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Kim Cleo June
—¿Y bien? —preguntó esperando por más.
—Dejame terminar mi jugo de naranja, HoSeok. —dije bebiendo plácidamente dicha bebida. Todos soltaron un quejido al ver la lentitud con la que sorbía la pajita— ¿Dónde estaba? —pregunté dejando de lado el vaso vacío— Ah, sí.
...
—¿Qué?
—Que no te creo nada. ¿Acaso intentas una venganza contra mí? ¿Me quieres tirar de la baranda?
—¿Por qué haría eso?
—Por rencor. —entrecerré los ojos aún desconfiada de él.
—¿Por qué? ¿Porque me golpeaste y te dedicas a hacer un intento de fastidiarme? —alzó una ceja— No seas ridícula, no tengo 5 años.
—Tss, lo que sea.
Él suspiró.
—¿Qué haces aquí? —cambió de tema.
—No te importa, mugroso.
—¡Santo cielo! —se quejó rodando los ojos— Solo trato de crear conversación para convivir con tu malhumorado ser.
—Yo no quiero convivir contigo. —dije con asco.
—¿Y por qué sigues aquí?
Mierda.
—Mejor cierra la boca, bicho inmundo. —amenacé entredientes mostrando mi puño como amenaza.
—En serio, puedo enseñarte si quieres.
Sí, claro, de seguro me golpeará con la guitarra cuando me volteé.
—¿Cuál es la razón de tanta amabilidad? —me alejé unos pasos de él.
—Dios... —dijo exasperado— ¿Por qué eres tan desconfiada?
—¡Porque se supone que nos odiamos! —grité como si fuera lo más obvio del mundo— ¿Y sabés qué? Ten. —entregué la guitarra— No me interesa tu maldita propuesta.
—¿De qué hablas? No sé tú, pero yo no te odio.
—Pero... —me interrumpió.
—Odiar es una palabra muy fuerte y no tengo razones para sentir tal sentimiento hacia ti. Tal vez nos llevemos mal. Pero no te odiaré por eso.
—¡Pero si te odio, se supone que tú me odies también!
—¿Y complacer tus ganas de atención? No, gracias. —habló simple— No negaré que tienes una actitud desagradable. Pero... en realidad, no te conozco. Solo sé de ti lo que muestras, y las personas no tendemos a mostrar lo que somos realmente. No conozco tu realidad
No hay mucha ciencia. Solo soy una adolescente rebelde que no se lleva bien con sus padres, lo típico.
...
—Y sí. Aunque no lo crean, mi relación con mis padres no siempre fue buena y cada vez que lo recuerdo solo siento vergüenza de la decepción que llegué a ser, y fue gracias a Dane que esa relación mejoró.
...
—Y creo que conocer la historia de alguien es algo fundamental para tener una opinión real de esa persona.
—Dijiste tantas estupideces juntas que me perdí.
Sus cejas marcandose tan levemente en ese gesto me hizo saber que comenzaba a irritarse.
—Como sea. ¿Quieres aprender o no? Es tu última oportunidad. —dudosa lo miré— Oye, si quieres, de esa puerta —señaló la salida de la azotea— hacia afuera, seremos enemigos o lo que sea que pase en tu imaginación. Pero aquí, solo olvidemos que nos llevamos mal.
Tratando de fingir desinterés dí vuelta mi cara y miré a otro lado.
—Solo aceptaré porque me das lástima.
...
—¿¡Aceptaste una cita!?
—¡No era una cita! —grité avergonzada.
—¿Por qué te avergüenzas si ya sabemos que fueron novios? —rió SunKo.
—¡No te importa! —volví a gritar de la misma forma— ¿¡Puedo continuar!? —todos asintieron— Con el tiempo me enseñó a tocar. Además de que comencé a recurrir mucho su casa cada vez que tenía problemas en la mía o cuando peleaba en la calle. Él detestaba verme llegar con la cara golpeada. Lentamente me fui enamorado. Me costó mucho tiempo aceptarlo.
