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Kim Cleo June
—Demoraste. —dijo cuando entré a su auto donde me estaba esperando.
—Estoy harta de tus reclamos, Park. —dramaticé molestia.
—Dios... —susurró— Hoy estas intensa.
—No me gusta tu tono. —él rodó los ojos y siguió en camino a su casa.
Ahora este es el momento más esperado por toda Asia, buscar a bebé Cereales e instalarlo en my house. Sé que es bastante irresponsable llevar a un animal odiado por Cassidy a casa cuando no está, pero yo no soy responsable, ni me considero tal cosa, así que ñe.
...
—¡Cleo! —me saludó la madre de JiMin con una reverencia— Que bueno es tenerte por aquí de nuevo.
—Un gusto nuevamente, señora Hye. —le devolví el saludo.
—Hola, mamá. Yo también llegué. —intentó llamar la atención de su madre, quien le dio una mala mirada.
—¡Mocoso, lava ahora mismo tu ropa! —reclamó molesta.
¿Lavar su ropa? No pude evitar reírme. Es gracioso que el gran y correcto chico Park JiMin no lave su ropa.
—¡Pero si recién volví a casa y estaba todo limpio cuando me fui!
—¡No me levantes la voz! —levantó su mano como amenaza y JiMin se encogió en su lugar— ¡El gato orinó en tu armario!
¿Que bebé Cereales hizo qué?
—¡Aaahg! ¡Demonios! —rápidamente tapó su boca con ambas manos.
—¿Qué vocabulario es ese, Park JiMin?
—Me disculpo por el mal comportamiento de mi cría. Sinceramente no sé que le ha estado enseñando JiMin. —lo mire desaprobatoriamente.
—Debes estar bromeando... —susurró molesto.
—Descuida, ahora este irresponsable lavará todo. —dijo con una sonrisa.
Me compadezco de ti JiMin.
...
—No entiendo porque debo limpiar algo que ese ser tuyo ensució. —dijo molesto mientras tiraba la ropa húmeda con aquel desagradable líquido a un cesto de ropa.
En serio que apestaba. JiMin tenía constantemente una mueca asqueada del aroma y yo apenas podía acercarme. No sabía que Cereales se guardaba algo tan apestoso adentro. El pobre de JiMin era quien lo sufría más, ya que debía respirar oara checar la ropa sucia.
—Nuestro. —corregí— Pero ya te puedes sentir mejor, me lo llevaré y no volverás a saber de él. Seré madre soltera.
—Te oyes estúpida. —rió.
Era cierto. Olvidé mencionar el pequeño detalle de que estaba constantemente apretando mi nariz con mis dedos oara asegurarme de no oler absolutamente nada. Sonaba como en esos días de resfriado fatal.
—Sí, búrlate. Ya sé que no te importamos como familia. —fingí llorar.
¡Ahg! ¡Es difícil que hasta yo me tome en serio mi actuación si me oigo tan estúpida!
JiMin soltó con pesadez un suspiro y pasó su mano por toda la superficie de su cabello, desordenándolo. No puedo mentir, el atractivo que se carga JiMin es impresionante. No hay que olvidar su mandíbula tan bien marcada, una de mis mayores debilidades en los hombres. Combinado con las caras enojadas que hacía por el desagradable aroma, me remataba con +100 puntos.
—¿¡Qué tanto orina este animal!? —gritó enojado, haciendo que sus labios formaran una pequeña trompita— Pareciera que se tomó la molestia de orinar en cada parte de mi armario.
Pero que cute se ve ahora.
Damas y caballeros, la dualidad de Park JiMin.
Miré la hora y aún faltan 3 horas para la hora acordada con JB. Hoy remataremos el día con una buena acción.
—¿Quieres ayuda? —pregunté siendo amable. Es lo menos que puedo hacer. Después de todo, él cuidó a mi pequeño bebé sin quejas.
—No quiero que tú también tengas que respirara de cerca esta cosa.
Ternurita.
