Emily Y Emilia

By austing018

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Una historia donde una escritora nos contara sobre su pasado en su adolescencia, todo sobre sus problemas y a... More

Emily Y Emilia

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By austing018


Una tarde de verano del 21 de marzo del año 2020, me encontraba sentada en mi sofá en la sala de mi casa, leyendo mi primer libro escrito en mi época universitaria, una historia que transmite mi infancia y adolescencia, algo que deja una enseñanza a las personas que sufren problemas de depresión, estrés emocional y de tener miedo ante los problemas de la vida.

Un Nuevo Comienzo:

Todo comenzó cuando tenía 19 años de edad, en el año 2012, recientemente en pleno Febrero nos habíamos mudado a Argentina junto con mi madre, María Johnson de 46 años de edad, a la provincia de Buenos Aires, localidad Islas Malvinas, Los Polvorines, lugar que me dio la primera impresión de ser bastante tranquilo en la zona donde nos ubicamos, realmente pensé que estaba bien la decisión de mi madre, el habernos mudado tan lejos de Estados Unidos por su separación con mi padre Lyon Johnson de 50 años, además de que nunca pude hacer amigos durante mi vida en la secundaria, esta era una nueva oportunidad para nosotras, con la mayor de las suerte, encontramos un departamento a buen precio, con la cantidad de dinero que pudimos traer, gracias al valor del dólar en Argentina, conseguimos pagar el alquiler y nos establecimos en ese departamento. Ordenamos las cosas en su lugar en tan solo un día, esto se debía a la emoción que teníamos ambas en tener desde ahora, una vida tranquila y pacifica donde no ocurrieran los mismo problemas de antes, cuando cayó la noche, decidimos cocinar juntas para celebrar este comienzo, nos pusimos de acuerdo en hacer Spaghetti con carne, algo común pero que me encantaba.

Al terminar de comer, mi madre se puso a buscar trabajo por las redes sociales, en grupos de Facebook, lugar donde ya ella estaba relacionada por haber participado en grupos, donde compraba o vendía muebles, en mi caso, empecé por investigar una universidad donde pudiera estudiar la carrera de Literatura, para ser escritora, una meta que me decidí después que una de mis profesoras leyera mi libreta de frases emocionales, una de las tantas que le gusto, fue, "el cambiar no significa mejorar, el cambiar significa aceptar, solamente para poder avanzar y aprender de los sucesos de la vida", gracias a su motivación, me dio la idea de escribir historias, frases, poesía, centrarme en algo que soy buena para mantener mi estado mental estable, y pensar a futuro. Entre cada pagina de Internet que buscaba, me encontré con la Universidad Nacional
General Sarmiento, su inscripción fue bastante fácil de hacer, gracias a que tenia el primaria y secundario completo, de buenas calificaciones, aceptaron mi solicitud, eso implico que tendríamos que ir la fecha exacta dada en le mensaje a través del email, luego de darle la noticia a mi madre, se puso contenta por que era el primer paso hacia cumplir mi meta luego de toda clases de problemas que tuve en mi pasado, momentos que olvide gracias a medicamentos y estar alejada del mundo real, tantos sucesos que viví durante en mi adolescencia solo me hicieron creer que no había un lugar para mi, que la desgracia me seguía a todos lados y que estaba condenada a vivir infeliz el resto de mi vida.

Luego de haber pasado nuestra primera noche, habían pasado los días desde que nos mudamos, mi madre consiguió trabajo en una librería, algo temporal me dijo ella, pero que el sueldo iba a bastar para mantenernos a nosotras, con la misma suerte que tuve, justo hoy, 25 de Febrero, nos tocaba ir a firmar los papeles para ingresar completamente en la universidad, estaba emocionada por que al fin podría comenzar mi carrera, tenia la esperanza de que iba a hacer amigos, un grupo con el cual entenderme y poder hablar libremente sin preocuparme, sin sentir miedo alguno o estrés emocional. Una vez que llegáramos a la universidad, después de prepararme con mi remera negra de rayas blancas y mi pantalón largo, hacer el tramite de los papeles fue algo denso pero rápido, por el simple echo que al ser de otro país, el adaptarme iba a ser complicado, en especial por el idioma, dicho esto no dominaba por difícil entablar una conversación extensa con otra persona de este lugar, eso no impidió que deje de estar feliz, tanto que se notaba en mi cara, al salir del establecimiento enorme, mi madre me dijo que se iba a comprar algunas cosas para la noche y me pidió que regresara al departamento, después de todo el lugar estaba a unas 20 cuadras, no era tan lejos, tanto así que me tome mi tiempo al ir caminando por la vereda, de un momento a otro, me crucé con un grupo de personas que se dirigían a la dirección contraria de la mía, estaba integrado por un par de chicas de apariencias similares, una de ellas tenía el cabello largo de color negro, la otra del mismo color pero corto, una de las pocas diferencias que note, la otra persona era un chico con anteojos, mas alto que yo y las muchachas, cabello corto, en este grupo notaba que no destacaban como los demás que conocí en mi vida, eran tranquilos, todas esas sensaciones que sentí de un momento a otro me distrajeron tanto que los quede mirando un rato largo, cuando quise darme cuenta de mis acciones, era tarde, la chica de cabello largo se acerco, brindando una sonrisa clara, presentándose como Sofía Fernández de 20 años, fue una sorpresa para mi que quede muda, también me presento a su grupo, su hermana gemela Lucia Fernández de misma edad, y el muchacho Javier de 20 años, con plena timidez me presente para no quedar como una maleducada, ellos se rieron por mi tono de voz entre cortada y el desviar mi mirada continuas veces, pero fueron amables, tan así que me invitaron a acompañarlos a una plaza, al principio note que era extraño, apenas los conocía pero rápidamente me adapte a su grupo, esto hizo que pudiera actuar pacíficamente, no sentí ningún temor de que ellos me juzgaran cuando charlaba, uno de esos temas fueron el conocernos, también me ayudaron a adaptarme al idioma luego de saber que venia de otro país, tanta amabilidad me hizo sentir que tenia mariposas en el estomago.