—Para JungKook no falta mucho. —susurró divertida y casi inaudible, pero yo la entendí perfectamente ya que la tenía a mi lado, y se ganó una mala mirada.
—¿Y tus amigos? —soltó curioso el peligris.
—¿Esos estúpidos? —hablé asqueada. El solo recordarlos... ¡Dios! Me hace enojar. Fueron mi peor decepción— No les agradó la idea de que estuviera con Dane. Me ocasionaron muchos problemas con él, ya que a ellos les encantaba molestar a Dane y sus amigos.
Recuerdo el gran escándalo que esos idiotas armaron cuando se enteraron de mi amistad con Dane. Cuando empecé a llevarme mejor con él mi personalidad hostil y bravucona cambió y eso no les gustó nada, aún peor fue cuando lo elegí a él por sobre ellos.
—¿Y qué pasó con ellos?
—Yo intentaba manejarlo como podía. Al principio no quería elegir a Dane sobre ellos porque eran como mi familia. Pero tampoco quería dejarlo de lado a él. Las cosas comenzaron a complicarse porque comenzaron a sospechar sobre Dane y yo. Comencé a ser más... buena. Pero no podía jugar en los dos bandos, porque a Dane no le gustaba que abusara de otros, así como a Liam no le gustaba que sea «aburrida».
—¿Qué hicieron cuando se enteraron?
—Me golpearon.
—¿En serio? ¿Qué clase de amigos hacen eso?
—Son edición limitada. Ese día me había peleado con Dane. Bueno, no fue una pelea. Él se enojó porque mis amigos molieron a golpes a un chico porque... Creo que porque sí.
—Que buen motivo. —comentó HoSeok.
—El punto es que en los rumores del suceso me incluyeron a mí, a pesar de no haber hecho nada. Yo solo estaba mirando porque ya no le encontraba ninguna gusto a hacer eso. Luego de que Dane se enojara me sentí culpable. Durante dos semanas intentaba hablar con él y trataba de que mis amigos no lastimaran a alguien.
...
—¿Qué sucede? —pregunté al ver como todos me recibieron con un espeso silencio y miradas oscuras.
—Liam quiere hablar contigo. —dijo Chris dejando una pequeña pausa— Vamos afuera.
Harry me tomó por los hombros y me hizo caminar con ellos hasta la salida trasera de aquél bar que terminaba en un callejón. Ahí estaba Liam terminando de fumar un cigarrillo. En general la expresión de su rostro es como si estuviera molesto todo el tiempo. Pero en este momento lo está.
—No entiendo qué está pasando. —dije.
—Así que nuestra pequeña Juni ahora es pacifista. —Harry habló en mi oído.
—Nunca me lo imaginé de ti, CJ. —continuó Andrew, dramatizando decepción— De esta no sales.
No entendía. ¿Se referían a mi inactividad en peleas? Deben estar molestos porque ya no paso mi tiempo libre con ellos.
—Quiero saber por qué mierda andas con ese imbécil de la guitarra.
Tragué duro.
—¿Lo sabes?
—No puedo creer que rogaras por el perdón de un tipo como él.
Ahí lo entendí. Cuando había ido a buscar a Dane para disculparme, no imaginé que Liam me siguiera.
—Yo no rogué por nada. —no tendría caso ocultarlo ahora. Por lo que veo, todos están enterados— Es mi amigo. Hice algo mal y me disculpé. Es sólo eso.
—¿Ah, sí? —sonrió— Entonces espero que ahora mismo te disculpes con nosotros por relacionarte con ese tipo de basura.
—No tengo nada de qué disculparme con ustedes.
Suspiró dejando caer su cigarrillo y pasándolo al venir hacia mí.
—CJ, estoy siendo amable. Así que —colocó su mano en mi cabeza y con fuerza me hizo bajarla— te daré una última oportunidad para disculparte y prometer que nunca más volverás a acercarte a ese idiota.
—¡Quítate! —golpeé su mano— Te dije que no.
