*—Hazel:
Estaba decidido en lograr su cometido.
Desde que se encontró con Rowan y Daisy en el restaurante, Hazel se había decidido en mostrarle a Daisy que él era mejor partido que el aventurero de su hermano.
Había mejorado su aspecto y su cabello que estuvo un poco más largo que lo habitual, estaba recortado. También llevaba su cara limpia de barba y mejores ropas. Había gastado sus ahorros en ello, pero como había dicho antes, quería verse bien para Daisy, aunque esta estuviera prendada del aspecto indigente de Rowan, cuando lo viera iba a pensarlo mejor.
Además de ello, estaba más participativo en los negocios de su familia, ya no se quejaba tanto porque como había dicho antes, quería ser el partido perfecto para Daisy y mientras más rápido aprendiera de los negocios familiares y estuviera de lleno en estos, Daisy se fijaría en que era un hombre que tenía los pies sobre la tierra.
Cuando comenzará el semestre en un mes más, Hazel iba a darlo todo, por lo cual, Daisy lo pensaría dos veces antes de volver a rechazarlo.
Eso si, por más que trató de no buscarla, Daisy lo evitaba. Hazel iba todos los días a la panadería con el fin de verla, pero para su desgracia, Daisy nunca estaba, o al menos era lo que Micaela decía, sin embargo, Hazel sabía que era mentira. Entendía que Micaela estaba entre la espada y la pared. Ella quería ayudarlo, pero de igual manera quería estar de lado de su amiga y siempre se veía muy incómoda cuando tenía que mentirle.
Lo comprendía, Hazel tampoco quería ponerla en dicha situación, pero quería ver a Daisy y esta última se hacía la difícil. No obstante, Hazel no iba a tirar la toalla y era por eso que iba todos los días a la panadería y siempre se llevaba algo consigo. Micaela le recomendaba las galletas y postres que Daisy hacía y Hazel los compraba, tanto así que estaba subiendo de peso, pero tenía que admitir que lo que Daisy hacía era de buena calidad y tenía un delicioso sabor y eso que no era fanático de los dulces, pero últimamente parecía ser así.
Hazel suspiró y le dio un vistazo a la bolsa de la panadería. Tantas cosas dulces le iban a hacer daño, pero había regresado al gimnasio. Iba dos veces al día ahora que estaba de vacaciones, pero cuando volviera de regreso a la universidad, tendría que cambiar su horario.
Tomó la bolsa y sacó una galleta en forma de calabaza. Aún no había terminado el verano y ya Daisy estaba haciendo galletas de otoño. Era lindo, pero cuando saboreó la galleta, sintió náuseas. Okay, estas no tenían un buen sabor, pero quizás era porque no le gustaba en sí la calabaza. Sin embargo, no la dejó a un lado y la saboreó por completo. Tenía que darle su opinión a Daisy.
Cuando terminó, sacó su teléfono y buscó el contacto de la chica. Daisy había bloqueado su número, pero no importaba que lo hubiera hecho, Hazel aun así le escribía para darle sus opiniones de sus galletas y postres. Le envío la opinión de aquellas galletas y dejó su teléfono a un lado para marchar hacia su casa.
En el trayecto, vio a Lucas y Maaya saliendo de una heladería muy enamorados y unos minutos después vio la camioneta distintiva de Kai pasar por su lado, seguramente yendo hacia la panadería a ver a su amada. A pesar de que su historia de amor era un desastre, Hazel se sentía feliz de que sus amigos estuvieran con sus amadas y estuvieran viviendo la vida muy bonitamente. Cole no estaba con nadie, pero este parecía estar en sus asuntos, su amigo tampoco lo tenía fácil con sus padres, pero Hazel sabía que pronto, ambos estarían siendo igual de felices.
Solo era cuestión de tiempo.
Llegó a su casa y escuchó el silencio, sin embargo, sabía que su Rowan estaba en casa, su vehículo estaba fuera.