Nuestra relación fue lo mas normal entre nosotros, parece como si nos conociéramos de toda la vida, me contaron sus momentos divertidos cuando comenzaron la universidad el año pasado cuando arrancaron sus estudios, Javier empezó estudiando Psicología, su sueño era ser psicólogo para ayudar a las demás personas, dando a demostrar que incluso sentado en un sillón, escuchar y anotar ayuda a las personas liberarse del estrés, las gemelas me contaron que estaban en una banda, dominada como Ángeles Caídos, su genero era el Rock y el Pop, incluso me cantaron una de sus primeras canciones, Destello De Esperanzas, una letra que transmitió una sensación de calidez dentro de mi cuerpo, dejando que me sienta libre conmigo misma y que volara por los cielos. Luego de que pasaran los minutos, charlamos tanto que me atreví a contarles en una conversación sobre mi libreta, la cual estaba llena de frases, tanto inspiradoras como realistas sobre el mundo corrompido en el que vivimos, les cite una de esas frases, "la realidad es como estar encerrada, ser juzgada sin prueba alguna, sentenciada en esta cárcel, sin poder vivir libremente", tales palabras les hicieron mirarme fijamente y sonrieron, de un momento a otro, sentí miedo de que me consideraran extraña pero estaba equivocada, ellos me halagaron por mis palabras y me felicitaron pidiendo que siga escribiendo mas frases, diciendo exactamente lo mismo que mi ex profesora que debería ser escritora, eso me alegro y les devolví la sonrisa junto con un abrazo.

Confianza:

Ha pasado ya dos semanas que comencé en la universidad, fueron días excelentes por el hecho de adaptarme al entorno, idioma y cultura, pude adquirir conocimientos al empezar a estudiar la asignatura de Literatura, mis profesores eran muy buenos explicando, incluso eran cómicos en algunas de sus clases, esa misma tarde me encontraba saliendo de la universidad con mis amigos, Lucia, Sofía y Javier para caminar a casa, siempre me acompañan en la tarde para pasar mas tiempo juntos entre nosotros, charlábamos de la situación de nuestros estudios, algunos chistes malos por parte de Lucia, no podía sentirme mejor que estar con ellos pasando el tiempo además de que cuando estoy en casa siempre hablo con mi madre de todo lo que me pasa en el día o ella me cuenta de su trabajo, a veces veo que la situación que vivimos antes, se desvaneció y que nunca paso, que esta vida fue hecha para nosotras dos después de que mi padre engañara a mi madre durante un largo tiempo, realmente odie todo lo que nos hizo, engañándonos por todo ese tiempo, mintiendo que nos quería cuando solo deseaba quedarse por no dejar sola a mi madre, ella se dio cuenta por sus actitudes pero decidió callar, hasta que en un punto, se desato de sus cadenas y dio por terminada toda esta farsa de amor. Tras pasar un rato charlando con mis amigos después de la universidad, las gemelas se fueron primero a casa por sus deberes y reunión con su banda, esto significaba que tendría que pasar tiempos a solas con Javier, lo cual no me molesto en absoluto, como era temprano para ir a casa decidimos sentarnos en una banca ubicada cerca de una plaza, lugar que incluía juegos de niños y una cancha de fútbol, estando solos empezamos a hablar sobre temas como la psicología, esto me ayudaba a adquirir mas conocimientos sobre esa palabra, dándome ideas para mis historias, tal vez también por el echo de que disfrutaba escuchar a una persona hablar tan alegremente de un tema que le guste, y mas si desea planear algo a futuro con esto.

Pasaba el tiempo lentamente, cada palabra que salía de su boca escuchaba atentamente, incluso él me dijo que me contaría su historia, que tenia plena confianza en mi como en las gemelas, eso me alegro, me dio calma y preste atención, todo se remontaba a su época en su primer año de secundaria, tuvo la fortuna de tener amigos en quienes confianza y pasar el rato, no había ningún problema en su vida, excepto por la madre, ella siempre tuvo la idea de que su hijo estudiara para ser doctor, cumplir el sueño que su esposo cumplió en sus años de universidad, pero Javier no quería, no era por detestar la carrera de medicina, deseaba demostrar algo mas, dedicarse a la psicología, prestar atención a las personalidades de las personas, escuchar atentamente y opinar si fuese conveniente para el paciente, todo esto deseaba, pero su vida se desmorona cuando se entera que su padre al ser asaltado antes de subir al auto y volver a casa, por negarse y luchar tratando que no le robaran, recibió un balazo en el corazón, en una abrir y cerrar de ojos su vida fue arrebatada, esto causo una depresión en Javier, el estar viendo a su madre llorar y pedirle que siga la carrera de él, era una confusión enorme en su interior, una decisión que no supo tomar hasta darse cuenta que si quería que su padre estuviera orgulloso, sabría elegir y así fue, tomo su valor para decirle a la madre que seguiría la carrera de psicólogo, sin remordimientos y miedo alguno que lo detenga.

Al terminar de escuchar la triste historia de mi amigo, no supe que decir al momento, pero lo abrace, a veces un abrazo dice mas que las palabras, expresa y transmite seguridad, eso sentía cuando lo abrace, esto me dejaba perpleja por saber como actuar pero él solamente sonrío y me pidió que no me preocupara, que gracias a sus amigos, incluyéndome, pudo salir adelante y continuar con su vida, su sueño y hacer sentir orgullosa a su madre el día de mañana. Luego de tener nuestra conversación, nos dimos cuenta que era bastante tarde, nos despedimos con un abrazo nuevamente, cada quien fue por su camino, en estos momentos me sentí libre y al estar caminando a mi departamento, observaba como el sol se iba ocultando, era un hermoso atardecer de película, el tiempo se movía lento ante mi y una vez que llegaba la residencia de varios departamentos, subí las escaleras hasta el segundo piso para encontrarme con mi madre que llegaba del trabajo, fue una sorpresa para ambas pero lo tomamos con calma, entramos, nos cambiamos y cocinamos una vez mas juntas, tuvimos una charla realmente larga y duradera que duro alrededor de las 11 de la noche, tras haber terminado de comer y hablar, ella se fue a dormir, yo agarre el libro que estaba leyendo anteriormente, Un Ardiente Y Largo Verano de Kat French, uno de mis escritores preferidos, tal que seguí leyendo tranquila sabiendo que mañana era sábado, pero en esos momentos se me ocurrió chatear con Sofía sobre si estaban ocupadas mañana en la noche, para mi suerte me dijeron que no, eso me alegro y las invite a pasar la noche en mi casa, pensaba que tal vez era repentino por el tiempo que llevamos hablando pero ella acepto al igual que su hermana, eso mas me emociono por que a pasado tanto que no tenia una juntada con mis amigas, o mejor dicho, el no haber tenido amigas después de un largo tiempo, tras haber tenido problemas en mi cuarto año en secundaria, eso causo que me quedara sola el resto de los años pero un mayor problema era que ahora no lograba recordar exactamente todo lo que paso, era difícil sacarme este sentimiento que me faltan recuerdos, tal vez eran situaciones que no tendría que saber y era para mi bien, aunque dentro de mi, una parte sabia todo eso, gritaba fuertemente tratando de alcanzarme, una voz como la mía, muchas veces creí que era un sueño, el hablarle a mi madre de esto, causaba que su mirada cambiara y evitaba el tema de conversación, ahora que me pongo a pensar, hubo un tiempo que siempre me llevaba al medico, un doctor me entregaba unas pastillas para relajarme y no tener dolores de cabeza, como también, el echo de no poder dormir bien durante las noches, pero al cabo de un tiempo en mi ultimo año de secundaria, dejaron de medicarme y me dieron la noticia que estaba bien, ya no necesitaba las pastillas y que debía encontrar algo con que expresar mis sentimientos, tener una meta y un sueño por cual esforzarme, dedicar mi tiempo a eso, por esto mismo quise ser escritora, abrir mi mente y liberar mi ideas, mis historias, mis deseos o fantasías, un voto de confianza para mi y mi futuro.

