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Kim Cleo June
Ya era fin de semana, otra vez, pero hoy era la fiesta en la casa de esa tal Song.
¿Quién es? Ni idea. ¿Importa? No.
Cerca de las 6:00p.m YoonGi junto con el resto de inútiles vendrían a buscarnos. Así es buscarnos. SunKo y EunRin vendaran a mi casa para, según ellas, «arreglarme».
No entiendo por qué debería. Mi belleza es natural.
Son las 10:39a.m y en aproximadamente 20 minutos llegan las chicas. Vienen temprano porque, según ellas, la preparación requiere tiempo. Sea como sea, es hora de bañarse, por más que no quiera levantarme de esta silla y dejar de comer estas buenísimas galletas.
Ya cuando salí del baño volví a ponerme mi lindo pijama de jirafas porque las chicas dijeron que teníamos que escojer nuestra ropa juntas. No entiendo por qué. Supongo que son cosas de chicas que yo no entiendo. Nunca he sido de convivir con mujeres.
Como sea. Dejo de prestar atención a aquellos pensamientos, pero apenas aplasto mi rostro entre mis almohadas escucho los gritos de Cassidy.
—¿Ahora que le pasa? —dije en un ahogado susurro.
—¡INSERVIBLE! —eso me confunde ¿papá o yo?— ¡TE HABLO A TI, RATA DE CLOACA!
Sí, era yo.
—¿¡QUÉ QUIERES LOCA!?
—¡HAY GENTE QUE TE BUSCA!
¡Oh! Las chicas llegaron.
Bajé rápidamente las escaleras y en la sala estaban Rin y SunKo un tanto asustadas, me imagino que por mamá.
—Espantas a mis visitas, Cassidy. —me quejé.
—Fastidia en otro lado, espantapájaros. —me golpeó la cabeza— Sientanse a gusto. —habló amablemente.
Ahora sé lo que sentía JiMin.
—¿Qué estas usando, CJ? —EunRin aguantó la risa.
—Este pijama tiene más estilo del que tú podrías tener en toda tu vida.
Subimos las tres a mi cuarto y yo simplemente me eché en la cama a hacer nada, como quise hacer inicialmente. Les indiqué donde estaba mi armario y ellas procedieron a quitar toda la ropa dentro de este.
—¡Hey! —me levanté— Mi mamá me obliga a ordenar eso.
—Relájate, CJ. —SunKo continuó revisando la ropa— ¿Te gusta? —me mostró un vestido azul y ajustado.
¿Por qué tengo eso?
—¡Iugh! —emití con asco— No. Es horrible. Ni siquiera sé porque está ahí.
—Este es bonito. —esta vez dejó ver un vestido rosado y corto.
Imposible que eso sea mio.
Seguía viendo más vestidos salir de mi propio armario, no entendía por qué habían tantos, como si mis outfits diarios fueran de estos. Este debió haber sido Heon, siempre quiere verme como una princesa.
—No usaré un estúpido vestido. —dije tomándolo y lanzándolo a cualquier lado de la habitación.
Luego lo quemaré.
—Vamos. —Sun golpeó mi hombro— Te verás bonita.
Patético intento de convencerme.
Las faldas no son lo mio, absolutamente inaceptable. Ya tengo suficiente con mi uniforme de ñoña como para ir a una fiesta así de expuesta.
—¿Con qué necesidad? —volví a tirarme en la cama— Ni siquiera es una fiesta formal.
—El punto es verse bien y, en tu caso y el de Rin, ligar con alguien. —me guiñó un ojo.
—Paso. —rodé sobre mi cama para darle la espalda y el panorama de mi trasero, dando a entender que no me interesaba nada.
—¿Qué es ligar?
—Ya sabes, Rin, buscar a un chico, coquetear, tener algo.
—¡Oh! ¡Los pasos para tener novio!
—Exacto.
—Siempre he querido uno. Pero dicen que son como los pokemones legendarios, difíciles de atrapar.
—Am... Sí, puedes verlo de esa forma.
¿Pokemones? Que conversación más estúpida.
