"La medicina para Ruri está casi lista, solo falta ácido sulfúrico y algunos elementos más, para finalmente poder curarla. Se acerca La Gran Batalla, donde el ganador se casará con la sacerdotisa y será el Líder de la aldea. Los participantes de nuestro equipo serán: Kinro, Ginro, Kohaku, Chrome, y como no, yo, si, participaré, pero no creas que quiero casarme con Ruri, solo que el ganador también obtendrá lo que pida, y aún falta alcohol para crear el antibiótico. La idea principal es vencer a Magma, el más fuerte de la aldea, ya que si el gana, pues, imagínate lo que puede pasar, por lo que necesitamos que al menos alguno de nosotros gane, y más queremos que Chrome gane, que sería mejor para todos, y perfecto para que Ruri finalmente pueda curarse. Ya todo está calculado, e incluso después de esto, finalmente pueda ir a buscarte, ya que es lo que más deseo de verdad. Gran Batalla, prepárate, que el imperio de la ciencia lo dará todo.
«04 de mayo del 5739»
Como de costumbre, cerraba su libreta y se levantaba. Guardó el cuaderno donde acostumbraba a ponerlo, luego se fue a lavar el rostro en el pequeño río donde hizo sus experimentos (como el agua carbonatada para la Coca-Cola de Gen). Tomó el agua entre sus manos echándosela en el rostro, una, otra, y otra vez hasta detenerse, miró su reflejo en el agua fresca como se meneaba por la pequeña corriente.
—Senku.
Por un segundo juró escuchar su nombre salir de los labios de ella, se quedó sorprendido y confundido.
Pero también feliz.
Volteó esperando ver aquel rostro que él consideraba el más hermoso de todo el planeta, pensaba abrazarla y jamás soltarlo, ni aunque Isaac Newton le ofreciera ser su aprendiz.
Su suerte lo traicionó y lo único que pudo contemplar fue la figura de Kohaku curiosa por su ausencia en el campamento.
—Vine a buscarte, ya que no estabas. Escuché un ruido, y seguí esas huellas.–Señaló la tierra que delataban sus pasos.–¿Que haces tan tarde aquí? Deberías dormir, mañana hay que seguir con el medicamento de Ruri.–Terminó la rubia.
Senku solo asintió. Volvieron a la base, el al laboratorio de Chrome y ella a la aldea. Cuando tocó el suelo no pudo evitar derramar unas lágrimas por su estúpido cerebro, la mayoría de veces lo ayudaba en muchas cosas, sin embargo hoy jugó con el de forma sucia, muy sucia diría el.
La extraña, la extraña demasiado, y como desearía tenerla junto a él.