Luego de irme a dormir esa misma noche, no tuve mis sueños habituales, fue extraño en este caso, frente mis ojos aparecía una chica de misma estatura, con cabello negro, llegando a sus hombros, un cuerpo delgado, un vestido negro, podía ver perfectamente la apariencia de ella, excepto por su rostro, estaba borroso, solamente se notaban sus labios pintados de negro, su presencia me aterraba, mi pecho me dolía e incluso mi voz había desaparecido, sin tener que acercarme a mi, con solo tenerla en frente a unos pasos, me sentía débil, el verla me causaba miedo como dolor de cabeza, algo que hace mucho sentí, las horas pasaban, ella no se movía, no emitía una palabra, solo me observaba, todo el ambiente era helado, definitivamente esto era una pesadilla de la cual quería despertar, deseaba gritar pero no me salían las palabras. Al pasar esos instantes de sufrimiento, escuchaba mi alarma sonar, eso causo que pudiera despertar, pero antes de irme de esa pesadilla, ella solo dijo que nos volveremos a ver, esas fueron sus únicas palabras, las escuche claramente, pero no distinguí quien era por su tono de voz, una vez que abrí mis ojos, sentía un fuerte dolor de cabeza, como nunca antes lo sentí, me dolía el cuerpo y apenas podía hablar, trate de relajarme unos instantes, al correr de los minutos, logre moverme, con cuidado me levante de la cama, note que mi madre estaba despierta ya por el olor del desayuno, eso hizo que esperara unos minutos mas, dejando que el dolor pasara y poder levantarme sin problema alguno, cuando vi a mi madre, le sonreí y desayunamos juntas como todas las mañanas, le explique que mis amigas vendrían hoy, tuve la idea de invitar a Javier pero deseaba ir poco a poco con las visitas, ella acepto con una sonrisa, estaba contenta por que me acostumbraba rápido a esta nueva vida y mas feliz la puso que tuviera amistades, me parecía raro al principio por como reaccionaba pero ignore ese pensamiento y me dedique a ordenar la casa, trataba de no pensar en mi pesadilla por que no deseaba preocupar a nadie, pasaron las horas hasta que cayó la noche, mi madre había preparado mi comida favorita esperando que mis amigas disfrutaran al igual que yo. Minutos después, las gemelas llegaron a mi departamento, iban vestidas de distintas maneras, Sofía llevaba un vestido color azul oscuro que le llegaba a sus rodillas, y Lucia una remera con el logo de su banda, con un jeans azulado con roturas en las rodillas, mejor manera de diferenciarlas no había pensé, las hice pasar, ambas se presentaron ante mi madre con respeto, ella también se presento amablemente, de un momento a otro, estábamos charlando alegremente las cuatro mientras cenamos, al parecer a las chicas les gusto el fideo con carne, mi platillo favorito, fue todo increíble, la noche estaba yendo mejor que nunca además que pude olvidarme de mi pesadilla anterior. Mi madre se despidió para irse a dormir, nosotras ordenamos la cocina y nos dirigimos a mi cuarto, prepare dos colchones juntos así dormíamos las tres juntas, ellas aceptaron tranquilamente y nos acomodamos después de ponernos nuestros pijamas, en un momento ellas preguntaron de que hablamos con Javier, les detalle cada tema de conversación que tuvimos, excepto lo de su pasado, aunque parece que Sofía se dio cuenta, por mi manera de desviar la mirada, eso hizo que me relaje cuando me agarro la mano y me dijo que me calmara, que ellas sabían perfectamente todo de él, eso me dejaba mas tranquila, no tendría que tener una carga de ocultar algo importante, después de sus palabras, ambas se miraron y asintieron con la cabeza, esto era raro, pero volvieron a verme solo para aclararme que debían contarme algo importante sobre ellas.

Revelación:

Su pasado fue sobre como sus padres eran católicos, bastante creyentes a dios, sin dejar que el mal invada sus vidas, siempre agradecieron y rezaron por el, lo cual llevo a que deseen hacer que sus hijas sean metidas en la iglesia cerca de su casa, pero se negaban, no por no creer, sino por que ambas estaban destinadas a algo mas, su deseo fuerte por la música, el tener un grupo de amigos que durante la secundaria se juntaban para ensayar y mejorar todos juntos hasta el punto de tener la misma meta, tocar delante de muchas personas y que estas comprendan que las letras que hacen, les pueden cambiar la vida e invitarlos a pasar al lado de la música, las chicas realmente no entendían el por que debían ser creyentes como sus padres, el que ellos insistieran durante un largo tiempo era agotador, mas por que sus compañeros las molestaban en sus horas libres, les preguntaban donde estaba su dios para defender las, palabras que no les gustaba a ellas, solamente deseaban tener una vida tranquila haciendo lo que le gusta, pero por complicaciones de sus padres, se negaban a dejarlas en paz, entre todo esto, ellas no se rindieron, no dejaron de hacer música, logrando tocar en unos eventos escolares con su banda, fuera del establecimiento también, esto le permitía crecer como grupo y que la gente disfrute de sus temas, actos que realizaron todos juntos y aunque fuera difícil convencer a sus padres, ellas no se rebajaron ni mucho menos, disfrutaron cada día en su casa, pero cuando cumplieron sus 18 años, consiguieron un trabajo, una paga que juntaron, ahorraron para poder mudarse juntas, por lo menos un tiempo, esto hizo que ahora mismo, vivieron solas, siendo responsables y trabajando duro, eso no significaba que dejaran a su familia de lado, a lo contrario, siempre los visitaban cada fin de semana, esos eran los sentimientos de las gemelas, sus deseos a futuro.