—Siempre fuiste un maldito perro obediente, Cleo. —su voz tan grave heló mi piel. De repente mi cuerpo es golpeado contra una pared— ¿Por qué mierda un perro desobedecería a su dueño? ¿Acaso te gusta el idiota?
—Deja de actuar como un estúpido. Es mi amigo al igual que tú.
Diga lo que diga, no pareció arreglar nada, todo lo contrario, las venas en el cuello y brazos de Liam comenzaban a notarse, señal de su cólera.
—¿Al igual que yo? ¿Me rebajas al nivel de esa basura? —sin cuidado me había arrojado al piso. Él por completo ya no era el mismo Liam de antes— Te hice una pregunta. ¿Te gusta el idiota?
—Sí. ¿Tienes algún problema?
—Eres una malagradecida. Después de todo lo que hice por ti...
—Pareciera que no entiendes, Liam, que tú no eres mi novio.
Aquello fue la brecha para abrirle paso a lo que sería una serie de golpes por parte de Liam, ya consumido por la ira. Los demás solo retrocedieron para dejarnos «aclarar nuestros asuntos». De no haber sido porque al final Christopher lo detuvo, no sé cuánto tiempo más Liam me habría estado golpeando. Porque yo no soy nada delante de él, me superaba por mucho en habilidad y fuerza.
Al final terminé, sorprendentemente, consciente en el suelo, sentada teniendo como respaldo la pared de aquél oscuro callejón. Liam se había acercado a mí y estando de cuclillas a mi altura acarició mi cabello.
—Ni siquiera tus padres te quieren. ¿En serio crees que un tipo como él lo hará? Yo he sido el único que ha estado para ti.
—No sabes nada de él. —murmuré débil y adolorida.
—Quiere cambiarte, June. No te acepta por quién eres, al igual que los demás.
—Tal vez a mí tampoco me gusta ser quién soy.
Con una risa nasal cerró los ojos y comenzó a arrancar la piel de sus labios.
—Haz lo que quieras, Kim. —dijo levantandose— Pero créeme que te vas a arrepentir... y volverás.
Me había costado aceptar todo eso. Liam, mi hermano, quien me ha protegido y cuidado desde que soy una niña. Él me había golpeado brutalmente. Siempre supe que él me quería, pero no al punto de llegar a hacer algo como esto. No aceptó ni le importó mis sentimientos.
...
En fin, imbéciles.
—Me reconcilié con Dane luego de fuera a su casa ese mismo día. De ahí en adelante pasé más tiempo con él y me hice amiga de sus amigos.
—¡Oh! ¡Oh! —EunRin volvió a levantar su mano eufórica— ¿Quién se declaró a quién? —preguntó dando pequeños brincos.
—Yo a él... por celos. —reí nerviosa.
—¡Cuenta!
—Bueno. —sonreí alardeante de ser el tema principal de la noche. Cuando recibo mucha atención me salen estos ataques de ego— Todo comenzó en el verano del 86... —hice perder mi vista en el techo fingiendo estar recordando— Broma. Empezó cuando la prima supermodelo de Dane se apareció.
...
—Hola, chicos. —saluldé al par de ñoños a quienes últimamente había tomado cariño.
—¿Qué hay, Cleo?
—¿Y Dane?
—Hoy no vino, ¿No te lo dijo? —negué confundida al no saber qué pasaba— Debe ir a reco... —fue callado por un codazo de Max.
—Tiene una cita.
—¿Una... cita? —ladeé la cabeza y fruncí mi ceño— ¿Con quién?
—Dane no... ¡Auh! —gritó tras otro golpe— Ah, sí. Una cita con una chica. Una chica muy linda.
—Pero demasiado bonita. Mírala. —me enseñó una foto de instagram. Una chica rubia llevaba un vestido blanco de verano y una diadema de flores— ¿O no que es muy bonita?
Era preciosa.
Esa fotografía parecía montada por un estudio entero de lo perfecta que era, sin mencionar lo que era la modelo. Rubia, ojos azules, delgada y aparentemente buenas proporciones.
Siempre le había tenido una gran estima a mis ojos, ya que por su color y el brillo que suelen desprender los asemejo orgullosamente con el oro. Pero esta chica tenía un par de mismísimos diamantes.
