Mi objetivo sólo era hacerte sonreír,aún sabiendo que algún día esa sonrisa no sería para mi.
MARÍA JOSÉ
Manhattan/9:30 AM
Miraba por la ventana del helicóptero de la familia el extenso mar bajo mis pies por los metros de altura,pronto llegaríamos a Manhattan para ir al Penthouse con mi padre para la cena de hoy. Por suerte era algo familiar y no algo muy ostentoso.
Dirigí mi vista hacia mi padre y aún hablaba por teléfono con Johan Vera,mi ¿novio? No lo sé aún. Tenemos "algo" pero no es nada formal aún,papá lo sabe pues Johan va a casa seguido ya que es la mano derecha de papá en las empresas.
Era algo extraño para mi,no sentía conexión con Johan en ningún sentido,lo aceptaba porqué al parecer a mi papá le agrada y mucho. De todas formas veré que pasa con Johan.
—¿Hija?— Salí de mi trance al escuchar la voz de mi papá,enfoque mi vista y me veía con una tierna sonrisa.
—¿Dónde estabas? Te he hablado varias veces.— Agregó en tono divertido.
— Perdón,papá. Sólo... Pensaba.— Me excuse,él asintió lentamente esbozando una sonrisa.
—¿Esos pensamientos tienen nombre?— Indago alzando una ceja.
— No,no,— Me negué rápidamente.— O bueno quizás sí.— Agregué rendida,papá rió suavemente.
—¿Pasó algo con Johan?— Preguntó de pronto,lo miré unos segundos.
¿Cómo le decía que andaba con Johan sólo porqué a él le cae bien? Pensé.
— No,no ha pasado nada. Sólo recordaba que dejé trabajo pendiente en el hospital.— Respondí de forma tranquila,papá asintió no muy convencido.
—¿Quieres a Johan?— Preguntó de pronto,lo vi rápidamente.—¿Se van a casar? ¿O algo así? ¿Lo quieres?— Agregó rápidamente.
—¿Así cómo tú a mamá?— Contesté con duda,el negó con su cabeza.
— Olvida a tú mamá y a mí. Estoy hablando de ti.— Respondió serio.— Sé que Johan es increíble y buen muchacho,pero no veo pasión en ninguno de los dos,veo un amor de pingüinos,— Dijo,fruncí el ceño.— Más helado que un hielo.— Culminó,solté una pequeña risa.
— Quiero que te enamores,que la felicidad no quepa es tú cuerpo,que no dejes de sonreír,el amor es una adición una obsesión,quiero que ames cómo loca y que te amen a ti con locura también,porqué llegar a viejo y no haber experimentado amor es cómo que no hayas vivido.— Mencionó papá con una sonrisa.
—¡Wow! ¿Algo más?— Contesté con una pequeña broma,aunque el tema del amor era algo extraño aún.
— No puedo contigo.— Respondió papá rodando los ojos.
— Es broma,papi. De todo eso dime un resumen.
— El amor llegará a ti cómo un rayo.— Contestó papá tomando mi mano,sonreí y asentí con mi cabeza.
— Sólo pensaba en trabajo eh.— Comenté riendo,papá soltó una corta carcajada negando con su cabeza.
Mi trabajo cómo doctora no era algo que se escondía para el ojo público a la familia Garzón. Papá siempre nos ha dado todo y cumplido todo,después de la muerte de mamá prometió ser un gran padre y sí que ha cumplido su promesa. Por lo cuál cuándo le dije a mi padre que quería ser una doctora no puso ninguna objeción.
Me apoyo en todo y aún queriendo qué trabajará para las empresas de la familia me apoyo. Por otro lado quién sí había estudiado una carrera para trabajar en las empresas era mi hermana Valentina Garzón. Mi pequeña copia había estudiado relaciones públicas y hasta hoy le ha ido muy bien al lado de papá. Ahora anda de aquí allá planeando el cumpleaños próximo de papá.Mi padre cumplía 50 años y mi hermana quería celebrarlo a lo grande.
