꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱
••••
Kim Cleo June
Me enteré de que esta mañana dos chicos de nuestra clase habían montado una pelea, por lo cual nuestra salida al museo se había retrasado, por lo tanto, intercambiaríamos horario con otra clase e iríamos en cuanto termináramos de almorzar. Eso es bueno, porque me dió el tiempo de contar mi increíble aventura en el bosque amazónico, omitiendo algunas partes, claramente.
Durante el recorrido al museo, como ustedes ya saben porque me conocen muy bien, no escuché ni entendí nada. Ni siquiera sabía por qué o para qué estábamos aquí. Lo único que tengo más claro que el agua son las increíbles piernas que JungKook lleva bajo esos pantalones negros que se ajustaban muy bien a ellas.
¿Hay algo en lo que este chico no sea mejor que yo? Porque pienso que sus muslos hasta son mejores que los míos. Y esi es raro, porque nada debería ser mejor que yo.
Caminaba a propósito detrás de él sólo fastidiarlo, haciendo gestos con mis manos y cara, gestos de burla hacia él. Era divertido hacerle cuernitos.
Pero también debía admitir que quería admirar ese característico atractivo suyo. Mordía mi labio inferior con tan solo pensar lo bien trabajando que debe estar en totalidad su cuerpo. Aunque cada vez que él volteaba a verme debía quitar mi mirada.
Pero, ¿se imaginan a JungKook en un gimnasio? Pagaría por verlo.
Vaya, vaya, CJ. Creo que tú eres la degenerada.
Cuando entramos al lugar comencé a caminar junto a Jeon, ya que si seguía así cualquiera se daría cuenta. Es difícil disimular con él, simplemente no quieres apartar la vista.
—Mira, Jeon. —señalé el esqueleto de un pájaro— Un pollo.
—Ajá. —musitó sin interés.
Lo zarandeaba de su brazo cada que veía algo que llamaba mi atención mientras él repetía constantes «no me importa». Como siempre, su mal humor no se quita con nada.
—Jeon. —rogué en un berrinche mientras jalaba de su chaqueta— Vamos hacia aquél lado.
Estaban todos parados escuchando al profesor parlotear, pero yo no quería, así que insistía a él que fuéramos a un lugar más interesante. El permanecía inamovible en su lugar a pesar de mis súplicas. Jalaba tan fuerte como podía de su ropa, pero el parecía una estaca en el piso.
—Deja de molestar y fastidia en otro lado, Kim. —se limitó a decir para proceder a ignorarme, nuevamente.
—¡Jeon!
Jeon JungKook
Luego de darle la espalda a Kim para ignorarla, el recorrido continuó normal. Todo estaba tranquilo y ella pareció obedecerme, porque no volvió a abrir la boca, ni a ponerme una mano encima.
Suspiré relajado debido a la paz que estaba sintiendo. Pero ahí fue cuando me di cuanta...
Demasiada paz, es imposible que Kim dure tanto así. ¿Dónde está Kim?
Era raro que hayan pasado lo que parecían ser más de cinco minutos y no haber recibido una de sus jaloneadas o siquiera un misero grito. Es más, ya de por sí es raro que ella me haya hecho caso. Con lo terca que es no habría esperado mucho para volver a molestarme.
Volteé extrañado por su extremado silencio, encontrándome con que ella no estaba ahí.
¿Ahora en dónde se supone que está?
Pasé una rápida y superficial vista a mi grupo, pero ella no parecía estar entre ellos ni haberse adelantado.
¿Acaso se habrá ofendido?
En un lugar bastante lejano al que nos encontrábamos la vi hablado tranquilamente con un chico que, a juzgar por su ropa, trabaja aquí. Él se apoyaba de costado con una mano en la pared tratando de crear una pose atractiva ente los ojos de ella, llevaba su cabello hacia atrás constantemente y le sonría de forma coqueta.
¿Es acaso imbécil? Debe serlo si cree que con algo tan estúpido a ella va a gustarle. Actúa como estúpido.
Me molesté por como el idiota la miraba tan descaradamente. La comía de pies a cabeza con la mirada y relamía sus labios sin interesarle ser discreto, como una indirecta para Kim de la que ella no se percataba.