—Dicen que los novios besan a sus novias... en la boca
—Lo sé, Rin. Yo tengo novio. Y no tienes que susurrarlo, no es ningún delito.
—¿Pueden transmitir enfermedades?
—Bueno...
—¡Ay! ¡No puedo esperar a tener novio u hacer cosas de novios! —chilló con brincos— CJ, —me quitó el aire al lanzarse encima de mí— debemos conseguir novios esta noche.
—No lo creo, mocosa. —dije empujándola y haciéndola caer al piso.
Pasó el tiempo y las chicas se dieron por vencidas, pero claro que no desaprovecharon la oportunidad de tomar ropa de mi armario, ropa que no dudé en regalarles. Sunko se decidió por un horrible vestido azul marino, pero que a ella le lucía bien. Por otro lado, EunRin se puso una falda blanca y una camisa anaranjada pastel dentro de esta.
¿Y yo? Pff, no me estresé. Solo me puse unos shorts negros y una chaqueta deportiva del mismo color. ¿Qué les digo? El negro es mi color.
Procedieron a maquillarse, cosa a la que también me negué. Mi hermoso rostro no necesita nada. Pero sí accedí a unas mascarillas que Rin había traído sumado a algunas cremas hidratantes y exfoliantes que me dejaron la cara de maravilla.
—YoonGi me acaba de decir que en menos de 30 minutos estarán aquí.
30 minutos para dormir.
Iba a tirarme en la cama, pero Rin me lo impidió.
—Ni lo creas. —me jaló fuera de mi santuario— Esperaremos abajo.
—Hey, —la pelinegra llamó mi atención— no sabía que tocabas. —señaló mis instrumentos.
Digo yo que por algo entraré al club de música, dah.
—Waw. —me soltó para ir a revisar mis cosas con la otra— Tocas el violín.
Digamos que toco el violín. Algún día lo haré.
—¿No tocas el piano?
—¿Ves que tenga un piano? —dije sarcástica.
Parecía una burla a mi incapacidad de acceder y saber tocar el piano. SunKo solo rodó los ojos y Rin se acercó al estuche de la guitarra para abrirlo y... ¡LA GUITARRA!
—Ooh. —tomó la guitarra en sus manos— Que linda..
Fui corriendo hacia ella y enseguida le quite la guitarra de las manos.
—¡Ten cuidado con esto, niña! Es un objeto sagrado.
No es que me molestara que la tocara, pero es EunRin, cualquier cosa puede salir mal y terminar con mi guitarra rota.
—¿Sagrado? —se acercó y la observó— Yo la veo normal.
—¡BLASFEMO! —grité indignada.
— ¿Por qué es tan sagrada? ¿Perteneció a una deidad divina? —la pequeña caricatura se acercó con curiosidad para seguir intentando verla.
—Fue un regalo de alguien importante. —dije guardandola nuevamente en su lugar para evitar cualquier otro accidente— ¿En serio sabes el significado de deidad?
—¿Quién te la dio? —cuando hizo esa pregunta una imagen de él con su hermosa sonrisa se me vino a la mente y no pude evitar sonrojarme mientras apretaba los labios— Oooh, estas roja. —me señaló.
Antes de siquiera poder negarlo el grito de Rin me aturdió el oído.
—¡AAAAHH! ¡ESTAS ROJA! —me sacudió de un lado a otro— ¡Es un chico que te gusta! ¿¡Verdad!?
Empecé a balbucear palabras sin sentido y debido a la vergüenza me volteé para que no me vieran. Es vergonzoso, nunca había hablado de estos temas y mucho menos con chicas, son charlas a las que aún no me acostumbro.
Lo crean o no, aún sigo teniendo esa mentalidad de niños en la que admitir que te gusta alguien es la mayor vergüenza del mundo.
—¡E-eso no importa! —grité nerviosa— ¿¡Y no ibmos a esperar abajo!? ¡Vamos! —salí corriendo de la habitación.
—¡Vamos a terminar esta charla!
Park JiMin
—¡Eres una bestia, YoonGi, baja la velocidad!