— Bueno,— Salí de mi trance al oír la voz de papá.— Hemos llegado,cariño.— Agregó con una sonrisa.
Tal y cómo lo había dicho papá habíamos llegado,el helicóptero hizo su aterrizaje y el piloto nos abrió la puerta para salir. Al bajar del avión el fuerte viento dio contra mi rostro,el clima era cálido pues era verano. Papá me espero y empezamos a caminar,al llegar a un lugar con menos ruido pude divisar a varias personas esperando.
Estaba mi cuñado Alex Linares quién trabajaba para papá también,unos amigos de la familia y Johan también,papá saludó a todos cordialmente. Johan al verme me ayudó con un pequeño maletín que portaba y mi chaqueta.
— Hola.— Saludo dejando un corto beso en mis labios,sonreí a medias antes de empezar a caminar hacia con el coche.
(...)
— De acuerdo. Llegaré pronto,en la noche se hará la cena y tú hermana y yo ahí estaremos.— Escuchaba a papá a través del teléfono con mi hermana.
— Te amo,hija. Cuídate.— Papá mando un beso y colgó el teléfono,suspiro y sonrió viéndome.
—¿Le digo a Cristóbal qué te dejé en el hospital?— Preguntó papá sonriendo,negué con mi cabeza rápidamente.
— No,iré a un café a ver a mi amiga Juliana.— Expliqué rápidamente viéndo de reojo a Johan quién veía unos papeles.
— Puedes dejarme cerca de ahí.— Agregué con una sonrisa.
— Pensé que iríamos a desayunar.— Escuché la voz de Johan en reclamo,evite rodar los ojos.
Johan era así,siempre que tenía un plan él decía una excusa para que yo no fuera. Eso era algo muy molesto de él,porqué resulta que cuándo en verdad tenemos algún plan está el trabajo o el mío.
— Será otro día,no puedo dejar plantada a mi amiga.— Contesté lo más tranquila posible.
— Cómo gustes.— Respondió de mala gana,mi papá me miró unos segundos y sonrió calidamente.
— El tiempo es lo que más sobra,Johan. Así que deja tus dramas.— Mencionó papá divertido,Johan negó con su cabeza,papá me vio y me guiño un ojo.
— Te cuidas,hija. Recuerda la cena de hoy,no faltes.— Mencionó papá con una sonrisa,asentí bajando del coche viéndo la cafetería enfrente de mi.
Papá se despidió y sólo vi arrancar el coche,dirigí mis pasos hacia la cafetería para adentrarme a ella. En mi mano llevaba mi maletín,había decido hacer un nudo a la chaqueta alrededor de mi cintura.
La típica campana que había en la puerta de la cafetería sonó,dando aviso que había entrado,capte la atención de varias personas en el lugar,decidí ignorarlo y dirigirme a un silla.
— Buenos días,¿qué te sirvo?— Una chica con uniforme se acercó a mi amable,iba a abrir mi boca cuándo algo me interrumpió.
—¡Juliana pídele el divorcio y ya! ¡No puedes seguir viviendo esa vida! ¡Recuerda que tienes un hijo por el amor a Dios!
Una chica castaña hablaba acaloradamete a través del teléfono público que había dentro de la cafetería. La desconocida al ver que había captado la atención de todos bajo el volumen de su voz con cierta vergüenza,negué con mi cabeza y miré a la chica que me atendía.
— Un macchiato por favor.— Pedí con media sonrisa,la chica asintió y se fue a hacer mi pedido.
— De acuerdo,cariño. Sabes que sólo quiero lo mejor para ti,no debes dejar que nadie te pisoteé y el que lo haga le partire el trasero. De acuerdo,te amo y cuídate.
La castaña aún seguía hablando con quién sabe en el teléfono,decidí dejar de prestar atención y saqué mi agenda para ver mi día de hoy. A los minutos la chica que me atendía apareció y dejó mi pedido en la barra de la cafetería,agradecí y me dispuse a beber de mi macchiato mientras esperaba a mi amiga Juliana.