—Descuida, es mi entrenamiento a cuando sea mamá de verdad. —me acerqué a su armario y comencé a sacar la ropa que oliera mal, básicamente toda.
Impresionante la cantidad de orina que Cereales puede acumular. Es un gato muy pequeño pero con una contención de líquidos impresionante.
—Te lo tenías bien guardado, ¿eh? —le dije al pequeño ser que se encontraba bañándose en la cama de JiMin— Sí, mejor sigue en lo tuyo. —volví mi vista a la ropa de mi pequeño amigo Park, pero mi atención fue llamada en la zona donde tenía sus chaquetas colgadas— ¿Desde cuando usas ropa de cuero?
Tomé aquella chaqueta y la examiné. Me resultaba familiar, me daba un aire de haberla visto antes.
—Yo... —pareció meditar sus palabras por un momento. Pero antes de que terminara volví a hablar.
—Hasta pantalones y botas de cuero. —me sorprendí de ello.
Era difícil imaginarme a JiMin con esta ropa. Pero haciéndolo, les juro que si se despeina el cabello como hace unos momentos, sería todo un badboy. Sí, como JungKook.
Park JiMin
Maldición. Me olvidé que aún tenía esas cosas ahí.
—Sí, era muy fan del cuero. —dije encogiéndome de hombros e intentando restarle la mayor importancia posible.
—¿Y ya no? —continuó preguntando.
—En algunas ocasiones. —comenzaba a ponerme nervioso, por lo que tosí para evitar tartamudear. Si CJ seguía indagando e intentando hacerme hablar, terminará descubriendo lo que por mucho no quiero que sepa. Traté de sonar desinteresado y pensé en cualquier cosa para cambiar de tema— Creo que debería tapizar las paredes de mi cuarto. Un color más vivo tal vez.
No sabría con que cara decirle a CJ el hecho de que pertenecí al grupo de JungKook. Y no solo eso, las cosas que hice ahí. De solo pensar en eso me siento la peor basura del mundo. De seguro CJ ni siquiera sería capaz de verme de la misma forma. Me avergonzaba recodar la clase de persona que fuí, y no quería que ella me viese así. Sé que ella tiene su pasado de bravucona, pero no que haya llegado al extremo que llegué yo.
¿Qué pensarías de mí? —pensé mirando su perfil.
—Uuh, verde mostaza y estampados de mandarinas. —dijo emocionada.
—No sé ni para que te pregunto. —recogí el cesto con parte de la ropa y lo llevé a la lavadora.
Estaba de más decir que esa idea era estúpida.
Kim Cleo June
Una hora y media para que JB pase a buscarme y yo ya estaba en camino a mi casa con mi buen camarada JiMin. Mi niño, Cereales, iba acostado y dormido en mis brazos, mientras Jimin tarareaba una canción que vaya a saber dios cuál es.
—¿Segura que te quieres quedar sola? —volteó su cabeza levemente hacia mí, pero sin apartar la vista del camino— A mi madre no le molesta que te quedes.
—Me encantaría. —dije con una sonrisa por su preocupación por mí— Pero estoy implementando en mí una nueva rutina de TaiChi y aprovecharé la casa sola para eso. —sé que mentir está muy mal, pero no puedo decirle a JiMin que iré a una carrera de motos con el enemigo de JungKook. Primero, me va a regañar, y segundo, no me dejará ir— Tal vez otro día.
Además, ¿A quién engaño? Adoro mentir.
—¿Y por qué de repente lo del TaiChi? —preguntó curioso.
—Pues... Ya sabes, elevar mi ser... y... ¿meditar? —no estaba segura de lo que decía. Lo único que sé del TaiChi es lo que la tía Clarity me enseñó, pero ni siquiera le prestaba atención.
—Que bueno que empieces con esa nueva rutina.
Jaja, soy la reina del engaño.
JiMin se contuvo de seguir preguntando cualquier otra cosa y en menos de un minuto ya estaba frente a la entrada de mi casa. Ambos nos despedimos y yo me adentré a mi residencia. Y supongo que ahora debería bañarme.