—Dejate de llorar, HoSeok, solo faltan 5 minutos. —respondió fastidiado con su vista concentrada en el camino.
—Yo creo que sí deberías bajar la velocidad. No estamos en una carrera. —le ordené.
—Maricas. —murmuró y obedeció bajando la velocidad— ¿Estas ansioso por alguien? —me miró de reojo.
—¿De qué hablas? —pregunté confundido.
—CJ —dijo de repente metiendo su cabeza entre medio de mi asiento y el de YoonGi— Te gusta, ¿verdad?
Al instante mi cara se puso roja ante la pregunta de HoSeok.
—¿D-de qué hablas? —el nerviosismo era obvio— Solo es mi amiga.
¿Por qué todo lo que la relaciona a ella me pone nervioso?
—Claro, como si no te conociera. —YoonGi rodó los ojos divertido.
Las risas de HoSeok se hicieron presentes y yo solo buscaba algo con lo que evadir el tema.
—¡Presta atención, ya estamos por llegar! —YoonGi volvió a reír ante mi comportamiento.
Cuando llegamos en la puerta nos recibieron SunKo y EunRin. Ambas estaban hermosas, YoonGi de inmediato se lo hizo saber a su novia. Por otro lado, HoSeok tenía su vista en EunRin, pero no parecía animarse a decirle más de un «te ves bien».
En eso veo a CJ salir de lo que creo yo, es la cocina, ya que venía con una galleta. A diferencia de las otras dos, CJ llevaba ropa normal y ni siquiera se maquilló, estaba normal. Pero el simple hecho de que tuviera a la vista sus piernas lo cambiaba todo.
Me impresiona con tan poco.
Su ropa no tiene nada relevante ni llamativo, pero aun así, mi atención era captada únicamente por ella. Es tan bonita con su estilo tan simple.
—¿Y bien, babosos? ¿Nos vamos?
Su lindo carácter no podía faltar.
...
Kim Cleo June
Ya estábamos en el lugar de la fiesta de la tal Song. Casa grande, perfecta para una fiesta, sin mencionar el patio amplio que daba más lugar a la gente. Supongo que es una especie de millonaria.
El lugar olía a alcohol y el humo de los cigarrillos no podía faltar. Gente ya inconsciente por la borrachera y parejas en dirección al segundo piso que no aparentaban tener ganas de una charla profunda sobre sus sentimientos.
Sip. Toda una fiesta de adolescentes alborotados. Hace años que no vengo a una de estas.
Uy, soné como una vieja.
YoonGi y SunKo desaparecieron de nuestro radar.
Sospechoso.
Mientras Rin se encontraba yendo de un lado a otro como el ser curioso que es con HoSeok detrás para evitar que haga una estupidez.
¿JiMin? Rodeado de mujeres hormonadas. Parece que no desaprovecharon la oportunidad para intentar ligarselo, y JiMin como la mantequita que es, no las quiere hacer sentir mal. Aún así, eres todo un galán, Jiminie.
Me siento asfixiada.
Tomé rumbo a la puerta trasera para ir al patio y tomar aire fresco.
Estas vieja, CJ. Antes aguantabas horas.
Habían personas por todos lados, incluso dentro de la piscina. Todos parecían divertirse.
¿Dónde está mi diversión? Notas que estas vieja cuando ya no disfrutas las fiestas como antes.
Me siento perdida y no sé a dónde ir.
—¿Aburrida? —preguntó un chico que no sé cuando llegó a mi lado. Lo miré extraña debido a su acercamiento— Eres CJ ¿verdad? La nueva chica extrajera.
Pff, extranjeramente hermosa.
¿Eso tiene sentido? No lo sé.
El chico era alto, ojos pequeños, linda sonrisa y lo que pude identificar como un lindo lunar debajo de su ceja izquierda. Sin dudas era atractivo, pero la personalidad es lo que importa.
—Es una cortesía decir tu nombre antes. —el pelinegro soltó una risa ante mi comentario— Los modales antes que nada.
—Supongo que tienes razón, mal de mi parte. —levantó su mano en forma de saludo— Soy Im Jae Bum, pero dime JB.