Al terminar de escuchar su historia sobre su pasado, tome confianza y les pedí que me escuchen, empecé por contarles sobre mi pasado, cuando tuve mi paso por la primaria desde los 7 años hasta los 12, era una niña muy animada y simpática, no destacaba por mi apariencia sino por mi personalidad, además de que me encantaba charlar con mis compañeros, nunca excluí a ninguno por razones tontas, por eso mismo tuve la oportunidad de terminar mi ciclo primario como una de las mejores alumnas con notas buenas, mejor compañera y buena amiga ante mis compañeros de clases, todo salio bien para mi edad, a diferencia de otros niños que observaba que sufrían por abusos de otros chicos mas grandes, eso odiaba de parte de las personas, solo por seguir la ley del mas fuerte pensaban que tenían el derecho de tratar a otros como si fueran basuras, realmente era molesto pero nunca pude hacer algo respeto a eso, no tenia la fuerza necesaria para defender a esas personas, pero al ingresar en la secundaria, mi mundo cambio rotundamente, no conocía a nadie después de haberme mudado de casa por el trabajo de mi padre en New York, pensaba que al ser grande, responsable y amable, iba a conseguir lo mismo con mis compañeros pero me equivoque, las chicas de mi curso me ignoraban por comentarios de los chicos, de por ser la mas inteligente y destacar entre los alumnos de la clase, considerando que yo era consentida y me gustaba llamar la atención, todos sus comentarios me bajaron el autoestima pero mi madre siempre me dio fuerzas para seguir adelante durante esos años de secundaria, excepto cuando ingrese a cuarto año, mismos compañeros y compañeras, la misma rutina de odio y maldad, todo esto hacia que decidiera faltar a las clases algunas veces, había empezado a odiar las costumbres de los demás, algo que jamás quise, solo deseaba estar tranquila, no molestaba a nadie pero se metían conmigo por razones egoístas, momentos donde era infeliz, pero a mitad del semestre, empezaron los dolores de cabeza, no podía dormir y me sentía débil, cansada de todo lo que ocurría fuera de mi casa, pasaba las horas encerrada en mi cuarto, distrayendo mi mente, leyendo y escuchando música, ese eral mundo que quería vivir durante mis años de adolescente.

Las gemelas escucharon toda mi versión de mi pasado, pero preguntaron que sucedió al final, en ese momento les explique que no podía recordar exactamente que paso, a veces cuando dormía en esos tiempos, sentía la presencia de otra persona pero siempre me despertaba cuando trataba de aclarar las cosas, le preguntaba a mi madre la razón de mis sueños y de por que ahora no tenia idea de lo que me sucedió durante mi quinto y sexto año de secundaria, siempre trataba de ignorar esos años, ella cambiaba de tema o me decía que no necesitaba saber eso, era extraño y cuanto mas me pedía alejarme de mi pasado, la intriga aumentaba mas que antes. Dejamos de charlar sobre mi pasado con las chicas, seguimos hablando de su banda y algunos planes, como tanto, escuchamos música y les mostraba libros que me pasaba leyendo el resto de mi tiempo libre, frases que escribía en mi libreta y además, algunas canciones que Javier me paso por mensaje, una de tantas era de un rapero conocido de Venezuela, Canserbero, sus letras me gustaron por como detallaba su vida, momentos que suceden en la actualidad y como transmite sus ideales al mundo, todo esto paso en una noche, fue mi primera y mejor pijamada que tuve, donde me sentí como mis tiempos en la primaria, feliz, tranquila y querida por mis amigas.

Paso la noche, nos despertamos alrededor de las 12 del medio día, luego de lavarnos la cara y los dientes, desayunamos con mi madre que llegaba de hacer las compras de la semana, nuevamente, disfrutamos el hablar durante el desayuno, tomando mates cebados por Lucia, acompañado de unas galletitas de aguas sin sal, mi madre me avergonzaba contando cuando era una bebe, el día de mi nacimiento el 10 de Agosto de 1993, mostrando unas fotos mías en la bañera o en mi traje rosa, realmente me sentía incomoda por que las chicas disfrutaban ver como me sonrojaba, pero esto era increíble, estos recuerdos que nunca olvidare y deseo no olvidar por ningún motivo. Las gemelas se despidieron y regresaron a su casa, una vez mas estaba con mi madre hablando tranquilas sobre su trabajo hasta que decidí insistir con respeto a mi pasado, una vez mas, ella solo dijo que no, pero no lo acepte, le pedí que por favor, me explicara que me había sucedido, de la razón de volver a tener pesadillas de una chica mirándome fijamente y expresar sufrimiento alrededor de ella, en ese momento, mi madre solo quedo callada y angustiada, se sentó delante de mi y tomo mis manos, dijo que prestara atención, que solo iba a hablar de esto una vez nada mas y que después, tendría que dejar de tratar de recordar todo por mi bien, me pareció raro como lo dijo, su tono era serio y su mirada me transmitía esa angustia llena de temor pero escuche cada palabra que me dijo. En mi quinto año de secundaria, mis actitudes empezaron a cambiar, no era una chica amable o atenta, baje mis calificaciones en picada, también deje de hablar con mis padres, no sonreía y solo me quedaba encerrada, un día mi madre noto que hablaba sola frente el espejo, era una charla con otra persona, diciendo lo siguiente... -Emily, no te preocupes, yo me are cargo desde ahora, no dejare que sufras mas, después de todo... somos la misma persona, fui creada por tu dolor, temor y miedos, eres débil, esa es la verdad, por esa razón, te ayudare-. Mi madre se angustio al escuchar eso, no era su hija, su ambiente era diferente, solo daba miedo, pero cuando la muchacha extraña miro a María, sonrío y se presento como Emilia, todo fue tan tenebroso que después de esa noche, nada volvió a ser lo mismo, todos los días que pasaron, hicieron que mis padres al notar que era yo, me llevaron con un doctor experimentado en la psicología como en la medicina, esto hizo que me tuvieran la mayor parte del tiempo en el hospital, siendo analizada y tratada con unas pastillas, viendo si mejoraba por mi dolor de cabeza o mis cambios rotundos de actitudes.

El Encuentro:

Cuando mi madre termino de contarme la historia sobre mi pasado, quede impactada, nunca había supuesto que hubiera tenido problemas de personalidades, eso fue lo primero que analice y la conclusión que saque rápidamente, no tuve palabras para responder pero ella lo ultimo que dijo con su voz seria, que no siga desenterrando recuerdos de mi pasado, Emilia no fue una buena experiencia en mi vida y en la de ella, no supe como reaccionar ante eso, por eso tomaba medicamentos y estuve en el hospital la gran parte del tiempo en mi ultimo año, al volver, pude retomar las clases a fin de año y subir mis calificaciones, estaba sola, por supuesto, después de todo nada había cambiado en el ambiente, logre graduarme sin problemas y ocurrió la separación de mis padres, ante todo lo que sabia hasta ahora, me encerré en mi cuarto para tomar mi cuaderno y realizar una línea del tiempo, anotando desde mi primer año de secundaria hasta el sexto, ordene todos los recuerdos actuales que tenía, y tan solo me faltaban los de quinto y mitad de sexto año, sabia que no debía seguir con esto pero si Emilia todavía existía dentro de mi, era mejor enfrentarme a ella y tratar de recuperar ese vacío, aunque sea solo dolor y miedo, no podría dormir con calma sabiendo que una chica que cree por mi debilidad, siga dentro de mi, molestándome en mis sueños y tratar que a la fuerza, vuelva con mi cuerpo nuevamente.