¿Por qué siempre tengo que ser inferior?
—Sí... ¿Quién es?
—Su nombre es Sun.
Genial, hasta su nombre hace referencia a su cabello. No es que tenga algo contra las rubias, pero todas las que he conocido son tan perfectas que ser derrotada por una más me hace sentir peor.
—Brilla como un verdadero sol. —baboseó Max.
—Es una... —miró dudoso al idiota de Max buscando aprobación a lo que sea que fuese a decir. Este le iba asintiendo y mostrándole su pulgar arriba— amiga de la infancia de Dane.
La noticia ya me había desanimado lo suficiente como para ponerme a pensar en por qué están tan raros.
—¿Verdad que harían una linda pareja?
Solo forcé una sonrisa.
...
Durante la primera clase permanecí metida en mi celular. El profesor era un viejo casi retirado, y yo me sentaba en los últimos bancos, por lo que no me notaría.
Había memorizado el nombre de usuario de instagram de esa chica, y en cuanto la encontré no dudé en revisarlo para sacar más información. Primero que nada leí su biografía; su nombre completo era Isabella Sun Anderson, originaria de España, tiene 20 años y ¡oh, sorpresa! sí es modelo.
Waw, les juro que no me lo vi venir.
Tiene dos años más que Dane. ¿Le gusta las chicas mayores?
Vi la última de sus publicaciones, ella en una playa con un traje de baño algo provocativo de color rojo. Le quedaba de maravilla y su cuerpo era digno de una modelo.
¿Se puede tener una cintura tan pequeña?
Todo en ella se veía perfecto y cada parte de su cuerpo se veía firme y tonificado. Parece que se ejercitaba muy bien.
Sorbía mi nariz frustrada. Mi nariz comienza a chorrear cada vez que algo me hace sentir mal. Esta competencia era demasiada para mí. Tal vez si se me bajara un poco el nivel podría intimidarla o algo, pero es ella la que me intimida a mí.
Seguí revisando sus fotos y cada vez me desanimaba más. Esta chica era una combinación de sexy y glamurosa. ¿Este es el tipo de chica que a él le gusta?
Volví a su biografía y actualicé su perfil, esperando saber si publicaría algo estando con Dane. Estuve un buen tiempo en su instagram, casi todo el día en realidad. Y ya estando en casa no paré de actualizar una y otra vez esperando algo.
Estaba a punto de rendirme cuando por fin se actualizó. Había compartido varias fotos nuevas y, como lo esperé, en todas estaba con Dane. Así te quería atrapar, puerco. Según sus publicaciones, estaban en San José. ¿En serio la llevo a San José? Hasta le hizo fotos en el jardín de las rosas. La última de ellas eran ambos en el Golden Gate.
«Con el chico más guapo del mundo❤️», decía en la descripción.
¿Por qué un corazón? Y ya sé que es guapo, todos lo sabemos con solo mirarlo, tarada.
Los comentarios también me hacían enojar. A pesar de ser una publicación reciente se había comentado rápido. Muchas chicas baboseando por él y afirmando lo lindo que era.
Sus historias también habían sido actualizadas. La foto era tomada desde un poco más arriba y por Dane, ya que los brazos de ella estaban en su cuello.
«Es solo mío»
Leí el pequeño comentario que ella había dejado.
Is sili mii
...
Me aseguré de llegar en hora a la plaza de comida que Dane había especificado en la nota. Y la verdad que no entiendo para qué una nota. ¿No era más fácil un mensaje de texto?
Busqué con atención entre las personas a pesar de no haber mucha aglomeración, ya que él no parecía estar a simple vista.
Caminé un poco hasta que mis ojos se detuvieron en la mesa donde dos chicos conversaban tranquilos; Dane y la tal Isabella eran quienes estaban ahí.
Ni siquiera se veía preocupado o atento a mi llegada, estaba más concentrado en hablar con ella. Dudé en acercarme, ir e interrumpir su momento. Pero no.