No seas sucia, Cleo.
Antes que nada, fui hacia uno de los cuartos más pequeños de la casa y ahí dejé a Cereales con comida, agua y un periódico para sus... cositas innombrables. Sé que no es lo mas eficaz contra los desperdicios de su cuerpo, pero no puedo salir ahora a comprar una caja de arena ni dejarlo andar libre por la casa. Aunque supongo que su tanque fue bien agotado en la casa de JiMin.
Como sea. Cassidy me arrancará la cabeza su cuando llega hay excremento de gato en algún lado.
Me bañé sin lavarme el cabello, porque me flojera, además lo lavé ayer. Me puse, como es típico en mí, ropa negra y me acosté para ver qué productos de limpieza son más económicos comprar y cuáles están en oferta. No es que los vaya a comparar, pero siempre me gustó ver comerciales como estos. Además de que me sirven para matar el tiempo.
—Llame ya al número en pantalla y reciba su producto a un precio de... —repetía lo que el locutor decía pero en voz baja, hasta que el vibrar de mi teléfono llamó mi atención.
Mi Otra Jota
-Estoy afuera
Lo siento hidrolavadora con doble potencia, otro día será.
Apagué el televisor y me levanté mientras recogía mi abrigo. No es como que hiciera calor, pero como iría en motocicleta y yo soy muy chillona, no estaba de más. Salí hacia la entrada y justo en la acera había una motocicleta estacionada junto con una persona. Mi querido JB estaba ahí.
—No sabía que vivías en un lugar tan grande. —dijo cuando llegué junto a él.
—Yo ni siquiera sabía que tenía un abuelo millonario. —me encogí de hombros.
Después de la pequeña charla, JB y yo nos montamos en la moto que era conducida por él y fuimos en dirección a nuestro destino. Durante el viaje no paré de quejarme, aunque haya tenido un casco, detalle que quiero resaltar porque es muy lindo que mi amigo de J se preocupara por mi seguridad. El punto es que a pesar del casco y el abrigo, el fuerte viento que chocaba contra mi cuerpo era insufrible. Rematamos con que en vez de un pantalón me puse unos shorts, por lo que todo el frío estaba por mis piernas. Pero tampoco podía quejarme o algo por el estilo, siento que si lo hago él podría tirarme de la moto en movimiento.
Después de unos largos minutos llegamos a nuestro destino, y sí que estaba lejos. JB intentó apresurase lo más posible y en el proceso se salteo algunos semáforos. Obviamente lo chantajee por infligir la ley y gracias a eso ahora tengo una botella de fanta.
Pensar correcto en lo que hago.
La razón de tanta demora había sido porque nos adentramos a unos suburbios a las afueras de la ciudad. Según JB, era un lugar algo peligroso, peri mientras no me separara de el, todo estaría bien.
Habían bastantes personas; generalmente eran chicos con motocicletas, habían algunas chicas que parecían ridículos conos de transito por tanta ropa fluorescente y otras que se veían como yo. Eso es bueno, significa que no destacaré mucho aquí. Lo malo era que las personas de aquí no se veían muy confiables. Afortunadamente, no es mi primera vez en un ambiente así.
—¡Heeeeyy, —el rubio fabuloso se acercaba a mí— linda! —me señaló mientras chsaqueba los dedos— ¿Cómo estás? ¿Me extrañaste?
—Por favor, no empieces. —el chico que reconozco como YoungJae lo golpeó con el codo— Un gusto verte otra vez, CJ.
—¿Que hay, bros? —choqué los cinco con el simpático chico Jae.
—Ven, te presentaremos al resto. —me hizo una señal con la mano para que lo siguiera, y eso hice, mientras Jackson y JB venian detrás de nosotros— ¡Chicos! —llamó a un pequeño grupo de cuatro chicos que estaban entretenidas conversando, hasta que su atención fue atraída por las palabras de YoungJae— Ella es la famosa CJ, amiga de JB y ahora nuestra también.