Termine por escribir todos los sucesos de esos dos años de secundaria, no me di cuenta que el tiempo paso rápidamente, oscureciendo poco a poco, observaba por mi ventana pero como estuve encerrada durante varias horas, salí al balcón de mi cuarto para ver como el sol se ocultaba lentamente, cerré mis ojos disfrutando de la suave brisa que chocaba contra mi rostro y pensaba en todo lo que sabia hasta ahora, pensar que forme una personalidad contraria a la mía dentro de mi mente, una chica que se hizo cargo de mi dolor y lo convirtió en maldad hacia la gente, llena de rencor que solo yo podría detener, pero de seguro, como esas pastillas que tome durante un tiempo, eran para reprimir mi dolores de cabeza y me hacían sentir libre, para ella solo era dolor, algo que la encerraba en una jaula y el no poder salir, la molestaba mas, eso pensaba, que si deseo hacerla volver, es una decisión arriesgada pero tengo la confianza de poder enfrentarme a ella. Esa misma noche, cuando entre a mi cuarto y me acosté en mi cama, me prepare para dormir, sabia con esa exactitud que me encontraría una vez mas con Emilia, a través de mis sueños, o pesadillas tal vez, no tenia idea de que podría pasar pero bueno, me relaje y me acomode en la cama para poder dormir, pasaron las horas donde estaba en un parque de juegos, a mi lado se encontraba mis amigos, Sofía, Lucia y Javier, estábamos tomando mates y pasando la tarde tranquilos, pero cuando me di cuenta, todo se volvió oscuro, la tensión en el aire aumento y apareció una chica delante de nosotros, nos acompaño con una sonrisa en su rostro borroso, supe que era ella, cuando dije su nombre con una voz temblorosa, me miro fijamente y todos desaparecieron, solo quedamos nosotras dos sentadas en la manta en medio del parque y con el cielo oscuro.

Emilia seguía sonriendo y no apartaba la mirada de mi, hasta que la conversación empezó.

Emilia: Oh, como has estado? –dijo apoyando su mano izquierda encima de la derecha- parece que me recordaste no?

Emily: No es así, solo se lo justo y necesario de ti –estaba nerviosa por tenerla enfrente y el saber que era un sueño, solo con su presencia me sentía débil-

Emilia: No tengas miedo, no muerdo... aun –exclamo con un tono burlón- que sucede? Por que me buscas? Deseas que me haga cargo de tu vida nuevamente?

Emilia: Esto solo es un sueño, pero me encargare de destruir lo que cree –dije con mejor tono de seriedad pero con dificultad-

Emily; Mírate, tratando de ser fuerte, piensas que lograras hacerme desaparecer como la ultima vez? –una vez dicho eso, su presión aumento y me sentí mas débil-

Emily: Yo... deseo saber que hiciste durante el tiempo que no estuve presente... -al verla, la miraba fijamente sin apartar la mirada-

Emilia: No debes saber nada aun... si me vuelves a buscar... no me detendré en poseer tu cuerpo otra vez, si muestras debilidad, la mas mínima, me aprovechare.

Dicho todo esto, ella se levanto y desapareció en medio de la niebla que nos rodeaba cuando estuvimos hablando, se despidió con una sonrisa y pude notar su rostro esta vez, era exactamente como yo, llevando un vestido negro y largo además de dos colgantes en sus orejas. Me desperté de repente al tener esa pesadilla, mi cuerpo se sentía cansado y una vez mas, mi dolor de cabeza reapareció como antes, pero hice el esfuerzo de levantarme de la cama y lavarme la cara, cuando me mire al espejo, en ese instante apareció Emilia con su sonrisa siniestra, me asuste apartando mi mirada de mi reflejo, trate de no sentir miedo, tomando fuerzas para levantar la mirada, notando que solo era yo, toda despeinada y con ojeras. Salí de mi cuarto para ver a mi madre preparar el desayuno, como era Domingo, ella no trabaja hoy y aprovechábamos para pasar todo el día juntas, viendo alguna serie o leer un libro para después hacernos preguntas, analizar y explicarlo con nuestras palabras, esto hacia que adquiera conocimientos nuevos y era una forma de estudiar también, sin perder el ritmo actual, me senté en la silla con una sonrisa sin demostrar preocupación por lo sucedido anteriormente en mi sueño y así mismo, desayune un té con galletas de agua junto con mermelada, algo tan común pero delicioso para mi, llevado a esto, charle con mi madre un rato largo sobre que íbamos a hacer, ella me dijo que saldría con unas amigas, por un momento me sentí molesta pero quien era yo para decir que no, por eso dije que estaba bien, después de todo se me ocurrió ponerme a escribir una historia sobre amor, andaba inspirada por alguna razón, aunque de un momento a otro, me llega un mensaje de Javier, invitándome a una salida al parque con las chicas, el día estaba perfecto para eso y con toda emoción acepte, le informe a mi madre sobre esto, dándome permiso para ir, aun con 19 años, me gustaba pedirle permiso a ella por respeto y por costumbres pasadas.

Un Apoyo:

Este mismo día nos juntamos con mis amigos en el parque, pensamos en hacer un picnic entre todos, llevamos un termo con agua caliente dentro, un tarro de yerba y azúcar junto con mate e bombilla, nos ubicamos en el centro donde no había tanta gente, justo donde el sol estaba en su altura máxima y podríamos disfrutar de la cálida corriente de aire que golpeaba nuestro rostro mientras hablábamos sobre lo que me sucedió por que las gemelas me preguntaron sobre que paso luego que se fueran de mi departamento, además que Javier andaba de curioso por querer saber mi historia o de que charlamos entre nosotras ayer. No deseaba contarles sobre Emilia por preocupación de que me trataran como una chica rara, sin tener que agregar que pensaran que estoy loca, pero Sofía tomo mi mano y con una sonrisa dijo que todo estaba bien, que ellas entendían el problema de no poder recordar los hechos de mi pasado, me sentí mal a traicionar su confianza, esas tres personas eran importantes para mi, su confianza de haberme contado de su vida y de sus sueños, de valorar nuestro tiempo juntos, por eso inhale y exhale con tranquilidad preparándome para empezar a explicarle mi situación actual.