A veces es tan ingenua.
Ella se veía muy entretenida hablando con aquél tipo como si fuesen amigos de toda la vida. Pero él, él miraba como enfermo su torso, ya que este lo vestía con una blusa ajustada con un escote, no pronunciado ni vulgar, pero aparentemente lo suficiente como para que ese tipo no pudiera quitar su mirada de él.
Da tanto asco. Pareciera que nunca en su vida ha visto a una mujer.
Aprovechado lo entretenido que estaba el profesor, caminé hacia ellos y en cuanto llegué a ellos jalé del hombro de Kim, dejándola a ella detrás de mí y actuando como un muro entre los ojos de este imbécil y ella. Hablé primero antes de que se quejara.
—¿Algún problema? —pregunté viendo de frente a aquél sujeto, quien ahora me miraba de arriba a abajo y molesto.
—La señorita buscaba un baño. —respondió colocándose su gorra con el logo del lugar.
¿Ahora la trata de señorita?
—Que bien, yo la llevo. —ni siquiera le di oportunidad de volver a hablar y di media vuelta para llevarme a Kim de ahí. Prácticamente la iba arrastrando desde su muñeca.
—¿Qué te pasa? —preguntó cuando la alejé de aquél imbécil— Estaba en mitad de una historia sobre un árbol de dinero.
—¿A ti qué mierda te pasa? —nos detuvimos donde tanto el profesor como nuestros compañeros no pudieran vernos.
—¿Qué?
—Tú... —me callé al no saber qué responder— Te alejaste del grupo y no puedes hacer eso.
—¿Y qué te importa? Tú dijiste que fastidie en otro lado. —dio vuelta su cara ofendida.
Solo me bastó dar tres pasos para tenerla nuevamente contra la pared y ruborizada, debido a la repentina cercanía de mi rostro.
—¿Acaso herí tus sentimientos, Kim?
—Ja, por supuesto que no, sólo... —puso sus manos en mis hombros para obligar a alejarme de ella— Sólo sí quería ir al baño.
—Bien, yo te llevo.
Tomé su muñeca y la arrastré hasta el pasillo donde se hallaban los baños que el profesor nos mostró al inicio. Golpeaba mi brazo en un intento de que la soltara, pero que no vaya a pasar por su mente que lo haré.
—¿Por qué actúas como un imbécil? —ella me hace actuar como un imbécil— Ahuyentase al pobre chico.
¿El imbécil soy yo? ¿Y el pobre chico él?
—Él sí es un imbécil. —lo que dije pareció más un berrinche por sentirme ofendido.
El asco que me proporcionaba el siquiera pensar en su asquerosa cara, sobretodo en su ojos que miraban y querían ver más de lo que deberían. Y no es por Kim, sólo me dan asco los tipos así. Un maldito enfermo.
—¿Por qué? ¿Porque tú lo dices? —zafó su brazo de mi agarre y se alejó unos pasos m— Mira, hasta me dio su número. —mostró aquél pedazo de papel que arrebaté rápido manos y lo arrugué en mi puño— ¡Oye! ¿¡Por qué haces eso!?
—Porque te detesto. —gruñí en su cara— Entra de una vez al baño.
—¡Ahg! ¡Eres imposible! —refunfuñó mientras entraba al baño.
Observé el papel que yacía en mi mano y fruncí mi entrecejo al leer como le decía «preciosa». Rompí esa mierda en pedazos y lo dejé caer en un basurero.
No necesita que ningún idiota la llame de «preciosa», ya sabe que lo es.
Que horrible, Jeon. Suenas como un estúpido.
Esperé pacientemente por ella hasta que salió del baño de damas.
—Los mini jabones que hay ahí son increíbles. —olfateaba sus palmas asombrada— Huele mis manos. —se acercó a mí y puso estas en mi cara.
Tomé ambas de sus muñecas con una sola mano y las aparté de mi cara para tomar la suya con mi otra mano libre. Apreté su mejillas y esta deformó sus labios en respuesta.
—Vuelve a hacer algo como eso y te juro que... haré que te arrepientas. —susurré con un tono más grave cerca de sus labios.