Bien, los modales hacen al hombre. Aprende un poco, JungKook.
—Kim Cleo June. Veo que ya sabes como me dicen.
—Resuenas bastante en el instituto por JungKook y la verdad que tenía ganas de conocerte.
¿Por qué siempre tengo que estar escuchando su nombre?
Un momento... Este chico... Sus ojos oscuros y su apariencia peligrosa se me hacían familiares. Tiene un aire a JungKook. Hasta pensaría que es de su grupo.
—Alto ahí. —me alejé y activé mi alerta— No eres colega de Jeon, ¿verdad?
Soltó una risa mientras corría su mirada a un costado y volvía a mí— No. No somos amigos ni nada por el estilo. De hecho, es todo lo contrario.
—¿Cómo? ¿Interés amoroso? —puso una cara de asco al instante.
—Por supuesto que no. Nos llevamos mal, su grupo con el mio.
Oh. Enemigos.
¿Acaso estoy frente a otro «Yeah, yeah, yeah I'm fucking bad boy»? Solo que él parece alguien con quien me llevaré bien.
—Veo que tú tampoco tienes un buen trato con él.
—¿Qué te lo dijo? ¿El hecho de que literalmente nos agarramos a golpes o lo leíste en mis ojos? —él rió un tanto avergonzado, ya que era obvia la respuesta.
—De acuerdo, fue estúpido. Me caes bien, CJ. —su mirada se desvió a un costado— Y hablando del rey de Roma.
Parece que la rata de Jeon y su novia no se quisieron perder la fiesta. Suerte que no notó mi presencia.
—¿Por qué jeans tan ajustados? —dije viendo con atención su ropa. Aquellos pantalones de cuero ceñían muy bien sus piernas que... Waw... Son buenísimas.
¿En serio esconde todo eso en su uniforme?
—Yo ya me debo ir con mi grupo, pero lo que sea que necesites avisame. —dijo él apoyando una de sus manos en mi hombro y tras yo asentir, se fue.
Wao... Tengo un guardaespaldas.
Chico misterioso. El último misterio que resolví fue con el detective Pablo.Saben a que me refiero, ¿verdad? Infancia.
Mi vista volvió a Jeon, estaba cerca de la piscina, sus amigos no se veían cerca y HaNeul, quien estaba con él, parece que fue dentro de la casa.
JungKook.
Piscina.
JungKook.
Piscina.
Tentador, muy tentador. De paso seria una buena venganza por lo del primer día, lo de la moto y la cafetería. Si quiere jugar a ver quién es el más insoportable, déjame decirte que te llevarás una sorpresa, mi querido Kookie.
Iugh, que asco decir eso.
Sin dudar me encaminé en su dirección. JungKook tenía su vista hacia un costado ya que estaba usando su celular. Andaba muy atente a aquél aparato, tanto que no fue hasta que me tuvo como a un metro de él que se dió cuenta de mi presencia.
—¿Qué quie...?
No lo dejé terminar, cuando de un rápido movimiento lo empujé y lo tiré a la piscina. El estruendo de su cuerpo chocando con el agua llamó la atención de todos.
—¿¡Qué pasó Jeon!? —alcé la voz para asegurarme de que todos escuchen— ¿¡Te caíste!?
Las personas a nuestro alrededor cubrían sus bocas impactadas, impactadas y con ganas de reírse. Otra vez vine con una de mis grandes demostraciones de cómo humillar a JungKook y sobrevivir en el intento.
Que glorioso.
No solo yo lo estaba disfrutando. A lo lejos pude ver a JB y su manada reír.
JungKook apoyó sus brazos en los extremos de la piscina e intento salir de ella, pero claro que yo iba a disfrutar aún más el momento. Así que sin pensarlo dos veces, pisé sus manos para que cayera nuevamente al agua.
La expresión de su cara en aquél momento, duró menos de un segundo, pero fue justo aquél momento en el que pisé sus pies e hizo esa mueca de dolor que me hizo sonreír tanto. Eso me daba años de vida.