De pronto miré a la castaña sentándose a dos sillas después de mi. Portaba un traje ejecutivo que se amoldaba a su cuerpo perfectamente.
La chica que me atendió le pregunto su pedido y la castaña pidió un café negro simplemente. Mire el reloj en mi muñeca viéndo la hora,al parecer a Juliana se le había hecho tarde esa mañana,negué con mi cabeza decidiendo esperar unos minutos más.
Sentía una mirada en mi,por lo que me dio curiosidad el saber sí era la castaña que estaba a dos sillas después de mi. Alce un poco mi vista y efectivamente la castaña me miraba detenidamente mientras bebía café. Baje la vista a la libreta para seguir apuntando,pero aún sentía esa vista en mi,volví a alzar la cabeza y la castaña no dejaba de verme.
— Lo siento,no quise incomodarte. Hablé muy alto hace rato.— Habló la castaña con una sonrisa en los labios,negué con mi cabeza rápidamente.
— No te preocupes,fue fascinante escuchar.— Mencioné con un toque de diversión,la castaña me vio extrañada.
—¿Fascinante? ¿Por qué?— Indago alzando una ceja,bebí de mi café.
— Por el "cariño" y el "partire traseros"— Contesté haciéndo comillas con mis dedos,la castaña rió y quedé embobada escuchando ese sonido.
— Era mi hermana,su esposo es un imbécil y sólo quise ayudar.— Explicó sonriendo,asentí lentamente con mi cabeza
— Eso es bueno.— Mi límite a responder por amabilidad.
—¿Te molesto?— Indago la castaña frente a mí,alce mi vista negando rápidamente.
— No,sólo lo dije por ser amable.— Respondí con media sonrisa,ella asintió sonriendo.
—¿Eres doctora?— Preguntó de la nada,asentí con mi cabeza.
—¿Cómo lo sabes?— Indague alzando una ceja,ella sonrió.
— Todos los doctores vienen aquí,traes un maletín de doctor así que lo supuse.— Respondió sonriendo.
— Interesante,eres alguien muy observador.— Comenté soltando una risita.— Soy médico interno.— Agregué con una sonrisa.
—¿Entonces puedes ser mi doctora?— Preguntó,asentí con mi cabeza riendo.
—¡Dios Santo! Que doctora tan bella he de tener.— Agregó haciéndome sonrojar al instante.
— Serás todo un caso con tú futura esposa o esposo.— Comenté tachando algo en mi libreta mientras la cerraba y me levantaba de mi asiento tomando mis cosas para salir,ella se levantó de su asiento.
—¿Me permites otro café?— Dijo con una sonrisa,miré mi reloj viendo que faltaba mucho para mi turno.
— Tengo pacientes que atender.— Respondí con una sonrisa de pena.
— Y yo tengo trabajo y también tengo que buscar un apartamento,sólo una taza más.— Pidió con una sonrisa a la cuál no me pude resistir,suspire y acepté.
(...)
— Ese fue el problema con el esposo de mi hermana,no sabe lo que quiere y le fue infiel.— Soltó la castaña comiendo un pedazo de torta ahora.
Se me había ido la noción del tiempo con la chica que tenía enfrente,había reído durante casi dos horas y no quería dejar de hacerlo,la castaña simplemente me robaba sonrisas y nerviosismo junto sonrojos. Resulta que mi amiga Juliana nunca llegó,por lo cuál mi compañía fue la castaña que tenía enfrente.
—¿Y tú sí sabes lo que quieres?— Pregunté a la castaña alzando una ceja.
— Por supuesto. Por eso las relaciones de un hombre y una mujer no llegan a más.— Respondió encogiendose de hombros.
—¿A más? ¿A qué te refieres?— Indague curiosa.
— A algo serio,a algo sin infidelidades de por medio,entre otras cosas.— Contestó viéndome con una sonrisa algo maliciosa.
—¿Así que no eres infiel?— Mencioné bebiendo de mi tercer macchiato entendiendo su referencia.