—¿Ponerte las manos en la cara? —preguntó con dificultad debido a que aún apretaba sus mejillas.
—No. Vuelve a alejarte de mí, a hablar con ese tipo, o cualquier otro idiota por aquí y me aseguraré que te quede bien en claro no volver a hacerlo.
Una pequeña risa escapó de ella.
— ¿Estás celoso?
Solté su cara con algo de brusquedad y ella acarició sus mejillas.
—Como si me importara lo que haces con otros, pero no toleraré que me metas en más problemas. —dije comenzando a caminar dejándola a ella atrás.
El resto del día ella me obedeció, permanecía a mi lado y volvimos a lo mismo en lo que ella señalaba cualquier estupidez y yo, a diferencia de hace rato, fingía interés. Al menos así se quedará conmigo.
Mi vista cruzó con la del idiota de hace rato que me sonría con superioridad. De verdad es estúpido, de seguro piensa que la tiene ganada únicamente porque cree que Kim aún tiene su número. Sí, como no.
...
Kim Cleo June
—Cama, dulce cama. —dije tirándome en ella boca abajo.
—Cierra la boca, tu voz me molesta. —Jeon arruinó mi bello reencuentro.
—Con mayor razón hablaré. —él me ignoró acostándose en su cama con los brazos detrás de su nuca— Tss, niño grosero. Veamos si me extrañas esta noche.
—¿Por qué debería hacerlo? —preguntó aún inmóvil en su lugar.
—Porque no dormiré aquí. —me di cuenta que conseguí su atención cuando abrió sus párpados y me miró de reojo— Pasaré la noche con mis amiguis, sobretodo Park. —dije al saber sus típicas reacción ante la mención de él. Me levanté de mi cama, tomé mi celular y salí de ahí— Te me cuidas.
Así ese desgraciado aprenderá a apreciarme.
...
—¿Para qué es la manta? —pregunté a Rin mientras caminabamos juntas al lugar, ya que ella fue quien vino a buscarme.
—Por si hace frío —dijo encogiéndose de hombros.
Raro. A pesar de que sea de noche y haya que guardar silencio, me sorprende que no hable con energía ni dé brincos de alegría. No sólo eso, en todo el día pareció actuar como...como una persona normal.
Y ya todos sabemos que Rin no es una persona normal.
—¿Estás bien? —levantó su mirada del piso y me miró confundida— Te ves decaída. ¿Pasó algo? ¿Estás triste?
—¡No, no, no! —sacudió sus brazos— Sólo no dormí bien... ¡Pero Rin siempre es feliz! ¡Siempre es una buena chica!
Reí por su linda actitud, ya que había colocado su manta de perritos en su cabeza y se balanceaba con intensidad. Ahí volvió la Rin normal.
Caminamos unos buenos minutos y llegamos al escondido lugar donde estaban todos reunidos. YoonGi peleaba con HoSeok ya que este lo quería salpicar con agua, JiMin se burlaba de ellos y JungYul jugaba un tres en raya en la tierra con SunKo.
—¿De dónde sacaron la comida? —pregunté al ver todo lo que tenían dentro de un bolso.
—La robamos. —respondió SunKo con tranquilidad mientras analizaba el juego escrito en la tierra.
—¿De verdad?
—Nah, EunRin se trajo una reserva desde su casa. —la chiquilla a mi lado rió afirmando aquello— ¿Cómo eres tan buena en esto? —cuestionó a Yul ya que esta recientemente había ganado.
—¡Vamos a mojar a YoonGi! —gritó EunRin yendo a hacerle apoyo a HoSeok.
...
Sí, gente, YoonGi terminó mojado y en parte enojado. Pobre chico.
El lado bueno es que HoSeok en forma de pago le dejó la manta que él había traído.
Luego de un rato de estar jugueteando, todos nos habíamos sentado frente al lago, contemplando el brillante cielo estrellado, siendo iluminados por la intensa luz de la luna. Podría decirse que esto era como un día de picnic, pero en la noche.
A mi lado tenía únicamente a JiMin quien parecía estar más entretenido en una charla con los demás. Yo ni siquiera estaba al tanto de lo que decían, ya que en mi mente habían aparecido las palabras de JB.