Mis primeras palabras fueron hacia Javier, explicando lo mismo que les dije a las gemelas sobre mi pasado en la primaria y secundaria, la diferencia entre los dos ciclos, teniendo problemas en el secundario, logrando que estuviera sola por ser tratada como una consentida, bicho raro, de todas las maneras para que no estuviera feliz y alegre como solía estarlo antes. Él no opino en ningún momento, dejando que hablara sobre mi historia, al terminar de contarle y hacer que este al día con la información como las gemelas, pidieron que me relaje una vez mas y empezara con lo que se considerara importante para mi, dicho eso, hice lo que me dijeron y nuevamente comencé a hablar, les pedí que escucharan todo hasta el final y que se tomen su tiempo para pensar sobre lo sucedido, ver que asistieron con la cabeza, primero arranque explicando que no recordaba lo que había vivido en mi quinto y mitad de sexto año en la secundaria, esa era la base de mi historia, segundo les detalle cada momento que mi madre me había contando el día de ayer, sobre mis problemas de depresión, del encerrarme en mi cuarto y el momento mas importante, cuando apareció mi segunda personalidad. Los tres se sorprendieron por la manera que se los dije, pero asistieron una vez mas y seguí, les conté sobre Emilia, que gracias al dolor de cabeza, el miedo y el echo de perder mi fuerza de voluntad, era débil, no deseaba comer y me la pasaba llorando, todo esto genero que me auto criticara repetidas veces, el encerrarme en mi mundo de dolor, alguien me hablo, era la misma chica que me dijo que se encargaría de todos mis problemas, que ya no tendría que sufrir mas si solo me dejaba ocupar mi lugar, no supe que decir, me deje llevar por esa persona, solo el saber que ella podía sacarme de este sufrimiento, me hizo feliz.

Todo se volvió oscuro, no sentía mas miedo como antes, mi preocupación y dolor de cabeza desaparecieron, esto me hizo sentir libre por un momento, las veces que volvía a mi cuerpo al despertar de mi sueño, todo era diferente, mi situación no había cambiado, mirarme frente el espejo, siempre observaba a Emilia, su vestido negro y su sonrisa llena de confianza, verla seguido en mis sueños y el escucharla hablar, me debilitaba pero aun así, no pude resistirme y caí ante ella, esto llevo a que tomara mi cuerpo, una vez mas, me encerraba en un mundo donde mis problemas no existían, mi experiencia solo era el sentir la tranquilidad que no había tenido durante mucho tiempo, una sonrisa marcada en el rostro, una sensación que me acostumbre por desear alejarme del dolor. Luego de contarles sobre lo que sentí durante ese tiempo de estar encerrada, ellos seguían sorprendidos, parece que era la primera vez que escuchaban sobre un caso como este, pero no me detuve, les explique lo mismo que me dijo mi madre, sobre como hicieron desaparecer a mi otra personalidad, por todas sus actitudes, sus acciones que solo destruyen a mi familia, compañeros que ver mi cambio rotundo, los incito a molestarme más seguido pero esta vez, fue diferente, ella no se guardo nada, en ocasiones les respondía y les cerraba la boca, otras veces solo guardaba silencio pero cuando se descuidaban les hacia una maldad, solamente iba al colegio para descansar por el echo que en casa estaba encerrada todo el tiempo, era arrogante y malvada, todo esto llevo a que mis padres contactaran con un doctor especializado sobre mi problema, con el paso de los días, se les complico de cómo atrapar a Emilia, de tratar de llevarla, la única opción fue poner pastillas relajantes en su taza de café, que tomaba cada noche con el único motivo de no dormir para que no vuelva, pero esta vez no fue como quería, el lograr que ingiera esas pastillas disueltas, sintió el cuerpo cansado y relajado hasta un punto donde se quedo dormida. Mis padres aprovecharon para llevarme con el doctor cuando volví a mi cuerpo, no reaccionaba por el estar dormida mucho tiempo pero ellos supieron que era yo al decirles padres entre dormida, una vez que me internaron, el medico les explico la conclusión que saco sobre lo que me pasaba, todo esto llevo a que sufría escasos problemas de personalidades, mejor titulado Trastornos Disociativos, logrando la etapa de posesión completa cuando me rendí ante esa presencia mas fuerte que yo.

Les recomendó que dejen todo esto en sus manos, con el paso del tiempo, pude recobrar la conciencia con algunos medicamentos que reprimían mis emociones, haciendo que mi estado mental y cuerpo se sientan libre como un ave en pleno vuelo, una vez que era yo misma, el doctor me hacia un cuestionario de preguntas, todas las respuestas que daba eran correcta, siempre me explicaba que tuve problemas de salud y por eso termine internada, que el estrés logro cansarme y que tuviera repentinos desmayos que perjudico mis dos últimos años en la secundaria, pero con esto, mis padres estuvieron mas tranquilos cuando se enteraron que su hija volvía a ser la misma de antes, excepto por algunos dolores de cabeza o pesadillas que tuve al dejar de tomar esas pastillas. Al terminar de contarles todo lo que supe hasta el momento a mis amigos, todos se miraron y luego, me abrazaron, solo me dijeron que no me preocupara, que ellos estarían para mi, no me consideraban una loca después de explicarles todo con sinceridad, realmente me relajaba que me creyeran, sabía que podía confiar en ellos como en mi madre, aunque no debía bajar la guardia, ya que en mi interior sabia que se encontraba alguien que no tendría que dejar salir, el deseo de ella era mas fuerte, su maldad, su odio, y su confianza, era superior a mi, esto me dejaba angustiada, Javier me dijo que siempre les contara todo sobre Emilia cada vez que apareciera en mis sueños, que le haga frente aunque sea débil, pero que la huida tampoco es mala mientras que no desaparezca y vuelva a pasar lo mismo que en el pasado, aun si volviera, mis amigos iban a traerme de vuelta aunque deban enfrentarse a una personalidad malvada.

Descubrimiento:

El haber charlado con mis amigos sobre toda mi situación de mi pasado y Emilia, me dejo mas tranquila, supe que la confianza iba primero y el apoyo de ellos siempre iba a estar, aunque dentro de todo, el día para nosotros termino lo mas bien, hablamos de muchas cosas, tomamos mate y comimos cosas dulces, cuando las gemelas se fueron primero a su casa, quede con Javier caminando a mi departamento, me acompañaba para conocer a mi madre por la ultima vez que no lo invite para ir poco a poco con mis amistades, con cada paso que dábamos observamos el atardecer además que el me dijo que debía contarme algo importante, por un momento creí que se me iba a declarar pero no fue así, me explico que en su pasado conoció a un chico con los mismos problemas de personalidad, quede sorprendida por tal dato que me daba, no deseo contarlos frente a las gemelas por no dar mas tensión y leña al fuego por que en realidad el día era para divertirnos entre nosotros, tenia razón con ese echo por eso asentí y le pedí que esperar llegar al departamento para poder hablar mas tranquilos, aunque estaba mi madre, iba a pedirle privacidad aun si parece extraño.