— No,por eso soy un buen partido. Un buen partido para ti por ejemplo.— Respondió con una pequeña sonrisa traviesa,negué con mi cabeza algo sonrojada.
— Por eso el día que tenga pareja dejaré todo por ella,sólo para verla feliz,sí ella cuida de mi,¿por qué no hacerlo yo?— Agregó sin dejar de verme,hice un sonido con mi boca.
— Será difícil que encuentres a alguien así ahora.— Comenté parandome de mi asiento tomando mis cosas,ella imitó mi acción.
— No lo creo,será cómo un rayo.— Respondió sonriendo,mientras se ponía su blazer ejecutivo,me quedé en silencio al escuchar eso.
Ambas salimos de la cafetería en absoluto silencio.
—¿Dije algo que te molestará?— Preguntó la castaña rompiendo el silencio,alce mi vista para verla,negué rápidamente esbozando una sonrisa.
— No,al contrario... Has acertado en muchas cosas y eso me asusta un poco.— Admití con una sonrisa,ella sonrió igual.
—¿Sabes? No quiero que seas mi doctora y que me examines.— Comentó seria,fruncí mi ceño.
—¿Por qué?— Dije confundida por su reciente tema.
— Porqué me gustas mucho.— Confesó con una pequeña sonrisa en el rostro,sentí mi cara arder.
— Entonces yo tampoco quiero ser tú doctora,— Dije riendo,ella soltó una risita.— Porqué también me gustas mucho.— Admití sonrojada,ella sonrió ampliamente.
— Eso es todo un honor.— Comentó en tono de voz divertido.
— Debo irme.— Dije mientras empezaba a caminar de espaldas,la castaña asintió sonriendo.
Gire sobre mi propio eje empezando a caminar hacia la entrada del hospital que quedaba a la vuelta de la esquina. Gire viéndo hacia atrás y la castaña aún seguía ahí,me sonrió antes de darme la espalda ella también.
NARRADOR
María José caminaba por la acera y siempre detenía su paso para voltear y ver sí la aquélla castaña la esperaba ahí,pero sólo veía su espalda caminado hacia adelante. María José se reprochaba al no preguntar el nombre de esa chica y su número,era por eso que quería volver pero siempre que volteaba sólo veía la espalda de la castaña.
Lo gracioso es que aquélla castaña también hacía la misma acción de María José,quería saber su nombre y no perder el contacto con esa chica tan bella que conoció,pero siempre que volteaba sólo observaba la espalda de María José,la castaña se rindió y cruzó la calle.
María José por otro lado se detuvo en la esquina dónde tenía que girar para ver por última vez a la castaña,ella sabía que si sus miradas se encontraban en ese instante iría dónde ella y le preguntaría su nombre,para mala suerte de María José la castaña estaba cruzando la calle. María José rendida negó con su cabeza y decidió caminar hacia su trabajo.
Justo cuándo María José se pierde del campo de visión la castaña voltea,pero ya era muy tarde. Se quedó ahí diciéndose lo tonta que era y el porqué no hizo nada,un claxon la hizo salir de su trance al ver que un taxi casi la arrolla,la castaña suspiro aliviada al saber que estuvo cerca,pero el tráfico de Nueva York y algo más no lo tenía planeado así.
Todo pasó en cámara lenta,Daniela iba a seguir caminando cuándo un coche la arrolló inesperadamente,estampando su torso en el vidrio del taxi,para salir volando en el aire y terminar estampando su rostro en el vidrio de otro coche y caer en la acera sin vida. Un trágico accidente para los espectadores.
Pero algo más en energías sobrenaturales que decidieron esa muerte,ahí comenzaba una historia sumamente inefable,una chica murió ese día para que la misma muerte tomará su cuerpo, para llevar al padre de la morena con la que había hablando aquélla castaña esa mañana.
Todo iba a cambiar a partir de ese día.
90 votos ⭐
El que no comente es hetero :)
Irán entendiendo todo conforme avance la historia
Hasta luego hermosos ❤