Hazel marchó a su habitación mientras bostezaba. Iba a tomar una siesta antes de reunirse con sus amigos en la noche. Iban a tomar, a comer un poco y a disfrutar de su amistad después de tanto tiempo sin hacerlo, así que Hazel quería estar descansado para darlo todo en la noche, pues era probable que Daisy apareciera y pudiera verla después de tanto tiempo.
Abrió la puerta de su cuarto y se llevó tremenda sorpresa al ver al sucio de su hermano acostado sobre su cama leyendo uno de sus Mangas. El ceño de Hazel se frunció. Rowan estaba sobre su cama como si fuera su propia habitación y eso hizo que le hirviera la sangre. ¿Por qué tenía que estar en su cuarto?
—¿Qué diablos haces? —le espetó Hazel entrando en su recamara y dejando la bolsa de galletas a un lado en su escritorio.
—Leyendo —respondió Rowan sin mirarlo.
—Vete a tu cuarto —lo echó Hazel señalando hacia la puerta que había dejado abierta.
—Aquí es más entretenido —comentó Rowan poniéndose de lado y sonriendo.
Hazel maldijo.
Desde que su hermano estaba en Seasons, toda la paz se había acabado. Hazel solo era feliz cuando estaba fuera de casa, pero desde el momento que la pisaba, su mal humor regresaba. Rowan era un imbécil todo el tiempo y siempre estaba molestando, metiéndose en su habitación sin permiso, tomando sus juegos, libros y mangas sin decirle, comiéndose las cosas que Hazel compraba también.
—¿Cuándo te vas? —le preguntó Hazel cansado. Rowan había durado más tiempo en Seasons de lo que había durado en mucho tiempo y seguía viéndolo extraño. No quería pensar que se había enrolado con Daisy y que era por eso que se no había ido, pero, ¿y si era de esa manera y él seguía allí enamorado de la chica que no podía tener porque al final esta estaba saliendo con su hermano?
Hazel movió la cabeza. No, no iba a ir por allí. No había escuchado a Rowan hablar de que estuviera saliendo con Daisy y aunque era probable que a Daisy le gustara este, no iba a permitirlo.
Los ojos de su hermano se enfocaron en él.
—¿Ya quieres que me vaya? —preguntó su hermano mientras alzaba una ceja oscura.
—La visita después de tres días comienza a heder —espetó Hazel y Rowan lo miró algo dolido por su comentario.
—Me bañe bien esta mañana —se quejó, pero a Hazel le daba igual, la situación era que no quería que se metiera en su cuarto y que regresará a África o donde sea que fuera su próximo destino.
—Vete de mi cuarto, por favor —le pidió Hazel más educadamente.
Rowan le dio una mirada y soltó un suspiro. Este se bajó de su cama y Hazel vio cómo doblaba una esquina del manga que estaba leyendo, el cual era un volumen de colección. Las manos de Hazel se apretaron en puños al ver el daño que le estaba haciendo a uno de sus bebés, pero se mantuvo tranquilo. No quería lanzarle un puñetazo y que Rowan se lo devolviera. Sabía que el muy pendejo pegaba fuerte. Además, pelear con él haría que su padre, quien desde que Rowan llegó estaba muy tranquilo, volviera a estar de intenso con Hazel.
—Ya me iba de todos modos —comentó Rowan y lo vio caminar hacia la bolsa de galletas que Hazel había dejado sobre su escritorio. Esta vez Hazel dejó que las tomara, no quería ser cruel pero no tenían buen sabor. Sin embargo, este solo tomó una y también arrugó la nariz al saborearla—. Daisy debe dejar esos sabores raros para después, esto sabe pésimo —expresó su humilde opinión.
—Ya se lo hice saber —le devolvió Hazel alzando el mentón, orgulloso de que la hubiera saboreado primero. Daisy no iba a recibir su comentario sobre esta, pues tenía su número bloqueado, pero Hazel se sentía feliz de ser el primero de los dos que saboreaba los postres que Daisy hacía.
Las cejas de su hermano se arquearon y este lo miró con curiosidad, pero luego movió la cabeza.
—Nos vemos en la noche —comentó Rowan.