¿Quiere estar con ella? Pues que se quede con ella.
...
Llegué y ahí estaba él, revisando su casillero; sereno y relajado como siempre. Max y Daemon también estaban ahí, pero no eran quienes me importaban en el momento.
Tomé valor y me acerqué a él, quien notó mi presencia al estar un poco más de un metro. Sonrió y saludó por mi llegada, algo que todos los días correspondía con una sonrisa de estúpida enamorada, ahora difícilmente lo hacía. Aun que aún esperaba una explicación para lo de ayer.
—¿Qué pasa? —preguntó al ver que no dejaba de mirarlo. Además de que debió notar lo desanimada que estaba, y sí lo hizo. Con su índice y pulgar levantó mis comisuras— ¿Por qué la cara larga?
Con dificultad quité su mano. Era difícil para mí rechazar su tacto.
—¿No me dirás nada? —deshizo si sonrisa al ver mi seriedad.
—Ah... —giró hacia Daemon y Max en busca de ayuda, pero ambos, un tanto nerviosos, solo se encogieron de hombros y desviaron sus miradas— ¡Sí! Lindo corte de cabello.
¿En serio hasta se había olvidado de que me había citado y yo nunca llegué? Bueno, sí llegué. Pero eso es algo que él no sabe.
—No me corté el cabello. Hablo de ayer.
—Creo que nosotros nos vamos. —se entrometió arrastrando consigo a Daemon y ambos se fueron.
—¿Qué pasó ayer? —preguntó centrandose en mí.
¿Acaso me estaba jugando una broma? Su cara no cambiaba, lo que me desechaba por completo esa idea.
Entonces, ¿en serio es tan idiota como para hace algo como lo de ayer? ¿Citarme, no esperarme, pasársela con su... lo que sea, y para colmo no recordarlo? Era una cara suya que no conocía.
—Idiota. —murmuré inconscientemente, a lo que él ladeó la cabeza. Antes de que volviera a abrir la boca lo interrumpí— Olvídalo.
Tras dar media vuelta, me fui, sin importarme sus estúpidos llamados.
—¡Cleo June!
...
—¿Qué hacemos aquí? —pregunté luego de sentarme junto al par de nerds en Starbucks.
—Dane nos citó a todos. Dijo que es importante para él. —respomdió Daemon.
Bebí de mi malteada sintiendo aburrido el tiempo de espera, ya que el par de ñoños estaban emocionados leyendo el nuevo comic que Daemon se había comprado. Todo iba relativamente bien hasta que volteo a la puerta de la entrada, Dane ingresaba con Isabella.
¿Esa era la maravilla? ¿Presentarnos a su novia super modelo?
Bufé al verlo abrirle la puerta y dejarla pasar primero. Simplemente ridículo.
—Oh, parece que llegó... y acompañado. —me codeó Max. Sabía que quería molestarme, así que en respuesta yo codeé su costilla, causandole un gran dolor que lo dejó sin habla.
—¿Por qué la trajo?
—No lo sé. —sonrió el otro— Tal vez nos confirme que es su novia.
Sentí un horrible malestar con tan solo pensar en ello.
—Debo irme. —dije levantándome y colocándome mi chaqueta que había colgado en el respaldo de mi asiento.
—¿Por qué?
—Yo... Solo... —comenzaba a sentirme nerviosa y un gran miedo invadió mi pecho— No me siento bien. Algo debió caerme mal.
—Pero Dane...
—Diganle que en serio me siento mal.
Ni siquiera me atrevería a pasarle por al lado, tomé otro camino entre las mesas que los rodeaba y escuchando los llamados de Dane salí del local. Estaba desesperada por huir. Max lo dijo, posiblemente la presentará como su novia, y yo no estaba preparada para ello. Había llegado el momento que tanto temía.
Maldije mentalmente al sentir mis ojos picar, no podía llorar en la calle. Tapé mi cara con ambas manos y respiré profundo para tranquilizarme. No creí que fuese a afectarme tanto, y eso que aún no le tengo en frente diciendome que ama a Isabella.