Otra vez se sostenía del borde de la piscina tratando de respirar correctamente. Ahí fue cuando nuevamente nuestras miradas se desafiaron, solo que está vez, era yo quien lo miraba desde arriba. Estaba furioso, el temblor de sus cejas me lo decía.
Ahí mismo me puse de cuclillas y ladeé la cabeza dándole una falsa mueca triste.
—Cuidado con el cuero, nenita. —dije en tono de burla— Se te podrían encoger aún más los pantalones.
Algunas risas se hacían presentes y la cara de JungKook transmitía lo que quise desde que me empujó el primer día.
Aquí estaba mi diversión.
—¡Nos vemos, Jeon! —me despedí y caminé a paso rápido hacia adentro. No le daría tiempo de que me haga algo o a sus amigos a llegar.
Y no es cobardía, se llama «ser astuto». Tomen nota.
Escuché a HaNeul y a los demás gritar el nombre de JungKook. Ya se dieron cuenta, lo que significa que tendría que salir de aquí cuanto antes. Peor fue cuando escuché el grito de JungKook de que fueran tras de mí.
Fui casi corriendo y pechando a algunas personas hasta llegar a donde los chicos, que por suerte ya estaban todos juntos. En cuanto JiMin me vió, intentó llamarme.
—¡CJ! Ahí está... —no lo dejé terminar ya que lo tomé de su mano y lo jalé.
—¡No hay tiempo! —los empujé a todos a la salida—¡Vamonos! ¡Vamonos!
—¿Por... ? —paró cuando escuchó el grito de TaeHyung.
—¡ALLÍ ESTÁ! —él y los demás se estaban haciendo paso entre la gente.
—¡Vayan al auto!
Todos seguimos las órdenes de YoonGi y corrimos a su auto. Entre todos nos empujamos para entrar y de paso alguien pisó a HoSeok.
—¡JiMin, arranca ya! —grité a su lado con desesperación al ver lo lento que encendía el auto.
—¡En eso estoy! —devolvió el grito tan histérico o incluso más que el mío.
Entre ruegos míos, llantos de HoSeok, y EunRin cantando «Holding Out for a Hero», el auto era un caos. Finalmente JiMin lo logró antes de que esos matones salieran de la casa.
Todos suspiramos aliviados al ver que dejábamos el lugar a tiempo.
—¡CJ! —gritó enojado el chiquitín a mi aldo.
—¿Qué hiciste ahora? —se entrometió HoSeok.
—¿Por qué asumen que el error lo cometí yo? —dije indignada.
Sí lo cometí yo, pero pude no haberlo hecho y me estarían inculpando injustamente.
JiMin no parecía creerselo— ¿Entonces me dirás que no hiciste nada?
—Oh no. Sí tuve la culpa esta vez.
Honestidad ante todo.
—¿¡Entonces!? ¿¡Cómo quedamos!? — estaba más histérico que yo en mis días. Y vaya que soy un problema en mis días.
—¿Qué hiciste? —cuestionó por primera vez YoonGi.
—Puede ser... Que tirara a JungKook a la piscina. —dije bajando la voz cada vez más.
—Jódeme. —habló él, seguido por YoonGi.
—¿Bromeas?
—Quiero morir. —concluyó Hobi.
—Cool. —SunKo fue la única que me chocó los cinco.
Bien, alguien que me entiende.
—No les quiero arruinar nada. —habló Rin mirando para atrás— Pero tres motos nos siguen.
—Pff. —solté un bufido— Pueden ser otras personas.
O al menos eso espero.
—No. La que va en el centro es la moto de TaeHyung.
Mierda.
—En serio, quiero morir. —repitió con sus manos jalando su cabello.
—¡JIMIN, ACELERA! —ordené.
—¡No voy a romper leyes de tránsito!
¡Qué ñoño!
—¡HAS QUE VUELE SI ES NECESARIO, PERO PIERDELOS! —HoSeok comenzó a gritar en el oído de JiMin.
Pese a la situación y pequeña discusión, Rin elevó los brazos como montaña rusa— ¡WOOW! ¡PERSECUCIÓN!