—¡Oh, sí! La recuerdo. —gritó un chico con el cabello de color rosa.
¿Qué cosa tienen con los tintes la gente de aquí? He visto de muchos colores.
—La que golpeó a Jeon. —intervino otro castaño.
—Soy toda una celebridad. —alardee golpeando hacia atrás mi cabellos con el dorsal de mi mano.
—Como digas, señorita ego. —me atacó mi compañero de J. Yo le saqué la lengua— Presentense, tarados.
Que agresividad.
—Oh, claro. Disculpamos. —habló un pelinegro que se inclinó rascando su nuca— Soy Park JinYoung. Un gusto.
—Yo soy Kim YuGyeom, un gusto también.
—Mark Tuan. —se presentó con una linda sonrisa el otro castaño que hasta ahora no había hablado.
Solo faltaba el peli-rosa.
—Kunpimook Bhuwakul. —sonrió
¿Qué?
—Disculpa, no entendí. —dije intentando no sonar grosera ni nada por el estilo.
—Jajajaja, descuida, suele pasar. —me palmeó el hombro— Tú solo dime BamBam.
—Oh, es... mucho más fácil. —reí levemente.
—¿Acaso es de Turquía o algún país donde hayan nombres tan...? —pensé tratando de descifrarlo.
—Tailandia. —abrí los ojos y levanté ambas cejas al haberme tomado por sorpresa— Soy de Tailandia. Por eso mi nombre tan inusual.
¿Cómo sabía lo que estaba pensando?
—¿Lees mentes? —pregunté asombrada por su telepatía.
—Puede ser. —hizo un movimiento de manos, como si estuviera haciendo magia. Mi boca se transformó en una «O» al ver tal habilidad.
Ten cuidado con lo que piensas, CJ, podrías exponerte.
Asustada tomé mi cabeza en un inútil intento de evitar su telepatía.
—En realidad hablaste en voz alta. —reveló Mark, interrumpiendo mis pensamientos.
—¡Mentiroso! —acusé a el simpático pelirosa, quien rió ante mi reacción.
Me engañó totalmente.
Estuvimos un rato hablando y la verdad me cayeron muy bien, son chicos muy agradables, sobre todo BamBam. Jackson con sus intentos de coqueteo se veía más gracioso que otra cosa. Aunque de vez en cuando se nos acercaban chicas que buscaban coquetear con ellos.
Luego de unos minutos, tres motos llegaban a una alta velocidad. Uno de esos muchachos, el que llegó primero, festejó su victoria y reclamaba su dinero.
—¿Ya estaban corriendo? —pregunté.
—Sí, pero esos idiotas no nos interesan. —dijo YoungJae.
—¿Cómo será la carrera?
—Dentro de toda esta sección. —me señaló JB en el mapa de su celular— Es lo que corresponde a las calles cerradas y estos callejones, por lo que nadie nos molestará.
—Las carreras suelen hacerse en un campo que también está alejado de la ciudad y pocas veces tenemos oportunidad de correr en las calles. —explicó BamBam— Aprovechamos las calles cerradas para hacerlo y correr menos riesgo. Además de que este lugar está bastante abandonado.
—¿Y hay reglas?
—Depende. —respondió— Eso lo arreglas con tu competencia. Pero generalmente se corre sin reglas. Ya sabes, para darle más emoción.
—Pero... ¿Eso no podría acabar en un accidente muy grave...?
—Por algo son ilegales. —interrumpió Jackson— No solo no contamos con permiso de las autoridades, sinó que las medidas de seguridad no existen.
—Incluso puedes perder la vida. Por eso aquí generalmente compiten tipos arruinados que necesitan desesperadamente dinero. No se hacen competencias amistosas.
—¿Ya han ocurrido accidentes de esa gravedad? —varios asientieron y otros dieron una mueca de asco, me imagino que al recordar el momento— ¿Y qué hacen cuando eso pasa?