A pesar de haber sido yo quien quiso irse, permanecí unos momentos fuera del local recostada en una pared, un lugar dónde nadie que estuviese dentro pudiera verme. Tenía la esperanza de que Dane saliera a buscarme.
Era estúpido e inmaduro de mi parte. Lo sé. Solo quiero sentirme especial.
Pero todas aquellas ilusiones cayeron en picada cuando me asomé con cuidado a la ventana y vi a los cuatro sentados en la mesa; Dean no vendría a buscarme.
¿Ni siquiera le preocupó lo que me pasara?
...
Este era el colmo y lo último que iba a soportar. Si tanto ama a esa Isabella y se muere por estar con ella al punto de ignorarme totalmente por estar metido en su celular, pues que directamente esté con ella. Yo madrugué un sábado para estar con él, pero a al tarado solo le interesa «Isinilli».
Estaba furiosa por su actitud tan desconsiderada, tanto que sin decir nada comencé a caminar al lado contrario al que íbamos inicialmente. No me quedaría más tiempo para sentirme como un cero a su izquierda.
—¡Cleo June! —oí detrás de mí. Me sorprende que notara mi ausencia— Oye, fueron cinco segundos y me dí cuenta que no estabas. ¿Por qué te fuiste así?
—No te importa. —susurré.
No disimularía para nada mi molestia, aunque después de todo, no tengo razones, solo somos amigos. Pero me gusta hacer dramas injustificados.
—¡Cleo! —alzó la voz acelerando el paso para alcanzarme y tomar mi brazo— ¿Qué pasa? Últimamente te comportas como si estar conmigo te molestara. ¿Pasa algo?—en silencio miré al piso enojada y con las mejillas infladas— No puedo entenderte si no me dices las cosas.
—¡No me pasa nada! —intenté soltarme, pero el me sostuvo del otro brazo y me obligó a mirarlo— Suéltame.
—¿Hice algo malo?
—¿¡Qué más da!? —forcejee para liberarme— ¡Vete con esa maldita y linda rubia de revista! —grité sin medir mis palabras.
—¿Rubia? —me miró confundido y luego abrió los ojos entendiendo a quien me refería— ¿Sun?
¡Estoy harta de oír su nombre! ¡Sun, Maribelle, Girasol! ¡No la soporto!
—¿Te molesta que esté con ella? —la burla que usó en sus palabras y la sonrisa que se asomaba en su rostro solo me hacía enojar— ¿Estás celosa?
—¡No! ¡No me importa! —le mostré la lengua para salpicar saliva con ella en su cara.
—¡Que asquerosa! —se limpió y yo lo aproveché para soltarme. Me di media vuelta para irme rápido, pero el no perdió el tiempo y me abrazó apoyando su cabeza en mi hombro derecho— ¿En serio estas enojada conmigo por ella? —habló en mi oído.
—¡Me molesta que...! Que ella colonize tu tiempo. —debía bajar mi tono si no quería delatarme y demostrar lo mucho que me afecta. Sin mencionar el hecho de estar em medio pavimento transitado por personas— Digo... Somos amigos y pasas más tiempo con ella que conmigo. ¡No comigo! Es decir, no solo conmigo, sinó que con todos nosotros.
—Te la quise presentar para que pudiéramos salir todos juntos, pero tú te fuiste. Tampoco aceptas las invitaciones.
—Pues perdóname por no estar todos los días de mi vida disponible para ti y tu novia. —su risa hizo un cosquilleo en mi oído.
—¿Lo ves? Estás celosa.
Pese a lo mucho que me gustara estar así con él, peleé para librarme de sus brazos. No fue muy difícil ya que él no opuso mucha resistencia. Ya parada frente a él acomodé mi cabello y tomé aire decidida a simplemente decírselo antes de arrepentirme.
