Buscaría una y mil maneras de llegar a un instante a ti.
MARÍA JOSÉ
Un silencio invadió la sala al estructurar esa pregunta,pero no lo podía creer ni asimilar aún. La chica que estuvo conmigo riendo por dos horas estaba ahora en mi casa,lo que no comprendía era que no parecía la chica que conocí en la mañana.
—¿Se conocen?— Salí de mi trance que eran los ojos de aquélla chica al oír la voz de Johan.
— Sí,está mañana.— Contesté viéndo a Johan unos segundos.
— Creo que no te recuerdo.— Mencionó la castaña frente a mi,alce mis cejas sorprendida.
— Hija,— Escuché la voz de papá.— Ella es Daniela. La hija de un viejo amigo.— Explicó papá rápidamente,asentí lentamente procesando el bello nombre de la chica frente a mi.
— Un gusto,María José.— Sentí cierto nerviosismo cuándo la castaña se acercó a mi sin dejar de verme.
— Oigan,ya está la mesa lista.— Escuchamos la voz de Valentina,aparte mi vista de Daniela rápidamente.
— Cariño.— Johan se paraba del sofá para tenderme su mano,la tomé mientras dirigíamos nuestros pasos hacia el extenso comedor.
Una vez llegamos tomamos asiento y la mesa fue servida por la servidumbre. Nos dispusimos a comer escuchando a mi hermana Valentina emocionada por la celebración del cumpleaños número 50 de mi papá.
— Daniela,¿a qué te dedicas?— Escuchamos la voz de Johan en la mesa,preguntado a la castaña quién sólo veía la conversación de todos.
— Mi trabajo es un poco complicado de explicar.— Habló suavemente y pausado,Johan hizo cara de confusión.
— No creo que sea tan difícil. Vamos,dinos a los presentes aquí.— Insistió Johan con aire arrogante.
— Johan,basta.— Dije sabiendo adónde quería llegar con esa pregunta.
—¿Dónde conociste a papá?— Mi hermana salía al rescate del incómodo momento que se empezaba a formar.
— Hace unos días atrás,tú padre es un hombre muy astuto.— Daniela miro a mi papá rápidamente,mi papá sonrió.
— Es por eso que me dio alojó aquí.— Agregó la castaña haciéndo que me atragantara con la comida,Johan sobo mi espalda y tome un poco de vino.
No me esperaba el que fuera a vivir aquí,en el fondo eso me preocupaba.
—¿Ah sí? Pues haber en que te entretienes,papá pasa todo el día en el trabajo y Poché también.— Comentó Valentina riendo,Daniela alzó las comisuras de sus labios esbozando una sonrisa.
— Trabajo para tú papá ahora. Supongo que me convertire en una loca por el trabajo.— Comentó la castaña haciéndo reír a la mesa menos a Johan.
—¿A sí qué te dedicas a lo que hacemos nosotros?— Preguntó Johan de nuevo insistente.
— Algo así.— Respondió papá por Daniela.
— Al menos aprenderás más con papá.— Dijo Vale con una sonrisa cálida.
— Por supuesto que sí. Por eso es uno de los empresarios más importantes en Nueva York.— Habló mi cuñado elogiando a papá.
— No es para tanto.— Mencionó papá negando con su cabeza.
— Por Dios dejen a papá en paz.— Comenté en tono divertido,mi papá rió.
— Y Johan deja de hablar de trabajo o preguntar a que se dedica todo mundo.— Agregué viéndo a Johan,él rodó los ojos.
— Ya,ya. Hay que seguir cenando.— Dijo papá llevando un trozo de comida a su boca haciéndo reír a todos en la mesa.
(...)
— No era necesario que me dijeras eso enfrente de todos en la mesa.— Reclamó Johan pasando una mano por su pelo,rodé los ojos.
— Lo dije porqué sé hacia dónde iba tú supuesto interés por saber de Daniela.— Respondí obvia,de pronto Johan sonrió.
—¿Estás celosa?— Preguntó con una sonrisa pícara bailando en sus labios.
— No seas ridículo,Johan. Sí lo dije es porqué te gusta andar humillando a las personas.— Contesté caminando hacia la sala dónde estaban todos los demás.
— Está bien,papá. Alex y yo nos vamos,— Escuché a Vale despidiéndose.— La cena se repite mañana. Daniela un gusto conocerte nos vemos pronto.— Agregó con una sonrisa,papá dejó un beso en su frente.
— Hermanita,— Se dirigió a mí con una sonrisa.— Portate bien y deja un poco el trabajo. Te amo,minion.— Agregó con dejando un beso en mi mejilla. Rodé los ojos esbozando una sonrisa.
— Haré mi esfuerzo.— Respondí soltando una risita.
Después de eso Vale y Alex se fueron,Johan apareció con mala y también se fue,diciéndome que teníamos que hablar. Me importó un comino a decir verdad y conteste con un simple ”Sí” cuándo el dejó un casto beso en mis labios.
Ahora estaba buscando a mi papá para hacerle unas preguntas,sonreí al verlo en el sofá de la biblioteca viéndo la chimenea,me acerqué a él sigilosamente para asustarlo.
—¡Bu!— Dije en su oído viéndo cómo daba un brinco en su asiento,empecé a reír y él rodó los ojos.
— Me asustaste,María José.— Se quejó rápidamente. Me acerqué a él hasta sentarme en el sofá,él me abrazo rápidamente.
— Así has de tener la conciencia.— Comenté en tono burlón.
—¡Diablos!— Exclamó papá haciéndo que soltara una carcajada,empezó a reír conmigo.