—¿A dónde vas? —le preguntó Hazel cuando este estaba a punto de salir por la puerta.
Su hermano se volvió.
—A tomar unas fotos, el verano se está yendo y es una buena escena para fotografiar —dijo Rowan moviendo las cejas hacia arriba rápidamente.
Hazel miró por la ventana de su cuarto.
Los árboles comenzaban a perder ese verdoso brillo y las hojas se estaban teniendo con los colores del otoño que venía por ahí. El verano se estaba yendo y él no hizo nada durante este. Las cosas estaban cambiando, el año pasado hizo y deshizo, este año lo único que hizo fue comer y estudiar, algo muy aburrido si se lo preguntaban, pero planeaba que el año próximo fuera diferente.
—Posiblemente me quede en Tawny Town —escuchó que Rowan decía—. Díselo a mamá cuando llegué, ¿sí?
Hazel asintió y su hermano le sonrió antes de salir por la puerta y abrir la suya del otro lado de la habitación de Hazel. Lo vio encerrarse en esta y Hazel fue hacia su propia puerta para cerrarla y con seguro. Tendría que ponerle llave a su recamara cuando tuviera que salir, no podía permitir que su hermano entrara en esta e hiciera lo que le diera la gana. Sus pobres libros y cómics estaban siendo maltratados por él.
Soltó un pesado suspiro y fue hacia la cama. El perfume molestoso de Rowan estaba embriagado en sus sábanas y Hazel arrugó la nariz. No entendía porque su hermano tenía que joder tanto en su habitación, esa mierda le estaba enfadando.
Se levantó de la cama y buscó un aromatizante que usaba cuando hacía de las suyas en la oscuridad de su recamara. Este olía a flores y ayudó a que el olor de Rowan se disipara. Cuando se sintió mejor, volvió a su cama. Tomó su teléfono y revisó si tenía mensajes. Había algunos en el grupo de Whatsapp que tenía con los chicos.
Kai: Micaela llevará a Daisy así que espero que no lo arruines Hazel 😡
Los ojos de Hazel se abrieron como luna llena.
¿Daisy iba a ir al encuentro de esta noche? Una sonrisa de felicidad surcó sus labios. Había pasado tiempo desde que había visto a la chica y si Micaela iba a llevarla, esto quería decir que la misma había aceptado ir sin importarle que Hazel estuviera en el mismo sitio. Parecía que iba a dejar de huir de él.
Lucas: 😂
Cole: 🤔
Hazel: No voy a arruinar nada 🙄
Kai: Mas te vale 😊
Ese fue el último mensaje que leyó, los chicos continuaron hablando, pero Hazel estaba enfocado en otras cosas, por lo cual dejó su teléfono en su mesita de noche y se volvió hacia las ventanas en su habitación, mirando hacia la tarde.
Daisy iría al encuentro de esta noche y eso le daba una oportunidad de arreglarlo todo entre ellos. La chica le interesaba en verdad, no era un capricho suyo porque esta lo hubiera rechazado, Hazel hubiera continuado tonteando si fuera así, pero desde que compartió ese beso con Daisy no había podido enrolarse con nadie, no que tuviera ganas, pero el pensar en estar con otra chica le daba náuseas.
Daisy era su chica e iba a conquistarla sin importarle que estuviera con alguien.
Después de un rato pensando en la chica y en qué ropa se iba a poner en la noche para verse atractiva para ella, se estaba quedando dormido cuando escuchó la melodía de llamada de su teléfono.
Maldijo en voz alta y extendió una mano hacia su teléfono en la mesita de noche. Debía de ser Rowan para pedirle que le llevara alguna herramienta donde sea que estuviese, siempre dejaba algo y Hazel tenía que ser su sirviente.
Sin embargo, cuando tomó el teléfono y miró el nombre de la persona que llamaba. Hazel se sentó de un tirón en la cama y sus ojos se abrieron mesuradamente sin poder creer quien era que lo llamaba.
Daisy lo estaba llamando.
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Gracias por su atención y por leer este capitulo, espero que les haya gustado.
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Denisse ❤️