AAAAAHHH
—¡Dejen de gritar! ¡Me desconcentran!
—Tengo una idea.
—Coincido con YoonGi. Alguien debe saltar y servir como carnada. —todos me miraron— ¿Y bien? ¿Quién será el sacrificio humano?
—No me refería a eso.
—Hobi, lo siento, pero tu pareces ser el más pesado. —lo miré por el retrovisor— Sacrificate por el grupo.
—Que no me refería a eso.
—Y en todo caso quien debería saltar eres tú. —contra-atacó.
—¿Perdón? Tú tienes piernas largas, corres más rápi...
—¡Al lo que me refería! —alzó la voz para callar nuestra pequeña discusión— Es que por aquí cerca está el taller de un amigo, JiMin solo debe dar un par de vueltas para desorientar a las motos y lo guiaré al lugar para escondernos.
—¿Hablas de JooHeon? —cuestionó SunKo.
¿Quién es JooHeon? Muchos nombres en un día.
—¿Quién es JooHeon? —cuestionó Rin por mí.
—Un amigo que no es del instituto. Se la pasa en su taller arreglando autos. —dijo sacando su celular— Le mandaré un mensaje y le diré que tenga su garaje abierto.
—Da un par de vueltas JiMin y te sugiero que subas la velocidad. —le aconsejó SunKo.
—JA, TE LO DIJE. —le babosee en la cara.
...
—¿Qué hay, Yoongi, Sun? —el chico pelinaraja estrechaba sus manos con ellos— ¿Ustedes son? —nos señaló.
— JiMin, HoSeok, Cleo June, y EunRin. —YoonGi nos presentó a cada uno.
JooHeon parecía un tipo agradable.
—¡Dime Rin! —exclamó con su típica y linda hiperactividad.
Nos acaban de perseguir tres locos en moto, Rin, por favor.
—Lee JooHeon. Un gusto, linda. —miró específicamente a Rin.
¿Es idea mía? ¿O le estaba coqueteando? Uuuuh, sea lo que sea, a HoSeok no parecía agradarle. Su típica sonrisa se encontraba sustituida por una mueca con nada de simpatía.
Celos, celos, celoos.
Jeon JungKook
—¿¡Dónde mierda está!? —grité enojado.
—Ni idea. —Nam bajó de su moto luego de haberla estacionado— Doblaron un par de veces y luego desaparecieron.
—¿¡Cómo mierda van a desaparecer!? —HaNeul estaba hasta más enojada que yo.
—Así como lo escucharon, de la nada se esfumaron. —repitió Taehyung.
Maldición.
Enojado era poco, estaba furioso con la estúpida de Kim. Ya tenía perdidas las cuentas de las tantas veces que me ha jodido. Pero esto lo lo dejo así. El lunes no se salvará, me da igual si es en medio de clases o no. Sea donde sea el lugar donde la vuelva a ver, ahí mismo me encargaré de ella.
—¿Qué pasó Jeon? —habló a mis espaldas la voz que menos quería oir— ¿Una niña te ganó?
Lo menos que necesitaba ahora era lidiar con el idiota de JB y su manada de estúpidos. A pesar de todo, si hay alguien a quien odio más que a Kim, es a este imbécil.
—¡Lárgate!
—Tranquilo, ya nos vamos, solo pasamos a saludar.
—¡Dije que te largues! —lo empuje, provocando que chocara con el idiota de YoungJae que estaba detrás de él.
—JungKook. —dijo HaNeul a mis espaldas y alejándome de ellos para calmarme.
—¡Te voy a romper la cara, Jae Bum, lárgate de mi vista!
—Vaya, JungKook, tus problemas de ira aún no se han calmado.
—Oigan, pedazos de mierda, no tienen nada que hacer aquí. —se entrometió TaeHyung bajándose de su moto y acercándose a ellos.
—Descuida, lo dejaremos con... —Jackson me miró de pies a cabeza y se burló de mi apariencia— ...su problema. —dicho esto se fue con el resto de imbéciles.
Maldita Kim.
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