Al llegar a el edificio donde vivíamos, subimos las escaleras hasta el piso de mi departamento, hice pasar primero a Javier y luego entre yo, llame a mi madre pero nadie respondía, parece que no había llegado de su reunión con sus amigas y no leyó mi mensaje que le deje avisándole sobre esto, pero bueno, nos acomodamos en la sala, sentados en el sofá con algunas galletas que sobraron de hoy y así, le pedí que tomara su tiempo para que me explicara sobre la historia de ese chico, asintió y inhalo para relajarse y comenzar. Todo comenzó cuando el ingreso en primer año de secundaria, no se le complico juntarse con un grupo y tener amigos, gracias a que sus gustos eran similares excepto por las notas, él destacaba entre ellos, Javier me contó que siempre observaba a sus compañeros, escribía sobre ellos para hacer un informe, ayudando a conocer a la gente y tomar nota para su futuro de psicólogo, obviamente les explico a su clase sobre sus intenciones para no molestarlos, entre todos los chicos y todas las chicas, encontró a alguien más que interesante, misterioso, extraño, solitario, esa persona no hablaba con nadie, solamente se sentaba en el fondo y escuchaba música todo el tiempo, parece que las clases no le interesaban pero los días de exámenes sacaba buenas notas, lo suficiente para aprobar, se le complicaba hablar en las lecciones y nunca salio en las horas de descanso, nadie consideraba su existencia, no se acercaban, el escucharlos decir que era raro y que su presencia daba miedo pude entender el por que no deseaban meterlos en grupos de estudios.

Pero en el caso de Javier, hizo lo contrario, una mañana se sentó a su lado, esa persona lo miro fríamente pero con sorpresa por unos momentos, volvió a recostar la cabeza sobre sus brazos y escuchar música, los compañeros de la clase veían a Javier con impresión por sus actos, incluso sus amigos no entendían sus intenciones, cuando se acercaron para invitarlo ir a comer en el descanso, él rechazo la propuesta por hoy, que deseaba solo estar en el salón y estudiar, claramente sus amigos no insistieron y se fueron, empezó por ordenar sus cosas dejando su lado libre, sacando su cuaderno de información y comenzar a escribir nuevamente de su compañero de banco, no emitía ni una palabra Javier, esa persona tampoco se movía de su posición y no hablaba, solo se podía oír su respiración pero de un momento a otro, habló.

???: Que necesitas...? –dijo con un tono serio sin mover la cabeza de lugar-

Javier: Yo... -realmente era difícil de responder sabiendo que me sorprendió el escuchar su voz- solo desee sentarme aquí por hoy.

???: Como quieras... -fue lo ultimo que dijo solo para ponerse de vuelta el audífono en su oreja y seguir escuchando música-

Los días pasaron, Javier se seguía sentando junto a este muchacho, las demás personas solo pensaban que era raro esto pero comprendieron que ante todo, la persona solitaria era un compañero mas del curso, nada cambiaba realmente, no charlaban entre ellos y solo en ocasiones se cruzaban sus miradas, ese chico tenía una expresión llena de odio y frialdad, cada detalle nuevo que lograba sacar, lo anotaba pero un día al salir de clases e irse a sus casas cada chico de la escuela, Javier tomo un camino diferente para comprar unas cosas, dio casualidad que su compañero de banco iba por este mismo sendero, parece que vivía cerca o eso pensaba, trato de ignorar el echo de seguirlo y comprar sus cosas, pero de un momento a otro, observo como esa persona hablaba sola, se escuchaban como dos muchachos teniendo una conversación sobre alguien, no tardó en darse cuenta que era sobre él, eso lo motivo a acercarse por detrás y empezar a con la primera pregunta que tuvo en su cabeza.

Javier: Con quien hablas? –dije con un tono serio, parecido al suyo y con pocas esperanzas de que me responda-

Y así fue, no respondió ante la pregunta de Javier, pero lo único que hizo fue señalar que lo siga, extraña petición pero la curiosidad de saber que sucedía lo incito a seguirlo, se dirigieron a un pequeño puente que debajo se ubicaba un arroyo, esto le permitió estar solos, luego de que esa persona se apoyara en el borde y mirara el suelo, comenzó primero por presentarse.

Marcos: Soy Marcos, supe que escribías de mi en tu cuaderno, también sobre tu sueño a futuro, realmente no me importas en lo absoluto pero como me seguiste y me escuchaste hace rato, te contare la verdad pero confiare en que no se lo dirás a nadie, a menos que sea importante –expreso con seriedad para así, mirarme a los ojos-. Primero, tengo dos personalidades, este con el que hablas es el original, Marcos, y la segunda presencia dentro de mi es Marcus, no hay gran diferencia entre los nombres pero si en actitudes, él apareció cuando mi vida se derrumbo, el día que perdí a mis padres y ninguno de mis familiares quiso adoptarme, realmente me sentí solo, tuve que quedarme en lo de mi mejor amigo, su familia era como mi familia, me aceptaron y me brindaron apoyo pero me seguía sintiendo solo, lloraba cada noche y sufría, esto causo que empezara a escuchar voces en mi cabeza, diciendo que no me preocupe, que los tenia a ellos, que solo no estaba y que debía destruir mis lazos con todas las personas que me rodean, pero una voz que mas resalto, fue la de Marcus, alguien que me permitió depositar mi confianza y vida en ello, entregando mi cuerpo a él, cualquiera diría que es una locura, pero no fue así, no trato de reprimirme solo me dejo descansar... Unas de las tantas diferencias es que yo soy antisocial, no me gusta estar con la gente, y solo deseo estudiar e irme a mi casa, pero Marcus no, él es el divertido, alegre y que vive mi vida como debería por ser un adolescente de 14 años –cuando termino de hablar, solo cerro sus ojos y el ambiente se volvió diferente-

Ante mi persona, apareció Marcus, con una sonrisa en el rostro me saludo estrechando mi mano con la suya, estaba confundido por lo que acaba de enterarme, era algo increíble pero a la vez terrorífico por no ver casos de esta magnitud en la vida de otra gente, esto solo era el principio de mi amistad con este muchacho y así escuche la voz de él.

