“Finalmente Yuzuriha se unió a nosotros, un miembro más para nuestro imperio científico. Mi grandulón amigo está bastante feliz por ver a su chica, es claro, después de todo yo tuviera su misma reacción (no tan como la de el, pero si parecida)
¿Estás lista para ver mi reinado científico? antes de que pase te tengo que encontrar, porque debes de ser testigo de mi genialidad y lo listo que soy, así que espera pacientemente hasta que ese día llegue, donde la tierra volverá a ser lo que era antes de esta maldita catástrofe. La naturaleza reclamó lo suyo al convertirnos en piedra. Si miraras el mundo actualmente estuvieras realmente asombrada, no es lo mismo que tú conoces, e incluso pareciera libro de historia, antes de que los humanos comenzaramos a reclamar este mundo como nuestro, pues de un pronto a otro nos salió el tiro por la culata. Bueno, por el momento así será, hasta que volvamos a reclamar la tierra.”
«18 de febrero del 5739»
—¿Senku-kun se la pasa adentro todo el día?–Preguntó la castaña hacia el segundo humano despetrificado.
—Despues de trabajar duro, supongo que desearía un descanso. Así que lo más probable es que duerma.–Contestó el varón devorando su brocheta de carne y verduras.
Yuzuriha miró hacia la ventana del refugio creado por el pelo de cebollino, lo más probable Taiju tenga razón, después de todo, Senku hizo un largo trabajo el día de hoy, buscando nuevos minerales y piezas para poder progresar más en su reinado y avance de reconstruir el mundo, era muy obvio que estuviera cansado.
—¿Nisiquiera bajará a comer?–Volvió a preguntar la fémina.
—¿Quien dice que no lo haré?
Yuzuriha se sobresaltó en su asiento sosteniéndose a Taiju tirando el caldo preparado por ella.
Senku llegó desapercibido sentándose al lado de la fémina agarrando un pedazo de carne recién cocinado comiendolo poco a poco. En el acto cerraba sus ojos reflejando en su mente la imágen más hermosa que su cerebro pudo crear.
Un vago recuerdo más.