JiMin fue lo que se podría llamar «un chico malo».
Aunque JiMin no es una mala persona, sé que no es una mala persona. JiMin es un chico bueno, o al menos ahora lo es. Y tampoco es que todo deba recaer sobre él, Jeon y los demás también tienen parte de la responsabilidad.
Lo observo de reojo, como ríe de algún comentario que alguno de los chicos habrá hecho, y me pregunto por qué aún no me lo habrá dicho.
Yo le conté, él sabe cosas de mi pasado, que yo no era una buena persona. No debería sentirse inseguro conmigo, si hasta lo entiendo de lo arrepentido y avergonzado que debe estar.
Yo también me siento horrible y trato de simplemente olvidarlo todo, pensar que lo único que cuenta ahora es el presente. Pero aeptalo, tienes el historial manchado, CJ. Dane me lo dijo, que mi propia mente se encargará de castigar mis errores hasta que aprenda a soltarlos.
Que grandes palabras de aliento, Dean, ¿no me pudiste decir «tranquila, ya todo pasará»?
Estúpido cargo de conciencia.
Tal vez JiMin pase por lo mismo y sólo quiera dejarlo atrás.
—¿Por qué tan callada? —preguntó JiMin cuando vió que era la única que no estaba riendo. Dejó de lado la conversación de los chicos para prestarme atención— ¿Estás bien?
—Pff, ya sabes...cólicos. —dije lo primero que se me vino a la mente e inmediatamente me arrepentí.
—Oh... Eh... ¿Te duele mucho? ¿Yo...? —comenzó a acariciar mi espalda en busca de, supongo yo, hacerme sentir mejor— ¿Qué se supone que se hace?
Reí debido a lo tierno que se veía y a cambio él me dió una sonrisa avergonzada.
—Olvídalo, ni siquiera me duele tanto. —él guardó silencio y desvió su mirada aún con la vergüenza en ella. ¿Realmente esa cara podría herir a alguien?— JiMin...
—¿Sí? —me dio su total atención.
—¿Confías en mí? —asintió sin dudar— ¿Me confiarías cualquier cosa?
—¿A qué viene eso?
—Nada... —aparté la mirada. ¿Me estaba mintiendo en la cara?— Tengo frío. —acaricié mis brazos al sentir la fría ventisca que congelaba mi piel.
Park JiMin
¿Y ahora qué le pasaba? Actúa bastante raro. ¿Y por qué pregunta eso de repente?
Tal vez no seamos amigos desde hace años, pero sí tengo la certeza de que es alguien de fiar y la considero así. Ella sabe gran parte de los detalles de mi vida y siempre hablo de todo con ella. Lo único de lo que soy incapaz de decirle es de lo que pasé en Busan y lo que fui tiempo atrás, pero no por desconfianza, sino por miedo.
Tengo miedo de que me vea como una persona repugnante. Cambié, pero las cosas que hice perduran, en mi mente como en la de todos. Soy una persona repugnante, aún puedo considerarme así, pero no quiero serlo para sus ojos.
—Tengo frío. —dijo luego de unos segundos.
Tenía razón, la noche estaba bastante fresca y ella estaba algo desabrigada. Aunque admito que me gusta esa ropa que ciñe su cuerpo.
No seas idiota, JiMin.
Me avergoncé por pensar de aquella forma sobre ella e intenté despejar esos pensamientos, pero inmediatamente sentí un codazo por parte de YoonGi, él señalaba mi chaqueta que traía puesta y luego a CJ. Lo había entendido.
Estando a punto de quitarme mi abrigo para dárselo a ella, me vi interrumpido por un grito.
—¡Descuida, CJ! —gritó EunRin levantándose de su lugar y corriendo a su lado para taparse ambas con su manta— Yo te cubro.
¿Cuándo no ella?
YoonGi volvió a reír por mi nuevo y fallido intento, palmeó mi espalda en un intento de consolación. Bajé la cabeza lamentando el hecho de que EunRin ha vuelto a frustrar mis planes, y lo peor es que lo hace sin darse cuenta.
••••
꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