—¿Sabes qué, Dane? Sí, estoy celosa. Lo admito. ¿Eso te hace feliz? Estoy celosa porque una chica que no soy yo roba tu atención todo el tiempo. ¿Y sabes por qué?Porque me gustas. Me ridiculizo emocionalmente para admitirlo y decirte lo estúpida que me siento por haber pensado por un solo momento que era algo correspondido. —permanecí en silencio y firme frente a él esperando alguna respuesta, aunque en realidad me tentaban las ganas de golpearlo e irme a llorar en algún rincón de mi habitación— ¡Adelante, búrlate! —exclamé al ver esa sonrisa que sabía contenía una carcajada.
—Ya lo sabía, Cleo June. —arrimó su mano hacia uno de los mechones de mi cabello que estorbaba mi rostro y con un sútil movimiento lo llevó detrás de mi oreja.
¡Lo sabía! ¡Sabía que había sido demasiado obvia! Basta de humillaciones y que un auto me pase por encima de una vez.
No me esperé que de repente, mientras acariciaba mi cabello, su mano sujetara el lateral de mi cabeza y la alzara para conseguir besar mis labios. Fue un beso rápido pero tierno. Fue cuestión de segundos para que se separara y me sonriera.
—Es mi prima. —oí segundos después, quitándome de mi parálisis.
—¿Qué...?
—Sun es mi prima.
Okey, esto era mucha información para procesar.
Sentí como el calor se apoderaba de mi rostro y sabía que con ello venía acompañado un color rojizo muy notable en toda mi cara.
Que vergüenza.
Primero que nada, porque me di cuenta de que me declaré. Sí ya comenzaba a arrepentirme, no sé por qué. Y segundo, rebajarme a montar esta escena en la calle para que resulte ser su prima. Aunque así es mejor.
—Pero... ¡Pero no! Es decir, ella no es tu prima. O sea, se supone que es tu... Pensé que era tu amor de la infancia.
—¿De dónde sacaste esa idea?
—Es que Max y Daemon dijeron que... —ahí caí en cuenta de lo idiota que soy por creerles a ese par de tarados— Max y Daemon... —repetí con coraje.
Lo habían hecho a propósito para joderme.
—Tranquila, pantera. Baja el arma. —dijo sosteniendo el puño que hice con la ira de querer golpear al par de nerds— Yo le agradezco.
—¿¡Agradecer!? ¿Tienes idea por todo lo que pasé, Dane?
—Eso te trajo a aquí. —confundida entrecerré los ojos tratando de entender qué me quería decir— Tú también me gustas, Cleo June.
¿Qué se supone que diga? ¿Igualmente?
Me daba vergüenza mirarlo, así que, como la cobarde que soy, miré al piso. Otra risa escapó de sus labios, siempre ha dicho que le gusta verme así.
Nuevamente su mano se encargó de levantar mi mirada mientras la suya se posaba en la parte inferior de mi cara, mis labios. Me besaría, y entré en pánico al verlo acercar su rostro al mío. Quería escapar. Necesitaba escapar. Era demasiado para un solo día.
—A-auch... —cayó de rodillas al piso luego de recibir un golpe en el estómago. Fue lo primero que hice por instinto para evitar su acercamiento— ¿Por qué?
—N-no me gustan las muestras de afecto en público. —miré a un costado, pero la cara de sufrimiento de Dane empeoraba a cada segundo.
¿Realmente lo lastimé?
—O-oye... —me agaché a su altura. Por su parte, él solo tenía la cabeza gacha— ¿Estás bie...? —no pude terminar debido al fugaz beso que me dio en los labios.
—Ahora sí. —su voz ya no era entrecortada, aunque se le notaba adolorida, y su mueca había sido suplantada por una sonrisa.
CAÍ EN LA TRAMPA.
...
—Bendita sea esa prima. —dijo SunKo, a lo que EunRin confirmó.
—Yo aún maldigo a Deamon y Max por eso.
—Aunque no puedo creer que lo golpearas.
—Detalles. —me encogí de hombros.— Esa guitarra fue el regalo que me dejó antes de... —lo sentía raro decirlo, así que omití la palabra— Y mientras la tenga lo podré sentir más cerca de mí.