— Oye pa,— Llamé su atención,el hizo un sonido con su boca alentandome a hablar.—¿Daniela se quedará aquí? ¿Dónde está? ¿Por qué no me habías dicho nada?— Pregunté,papá quedó viendo el fuego de la chimenea.
— Se me pasó hija. Pero Daniela es una buena persona,no tienes problema con que se quede aquí ¿no?— Respondió pasando su mano por mi brazo en señal de afecto.
Ese no es el problema en sí papá pensé.
— No,sólo tenía curiosidad.— Respondí,él asintió esbozando una sonrisa.
—¿Tuviste problemas con Johan?— Indago papá después de un silencio cómodo,suspire pesado.
— Las cosas no están saliendo cómo lo pensé.— Mencioné pausadamente.
— Las cosas nunca suelen salir cómo las planeamos,hija. Pero es mejor así,las cosas sin planear y sorpresivas suelen ser las experiencias de la vida.— Habló papá sabio,asentí con mi cabeza lentamente.
— Sí tú y Johan no funcionan deberían poner un alto.— Agregó dejando un beso en mi cien.
Me quedé un rato más con papá hablando de cosas triviales,subí a mi habitación después de un rato. Era algo temprano aún y no tenía sueño,decidí bajar a la piscina de la casa para nadar un rato.
(...)
Descansaba un poco dentro del agua después de nadar de punta a punta en la piscina,cerré mis ojos unos segundos disfrutando la calidez del agua en mi cuerpo. Un extraño escalofrío entro en mi cuerpo,abrí mis ojos y me encontré a la persona menos esperada.
—¿Daniela? ¿Qué haces ahí?— Pregunté al verla parada con una cuchara en su mano.
Nadé hacia la escalerilla de la piscina para salir del agua,una vez fuera tome una toalla para secar mi cuerpo,sentí una mirada y esa mirada pertenecía a Daniela.
—¿Qué haces aquí?— Volví a preguntar viéndo su rostro sin expresión alguna.
— Me perdí. Estaba caminando,llegué a la cocina y probé algo llamado nutella,entonces llegué aquí.— Explicó aún con la cuchara en mano que al parecer estaba vacía.
—¿Nunca has comido nutella?— Indague con el ceño fruncido,ella torció la cabeza.
— Nunca he hecho muchas cosas en realidad.— Contestó sin dejar de verme. Su mirada,su mirada me ponía demasiado nerviosa.
—¿Cómo es qué llegaste hasta aquí? Pareces otra persona a la que conocí en la mañana.— Confesé envolviendo mi cuerpo en la toalla.
— Algo muy fuerte me trajo aquí.— Se limitó a responder,asentí con mi cabeza aún viéndo esa cuchara en su mano.
—¿Cargaras esa cuchara toda la noche?— Pregunté,ella bajo la vista y vio la cuchara. Miro a sus lados queriendo buscar un lugar para esconder la cuchara.
— Bien,damela.— Mencioné divertida al ver cómo ella quería guardar la cuchara en su blazer,ella me la entregó y la puse una pequeña mesa que había ahí.
— Debes tener algo muy grande con mi padre.— Comenté viéndo sus ojos.
—¿Algo grande?— Dijo con duda.
— Sí,vienes apareces diciendo que conoces a mi padre,cenas con su familia y dices que trabajaras para él,— Dije con una pizca de ironía.— Estás en el centro de los grandes negocios,y yo que pensaba una Daniela cualquiera.— Agregué.
— Soy Daniela.— Respondió ella con seguridad.
— Resulta que hace 10 horas conocí una versión muy diferente de ti. Una chica que me coqueteo de la manera más dulce que puede haber y en cierto modo caí porqué me gustó. ¿Dónde está esa chica tierna? Pero cuándo apareces y vienes aquí finges no conocerme enfrente de mi padre. ¿Qué puedo pensar respecto a eso?— Pregunté pasando una mano por mi cabello húmedo.
— Lo lamentó,no quería ofenderte.— Se disculpó,asentí con mi cabeza chasqueando mi lengua.
—¿Amas a Johan?— Preguntó de la nada.
—¿Disculpa?— Mencioné algo contrariada.
— Cuándo unieron sus bocas parecía algo muy frecuente.— Comentó acercándose a mi,alce una ceja.
— Johan es cosa mía y dónde puedo poner mi boca también.— Respondí con el ceño fruncido,ella asintió.
—¿Vives aquí?— Preguntó de nuevo.
— No,Daniela. Vengo a nadar aquí y ahora me voy a casa.— Hablé sarcasticamente.
— Lo lamentó,lo que creo que quiero decir es que quiero ser tú amiga.— Mencionó con una pequeña sonrisa.
— Tengo muchos amigos.
— Yo no.— Mencionó Daniela sin más. Un silencio llegó a ambas.
— Lo siento,cómo dije no quería incomodarte en la cena,sólo que... No me gusta estar entre las personas. Siempre estoy haciéndo eso que hago y no me queda tiempo para nada,a veces me pregunto sí de todo eso que hago tendré tiempo para mi.— Mencionó dándome un poco de nostalgia.
— Sé de lo que hablas,es algo que he sentido muchas veces.— Contesté sonriendo triste,ella se acercó a mi quedando a pocos centímetros de mi cuerpo.
— Deberíamos empezar a tener más tiempo... Juntas.— Murmuró viéndo mi rostro,trague grueso al comprobar que sí sería difícil vivir con Daniela aquí.
95 votos ⭐
El que no comente es hetero :)
Oigan voy aclarar algo ya que veo que muchos no le entienden jajajajajaja. La muerte "tomó" el cuerpo de Calle para cumplir su misión. ¿Me explico? Y sino ya valí madres :)