—Irnos, o por lo menos eso hacemos nosotros. Si esa persona vino con amigos, ellos se harán cargo de llevárselo.
¿Llevárselo? Estamos hablando de un cadáver.
—Podría decirse que la única regla de aquí es, por nada del mundo, llamar a la policía. Lo que sea que te pase, será culpa tuya. Si corres aquí, lo haces sabiendo las posibles consecuencias.
Que crudo sonaba todo. Me generaba un inquietante cosquilleo con solo pensar que JB correrá contra JungKook. Con lo mal que parecen llevarse esos dos siento que debería preocuparme.
—¿Y ustedes necesitan desesperadamente dinero?
—Nah. —dijo Mark— Generalmente venimos a divertirnos y ver a otros correr.
—¿Entonces tú por qué corres contra JungKook?
—Pues...
Nuestra agradable charla fue interrumpida por los gritos de algunas de esas chicas, esas mismas que parecían haber venido con colores neón tan llamativos. Le gritaban a nada más ni nada menos que a Jeon JungKook y sus amigos. Este estaba haciendo acto de presencia en el lugar, obviamente con su moto, y detrás de él venían el resto de sus perros.
—Ya llegó. —JB le hizo saber a quienes aún no se habían percatado de su presencia— ¿Quieres saber sobre desesperados por dinero?
Tomó la delantera, como el lider que es, y caminó en dirección a donde JungKook había estacionado y descendido de su moto.
—Así que no te acobardaste. —rió fingiendo ser amigable— Por poco y pensé que te quedarías llorando en tu casa.
—A diferencia de ustedes, tengo algo llamado vida. No estoy las 24 horas del día libre para ustedes.
—Sí, claro. —alzó sus hombros desinteresado— Como si hicieras la gran cosa.
Una pequeña discusión se empezó a formar entre ellos, hasta que YoungJae y SeokJin los hicieron parar. Pero JungKook no pareció detenerse por las palabras de su mayor. Más bien, pareció detenerse cuando cruzó su vista conmigo.
Eran chispas de odio las que resplandecían en nuestros iris con tan solo mirarnos. Waw, hasta sonó romántico.
—¿Y tú qué haces aquí? —preguntó arisco.
Yo pensé que iba a estar feliz de verme
—Verte perder. —respondí simple y elevando ambos hombros.
—Tch, como no. —la pelinegra con complejo de madre se entrometió en nuestra discusión. ¿Cuándo no?— Vienes a fastidiar, como siempre.
—Te juro que lo aprendí de ti. Admiro tu capacidad para entrometerte en todo y molestar. —torcí una sonrisa. La sonrisa más falsa que he dado en toda mi vida.
—¡Eso te define más a ti! —gritó molesta.
Si hay algo que aprendí, es que HaNeul es alguien fácil de hacer enojar, casi como JungKook.
—¡Ya! —nos interrumpió el lider del otro bando— ¿Van a correr? ¿O solo lo seguirán retrasando por miedo? —esta vez se dirigió más a JB.
—¿Miedo? Hablan los que llegaron tarde a propósito. —JB dio una sonrisa ladina en su cara— Adelante. Hagámoslo de una vez.
El ambiente se sentía intenso. JungKook y JB se miraban fijamente y les juro que era como ver a dos fuerzas opuestas estar chocando. Sentía que entre ellos había más que mera competitividad. Había un aura espesa entre ellos, lo que me hacía intrigarme en ambos.
Al principio creía que se odiaban por ser bandas. Es decir, cosas de niños inmaduros. Ambos quieren demostrar... no lo sé, digamos que quién es el más malo. Algo así me imaginé. Pero ahora, viéndolos cruzar sus miradas, pese a que sea a través del casco, podía ver mucho más la tensión.
Estaba claro, en esa carrera ninguno daría el brazo a torcer y demostrarían su superioridad sobre el otro. La cosa es...
¿Quién va a ganar?
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