—Un momento. ¿Acaso es por él que no quieres volver a tener novio debido a que sientes un especie de culpa si interaccionas románticamente con otro chico y no quieres volver a enamorarte para no sufrir? —habló a una velocidad que yo consideraría inhumana y utilizando palabras las cuales no creí que ella supiera su significado.
Tal vez Rin sea más inteligente de lo que parece.
Aun así, me parece que sacó esa ridícula idea de alguna telenovela.
—¿De qué hablas? —arquee una ceja— No soy una maldita dramática. Que Dane ya no esté no significa que no deba seguir mi vida.
Por alguna extraña razón JiMin recibió una patada por parte de YoonGi. Una patada muy brusca.
—Bueno... —dije simulando ver un reloj inexistente en mi muñeca derecha— Ya es bastante tarde... —los miré sutilmente.
—¿Nos estas echando? —YoonGi sonó ofendido.
Uy, sí se dio cuenta.
—¿¡Qué!? Pero... ¡Pero qué ultraje! —intenté sonar sorprendida por tal acusación correcta— Por supuesto que no... Bueno sí.
—¿En serio nos harás irnos a esta hora? —habló el más pequeño.
—¿Quieren un juguito antes de irse? —les ofrecí para no ser grosera.
—¡Cleo June!
—Aahhg... —solté un suspiro que mas bien, sonó a una queja. Masajeé mi sien y de mala gana hablé— ¿Quieren quedarse a dormir?
—¡SIII! —saltó a abrazarme.
Ay, maldita sea...
—Rin, vas a asfixiarla y está enferma. —HoSeok trataba de separarla de mí.
—¿Dónde dormiremos? —interrumpió SunKo.
—Al lado de mi habitación hay unos cuartos, pueden usarlos. —respondí cuando por fin pude respirar— ¿Quién va a dormir conmigo? Necesito atención.
EunRin parecía querer ofrecerse al levantar su mano— ¡Y...!
—¡JiMin! —gritó YoonGi antes empujando al nombrado hacia adelante— JiMin se ofrece.
—Pero... yo quería. —infló sus mejillas.
—Si a CJ le pasa algo no sabrás qué hacer, Rin. Recuerda lo que pasó la última vez que yo tuve fiebre y me cuidaste. —aquello la hizo entrar en razón.
—Oh... —bajó la cabeza— Aún me disculpo por eso, Hobi. —él acarició su cabeza para que no se preocupase.
Quiero saber qué pasó esa última vez que ella lo cuidó.
—¡Entonces dormiré con Sun! —saltó a abrazarla.
—Oh, no. —negado a esto las separó para abrazar a su novia por la cintura— Es mi chica, consíguete la tuya.
—JiMin me la robó... —volvió a bajar la cabeza mientras JiMin se disculpaba con una sonrisa nerviosa— Entonces será con HoHo. —lo abrazó.
Esta pequeña parte de la vida de HoSeok es felicidad.
—Sí, sí, lo que sea. —me acosté como una oruga entre los abrigos de la cama— Salgan de mi habitación, gusanos. Quiero dormir.
—Cuídala, JimJim. —salió dando pirutas de mi cuarto con los demás detrás de ellas.
Que niña tan intensa.
—¿Qué esperas? —me dirigí a JiMin— ¿Te vas a acostar o no?
—¿En... la misma cama...? —habló nervioso mientras señalaba este lugar con su dedo índice.
—¿Quieres dormir en el armario, menso? —arquee una ceja— Acuestate de una vez.
Ya me daba igual las costumbres reservadas que podían tener las personas de aquí. Sólo quería dormir.
JiMin me obedeció y levantó los abrigos de mi lado derecho para acostarse junto a mí. Cosa que en realidad me parece peligrosa, porque podría contagiarlo. Aún así, ya cuando estaba a mi lado y sentí su cálido cuerpo no dude en abrazarlo.
Confirmo que los hombres son el mejor calefactor que puede existir.
JiMin pareció tensarse, pero de inmediato se relajó y pasó su brazo al rededor de mi cintura para atraerme a él.
Es tan blandito y abrazable.
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