se refería a pedirme una cita frente a Jeon, tal vez un beso en la mejilla, o yo qué sé. Pero no me imaginé que intentaría chuparme hasta el alma.
Pasé mis dedos sobre aquella marca y automáticamente mi cerebro pensó en solo una cosa; ¿cómo se sentirá si lo hiciera JungKook? ¿Sería tan bueno como ese beso? Apuesto a que sí.
Reposé mis manos en el lavabo y sonreí con tan solo imaginar la situación con él. Cómo trabajarían sus finos labios sobre mi piel con las intenciones de marcarme como suya. Sería...
¡Basta!
Abrí el grifo y acumulé una buena cantidad de agua en mis manos para comenzar a restregarla en mi cara. Literalmente me ahogué con tanta agua como me fuera posible. Estoy segura de que hasta se me metió un poco de ella por la nariz.
Idiota. Idiota. Idiota. Idiota. Idiota.
Deja de pensar de esa forma, por dios. Sólo durmieron juntos un par de veces. Supera al tipo, Cleo June.
Refrescar mi rostro es lo que necesito para que mi cerebro funcione corr... ¡Mierda!
Comencé a soltar distintos tipos de insultos a la vida cuando me di cuenta de que estaba removiendo el maquillaje de mi cara.
No, no, no. Más hematomas no.
Estúpido Jeon, esto es su culpa.
—Okey. Okey, okey, okey. —comencé a respirar profunda y lentamente, o al menos eso intenté— Está bien, Cleo. Sólo repasa el maquillaje.
Agradecía que SunKo se hubiera tomado la molestia de explicarme paso por paso como realizar el proceso con el maquillaje y hasta dejármelo escrito por si me olvidaba. Esas son verdaderas amigas.
Recubrir mi cara fue un éxito, o eso quise creer. Ahora estaba en duda de si debía cubrir la marca o no, ya que en un ratos debía hacer ese exámen y no quería que el profesor o cualquier otra persona lo viese.
No puedo creer que todo esto esté pasando solo porque Jeon besó a su novia.
Jeon JungKook
No puedo creer que besé a Kim. Puede que no lo haya sido el momento más romántico del mundo ni el mejor, pero al menos le demostré en su cara que aunque esté con Park o el otro estúpido de Yoo, no puede resistirse a mí. Kim no puede resistirse al efecto que yo causo en ella.
Pese a lo satisfactorio y divertido que fue ver su cara confundida luego de separarme de ella, no puedo olvidar lo bien que se sintió unir mis labios con los suyos. Ni besando treinta veces a HaNeul puedo equiparlo a un sólo beso de ella.
No la culpo si aún sigue allí maldiciendome, porque yo también lo hago. Debí haber hecho que el momento durase un poco más.
No prestaba atención a lo que los chicos hablaban, sólo fantaseaba con ella y el dulce sabor de sus labios. Pero no todo lo bueno dura para siempre, y eso pasó en cuanto la vi a lo lejos hablar con él, con Yoo KiHyun.
¿Desde cuando ellos dos se llevan tan bien? Hasta donde sé, el imbécil quiso golpearla la primera noche aquí.
¿Realmente tienen algo? ¿Él realmente la...? Mierda, con tan sólo pensarlo quiero hacerlo masticar vidrios.
Tuve el leve impulso de ir a romper su cara en cuanto se acercó de aquella forma tan descarada a ella. ¿Acaso no sabe lo que es el espacio personal? Él no es estúpido, sabe lo que le conviene, y quitará sus brazos de ahí si tanto los aprecia.
Tensé mi mandíbula al verla a ella corresponder su abrazo y... Mierda. Le quiero partir la cara al ver cómo desliza sus manos sobre ella.
Ni siquiera me importaba que los chicos se dieran cuanta de qué es lo que me tenía tan distraído, sólo me mantuve mirándolos en espera de que la suelte y se aleje de una vez.
Abría y cerraba mis puños con fuerza en el intento de calmarme, no quería hacer una idiotez frente a todos, pero ese chico me estaba provocando. ¿Por qué mierda tantos chicos se acercan a ella? ¿Acaso debo ponerle un cartel con luces encima que diga «no tocar»? Ni siquiera imaginar en que Kim le esté pagando para hacer eso consigue calmarme.
Mi autocontrol fue superando en cuanto la tomó bruscamente de la muñeca y se la llevó a quién sabe dónde. No iba a dejar que ese idiota le pusiera una mano encima, pero apenas dar el primer paso fui detenido por HaNeul.
—Cariño, ¿a dónde vas? —preguntó confundida— Dijiste que venías conmigo y Tae a estudiar.
—Sí, pero debo...
—Vamos, Kook. —jaloneó de mi brazo en forma de insistencia— Si no tienes todo en claro Kim te lo echará a perder. Sabes que esa estúpida apenas sabe contar. —se burló. Pero, a diferencia de ella, esa broma no me fue para nada graciosa.