Marcus: Un gusto –exclamo con una sonrisa- como sabrás, soy Marcus, y un dato importante... No todas las personalidades en la cabeza de una persona llena de sufrimiento y miedo, consiste en arrebatar la vida del otro en el cuerpo original, hay ocasiones que podemos hacer un bien.

Fue la primera conversación que tuvo Javier con Marcos, y Marcus desde que empezó el primer año de la secundaria, todo llevo a avanzar durante los siguientes años hasta graduarse, pero separarse en distintos caminos por el simple hecho que su amigo de dos personalidades partió hacia otra provincia a vivir su vida de nuevo pero siendo un adulto responsable con un futuro por delante.

Una Decisión:

Luego de escuchar una increíble historia por parte de Javier, un detalle importante de su pasado, me dejo sorprendida y con esta información le pedí que me ayudara con mi problema de personalidad, aunque mi caso era totalmente diferente al de su amigo Marcos, Emilia era una persona llena de maldad, todos mis temores y miedos están ella para usarlos contra le mundo, no supe si iba a lograr convencerla de unirse a mi vida y avanzar juntas, de hacer desaparecer su odio, o su existencia dentro de mi, eso era cruel, pero ella de seguro trataría lo mismo, de poseer una vez mas mi cuerpo y no dejarme ir esta vez. Toda esta información nueva sobre mi problema, fue agregado a mi cuaderno, donde tuve anotado los hechos ocurridos anteriormente como el actual de encontrarme con mi otra yo en mis sueños, Javier me dijo que su amigo le explico que también le costo adaptarse a su cambio, no era fácil estar encerrado dentro de tu mente y entender que otra personalidad ocupa tu cuerpo, también por no desear volver solo por pasar por sus problemas y eso dejaba a Marcus gran parte del tiempo en el cuerpo original, pero que podía pensar sobre mi situación, no deseo pasar las noches despiertas solo por evitar que ella tome mi cuerpo por eso iba a prepararme bien, decidir si se queda o se va, no tenía la intención de huir como en el pasado tomando pastillas, esta vez iba a ser el final de nuestro encuentro.

Al pasar las horas, Javier se fue a su casa, mi madre llego tarde de su salida con sus amigas, me pidió disculpa por la hora y de no conocer a mi amigo pero no me moleste, fue mas tranquilo sin ella por el echo de hablar de las personalidades, comimos las dos y se fue a dormir, estaba cansada pero contenta por su reunión, con toda razón me sentí feliz por ella, no verla preocupada me dejaba tranquila y un motivo mas para no contarle sobre mi situación actual, después de que se fuera, ordene la mesa y lave los platos sucios para que quedara todo limpio y ordenado, era hora de que vaya a la cama también, mañana tenía universidad y debía levantarme temprano por eso mismo me dirigí a mi cuarto, apague las luces y una vez allí solo estire mi cama y me recosté tranquila, con la mente despejada y sin ninguna preocupación, mas que con confianza y seguridad.

Me dormí con total facilidad, no como otras veces que me dolía la cabeza y sentía nauseas, esta vez fue diferente, parece que tener el apoyo de mis amigos me dio fuerzas para enfrentarme a cualquier cosa que me venga por delante, una vez que empecé a soñar, me encontraba en un lugar desolado, el solo observar con suma atención, delante de mi pude ver un campo lleno de rosa negras y rojas, ubicadas alrededor de una casa pequeña, también note que era de noche o eso fue lo primero que pensé al ver al cielo oscuro, no supe que hacer en ese momento pero me acerque, después de todo era valiente y si me encontraba con la persona que esperaba ver, era el momento correcto y justo para hablar, con dificultades llegue a esa casa, el ambiente era pesado y el acercarme mas solo provocaba que sienta una presión en mi cuerpo, ya con todas estas acciones sabia con claridad quien estaba del otro lado de la puerta, esta misma se abrió por si sola y así fue, era Emilia la que me veía sentada en una silla de frente, con su sonrisa siniestra, su vestido negro y largo, el cabello negro como sus ojos de color marrones oscuros. Cuando entre a esta casa, me senté de igual manera en una silla, entre nosotras nos separaba una mesa con el juego del ajedrez, algo que me gustaba jugar en mis tiempos libres por una página online, parece que el tablero tenia sus 32 piezas, 16 blancas y 16 negras, ella obviamente tuvo las negras y yo las blancas, no era de esperarse que empezáramos a jugar, con cada movimiento que hacíamos, parece que realmente estábamos conectadas por cada jugada.

Mientas que nuestra partida de ajedrez avanzaba con cuidado y pensando cada jugada, comenzó la charla por mi parte.

Emily: Realmente desee verte, esta noche será diferente a las anteriores veces que nos vimos, por que decidiré si te quedas o te vas... -exclame con mi movimiento del peón hacia su caballo-

Emilia: En serio? –reaccione de manera sorprendida al escuchar sus primeras palabras- así que tienes pensado decidir eh.., déjame darte un dato importante, en este juego de dos mando yo... -su peón desapareció con mi alfil-

Emily: No lo creo, yo te cree por ser débil en el pasado y esta vez, deseo que nuestra relación sea diferente... -con una sonrisa en el rostro, fui con mi siguiente movimiento cuidadoso-

Emilia: Entonces te diste cuenta de tu error no? Y por que piensas que voy a dejarme ganar fácilmente? –ver esa sonrisa me provoco nauseas pero seguí con el juego tranquila-

Emily: Nunca considere que fuera un juego, solo deseo tomar la decisión correcta sin arrepentirme –te di una mirada desafiante-

Emilia: Todo esto fue por lo que te dijo tu amigo Javier sobre la historia de su amigo no? –suspire-

Emily: Como lo supiste? –fue una sorpresa el saber ese dato importante-

Emilia: Te recuerdo que no vivo en tus sueños, yo soy tu, y tu eres yo, ambas compartimos un cuerpo, tu cuerpo –dije con seriedad, yendo por delante en el ajedrez-

Emily: Fue una sorpresa pero entonces sabrás mis intenciones verdad? –dicho esto, con paciencia fui arrebatando sus piezas importantes-

Emilia: Si, pero no creo que debas confiarte en tratar conmigo, solo es una advertencia –notar esa confianza me enojaba mas y trataba de remontar las jugadas-

Emily: No, no me confiare pero si are lo posible o decidiré por mi misma entonces... -una vez dicho esto, di por finalizado el juego- jaque, mate.

Emilia: No te confundas, yo no soy diferente a ti, recuerda que fui creada por tu odio y miedo, pero si así lo quieres, esto acaba de comenzar –dije con una sonrisa viendo como te levantabas yendo por la puerta- nos veremos la próxima Emily.

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