Kim no es estúpida y eso lo demostró con los trabajos que ella misma hizo, recibiendo una nota alta. Ella no es estúpida, sólo que prefiere dejarle el trabajo y responsabilidad a otro.
HaNeul continuó insistiendo.
¿HaNeul o Kim?
No pude no detenerme a decidir ya que fuí jalado con más fuerza por parte de HaNeul para ir con ella. Quería soltarme e ir a alejar de una vez al imbécil de Kim, pero simplemente me vi capaz de tragarme toda mi rabia y caminar sin quejas junto a HaNeul.
...
Ver a Kim antes que yo para el exámen se me hizo extraño, hasta movía frenéticamente su pie, como si estuviese apurada o quisiera terminar con esto de una vez. Tiene sentido pensando en lo que había pasado anteriormente.
No podía utilizar ese gorro que llevaba para disimular aún más su maquillaje, pero sí bajaba su cabeza tanto como le fuera posible para ocultar su cara. Sonreí en cuanto me senté junto a ella y volteó su cara al lado contrario, nerviosa y tímida aún por el beso dado hace no mucho tiempo.
Lo que sea que le haya hecho Yoo, no quita mi efecto en ella.
Kim Cleo June
Lo tengo a mi lado. Tengo a Jeon JungKook justo a mi izquierda, siendo eso el causante del sudor de mis manos.
Otra vez viene a mi mente ese recuerdo que tanto odio, pero que a la vez me encanta. No sé como debería reaccionar, lo único que es capaz de hacer mi cuerpo es evitar ver su cara, así podría disminuir aunque sea un poco mis nervios. Pero ignorarlo se vuelve imposible en cuanto huelo ligeramente ese aroma que tanto me fascina.
¿Por qué no puedo ser capaz de mantener el control de mí misma?
—¿Por qué tan callada, Kim? —preguntó en un susurró el sujeto a mi lado, pues el profesor estaba repartiendo las hojas y quería silencio.
No contesté, sabía que si lo hacía iba a tartamudear, prefería ahorrar la vergüenza. Lo escuché soltar una pequeña risa y supe que se estaba burlando de mí, que ya era consciente de mi situación emocional.
Como te detesto, Jeon JungKook.
El exámen había comenzado ye sentía completamente nerviosa y en blanco. Si ya de por sí esta materia es difícil, ahora ni siquiera soy capaz de comprender el título. Jeon no facilitaba las cosas, porque estoy segura de que lo mucho que se mantiene cerca de mí y roza mi mano con la suya es a propósito para enloquecerme aún más.
Eran tantos los nervios de tener a Jeon mi lado que el sudor en mí ya parecía agua, literalmente. Y eso es malo, muy malo.
¿Este maquillaje es apruba de sudor? No lo creo, y hasta SunKo me lo dijo; «no es maquillaje de buena calidad».
Mis dudas fueron confirmadas en cuanto los dedos que pasé por sobre mi cara tenían impregnados en ellos un poco de maquillaje. Y mierda. ¿Acaso parece que se me derrite la cara? Tal vez sea el exceso de este, debo ponerme demasiado para tapar los golpes. Pero me agobiaba pensar en que podría correrse y mostrar mis moretones.
Jeon hablaba cerca de mi oído, consultando qué sería buena idea escribir.
Como lo odio, él sabe perfectamente lo mal que se me da esta materia, sabe lo que me está haciendo, y disfruta de ello.
Entonces lo recordé, la maldita marca de KiHyun.
Llevé mi mano izquierda sobre donde se supone está ese hematoma con la esperanza de, en caso de correrse el maquillaje, poder cubrirlo. Sé que el objetivo es que Jeon se percate de ella, pero no puedo evitarlo, me da vergüenza que él la vea.
Noté la mirada curiosa de Jeon sobre mí, eso lo hacía aún peor.
Maldita sea, Jeon. Deja ya de atormentarme.
Jeon JungKook
No entendía por qué tan repentinamente cubría así su cuello. Pero es cierto que me encantaba verla así de nerviosa, y por sobretodo, verla nerviosa por mí. Parecía estar a punto de evaporarse ella misma cada vez que me acercaba a propósito.
En cuanto el exámen terminó y ya todos podían retirarse Kim fue la primera en salir corriendo de ahí, fue tan rápida que la perdí entre todos. Aún así, no significa que no sepa a donde va.
No estaba dentro de la habitación, pero sí dentro del baño donde escuchaba movimiento por parte de ella. Reposé mi espalda junto a la puerta del baño a esperar por su salida y sonreí en cuanto escuché sus pasos acercarse a la puerta.
—Hola, Kim. —saludé en cuanto pasó por la puerta sin notar mi presencia. Me dio gracia verla saltar del susto y voltear a verme sorprendida.
—¿Qué quieres, idiota? —habló con su típico tono histérico. Quería hacerme creer que mi presencia, en general, no le afectaba en lo más mínimo, pero ya demostró todo lo contrario hace tan sólo unos minutos.
—Nada, sólo que algo me da curiosidad. —soné simple mientras daba pequeños pasos cerca de ella.
Miró con impaciencia la puerta y luego a mí. Todos su gestos faciales y corporales me decían que quería irse y evitar contacto conmigo.
Inesperadamente tomé su brazo y la posicioné en el mismo lugar en el que estaba yo, quedando ahora ella y sus muñecas a cada lado de su cabeza sostenidas por mí contra la pared.
—¿Qué tienen tú y el idiota de Yoo? —pregunté sin intenciones de ocultar mis emociones. Ahora lo único que me importaba era saber qué hicieron en cuanto se la llevó lejos de mi vista.
—¿Qué te importa, imbécil? —gruñó para luego verme confundida— ¿Quién es Yoo?
¿En serio ni siquiera sabe su apellido?
—¿Tanto te besuqueas con él y no sabes ni como se llama? —al instante ella pareció darse cuenta de a qué me refería.
—¿Por qué te interesaría?
—No quiero meterme en problemas si los profesores te atrapan a ti, mi compañera, haciendo quien sabe qué con ese idiota. —nuevamente me excusé con una misma mentira.
Sí, lo admito, sólo no la quiero cerca de él.
—¿El chico malo con miedo a ser problemático? —rió sarcástica.
Loa únicos problemas que me importa son los que ella me da.
—Quiero un año tranquilo, Kim. No me lo compliques.
—Tú no te metas donde no te incumbe. —frució aún más su ceño en clara muestra de estar molesta y habló nuevamente entre dientes— No pareció importarte ser descubierto por nadie cuando te estuviste baboseando con HaNeul.
—¿Otra vez celosa? —pregunté con burla.
—¿Quién está haciendo la escena ahora? —respindió con mi mismo tono de voz, alzando aún más su cara para quedar frente a frente conmigo y encararme.
Desde esta perfecta vista podía volver a fantasear con sus labios. No estaría nada mal volver a probarlos, volver a demostrarle quién está verdaderamente en su cabeza.
Movió levemente su cabeza en un intento de evitar mi acercamiento, pero es patético y evidente que ella lo quiere tanto como yo. Yo ni siquiera estaba ejerciendo fuerza, para ella es tan fácil como soltarse y alejarse de mí, sin embargo, sigue aquí.
—¿Qué es eso? —volví a preguntar al notar ese hematoma particular en su cuello y que, estoy seguro, no estaba ahí antes, deteniendo así mis intenciones.
Estoy 100% seguro que hoy, antes del exámen, esa cosa no estaba, ni siquiera en los momentos que yo mismo le he quitado el maquillaje. Si no mal me equivoco, ahí es donde ella se tapaba hace unos momentos.
Ya tenía una idea obvia de lo que era eso e inmediatamente se me vino a la mente el rostro se una persona, pero estaba negado a creerlo.
Mierda, no debí haber dejado que ese idiota se la llevara. Ni siquiera yo sé como reaccionar si me dice que ese tipo se atrevió a tocarla de esa forma.
—Nada que yo no haya querido. —permanecí mirándola directamente a los ojos, en espera de una risa o cualquier indicio de ser una broma. No, ella me miraba tan seria como yo. Apreté mis dientes con fuerza mientras dejaba salir una gran cantidad de aire por mi nariz al sentirme consumido por tanta rabia— Para, me estás lastimando. —ordenó firme y sin dejar su postura recta.
No me había dado cuenta la fuerza que estaba ejerciendo sobre sus muñecas. Aún así, no podía parar, apenas pude aflojar un poco mi agarre, pero esas ganas de romper lo primero que viese seguían ahí.
—¿En serio de un día para el otro andas con ese imbécil sólo porque no dormiste en mi cama? —dejé notar lo molesto que estaba.
Lo peor de todo esto es que ni siquiera tengo razones para estarlo.
—No. Claro que no, Jeon. —negó, tanto con sus palabras como con su cabeza. Con fuerza sacó sus muñecas de entre mis manos, dejando ver lo rojas y marcadas que estas estaban— Sólo descubrí de un día para el otro que hay hombres más interesantes y entretenidos que tú.
No tenía palabras para responder a eso, y en cuanto ella lo notó sólo acomodó su cabello y se dedicó a irse, pasando a mi lado y chocando mi hombro con el suyo. La única reacción involuntaria de mi cuerpo fue detenerla, tomar su muñeca y evitar que se vaya con alguien más.
—¿Qué? —preguntó cortante y seria, apenas volteando su cabeza a mí.
Está molesta.
¿Qué se supone que le diga? ¿Cómo evito que se vaya? Tal vez mi cuerpo haya reaccionado, pero mi cerebro no. No tenía idea de qué decirle o siquiera cómo responder a sus palabras.
—Te odio... —fue lo único que me vi capaz de decir.
Te odio por hacerme sentir así.
—Que bueno, porque yo también. —me devolvió mis palabras y está vez, sí, definitivamente se fue.
Nunca me había sentido más idiota e imbécil que hoy.
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Interrupción para que amen y adoren a KiHyun tanto como yo
Amén